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Horacio Rodríguez Larreta: "Si Milei me hinchó las pelotas lo voy a decir, y si la Ciudad tiene olor a pis también"

En diálogo con Jorge Fontevecchia, el candidato a legislador porteño aseguró que las agresiones de Javier Milei lo impulsaron a cambiar su carácter.

Horacio Rodriguez Larreta
Horacio Rodriguez Larreta | CEDOC

Horacio Rodríguez Larreta se refirió al cambio en su carácter y aseguró que las agresiones de Javier Milei lo impulsaron a declarar “sin especular". “Si siento que Milei me hinchó las pelotas por agredirme, me hinchó las pelotas”. Sobre la polémica por su frase sobre la gestión de limpieza de la Ciudad de Buenos Aires dijo: “Hay olor a pis, no hay otra manera de decirlo". "Si la Ciudad tiene olor a pis no voy a decir ‘orín’”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Horacio Rodríguez Larreta fue jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en dos ocasiones (2015-2019) y (2019-2023) por el PRO, partido que cofundó en 2005. Antes, fue jefe de campaña de Mauricio Macri y su jefe de Gabinete en la Ciudad. En 2023 fue precandidato a presidente por la alianza Juntos por el Cambio. Es economista por la Universidad de Buenos Aires y tiene un máster en Administración Pública en Harvard. Fue gerente general del ANSES en 1995 e interventor del PAMI durante el gobierno de Fernando de la Rúa. En agosto presentó el movimiento al desarrollo MAD y es candidato a primer legislador porteño, por eso vamos a recibirlo con una versión en vivo de 1989 de "Mi ciudad", de Nacha Guevara.

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Voy a hacer algo autorreferencial. Esta canción de Nacha Guevara coincide con la época del regreso del exilio que a mí tocó. Comparto que Nueva York será magnífica, pero Buenos Aires es irresistible. Parte de mi tarea, como la de todas las personas que dirigen algún medio de comunicación, tiene que ver con recibir a los embajadores. Siempre me pasó lo mismo: todos los embajadores, cuando se van, lloran, y las mujeres de los embajadores, ni que hablar. ¿Es mejor trabajo ser jefe de gobierno de Buenos Aires o presidente?

Muchas gracias por la introducción, porque yo me siento súper identificado. Yo extraño a mi ciudad, a la ciudad que teníamos no hace tanto. Era una ciudad pujante, una ciudad con proyectos, con obras de transformación. Yo extraño a mi ciudad, que además la adoro. A mí se me confunde mi vida y la de la Ciudad, que es casi lo mismo después de tantos años de trabajar y trabajar acá. Yo extraño a mi ciudad, por eso vuelvo a participar. La responsabilidad de la Ciudad es apasionante, diversa, y además siento que pusimos a Buenos Aires entre las principales capitales y las ciudades más atractivas del mundo. No solo lo decimos nosotros, sino que los rankings oficiales en el mundo ponen a Buenos Aires bien arriba siempre. Y yo extraño esa Buenos Aires que teníamos, que hoy siento que está caída, triste, y acompaño esa tristeza de ver a Buenos Aires así, sin grandes cambios, sin sueños, sin proyectos.

¿Cómo explicás que eso lo esté produciendo quien fue tu ministro de Gobierno y a quien le hiciste el puente para que llegue a ocupar la jefatura de Gobierno?

Si te digo la verdad, es difícil explicarlo. Me es difícil entenderlo y es difícil explicarlo. Nosotros teníamos un método de gestión muy riguroso. Todo lo que decíamos en la Ciudad se proyectaba. Cuando decía que íbamos a levantar el tren y lo íbamos a inaugurar dentro de 2 años, 4 meses y 3 días, se cumplía. Teníamos un método, un cronograma paso por paso. Yo iba contando los pilotes que iban poniendo en la obra para ver que se siguiera el ritmo. Había un método de gestión muy riguroso donde se contaba cuántos días tardaba en darte un turno para sacar el registro, hasta cuántos pasos hacía cada policía en su recorrida del día. Todo se medía, todo se contaba, y eso se fue deteriorando. Hoy eso se ve en la calle, por eso extraño a mi ciudad.

