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MODO FONTEVECCHIA
"Estamos en la etapa del curandero"

Gastón Manes: "También por el fascismo hubo fascinación al principio, hasta Heidegger se afilió"

El presidente de la Convención Nacional de la UCR comparó la fascinación por figuras autoritarias como la de Milei con el surgimiento del nazismo, señalando: "Si Heidegger fue vulnerado en su intuición, imagínese cualquier ciudadano de a pie que tenga buena fe". Además, vinculó la situación política actual con la etapa del "curandero", en la que, ante una crisis grave, se buscan soluciones mágicas que pueden empeorar la situación a largo plazo.

Gastón Manes
Gastón Manes | Cedoc

Gastón Manes afirmó que el radicalismo atraviesa un "panorama incierto" similar al de épocas pasadas, resaltando que los partidos políticos en general están "en crisis" a nivel nacional e internacional. En relación con las alianzas, el presidente de la Convención Nacional de la UCR expresó: "Yo estoy absolutamente en contra de una alianza con el Gobierno", subrayando que algunos buscan una "ventaja personal" dentro de acuerdos que no reflejan los "valores y principios del radicalismo". Sobre la figura de Milei, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1): "Nuestro deber es alertar sobre esto, trabajar, persuadir a la sociedad que el camino es otro", haciendo un paralelo con los peligros del nazismo y advirtiendo que "la gente puede ser seducida por una lógica tan binaria y tan simplista como la que plantea el Presidente".

Gastón Manes es presidente de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical, abogado especializado en derecho internacional. Además, fue asesor de Dante Caputo, el excanciller de Raúl Alfonsín. Fundó, junto con su hermano Facundo, el Instituto de Neurología Cognitiva.

La canción que acabamos de escuchar se llama "Entre dos tierras". ¿El radicalismo está entre dos, tres, cuatro tierras? ¿Cómo es la situación actual?

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El radicalismo está en un momento como estuvo en otras épocas también. No es la primera vez que tiene un panorama tan incierto. Por lo que yo veo, los cambios que han sucedido en la política argentina, pero también a nivel regional y mundial, respecto del rol de los partidos políticos como intermediarios entre la sociedad y el poder, tal cual lo prevé la Constitución, obviamente entraron en crisis. En la Argentina, la aparición de un dirigente tan extravagante como el Presidente de la Nación, que no mezquina en ningún momento agravios ni certezas, poco sustento respecto de la conformación de la política, hace que aún sea más incierto. Tenemos, por un lado, dirigentes que gobiernan distritos, intendentes, gobernadores que pertenecen al partido, que obviamente tienen las urgencias propias de quien gobierna, y necesitan tener una relación con el poder central del Estado nacional diferente a quienes no tenemos esa obligación o esa urgencia de gobernar.

Entonces, obviamente, eso mismo genera un problema de cuánto buscar una unidad de criterio. Y si a eso le agregamos el sistema federal, que hace que también haya provincias que tengan elecciones separadas de la elección nacional, cada distrito tiene sus circunstancias. Ya pasó en el año 23, porque en el 23, si recordamos bien, el radicalismo en distintas provincias fue en alianzas con distintas fuerzas políticas que no tenían nada que ver una con la otra, con lo cual ese problema se agrava ahora. Y, obviamente, está frente a una circunstancia que va a tener que resolver, en alguna medida, la convención que estamos pensando en convocar.

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¿Y qué crees que va a arrojar esa convocatoria? ¿Va a lograr algún punto de unión o finalmente hay que aceptar que la realidad implica que haya distintos radicalismos en los distintos lugares del país, en función de las distintas circunstancias de aquellos que tienen tierra o que no tienen tierra?

No sé lo que va a primar, porque hay una diferencia entre quienes tenemos un concepto de qué es un partido político nacional, respecto de quienes están con las urgencias. También tenemos que agregarle una gama de oportunismo, personas que están en política para tener alguna ventaja personal, con lo cual ese grupo también influye, porque también tiene una cierta representación y va a postular o va a mocionar respecto de la ventaja de estar en una alianza o especulativa electoral con el gobierno nacional, que nada tiene que ver con los postulados y valores y principios del radicalismo. Entonces, realmente, el resultado es incierto.

Nosotros tenemos las instituciones. ¿Qué es una institución? Es algo que pone freno a las ambiciones personales desmedidas o a los desbarrancos personales. Un partido es una institución. Una convención es una institución que durante muchísimos años se fue construyendo. Destruirlo es fácil, construirlo es difícil. Pero fíjense qué paradoja, yo veo ahora el partido de La Libertad Avanza que está afiliando gente públicamente, hacen actos de eso, con lo cual están caminando el camino que el radicalismo ya caminó hace años, que es tener afiliados que son los que debaten internamente cuáles son las posturas del partido. O sea, que el propio Milei está reconociendo implícitamente la importancia de los partidos políticos.

