Desde este martes 26 de noviembre, el Gobierno dejará de percibir el 95% del Impuesto PAIS para las importaciones. Lucas Llach declaró que el objetivo de la decisión es “abaratar algunos bienes como ropa o electrónica” y sostuvo que la salida del cepo es necesaria. “Sí creo que es mejor hacerlo más lejos de la elección que más cerca”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Lucas Llach es economista y parte del equipo de asesores económicos del Gobierno nacional. Fue vicepresidente del Banco Nación en 2019 y vicepresidente del Banco Central entre 2015 y 2018. En 2015 fue precandidato a vicepresidente de la Nación acompañando a Ernesto Sanz en la interna de Cambiemos.
Se van a reducir las limitaciones para que los individuos importen con más facilidad. ¿Cuál es el objetivo de la reducción de impuestos para importar y la reducción del impuesto a tarjetas de crédito en un contexto donde hoy se puede comprar por internet?
Argentina tiene algunos productos muy caros comparativamente con el mundo, independientemente de la discusión de si Argentina está cara o barata en dólares, porque esto siempre fue así. Tenemos incorporado que cuando uno viaja al exterior es el momento en el que se compra ropa y electrónica. Lo que hace esta medida es extender esa posibilidad a quienes no viajan al exterior.
Los iPhones, por ejemplo, siempre son comprados en el exterior y eso destruye gran parte del comercio interno, porque si podrían ser comercializados aquí, eso generaría empleo en el sector del comercio.
Esta nueva medida no enfrenta ese punto porque lo que hace es que se pueda comprar productos en el exterior sin aranceles hasta 400 dólares. Las compras mayores a ese monto si pagan aranceles, que son muy altos por el Mercosur, y también hay impuestos por arriba de los aranceles.
En principio, el objetivo es abaratar algunos bienes como ropa o electrónica. Por ejemplo, yo me compré un celular en Estados Unidos por 150 dólares y acá el mismo celular costaba más de 400. Hay que ver si se pierden puestos de trabajo con la apertura de importaciones lo que la gente ahorra en los productos importados, lo gasta acá en otras cosas.
Argentina tiene un superávit comercial y una novedad de los años que vienen es que la balanza energética va a ir tornándose cada vez más positiva, lo que corrió la disponibilidad de dólares para la economía argentina.
De todas maneras, más allá de la discusión de la apertura, que creo que es necesaria, lo que discuten hoy los economistas es el nivel de precios de dólares en Argentina y si es razonable o no.
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Debatimos con otros economistas cuál es el concepto de dólar de equilibrio, y si es aquel que permite importar con las exportaciones que se generan y, al mismo tiempo, poder pagar las cuentas de los turistas que viajan. Como con el fenómeno de los tulipanes en Europa, si se exportan determinados productos, todos los demás se vuelven poco competitivos. ¿Eso no genera un país en el que al 20% de la gente le va a ir muy bien, al 30% le va a ir bien y al 50% restante, mal? ¿O el dólar de equilibrio tiene que ser aquel del pleno empleo?
Lo que dice el proceso de enfermedad holandesa o de los tulipanes es que al tener un boom en una exportación, eso encarece el país y vuelve poco competitivos a otros sectores. Eso se vuelve un problema si el recurso que se exporta se agota.
Una cosa es que alcancen o no los dólares, como con las nuevas exportaciones que hacen posible que se alcance, y otra es si el nivel del dólar genera pleno empleo, es decir, si genera que muchas actividades crezcan. Esa es la discusión que hay hoy en la profesión.
El nivel del precio del dólar tiene una anomalía que tiene que ver con toda la protección de ciertos sectores, pero también se puede pensar qué está pasando con el costo de la construcción o del turismo en dólares, dos casos emblemáticos y creadores de empleo. Obviamente, si crece el costo de la construcción en dólares, se reduce el nivel de la actividad, y lo mismo pasa con el turismo.
O aumenta el precio de las casas viejas…
Lo que ocurre normalmente es que sube el costo de la construcción y no tanto el precio de las casas, por lo que la rentabilidad de construir puede verse afectada.
Uno tiende a pensar que ya vivimos el atraso cambiario en con Martínez de Hoz, en los noventa o con Macri, pero hoy no estamos en un régimen de tipo de cambio fijo. Si bien hay una política del tipo de cambio oficial, como el crawling peg, no parece ser el sistema permanente de la argentina y las autoridades económicas dicen que vamos a salir del cepo. Sin cepo, el dólar va a fluctuar más.
Si hubiera un problema de atraso cambiario, no es un problema cuya corrección sea el drama que sucedió en los noventa o con Martínez de Hoz porque el sistema financiero está en pesos y no hay déficit fiscal, a diferencia de la época de Macri.
Puede que el año que viene el dólar pase de 1.000 a 1.300 pesos, pero no sería un drama. El nivel de precios en dólares en Argentina se puede analizar, pero no podemos traer las experiencias pasadas sin reconocer que la política fiscal de hoy es diferente y que el régimen cambiario no es uno de tipo de cambio fijo.
El Gobierno deja de cobrar parte del Impuesto PAIS para las importaciones
¿Es correcto decir que el dólar de equilibrio no es simplemente de equilibrio de oferta y demanda de dólares, sino de equilibrio que genere una sociedad con bajo desempleo?
Sí, escribí un libro que habla exactamente sobre eso. El tipo de cambio real de equilibrio es aquel que genera un nivel de precios de dólares que hace que sea rentable contratar a los trabajadores. No sabemos cuál es el nivel de precios y salarios en dólares, pero es verdad que Argentina se ha encarecido.
