MODO FONTEVECCHIA
POLARIZACIÓN POLÍTICA

Exasesor de Mitterrand: "Lousteau molesta porque no está en ningún lado de la grieta"

El analista político, Daniel Lutzky, analizó la figura del presidente de la Unión Cívica Radical y señaló que se destaca por presentar propuestas concretas que contrastan con la actitud general de polarización. "Por más que haya un deseo de posiciones extremas, eso no quiere decir que una posición que no sea extrema y que plantee una sociedad que funcione de otra manera, no pueda expresarse y no pueda construir un público", señaló.

Martin Lousteau
Martin Lousteau | CEDOC

El profesor Daniel Lutzky sostuvo que si bien la posición de Martín Lousteau no tiene apoyo mayoritario, su enfoque tiene potencial para generar un futuro distinto y positivo para la Argentina. A la vez, señaló que el crecimiento de las posiciones racionales, como la de Martín Lousteau, depende del deseo de los ciudadanos sobre un futuro mejor para la Argentina. "Lousteau molesta porque plantea de manera positiva otro camino posible", expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Daniel Lutzky es diplomado en Economía y Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona, en París. Además, es profesor titular de Psicología de la Comunicación de la carrera de Comunicación de la Universidad de Buenos Aires y de Comunicación y Cultura Política de la carrera de Ciencia Política de la UBA. También es miembro de la comisión de la Maestría de Comunicación y Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

La nota titulada "Por qué molesta tanto Lousteau" me lleva a pensar que una hipótesis podría ser que es alguien que no encaja dentro de la grieta, y ese lugar parece ser incómodo. 

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El artículo es de un periodista santafesino, Coni Cherep. El artículo es sumamente interesante y me pareció muy certero en estos momentos. 

Habla justamente de por qué molesta tanto Lousteau, a un lado y al otro. No solamente porque no está en ninguna de las partes de la grieta, sino que plantea de manera positiva otro camino posible.

El antropólogo Pablo Semán dijo hace poco que “el Gobierno tenía neurosis de que no había ganado y la oposición hasta ahora vivía en la fantasía de que no estaba derrotada”. Estaba esa sensación, como tuvo tan pocos legisladores, tan poca posibilidad y tan pocas leyes, terminó presentando dos en los seis meses de Gobierno. Ahora, con la votación de la Ley Bases eso empieza a cambiar, porque ya aparece el Gobierno ganando, entre comillas, un espacio, una votación, una ley.

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En esa votación aparece algo muy importante, que es un discurso, una actitud y una propuesta distinta de lo que serían los dos costados de la grieta actual. Es decir, los que están en contra de Milei y los que están en contra del kirchnerismo. Y de alguna manera ponen en evidencia tanto a aquellos 33 senadores del justicialismo, que no fueron capaces de proponer una sola ley distinta de la que hizo Milei y se oponen a todo, como a aquellos que apoyaron totalmente o casi totalmente la propuesta del Gobierno nacional, que tenía muchísimos defectos, dejaba de lado a los jubilados, no se ocupaba de la educación, y contaba con una serie de problemas que podían convertir a la Argentina en una economía para pocos, para decirlo de manera muy sencilla.

En cambio, Lousteau presentó él solo, de alguna manera, una ley con más de 200 artículos y totalmente diferente, donde corrige y propone correcciones a todos los puntos que podrían convertir esa ley en algo extremista que nos conduce a esta economía para pocos, que Lousteau critica. Entonces la posición de Lousteau es criticada de un lado y del otro de estas grietas actuales, pero, por otro lado, plantea hacia el futuro la posibilidad de algo diferente. De alguna manera la actitud de Lousteau, que ya no es algo personal, no es un problema de Martín Lousteau como persona, sino su actitud, su posición, su manera de proponer es una guía imprescindible para los tiempos que vienen después.