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Claudio Mardones: Respecto al escenario de una convención, dentro de los tres bloques del radicalismo en Diputados -UCR, Democracia para Siempre y el monobloque de Barleta- se percibe una "libertad de acción", adaptándose a las coyunturas locales, como en Santa Fe y Mendoza, donde algunos insisten en acuerdos con la Libertad Avanza o retomar Juntos por el Cambio con la Libertad Avanza dentro. ¿Cuál es su perspectiva, como presidente de la convención, ante esta situación?

Es un cuerpo colegiado, yo lo presido, dirijo el debate. Pero, obviamente, mi voto vale igual que el de todos. Son aproximadamente 350 convencionales los que van a participar, y ahí de todos los colores, de todos los pelajes. Lo que vos señalabas recién, de distintas miradas sobre la posibilidad o no de hacer alianzas con el Gobierno. Obviamente, ya queda claro por mi forma de expresarme que yo estoy absolutamente en contra de una alianza con el Gobierno. Estoy en el sector del partido que no quiere recuperar una instancia y una oferta electoral para la sociedad que sea distinta a esto. Sabemos que las dificultades y como el poder atrae a muchos, que ven en el poder central lo que se llama el famoso calorcito del poder, que les da ventajas a corto plazo. Ahora, también tenemos que tener en cuenta que la elección que viene es una elección intermedia que es distrital. O sea, hay 24 provincias en las cuales eligen candidatos a diputados provinciales, senadores provinciales, en algunas provincias concejales. Más allá de un caso puntual. Con lo cual eso hace que cada provincia tenga su propia dinámica.

El radicalismo es un partido nacional y federal que tiene una convención provincial también, cada provincia. Con lo cual, cada provincia va a decidir qué va a hacer con las alianzas locales. Con lo cual, la convención nacional lo que yo creo que puede aspirar es a tener una especie de debate público interesante que quede claro a la sociedad qué piensa cada uno, cuáles son las posturas o las ideas, y bueno, va a prevalecer la que tenga mayor cantidad de votos. No significa que prevalezca la más coincidente con los postulados del partido, porque los partidos políticos están en crisis. Insisto, no es algo propio del radicalismo. El radicalismo quizás es el que más se nota porque es el partido más institucional que hay en la Argentina, pero todos los partidos políticos tienen ese problema.

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CM: De las cinco provincias que gobierna el radicalismo, ¿qué perspectiva tiene usted de cómo se va a proyectar el voto en la convención nacional? Porque una cosa es el radicalismo que es oposición y otra es el radicalismo que es oficialismo en su provincia y se prepara para revalidar los títulos. De esas cinco provincias, ¿cómo se proyecta la votación que usted ve, como presidente de la convención, dentro de la convención que viene?

A ver, cada caso es particular. Fíjese, por ejemplo, en el caso de Corrientes, es una provincia donde hay elección para gobernador este año, que es la única que viene descalzada en términos cronológicos respecto de las demás provincias. Con lo cual, ahí ya tiene una particularidad de elección. Después tenemos la provincia de Mendoza, donde claramente el gobernador Cornejo ha hecho declaraciones muy claras, muy nítidas, de su vocación de tener un vínculo muy en sintonía con el Gobierno nacional. Y, bueno, yo tengo que respetar eso. Lo que pasa es que hay provincias donde no gobierna el radicalismo, como Córdoba, que el radicalismo es importante en esa provincia. Sin embargo, hay posturas contradictorias. Fíjese el caso De Loredo, que tiene por un lado una postura a nivel nacional diciendo que hay que dar gobernabilidad porque la gente votó a Milei, pero no tiene la misma postura respecto de su gobernador, que también lo votó la gente y también tiene legitimidad, y sin embargo ahí hace una campaña muy hostil contra el gobernador.

¿Qué quiere decir? Que hay un tema ideológico en el fondo que no se quiere reconocer. Y a veces se amparan, en base al resultado electoral. Dicen "hay que acompañar porque la mayoría eligió". Bueno, si es así, con ese criterio, yo en la provincia de Buenos Aires debería acompañar al gobierno provincial, cosa que no sucede, porque nosotros somos oposición. La gente votó que nosotros seamos oposición, ¿se entiende? Lo que quiero decir es que juegan tantos factores que yo insisto, el resultado de una convención no lo puedo predecir, porque nadie lo sabe. Porque, inclusive, los convencionales no necesariamente responden a los gobernadores, porque fueron elegidos en otras circunstancias, en otros momentos políticos, hubo cambios en el medio, así que todo es demasiado complejo aún para nosotros que estamos en el tema. Así que, básicamente, creo que la elección de este año, cada provincia va a optar por la alianza que le corresponda o que crea mejor para sí misma. Pero bueno, eso no es gratis para un partido que intenta ser nacional.

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Alejandro Gómez: Hay sectores que plantean un gran frente antimilei. ¿Debería ir por ahí el radicalismo o no funcionan estos frentes donde conjugan todos en contra de, en este caso, en contra de Milei?