¿Cómo imaginás el futuro del empleo en Argentina con la actual política económica?
Hay que tener en cuenta que el mundo cambió en los últimos 50 años. Hoy en día, 9 de cada 10 puestos que se crean en el mundo son de los sectores de servicios. Se tiende a pensar que si se abren las importaciones, se van a destruir los empleos de los celulares, pero son mínimos.
El empleo que se genera en los sectores de salud, turismo, comercio, gastronomía y educación depende de que la economía crezca o no. Lo importante es tener un esquema económico que haga que Argentina crezca más.
¿Está equivocado Trump en la idea de querer reindustrializar Estados Unidos?
La cuestión es más geopolítica, pero incluso en Estados Unidos, los empleos que se generan son de los sectores de servicios. Uno tiene que poder contestar la pregunta de a qué se dedica argentina, y creo que se dedica a recursos naturales y a sectores de servicios de alto valor agregado que se pueden exportar.
Por sectores de servicios de alto valor agregado también se habla de sectores industriales, como es el caso del sector automotriz. Argentina exporta pickups, pero el sector está muy protegido, y podría exportar muchas más pickups pero se necesita una industrialización mucho más enfocada en una sola cosa.
Mirando hacia adelante, Argentina necesita un esquema de sostenibilidad macro, de baja inflación y de equilibrio fiscal. Además, el tipo de cambio debe ser razonable para esas actividades.
Elizabeth Peger: El Gobierno anunció que hay conversaciones formales con el Fondo Monetario Internacional para negociar un nuevo acuerdo. ¿Cómo creés que debería ser un buen acuerdo? ¿En qué tiempos debería estar?
Argentina tiene dos novedades de cara al fondo. Una es que está sobrecumplido en lo fiscal respecto a cualquier meta que pudiera poner el Fondo. En segundo lugar, si Argentina pidiera dinero adicional, como hay superávit fiscal, no es para gastarlo, sino para reemplazar una deuda más cara por una más barata y para garantizar que Argentina pueda enfrentar los vencimientos.
Lo que necesita el país es poder pagar los vencimientos, y eso implica tomar deuda. Habría que enfocar la negociación en este punto porque es un dispositivo para que a los mercados les quede claro que Argentina va a ir pagando los vencimientos.
Los mercados ya perciben que la situación cambió, en parte por Trump, y por eso el riesgo país está en los 700 puntos. A partir de los 500 puntos, se puede colocar deuda a tasas razonables.
EP: ¿Cuál sería el monto sustentable necesario?
No lo sé, pero siempre más es mejor. No creo que demore mucho porque Caputo es un gran negociador. Recordemos que negoció el tema holdouts muy bien en su momento durante la época de Macri.
No me animo a anticipar un acuerdo pero diría que las condiciones están dadas para que haya un nuevo acuerdo que le dé más seguridad a Caputo para liberar el cepo.
EP: ¿Te preocupa la salida de dólares por el turismo?
Por el turismo salen y después entran por otros lados. El nivel de precios en dólares de Argentina en este momento hace que el sector sea poco competitivo, pero veremos cómo evoluciona.
Claudio Mardones: Hay un tironeo con los gobernadores por la sanción del Presupuesto 2025 en el Congreso. Con respecto al cepo, algunos creen que lo mejor es que no haya un presupuesto sancionado por el Congreso si es que el Gobierno se prepara para levantar el cepo al año que viene. ¿Qué cree sobre esto?
Lamentablemente, la institucionalidad en Argentina es tal que a veces al Ejecutivo le puede convenir no tener presupuesto porque le da más discrecionalidad porque como ha habido inflación en el proceso desde 2022, es arbitrario como se reparte la recaudación obtenida. Los presupuestos deberían votarse todos los años.
Sobre el cepo, yo siempre fui pro salida del cepo. Sí creo que es mejor hacerlo más lejos de la elección que más cerca. Incluso con un acuerdo con el Fondo, creo que las condiciones están dadas para que Argentina pase un esquema de flotación sucia y que pueda haber intervenciones.
La salida del cepo quitaría una cortina de incertidumbre y eso abriría perspectivas y bajaría el riesgo país. Al mismo tiempo, respeto los tiempos de esta administración macroeconómica. Cuando el dólar estaba a 1.500 en julio y el oficial a 900, Caputo dijo que el dólar iba a bajar, y bajó, por lo que le doy la derecha para elegir el timing. Sí me parece pasar a un esquema diferente en lo cambiario mucho antes de las elecciones.
Sos radical y fuiste precandidato a vicepresidente de Sanz. Al escucharte se encuentra una calidad y un respeto por el otro característico de los valores del radicalismo. ¿Cómo te sentís frente a un Gobierno que representa valores tan opuestos a los del partido radical?
A mí no me agradan los modos de comunicación, como lo del “brazo armado”, pero trato de ver los hechos y ver si se cumplen los derechos de la Constitución. ¿Qué es lo más grave que hizo Milei en términos institucionales? ¿Vetar una ley? Hace un año se escribían cartas sobre que Milei era un riesgo para la democracia, y me parece antidemocrático deslegitimar a otro como un facismo.
Mi preferencia es por otro estilo, pero no me parece lo más relevante en este momento. Como el mayor problema argentino es tratar de salir del atraso, valoro las acciones que van en esa dirección.
También entiendo que quien es víctima de sus agresiones, como los periodistas, se sientan incómodos. Hago fuerza para que al Gobierno le vaya bien porque es mucho lo que está en juego. En todo caso, en unos meses podremos votar entre distintas visiones de país.
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