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El Pase: Milei, de "fenómeno barrial" a meme global

Los conductores de Longobardi y Modo Fontevecchia compartieron el pase entre sus programas y dialogaron sobre la confusión de la fama con el prestigio de Javier Milei.

El Pase: Milei, de “fenómeno barrial” a meme global
El Pase: Milei, de “fenómeno barrial” a meme global | Captura

Los periodistas Marcelo Longobardi y Jorge Fontevecchia compartieron el pase entre sus programas por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3) y conversaron sobre la relación de Javier Milei con la fama, la literatura y el periodismo.

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Jorge Fontevecchia: Muy buen cumpleaños 54, querido Marcelo. En Perfil todo el mundo es más joven, por lo menos 10 años más joven. Vos fijate cómo me trata el Presidente a mí. Te podrás dar cuenta que hay un tema de la batalla cultural con la edad. En tu caso no vamos a intervenir sobre tus canas, pero sí, por lo menos 10 años menos. En el programa de ayer hablamos de que Milei se convirtió en un personaje mundial, pero que él confunde fama con prestigio, que son dos cosas bien distintas. En el fondo, detrás de esto hay algo que a uno le permitiría reflexionar si en el fondo también es así. Trump y la política mundial, lo único que hace es darle la razón a Guy Debord, aquel que escribió “La sociedad del espectáculo” en 1967. Él hablaba en aquel momento de la televisión y de que finalmente todo se convierte en representación. Como regalo de cumpleaños, la producción preparó un compilado de distintos Milei interpretados en distintas partes del mundo.

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“¿Vos estás jubilado? Entonces, digamos, qué carajo me preguntas, ¿qué te importa eso? Digamos, digamos, ¿por qué no puede trabajar un anciano, una anciana, un viejo de mierda de 94 años?”, parodiaron desde Chile. “¡Viva libertad, zurdo, zurdo! Lávate la boca para hablar de mí. Yo nunca, nunca le robaría la plata a los argentinos, como hace acá con los españoles el boludo de Pedro Sánchez”, dijo un imitador de Milei en la televisión española. Es impresionante. Chile, Israel, España, Japón. Alguna ventaja debe tener poner de moda la Argentina. El único punto es, como bien marca siempre Jaime Duran Barba, que no se confunda el "hubris", que no se confunda su carrera artística, que sin ninguna duda la tiene garantizada a largo plazo, con el prestigio.

Milei

Marcelo Longobardi: Jaime Duran Barba sostiene que la política se ha vuelto un show de carácter emocional, y esto ratifica esa tesis. Vos sabés que yo soy medio solitario, no soy muy sociable ni me gustan las fiestas.

JF: Se llama solipsista, para ponerlo en términos más elegantes.

ML: Sí, soy un solipsista. No sé si es un defecto, una virtud, pero es lo que yo soy.

JF: Yo no ando lejos de eso.

ML: Y una de las personas que interpela habitualmente esa situación sos vos. Vos me escribiste un mensaje hace un tiempo y me dijiste: "¿Me podés explicar tu ostracismo?". No me gustan las fiestas, Navidad, Año Nuevo, los Reyes, los cumpleaños, y mucho menos el mío. A modo de introspección, en mi cumpleaños he resuelto releer un libro que me regalaste vos hace varios años, llamado “La aceptación de sí mismo”, ¿no? Firmado por un señor Romano Guardini, que es un teólogo alemán muy importante. El subtítulo del libro es “Las edades de la vida”. Es un libro que yo recomiendo mucho porque es genial, y me lo regalaste vos, después de una charla larguísima, muy personal, acá en mi casa, hace como 10 años.

JF: Cuando tenías 44.

ML: Bueno, sí, desde el punto de vista de Perfil, sí. Es un libro tan genial y yo lo guardo con tanto cariño que esta mañana me pregunté qué iba a leer esta noche, y retomé de mi biblioteca “La aceptación de sí mismo”.

JF: Déjame hacerte una pregunta personal. En esta semana que llevamos juntos, te escucho todo el tiempo, y hablaba con los muchachos que nos acompañan sobre la cantidad de adjetivos y sinónimos que vos tenés para cada una de las palabras. Yo siempre decía que era Jorge Fernández Díaz, y lo que denota las horas de lectura. ¿Cuántas horas lees y cuántos libros lees por año?

ML: No tengo la cuenta, leo todo el tiempo. Es más, estos meses que estuve sin trabajo aproveché para leer mucho. Estoy releyendo mucho a Harari, que es un tipo muy genial. Estoy leyendo un libro de un tipo que se llama Stephen Greenblatt, que es un politólogo y un historiador que está examinando los personajes de Shakespeare e interpretando cómo Shakespeare eludía la censura política de la época creando personajes de ficción. También leo la prensa mundial todos los días durante parte del día. Así que estuve todo el tiempo leyendo.

