El diputado venezolano Julio Borges indicó la relevancia del apoyo internacional por las denuncias de fraude electoral que cayeron sobre Maduro: “El mundo entendió la magnitud del fraude”, señaló en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1). En ese línea, aseguró que “Maduro lleva las de perder en un juego que él mismo planteó”.
Julio Borges es diputado venezolano, vicepresidente del secretario de Estado venezolano, vicepresidente de Estrategia, Comunicación, y Relaciones Internacionales del Partido Primero Justicia. Fue presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela en el año 2017, representante de Venezuela ante el Grupo de Lima. La escalada de violencia en Venezuela causó más de una docena de muertos y tiene en vilo al mundo entero.
El primer punto que nos llama la atención y nos preocupa es que el gobierno de Maduro pidió la detención de Corina Machado y de Edmundo González. Sí eso se produce, entonces me imagino que sería cruzar un Rubicón. ¿Qué posibilidades hay de que esto se produzca y cuál es la situación que se vive en este momento?
En este momento estamos con diferentes dinámicas que son cruciales. La primera es que estamos recolectando las actas de las mesas de votación, que son actas oficiales y que dan unos resultados muy claros. En Venezuela, para que entiendan brevemente, hay 30.000 mesas de votación y lo que trató Maduro fue esconder esas actas. Ahora ya llevamos recolectadas el 80% de esas actas.
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Esas actas dan una ventaja incontrovertible, 70% para Corina Machado y Edmundo González y 30% del voto para Maduro. Esto es matemático y oficial. Paralelo a eso, lo que ha desatado Maduro es una ola de represión y una sobredosis de miedo al país. Ayer, tanto su vocero como Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez en la Asamblea, el propio Maduro, el ministro de la Defensa, todos los discursos eran dirigidos a decir que cualquier protesta popular iba a tener como consecuencia la cárcel y que todo el Estado se ha volcado en esa represión.
Se calcula que en las últimas horas han asesinado a 11 personas y en este momento que estamos hablando la mayoría de la dirigencia opositora de Venezuela está, o bien resguardada, o moviéndose de lugar a lugar porque en horas de la noche surgió la información, aunque todavía no está confirmada, de diferentes órdenes de aprehensión. Lo cierto es que en todo momento y en todas partes del país se ha venido deteniendo gente en los últimos días.
Y luego otro punto que es importante explicar a nuestros oyentes es el tema relacionado a que el mundo, afortunadamente, ha entendido la magnitud de fraude, ha estado exigiendo el conteo de estas actas que les explicaba, pero se necesita,más allá de las posiciones oficiales, el construir una presión mayor sobre Maduro que ha decidido cruzar un umbral.
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¿Y cómo sigue? ¿Cuál es la evolución de los hechos que usted imagina?
Bueno, el elemento más importante, porque es lo que nos enseña la historia, es la presión interna. En la medida en que el pueblo venezolano se mantenga de pie, activo, presionando y venciendo el miedo y la represión, en esa misma medida se comienzan a producir las fracturas, las contradicciones y los errores que comete siempre la dictadura. En ese momento comienza un proceso que yo, honestamente, lo veo como una cuenta regresiva.
Maduro pareciera hoy un gigante que se impuso al país, pero yo lo veo simplemente como un personaje muy mediocre, que lo único que le queda es la fuerza bruta, porque no tiene ni apoyo militar, ni apoyo popular, ni apoyo internacional, salvo ese club antidemocrático y antioccidente que ha salido rápidamente a apoyarlo, como China, Irán, Rusia, Cuba, Siria y Nicaragua.
Esto es algo que América Latina tiene que ver con muchísima preocupación, porque convertirá a Venezuela, o quiere convertir a Venezuela, en un centro de operaciones de desestabilización de la democracia y de los valores occidentales.
La posibilidad real de una convivencia democrática
Le pido si nos puede confirmar la siguiente perspectiva. Desde nuestra visión hay dos alternativas: Maduro, Diosdado Cabello y los principales miembros del régimen chavista se van en un avión al exilio en algún lugar que los acoja. O Corina Machado y Edmundo González se van en otro avión en asilo a Costa Rica o algún otro lugar. ¿En la Venezuela del futuro no va a haber una convivencia en el país de Corina Machado y Maduro? ¿Podría haber una transición democrática pacífica entre el actual gobierno y el gobierno que ganó la elección verdaderamente?
