El padre Francisco "Paco" Olveira contó cómo estuvo a punto de ser detenido en la represión a la marcha de jubilados y responsabilizó al gobierno por impulsar el accionar violento de las fuerzas de seguridad. “Lo que vi fue algo absolutamente armado y una saña tremenda”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
El padre Francisco "Paco" Oliveira es miembro del grupo de curas de Opción por los Pobres y está a cargo de la Capilla Beato Enrique Angelelli y Compañeros Mártires, en el asentamiento Eva Perón, en Merlo. El padre Paco Olivera es uno de los máximos referentes de la resistencia popular contra las avanzadas del gobierno.
Usted estuvo a punto de ser detenido el miércoles allí en la Plaza del Congreso. Me gustaría que nos compartiera cómo se inició el intercambio con la policía que casi termina con usted preso.
Sí, y además, me deberían haber llevado preso a mí y no a mi compañero. El tema fue así: como dijo Milei, después de Davos, “zurdos de mierda, tiemblen, van a correr.” Bueno, la verdad es que nos pasamos corriendo toda la protesta del miércoles, por nuestros hermanos y hermanas jubilados. Y llegó un momento que estábamos en Corrientes y Callao y arreció el tema de los gases, muchísima policía por todos lados. Nosotros nos resguardamos... yo, pegadito a la entrada del subte.
Habíamos venido seis desde la Capilla Beato Enrique Angelelli, y Carlos, el compañero que se llevaron preso, que siempre estuvo a mi lado, algo así como haciéndome de guardaespaldas, porque me cuidaba como un padre. Bueno, quedó a unos 10 metros de la entrada de un garage, es decir, que ni siquiera estábamos en la calle, no rompíamos había ningún protocolo.
Bueno, llegaron estos que le dicen "cabeza de tortuga" a echar a todos los que estaban ahí resguardados en el garage, y ahí veo que a él lo agarran y se lo empiezan a llevar. Entonces, yo me metí y le dije: “Soy el padre Paco, es de mi capilla, no se lo van a llevar, no hizo absolutamente nada, estuvo conmigo todo el tiempo.” Bueno, nada, hubo ahí un forcejeo, y después, cuando me iban a llevar a mí, apareció un policía de atrás y dijo exactamente estas palabras: “A este no, que es el cura.”
Es decir, me tenían bien fichado, y tenían claro que si se armaba más quilombo, me llevaban, pero se llevaron a Carlos sin ningún motivo en absoluto. Bueno, como hacía la dictadura, levantaban al que se les cantaba. A las 2 de la mañana quedó en libertad, pero tiene una causa por atentado, resistencia a la autoridad, que no se resistió en ningún momento, y rotura de no sé cuántas cosas, dice el papelito que le dieron.
Lo que podríamos decir es que eso es un antecedente para el futuro. Quiero decir, cuando desde el gobierno dicen que de las personas detenidas, la mitad tenían antecedentes… Evidentemente, las personas que van a las marchas, si finalmente las detienen de esa manera, van a generar antecedentes para la siguiente.
Sí, claramente, a la siguiente marcha yo le voy a decir: “No, no, no, no vas a venir.” “No, venís porque, a ver, hay que poner el cuerpo y hay que defender a los jubilados y esta democracia que hoy no tiene nada de democracia, solamente una formalidad.” Pero bueno, tampoco...
Paco, perdón que lo interrumpa. Cuéntenos quién es Carlos para que la audiencia tenga de primera mano, quién es uno de los 114 detenidos.
Carlos Ávila es un compañero de la capilla, con el cual compartimos la fe. Y, como ayer me preguntaban, no sé en dónde, por qué había ido a la marcha. Y porque Jesús dice: “Felices los que trabajan por la justicia, porque serán llamados hijos e hijas de Dios.” Con esa razón fue Carlos, con esa razón fui yo y el resto de los que fuimos de la capilla.
¿Qué hace Carlos en la vida, más allá de compartir con usted en la capilla?
Tiene familia y tiene su trabajo. Es decir, es una persona absolutamente normal por todos los lados. Un laburante, un laburante de cada día. Y, bueno, tiene su familia, sus hijos, que su señora estaba lógicamente muy, muy preocupada. Pero, bueno, nada, es Carlitos, uno más. No es ni barra brava, ni terrorista, ni golpista, ni guerrillero, ninguna de esas cosas de las cuales se nos acusa a los que fuimos a la marcha.