JF: Eso lo que tiene es la amplitud de vocabulario. Cuando habla con alguien descubre qué leyó o cuánto leyó. Evidentemente también te gusta la ficción.

ML: Me gustan los cuentos más que las novelas. Edgar Allan Poe es mi autor favorito y tengo un muñequito de él en mi biblioteca que me trajo Willy Kohan comprado en el museo de Poe en la ciudad de Baltimore. Tengo toda la obra completa de Poe, la que releo todo el tiempo. Inclusive, la última vez que vino a mi casa Alfredo Serra, se impresionó por algo que él no conocía de Poe, que es la colección de sus artículos periodísticos. Fíjate que hay una gran coincidencia, excepto en mi caso, de que todos los grandes periodistas fueron luego grandes escritores, entre ellos Poe. Así que Poe está presente todo el tiempo en mi vida, tanto con el muñequito como con la lectura. También releo mucho a Borges, el gran maestro universal de la síntesis. Borges puede escribir una página electrizante, y de hecho, si tengo que elegir una página de Borges, elegiría una obra que mide una carilla y describe una guerra. Está en el libro “Los seres imaginarios” y describe la relación entre las personas y su reflejo en los espejos. Era tal imaginación que tenía Borges, imaginación de carácter universal, que él imagina que lo que vemos en los espejos son unos tipos que perdieron la guerra contra nosotros, y los encerramos en los espejos y los condenamos por el resto de su vida a reproducir nuestros gestos como una condena. Pero detrás de los espejos hay movimientos, y esa gente está a punto de salir para atacarnos, y nos va a defender un emperador llamado el emperador amarillo. Ese relato, que es escalofriante y tremendamente extraordinario, mide una carilla. Estoy releyendo mucho a alguien que descubrí en tu casa, que es Nassim Taleb, que creo que está más vigente que nunca. Si hay un libro que hay que releer todo el tiempo es “El cisne negro”.

¿Importa la verdad?

JF: En mi casa no ves mucha ficción, mientras que en tu biblioteca hay mucha ficción. Quería compartir con la audiencia las distintas corrientes dentro del periodismo. Jorge Fernández Díaz decía siempre que, para ser un gran periodista, había que ser más que periodista, había que ser economista, abogado, escritor o filósofo porque había que enriquecer a la formación técnica con otro tipo de formaciones. De hecho, siempre decimos que la Universidad de Columbia, tan malquerida en este momento por Donald Trump, que es la que tiene la carrera más famosa de periodismo del mundo, se enseña periodismo en posgrado. Primero vos tenés que ser economista, abogado, sociólogo, algo, y después tenés que hacer un posgrado en periodismo. Pero bueno, hay distintas formas de llevar adelante la carrera de periodismo. En el caso tuyo se nota la ficción, se percibe en esa riqueza de lenguaje. De la misma manera que en nuestro común amigo conocido, Jaime Bailey, que en realidad lo que tiene es una belleza de decir. No es que está diciendo nada nuevo ni diferente, sino que hay una belleza en el decirlo, que es la manera de articular las palabras que le dan un carácter especial y único. Yo, escuchándote esta semana más intensamente, me reconcilio con ese lindo decir. Él es un genio y además tiene esa cosa peruana.

ML: Los peruanos, en ese aspecto, son imbatibles. Yo he sido vecino de Jaime durante mucho tiempo y me he divertido mucho con él. Es un personaje totalmente de película. Te quiero decir que yo no tengo ninguna manera de disimular una situación incómoda, no me sale, y creo que a lo largo de mi carrera se ha notado eso en la radio o en la televisión. A veces uno termina sobreadaptándose a cosas que no le gustan y las tiene que hacer, pero en mi caso particular yo me sobreadapto, pero no lo puedo disimular. Entonces, esta alegría que tengo de estar acá con ustedes todas las mañanas desde hace una semana es verdadera. De lo contrario, no podría disimular mi malestar.

JF: Lacan decía que el amor verdadero siempre era correspondido, algo que no planteaba como virtud, sino lo planteaba como una condición esencialmente humana, porque nadie puede resistir a la entrega incondicional del otro. Él decía que hasta por narcisismo, si el otro se te entrega y me quiere tanto, él debe ser bárbaro porque me quiere a mí. De la misma forma que él decía que en el duelo no se duelaba la pérdida del duelado, sino la pérdida del amor del duelado a uno. Es absolutamente correspondido porque esta relación de años no es una casualidad. Dejame que te diga que la década de los 50 años es la mejor etapa de la vida, así que celebrás tus 54 años en familia.

TV/ff