Falta un tercer jugador que es muy importante: la gente. Es que la gente es la que va a producir una cosa o la otra. Lo que yo te podría decir es que Maduro es como una especie de monstruo que va a mutando y que se va volviendo cada vez más totalitario, más agresivo y más violento porque es lo mismo que le queda. Y a Maduro se le han dado todas las oportunidades. He estado en diferentes procesos de negociación con la dictadura, representando a la oposición, y se le han ofrecido todas las garantías políticas, legales, económicas, y él siempre cierra la puerta. En ese sentido yo pienso que hoy por hoy él ha cerrado la puerta para poder haber creado ese espacio.
María Corina y Edmundo, en su discurso de campaña, fueron muy claros en la apertura a un proceso de transición y de reconciliación nacional. Pero mientras la gente quiere la paz del voto, Maduro es el que abre las puertas a la violencia, lamentablemente.
Perdón que insista pero, por lo tanto, ¿es correcto decir que habrá un avión con exilados a un lado o al otro?
Maduro está poniendo las cosas en un juego de suma cero, de blanco o negro y siento que, al final, es él el que está acabando su propia tumba, por eso te decía que estamos en un proceso de cuenta regresiva. Aunque tenga el poder y la fuerza bruta, él es el que lleva la de perder en el juego que él mismo planteó.
El peso de la comunidad internacional en torno a las denuncias de fraude electoral
Elizabeth Peger (EP): Usted recién mencionaba la importancia de la presión interna para tratar de lograr un desenlace de la situación complicada, pero también en algún momento hizo una referencia a la presión externa. ¿Qué creen que pueden hacer, efectivamente, los países de la región, las grandes potencias mundiales, incluidos los organismos internacionales, en concreto? ¿O no queda margen para habilitar alguna salida a esta situación?
Venezuela se ha convertido en un problema internacional importante desde hace un tiempo. Argentina lo conoce y lo vive en carne propia, porque hay miles de miles de venezolanos allá, muy bien recibidos, los cual agradecemos. Pero ese dato es importante también decirlo.
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Todos los estudios de opinión dicen que si Maduro se queda en el poder, el 20% de la población que hoy está dentro de Venezuela pensaría en irse al país. Estamos hablando que sobre los 8 millones de venezolanos que estamos afuera, se podrían sumar 5 ó 6 millones de venezolanos más huyendo de Venezuela.
Por eso, la comunidad internacional tiene un papel muy importante, no porque se esté incendiando la casa del vecino, sino que se puede incendiar el edificio entero. En ese sentido, creo que hay cosas importantes que hacer. La primera de ellas es claramente etiquetar a Maduro como dictador, algo que hasta hace nada todavía había dudas. Por ejemplo, los socios de izquierda de Maduro, los democráticos, hablan de que es un gobierno democrático, etc.
EP: Hoy justamente hay una reunión de cancilleres de la OEA para tratar de ver si pueden consensuar algún pronunciamiento porque hasta ahora las posiciones no eran uniformes, sobre todo entre los países de América Latina, ¿correcto?
Es un comentario muy interesante, porque va a ser un termómetro muy claro de si los países van a poner de lado las agendas ideológicas o se van a dar cuenta de que no hay dictaduras de derecha o de izquierda, sino que hay dictaduras, y que Maduro es un dictador. Entonces, ese primer paso internacional es fundamental.
Lo segundo es que hay que aumentar la presión sobre los jerarcas de la dictadura, tanto a nivel de sanciones personales como lo que está sucediendo en la Corte Federal internacional, o en cosas que Argentina en un momento dado ha puesto sobre la mesa, que es la llamada jurisdicción universal. Es decir, que por violar derechos humanos en cualquier país del mundo puedan ser perseguidos esos violadores de derechos humanos.
Y en último lugar, en el tema internacional, la posibilidad de que los aliados de Maduro puedan, en un momento dado, ser parte de la solución y no del problema. No es fácil, ya que Venezuela es una joya apetecida para este club de dictadores. Recordemos que la cuarta parte del petróleo del punto está en Venezuela, al igual que las octavas reservas mundiales de gas. Por lo tanto, esto es un problema geopolítico también, muy pero muy complejo.
AO FM