Larreta Jorge Macri
Horacio Rodríguez Larreta y Jorge Macri, actual jefe de Gobierno porteño

¿No temes que, así como a Cristina Kirchner se le factura haber elegido a Alberto Fernández, tus críticas a la actual situación de la Ciudad sean como un boomerang también para vos?

Yo creo que la gente evalúa el trabajo de cada uno más que las críticas o las posiciones políticas. Yo siento que la gente valora el trabajo que hicimos con todo el equipo durante muchos años en la Ciudad, que además era trabajo y trabajo. La gente valora eso más que si uno apoya a uno o al otro, o si se hace alianza política con el tercero. Yo me llené de alianzas políticas durante la campaña presidencial y hoy estoy en mi casa, no estoy en la Rosada. Ahora, lo que la gente en la Ciudad siente es que hicimos una enorme transformación, que la Ciudad estaba mejor y que además la escuchábamos, algo que sigo haciendo. Al final del día, lo que valoran es eso, es el trabajo de cada uno. Todo este tema de las posiciones políticas es relativo.

Hoy dedicamos la columna a los 5 años del comienzo formal de la pandemia, cuando el gobierno de Alberto Fernández decreta el aislamiento obligatorio. Dijimos que la pandemia trajo a Milei, y mencione que la obligada colaboración entre la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, más tarde o más temprano, también costó tu carrera política a presidente. ¿Qué consecuencias tuvo la pandemia en tu carrera a presidente?

Lo más grave fueron las consecuencias que tuvo sobre la gente. Consecuencias psicológicas, emocionales, pérdida de seres queridos, de trabajo. Hubo una consecuencia fuertísima sobre toda la Argentina, y eso es lo más importante. En mi caso, con el diario del lunes uno hace una cantidad de análisis, pero uno decide con el diario del viernes. Yo estaba obligado a coordinar esfuerzos porque entre la Ciudad y la Provincia hay una avenida, no más. Nosotros montamos un sistema de vacunación monumental que se cumplió y un sistema de testeos también enorme. No sé qué consecuencias políticas pudo haber tenido. Yo siento que mi obligación en ese momento era colaborar, era coordinar, ya la gente tenía una angustia enorme con la pandemia. Si, además de eso, aparecimos los políticos peleándonos, me parecía una irresponsabilidad, con lo cual yo hice lo que era mi responsabilidad, que era gobernar la Ciudad y, por lo tanto, coordinar con mi vecino, que es la provincia de Buenos Aires. No tengo duda de que era mi responsabilidad.

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Comparto totalmente. ¿Te hizo reflexionar en algún momento sobre la fortuna, sobre aquello que no manejamos, que la pandemia haya tocado en ese momento en que tu carrera estaba encaminada a ser presidente, un hecho que pudo haber torcido el rumbo de tu carrera política?

Puede ser, no te lo niego. Puede ser. Siempre uno es parte de un contexto histórico donde se encuentra con situaciones. Además, en este caso, fueron situaciones extremadamente inesperadas, pero me tocó gobernar esa situación. Tuve que tomar decisiones dificilísimas en ese momento, me puse al frente, puse la cara, lo expliqué, hablaba todo el tiempo en los medios, explicando por qué tomábamos decisiones. Tuve que corregir decisiones equivocadas, que las corregí enseguida cuando las tomé. Tenía un equipo fantástico que me acompañó con un compromiso. Acordate que incluso nuestras propias familias estaban inquietas por el miedo de ir a trabajar, el miedo al contagio.

Yo me la banqué en el sentido de que estaba al frente de la Ciudad y estuve siempre, y cuando tuve que dar la discusión con el gobierno nacional por la educación, ahí sí me planteé. Fue muy fuerte esa discusión, la ganamos y abrimos las escuelas antes que la provincia. Terminamos en la Corte, ganamos en la Corte y las escuelas se mantuvieron abiertas. No es que acompañé todas las decisiones del gobierno nacional, pero sí formamos parte de una coordinación. ¿Cómo no iba a hacer eso?