Paco, ¿y cuénteme qué vio usted allí en ese miércoles fatídico? ¿Qué es lo que usted percibió, más allá del episodio específico suyo y de Carlos?
No, lo que vi es que claramente estaba todo orquestado para que pasara lo que pasó, y que así pudieran decir: "Vieron toda esta gente son unos violentos que quieren voltear al gobierno." A ver, yo le soy sincero, yo quisiera que mañana termine este gobierno porque es malo para nuestra patria. Y creo que hay caminos, hay juicios políticos, salir a la calle a protestar, es todo nuestro derecho legítimo.
Cuando uno protesta, se supone que es para que el gobierno tome nota y cambie determinadas cosas. Está claro que este gobierno no solo no cambia, sino que se afirma en la represión como la única forma de respuesta a un pueblo.
Nosotros habíamos ido a apoyar a los jubilados, que cada semana los gasean y los golpean. Lo que vi fue algo absolutamente armado y una saña tremenda. Y eso es por la conducción política. A ver, todos sabemos que la policía… y no estoy hablando de si hay policías buenos o malos, muchos de ellos tienen el palito de abollar ideologías metidas en la cabeza.
Pero si hay una conducción que le diga: "Mirá, si vos tirás un tiro como no corresponde, vas a tener problemas." Bueno, la conducción política que tenemos ahora es: "Vos, pégale un tiro en la cabeza a este muchacho fotógrafo, que yo te voy a cubrir." Bueno, así estamos.
Padre, usted acaba de decir algo que dijo Grabois ayer, por lo cual es muy criticado por determinados medios de comunicación y por el oficialismo, diciendo: "Sí, es verdad, yo quiero que este gobierno se acabe." Y usted está aclarando que "que este gobierno se acabe" no quiere decir que sea a través de un golpe de Estado, sino que a través de un proceso constitucional, como por ejemplo, un juicio político.
Ahora, déjenme llevarlo a quienes, con honestidad intelectual y con deseo de que a Argentina le vaya bien, digan: "No, pero espere, espere. La Argentina ya tuvo cinco presidentes en una semana en 2001. Lo peor que nos podría pasar es que tengamos un presidente que no termine su mandato. Lo que necesitamos es que el presidente termine su mandato, que no haya un caos económico, y que las instituciones, el Congreso, la Justicia, el periodismo, la sociedad civil le pongan límites, pero que termine su mandato, porque es un fracaso para la democracia que un presidente se vaya antes de tiempo."
¿Qué opina de quienes piensan así, que son cristianos y tienen valores humanistas, pero les parece mal que se desee que el gobierno termine antes, porque eso implicaría también un costo económico, además de una menor reputación de la democracia argentina? ¿Qué le responde?
A ver, que en una situación ideal lo que tendría que ser es que un gobierno elegido democráticamente termine su mandato. Ahora, realmente, este gobierno tuvo legitimidad de origen, pero no tiene legitimidad de ejercicio. Hay muchísimas razones para que Javier Milei no siga siendo el presidente de la Argentina. Hay muchísimas razones de juicio político. Están gobernando con el DNU, cómo aprobaron la Ley Bases, este nivel de autoritarismo…
Es un gobierno de extrema derecha, fascista, donde el que piensa distinto es acusado de "zurdo de mierda". Uno puede ser "zurdo", puede ser peronista, puede ser radical, lo que quiera. Ahora, lo de “mierda” sobra, ¿no? Entonces, creo que hay demasiadas razones para que este gobierno termine, porque, además, cada día es peor para nuestra patria. Creo que clarísimamente nos están vendiendo y con nosotros adentro.
¿Y a usted le gustaría, por ejemplo, que la vicepresidenta Victoria Villarruel sea presidenta?
No, claramente que no. Por eso, cuando algunos medios hegemónicos te quieren llevar al lado del golpista, les digo: "Mire, vayamos al centro. Nosotros fuimos ayer, porque a los jubilados estamos pagando 340 mil pesos. ¿A usted le parece que eso está bien? ¿Le parece que no hay derecho a protestar por eso?".
Ayer, hasta en A24 me cuestionaban que fui con la remera de Boca, y le digo: "¿Con la remera de Boca qué? ¿Ahora hay un edicto que prohíbe ir a las movilizaciones con la remera de un club?" No, es impresionante la operación de algunos medios, y es impresionante... Yo no pensé nunca que iba a vivir esto en Argentina.
MC/ff