Felipe Solá señaló que la fragmentación actual de América Latina podría facilitar las políticas intervencionistas de Trump. Además, señaló que estas iniciativas buscan reforzar una visión interna de poder debilitado en Estados Unidos. “Trump sabe que su poder es mucho menor que en décadas pasadas”. Por otra parte, alertó sobre los riesgos climáticos que enfrenta el sector agrícola, agravados por políticas anti-exportadoras del oficialismo. “El campo es un lugar sin techo; el riesgo climático define la realidad del productor”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Felipe Solá fue ministro de Relaciones Exteriores en el año 2019. Previamente había sido gobernador de la provincia de Buenos Aires en el año 2002, vicegobernador en el año 1999 y diputado nacional en el año 2009. Además, fue secretario de Agricultura y Ganadería en 1993 y ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires en 1987.
Fuiste uno de los cancilleres —entre los 200 y pico de cancilleres, diplomáticos e intelectuales— que firmaron defendiendo que el canal de Panamá continúe siendo propiedad de Panamá. ¿Creés que existe alguna posibilidad de que Trump lleve adelante su promesa de recuperar como patrimonio de los Estados Unidos la franja del canal de Panamá o que es simplemente parte de la parafernalia oral de campaña?
Buen día, Jorge. Gracias por llamarme, feliz año. Yo creo que eso depende de la decisión de un Trump que puede estar bien o mal asesorado. Si está mal asesorado, lo va a intentar, y eso va a generar una crisis política importante hacia el sur.
Si bien América Latina está muy fragmentada —nunca ha estado tan dividida la historia como ahora— no va a ser gratis. Y no solamente no va a ser gratis, sino que seguramente sea un tema que tome todo el año 2025, por ejemplo, y que no tenga una resolución clara.
Me parece que hay que tomarlo también como un presidente que llega y dice, primero, que va a hacer lo que no pudo hacer antes en los cuatro años que tuvo. Y en esos cuatro años tenía pensado una intervención militar en Venezuela, la cuestión del canal de Panamá, norteamericanizado de nuevo... Incluso tenía pensado una acción militar contra laboratorios ilegales de fentanilo en México, entre otras cosas: el muro en la frontera sur de Texas con México, y el endurecimiento con Cuba y Nicaragua, por supuesto.
Hubo, a medias, alguna de esas cosas. Un bloqueo más fuerte a Venezuela. Cambió totalmente la actitud que había tenido Obama con Cuba, y no mucho más. Sí subió los aranceles. Los aranceles de México, de la Argentina y de Brasil los subió. Es decir, ingresamos con más dificultades con nuestros bienes y servicios a Estados Unidos a raíz de Trump.
No visitó nunca países del sur. Solamente vino para la reunión cumbre del G20 en 2018. Después no vino más acá. Y hoy hay palabras de él donde dice que no son importantes para Estados Unidos los países de América Latina, algo así dice. Yo creo que hay un mensaje interno del presidente Trump: un mensaje para norteamericanos, endógeno. Un mensaje para un país que él admite en varias frases, que está herido, que está mucho más impotente de lo que parece, que está fragmentado. Y él va directo a la moral, y para ir a la moral toma lo que se llama el “destino manifiesto”, ¿no?
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El destino manifiesto es reivindicar una política exterior americana del siglo XIX: evitar que hubiera una expansión europea hacia América y hacia otros lugares del mundo. Pero estamos hablando de 1800 y pico, ¿no? Incluso la Doctrina Monroe es del año 1826, creo, o 1824, no me acuerdo... “América para los norteamericanos”. Ellos dicen “para los americanos”, pero querían decir “para los norteamericanos”.
Así que, para no ser largo, primero hay un “ver para creer”, y eso puede sorprendernos. Y segundo, hay que hacer un análisis de lo que Trump piensa hacer hacia Sudamérica o Latinoamérica, y la actitud que van a tener los países, que no va a ser la que él espera.
¿No es curioso que en todo el discurso de Trump no haya mencionado nunca a Rusia, nunca a Ucrania, a Israel, a la franja de Gaza? ¿Que no haya hablado de Medio Oriente ni de la OTAN?, nada de eso apareció en el discurso. Lo único que aparece es esa necesidad de expansión. ¿Pero expansión hacia dónde? Expansión hacia abajo, es decir, en el mapa. Eso es preocupante, y además del tipo de funcionarios que tiene. Me parece que es un discurso de alguien que sabe que su poder está reducido respecto de años anteriores y de décadas anteriores…
Quiero aprovechar tu doble condición de exgobernador de la provincia de Buenos Aires y, al mismo tiempo, exministro de Agricultura para hacerte dos preguntas que las dejo ya planteadas, respondé en el orden que quieras. ¿Cómo ves la interna en la provincia de Buenos Aires entre Axel Kicillof y el propio kirchnerismo, que no le aprueba el presupuesto? Y ¿cómo creés que está la situación del campo, si finalmente se repite la misma situación que en la época de la convertibilidad, cuando no había retenciones pero con un gobierno que finalmente terminó llevando a muchos de tierra en el campo a la quiebra o a hipotecas?