Larreta Kicillof
Horacio Rodríguez Larreta, Alberto Fernández y Axel Kicillof en 2020

Existen analogías políticas, como la maldición de Rosas, que dice que, si a uno le toca ser gobernador de la provincia de Buenos Aires, dada las dificultades que tiene gobernar una provincia con las complicaciones de Buenos Aires, difícilmente su carrera política continúe con éxito. Existe, por otro lado, la demostración fáctica de que nadie sale bien como presidente y de que ser expresidente es una imagen pública fea, mientras que ser jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires es el mejor de todos los puestos políticos. Primero, tenés autonomía financiera, y se ha demostrado varias veces que la ciudad de Buenos Aires, desde que tiene elecciones con la Constitución de los 90, era el gobierno opositor al gobierno nacional. ¿Exagero si digo que ser jefe de gobierno de Buenos Aires es el mejor puesto de todos los del servicio público?

No, no exagerás. Es una responsabilidad fantástica si te gusta. No es cierto. Si te gusta trabajar y trabajar de las 7 de la mañana a las 10 de la noche. Requiere una dedicación y un compromiso enorme, pero yo amo la Ciudad, me encanta. Y sí, es una responsabilidad enorme, pero se pueden hacer muchas cosas. Hicimos el plan de obra más grande en la historia de la Ciudad. Lo hicimos, y los trenes están levantados, el Paseo del Bajo está funcionando, y la Ciudad no se inunda, que fue un proyecto más largo que empezó en el gobierno de Mauricio Macri. Es una transformación que todo el mundo ve. Se puede.

Yendo a 2027, ¿puedo interpretar que el hecho de que vos seas candidato a legislador, que parece el comienzo de una carrera política, en realidad tiene como objetivo volver a ser jefe de Gobierno de la Ciudad y que te interesa más eso incluso que competir en cualquier puesto del Ejecutivo nacional?

Sí podés interpretar que es el recomienzo de mi carrera. Vuelvo a arrancar de abajo, con una responsabilidad menor que la que yo tenía. Muchos me dicen este famoso dicho de que quien fue papa, después no quiere ser cardenal.

No quiere ser cura…

Perdón, "cura", más todavía. Yo no creo en eso. Tengo vocación pública, vocación de ayudar y hoy me toca ayudar de este lado. Las elecciones que hay son legislativas. Te podría dar la típica respuesta de "para el 27 falta mucho", esa típica respuesta que yo hubiera hecho en otro momento más político, pero la respuesta es no sé. Sinceramente no sé. Yo tengo vocación de ayudar, y si puedo ayudar siendo jefe de Gobierno, fantástico porque es una responsabilidad enorme.

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Si puedo ser parte de un proyecto nacional que ayude a sacar la Argentina adelante con un modelo de desarrollo que yo creo que hoy falta en nuestro país. En esto de la obsesión por el plan, la Argentina necesita un plan. Un plan de desarrollo, de crecimiento, de qué vamos a venderle al mundo, dónde están nuestras ventajas comparativas, cómo generar trabajo de buen valor agregado y no exportar commodities solamente. Yo creo en eso y tengo vocación de colaborar. Hoy no sé, no hay otra respuesta que pueda darte de acá al 27, pero sí puedo decir que mi ciudad me apasiona y la extraño.

A todos les sorprende tu nuevo léxico. A Milei algo le dijiste sobre que sus agresiones te hincharon las pelotas...

Sí, me hinchó las pelotas.

También iba con agresiones antes del tema de "olor a pis". ¿Tu casamiento te rejuveneció el lenguaje? ¿Qué te hace sacar otra faceta?

Sí, te diría que es ser lo que soy y decir lo que siento y lo que pienso, sin especular sobre dar un título que no me conviene. Si yo siento que Milei me hinchó la pelota por agredirme, obviamente injustificadamente, me hinchó las pelotas, no hay otra manera de decirlo. En otro momento hubiera dicho que "me hartó", pero me hinchó las pelotas. Y si la Ciudad tiene olor pis, tiene olor a pis, no a orín. Digo las cosas que siento. En ese sentido, puede ser que Milagros me ayude mucho a ser más genuino y a decir lo que siento sin estar midiendo las palabras para que el periodista interprete. Si Milei me hinchó las pelotas lo voy a decir, y si la Ciudad tiene olor a pis también. Soy más yo. Quizás sea parte del proceso de aprendizaje después de haber perdido la elección. Tuve un proceso difícil y duro, pero que me ayudó y estoy seguro de que aprendí. Milagros también me ayudó mucho.

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