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Él mismo decía en su discurso en la Cámara cuando se discutió la Ley Bases que no quería que el costo lo pague la gente: “Queremos equilibrio fiscal, pero no que lo paguen los jubilados. Queremos la reforma del Estado, pero no eliminando la salud y la educación pública. Queremos auditoría, pero no que se deje de cuidar a quienes no tienen para comer. Queremos inversiones, pero no a costa de regalar el país para siempre”, declaraba el presidente de la UCR. Es muy interesante esta posición, porque no es un pensamiento que escape a los votantes de un lado y del otro.

Quiero decir, los votantes de Milei no es que estén en contra de la educación y la salud, sino todo lo contrario, y eso se mostró en la gran movilización que hubo en defensa de la universidad. Lo mismo pasa con el tema de los jubilados, con el tema del reparto de comida para quienes no tienen para comer. Y lo mismo las críticas y las discusiones alrededor del RIGI, el régimen de grandes inversiones. Es decir, son temas un poco transversales a los distintos votantes.

Sin embargo, hoy en día, la posición de Lousteau, de no alinearse totalmente con el Gobierno, ni tampoco con una oposición total, no tiene mayoría de apoyo. Quizás tenga un porcentaje del 20%, o más, de la población que está de acuerdo con él, pero lo que tiene es la posibilidad de dibujar un futuro. Cosa que las otras posiciones, vistas como pro y anti, más bien como una posición de negatividad, se comerían de alguna manera a la democracia. Más bien son destructivas. Las posiciones negativas lo que hacen es construir una sociedad donde unos se atacan a los otros y donde la posibilidad de construir está bastante lejana.

Martín Lousteau
 "La posición de Lousteau, de no alinearse totalmente con el Gobierno, ni tampoco con una oposición total, no tiene mayoría de apoyo".

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Es tan obvio que la cuestión siempre es de grado, que me parece que es la sociedad la que prefiere el menor esfuerzo cognitivo, que significa lo más simple y extremo, lo que al mismo tiempo tiene contradicciones implícitas.

Exacto. Y que esas posiciones más racionales, menos agresivas y más constructivas crezcan dependen fundamentalmente del deseo de los argentinos, es decir, de la actitud deseada por la gente, más por el receptor que por el emisor. No depende tanto de Lousteau en sí mismo, no depende tanto de aquellos que quieren otra forma de encarar las cosas menos agresivas, sino depende de que la gente misma empiece a desear de otra manera un futuro para la Argentina.

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Quise conseguir un reportaje con Paulo Guedes, el ministro de Economía de Bolsonaro, y él no los estaba dando. Cuando le pregunté por qué, me dijo que “la sociedad no quiere escuchar mensajes como el mío”, y manifestó que quería volver a hablar cuando la sociedad estuviera dispuesta a escuchar esos mensajes. Probablemente, esto nos indique que la sociedad, o una gran parte, no está dispuesta a escuchar mensajes que no estén de un lado u otro de la grieta.

El tema del deseo de la sociedad es un tema complejo. Pero eso no quiere decir que no se pueda tener una posición diferente, siempre que se comprenda y se entiendan los motivos y evoluciones, de por qué la gente ha llegado a pedir y a sostener ese tipo de posiciones.

Voy a dar un ejemplo muy interesante. Me tocó vivir en Francia cuando trabajé con el equipo de asesores de Mitterrand, hace muchos años. En un momento hubo un crimen espantoso en Francia, que no voy a relatar, y se hizo una encuesta que decía que la mayoría de los franceses estaban de acuerdo en imponer la pena de muerte al asesino de una menor.

Al día siguiente Mitterrand como presidente dijo que se opondría y vetaría cualquier intento de imponer la pena de muerte. Uno podía suponer que estaba en contra de la gente. Sin embargo, después se vuelven a medir las encuestas y la gente está de acuerdo con el presidente Mitterrand. ¿Qué había pasado? De alguna manera, Mitterrand había recogido el deseo de que alguien se ponga los pantalones y viera que había que hacer frente a una situación tan difícil. Y lo hizo, recogió ese deseo y lo devolvió a la población transformado.

Es decir, por más que haya un deseo de posiciones extremas, eso no quiere decir que una posición que no sea extrema y que plantee una sociedad que funcione de otra manera, más institucional, más democrática y más racional, no pueda expresarse y no pueda construir un público.

MVB VFT