Con respecto a lo que preguntaste sobre la provincia de Buenos Aires, está por resolverse la cuestión del anticipo o adelanto de las elecciones. Esto significa que se elegirían legisladores provinciales y concejales en cada distrito y no se pondrían en juego los diputados nacionales ni los senadores nacionales. Esta sería una jugada arriesgada de Kicillof, porque no tiene nombres muy importantes para encabezar las listas de diputados. Las listas de diputados son seccionales: diputados provinciales, senadores provinciales. Y los nombres que la gente conoce en política están más bien, o en el Congreso Nacional o, digamos, cerca de la posibilidad de ser candidatos a diputados nacionales nuevamente.
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Es posible que Kicillof busque independencia y lo haga. Que hay un conflicto, no cabe duda. El conflicto no es sano para él mismo, no cabe duda. Que el conflicto aunque sea dañino ahora, hay que resolverlo, porque en el 2027 va a ser peor. Entonces, resuelven ahora con la lista de diputados nacionales y con estas decisiones a tomar, cómo se arma el peronismo del 2025-2027… Hasta ahora parecería ser así, a menos que haya un acuerdo de listas y de paz, y de fechas antes de junio, que es cuando cierran las listas definitivamente.
Es así. Y, bueno, la única verdadera realidad —yo lamento mucho que sea así— por el peronismo en general, y porque la gente no siempre lo va a entender, sobre todo la gente que quiere votar en contra del Gobierno, porque está mal o por lo que fuera.
Con respecto a la segunda pregunta, ¿cuál era?
¿Se repite la idea de que un gobierno a favor del campo termina generándole situaciones de fragilidad financiera y económica?
Ah, sí. Si se aplicara ahora la polémica Resolución 125, que nunca pudo ser ley —contra la que voté yo, y me costó muchísimo, me costó la separación del peronismo oficial en ese momento— igual las retenciones bajarían muchísimo. Las de la soja, por ejemplo, que están en el 33%. Bajarían muchísimo porque la curva se ponía “solidaria” cuando bajaban los precios internacionales.
Si tuviera que hacer una nueva ley, haría una ley que vinculara las retenciones al precio interno. Es decir, que tuviera en cuenta también cuál es el tipo de cambio en la Argentina, no solo el precio internacional. De forma tal de que si el tipo de cambio es muy bajo, como en este momento, también bajen las retenciones. Pero que fueran móviles. Muy solidarias con el productor cuando el ingreso es bajo. Fuertes desde el punto de vista fiscal, pero no llegando al 50%, como llegaban antes, que era un error, un absurdo, pero sí al 40% si la soja estuviera en 600 y pico de dólares, por ejemplo.
Ahora, hay una cuestión ideológica. El agro piensa que su principal enemigo es el gasto público, y lleva eso también a nivel provincial. El campo tiene que saber, como lo saben sus economistas, que las retenciones —derecho de exportación— se cobran y van al tesoro. No son coparticipables. Cristina Kirchner hizo que un porcentaje de las retenciones formara el fondo soja y fueran coparticipables a las provincias, en un porcentaje del total de la masa. Pero si no, pasan por arriba de los gobernadores y aterrizan en el tesoro nacional. Por lo tanto, como no hay obra pública nacional, etcétera, solo extraen y perjudican al productor y no modifican en nada la realidad de las provincias, es decir, de sus habitantes.
La otra cuestión es que si uno tiene una deliberada política de tener un dólar bajísimo y cada vez más bajo (somos uno de los países más caros del mundo en dólares), entonces, si esa es la política, es una política anti-exportadora absolutamente y pro-importaciones, entonces pierden totalmente el sentido los derechos de exportación.
Y la verdad es que en el campo ha habido muy poca agua. Ha habido una lluvia que no sé si fue parcial, el fin de semana, de 30 mm más o menos, pero hay muy poca agua. Están en peligro los maíces, etcétera. El campo es un lugar sin techo. El riesgo climático es muy importante, y mucho más en la región pampeana, conocida por su riesgo climático.
Si no hacen nada y dejan que el productor llegue a cosechar en marzo, abril y mayo —que son los tres meses en que se cosecha maíz y soja—, creo que se van a meter en un problema muy serio. Los agricultores tienen razón.
FM