Todos esos frentes, en general, históricamente han fracasado. Aun cuando hayan ganado la elección, luego han tenido dificultades para ofrecer a la sociedad una alternativa. Porque cuando algo se construye en base al rechazo al otro, no quiere decir que no sea válido, porque cuando es tan grave lo que está pasando... Yo tengo una mirada muy pesimista respecto de este gobierno nacional. Hoy estamos... Como dicen algunos médicos amigos, estamos en la etapa del curandero, que es cuando una familia que tiene un diagnóstico grave de un familiar, en la medicina convencional, acuden al curandero porque le da una solución mágica, y no van más al médico, y después, al tiempo, vuelven porque se dieron cuenta que durante la etapa del curandero, que son unos meses o años, la patología se agrava. Los familiares no le hacen caso a la ciencia, no le importa, porque están convencidos que la magia lo va a resolver. Y yo creo que tengo una sensación de que estamos viviendo esa etapa. Yo veo los números del gobierno, veo al Presidente contradictorio, con una incapacidad intelectual muy notoria para ver la diversidad y las dificultades que es gobernar un país. Y ahí cruje por todos lados esto. Entonces, lamentablemente no puedo ser optimista por lo que viene. Y es mi obligación, desde el punto de vista de ser presidente de una convención de un partido, alertar sobre esto y no alentar las alianzas con este gobierno, sino, por el contrario, ponerle límites a la vocación autoritaria de este presidente.

AG: A veces, si no aparece el médico a tiempo, el curandero mata, ¿no?

Y sí. Por eso digo, estamos en la etapa del curandero. Solo Dios sabe cómo termina esto.

El nazismo está en todas partes

Gastón, ¿tenés miedo de que te toque presidir una convención en un momento en que el radicalismo termine esfumándose en tantas divisiones que finalmente se diluya? Y de alguna manera, también te pregunto si no ves que le está pasando al peronismo lo que le pasa al radicalismo. Si, quizás el radicalismo, que lleva 50 años de antigüedad, el peronismo empezó un proceso parecido al que tuvo el radicalismo después de la caída de De la Rúa.

La verdad que el peronismo es un partido que tiene sus complejidades, que yo, obviamente, puedo analizar desde afuera y mirarlo, pero la verdad que no me siento competente para hacer una definición muy clara o muy precisa, porque, obviamente, no es un partido que conozco. Yo creo que lo que sí creo es que los partidos políticos no tienen el derecho divino a existir. Los partidos políticos del radicalismo tienen 132 años, pero también cayeron imperios que duraron mil años. Con lo cual, nada es para siempre si no se renueva, si no se adapta a los momentos que estamos viviendo. Pero, adaptarse al momento que vivimos no significa acercarse a Milei.

En mi mirada, es lo contrario: es solidificar los motivos por los cuales nosotros nos acercamos, en mi caso, motivado por la figura de Raúl Alfonsín en los 80. Yo era un niño, joven, adolescente, que hablaba de democracia, que hablaba de polaridad, que hablaba de progreso, que hablaba de igualdad, todos valores intrínsecos que hoy la sociedad está dejando de lado en manos del curandero. Entonces, los argentinos hoy nos despertamos a la mañana un día y nos damos cuenta de que no podíamos vivir sin Karina Milei... Yo tengo 54 años y prometo que yo leo política y estudio desde hace muchísimos años, y realmente estamos viendo un momento que no tiene antecedentes en la Argentina, por lo menos, pero sí antecedentes en el mundo.

Yo pongo como ejemplo que cuando surge el nazismo, y soy respetuoso de las comparaciones, porque ojo que el nazismo fue algo muy grave para la humanidad, pero quiero hacer notar que, en el año 33, cuando surge el Partido Nacional Socialista con Hitler, muchos ciudadanos de buena fe alemanes, previo al Holocausto, previo a la guerra, todavía no sabían que iba a pasar eso. Pero mucha gente adhirió a eso. Y Heidegger, que quizás era el filósofo más importante de la época, uno de los más importantes, creyó y se afilió al partido nazi porque creyó que era la solución, lo nuevo, el cambio. Y bueno, después terminó esto como terminó.

¿Qué quiere decir? Si Heidegger fue vulnerado en su intuición, que era un hombre muy formado, imagínese cualquier ciudadano de a pie que tenga buena fe, que vea que la democracia de los 40 años no le dio las respuestas económicas a sus padecimientos. Obviamente que puede ser seducido por una lógica tan binaria y tan simplista como la que plantea el Presidente. Entonces, nuestro deber es alertar sobre esto, trabajar, persuadir a la sociedad que el camino es otro, y es un camino muy difícil. Es el momento para mí de sembrar. No creo que esta elección sea una elección muy virtuosa para la oposición, pero no significa que no haya que bajar los brazos. Por el contrario, creo que hay que seguir luchando y duplicar los esfuerzos.