En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), el liberal Nicolás Morás aseguró que Javier Milei y su gobierno son “un nuevo grupo de oportunistas que persiguen el poder” y observó que el Presidente “se expresa como si fuera un monarca absoluto, diciendo que tiene derecho a decir lo que piensa”. “Al final, lo que Milei siempre fue es una criatura política”, criticó.
Nicolás Morás es periodista, investigador y director de la Academía Libertaria. Además, publica videos en YouTube en el canal Los Liberales.
Usted sostiene que este no es un gobierno liberal ni anarco-libertario. ¿Por qué usted cree que esto es así?
Buenos días, Jorge. Es un placer estar aquí con ustedes.
En principio, debemos comprender que es una contradicción en términos de la proposición de un presidente anarcocapitalista. El anarcocapitalismo es la más pura de las formas de los principios liberales, principios que se declamaron en el siglo XVII, y que planteaban la necesidad de limitar y desconcentrar el poder en todos los términos, incluyendo el económico. Hay que recordar, incluso, la condena de los monopolios desde Adam Smith.
El anarcocapitalismo evoluciona en el siglo XIX con los anarquistas de Boston o con las conclusiones de filósofos como el británico Herbert Spencer, al rechazo de toda forma de Estado. Entonces, la doctrina anarcocapitalista que recoge, por ejemplo, el autor Murray Rothbard, que a menudo cita Milei, propone que la sociedad puede regirse íntegramente por sí misma, es decir, las instituciones voluntarias y privadas. No rechaza toda forma de gobierno, sino el Estado como lo conocemos hoy.
Milei renunció al anarcocapitalismo desde el momento en el que ingresa a la política, y busca justificar sus acciones conservadoras, que son incluso antitéticas al liberalismo clásico de las formas más elementales del liberalismo, diciendo que le toca un contexto difícil o que enfrente tiene a personajes absolutamente repudiables. Incluso justifica cosas como lo que hizo Santiago Caputo, que lanzó una encuesta en la que le preguntó a la gente si está dispuesta a aceptar un régimen autoritario, si tiene buenos resultados económicos, en contraposición a una democracia que respete las libertades individuales.
El propio armado político del gobierno admira a Bukele, elogiando la violación de garantías procesales mínimas, como Patricia Bullrich emulando ese sistema penal. Milei hasta hace solo unos meses señalaba que la ministra viene de la lucha armada peronista en los años 70. Estos son claros índices de que no estamos frente a amantes de la libertad ni defensores de la propiedad privada, sino un nuevo grupo de oportunistas que persiguen el poder.
En un reportaje que le realicé a Milei en 2022, le planteé esa contradicción de la utopía del anarcocapitalismo desde la conducción del Estado, y él dijo que él iba a tener una primera etapa minarquista. ¿Usted puede comparar una estrategia minarquista como un paso previo, tomando el Estado para reducirlo hasta pasar al definitivo, que no haya Estado? ¿Encuentra algún punto de contacto entre esa utopía y la de la dictadura del proletariado, primero para que luego no haya Estado?
El minarquismo no fue concebido como una transición, ni el liberalismo tiene un programa tan dogmático como el marxismo, que prevé incluso que es inevitable el fin del capitalismo. Nosotros no planteamos que sea inevitable el fin del Estado, al contrario, creemos que el Estado hace todo lo posible para aumentar su demanda social. Rompe piernas para entregar muletas, diría Isaiah Berlin.
Una de las mayores críticas que se han hecho a la idea del gobierno limitado proviene del economista Buchanan, que ganó el Nobel de Economía con su teoría de la elección pública. Postula que, por más que alguien llegue a las esferas del poder, incluso declamando ideales de libertad o de limitación de los poderes públicos, o exaltando al mercado, como lo ha hecho Milei, su interés, el de sus funcionarios y el de los de los financistas a quienes les debe será concentrar más poder y conquistar mayores recursos materiales. En resumen, gobernar más. Esas personas que lo llevaron al poder, como José Luis Manzano, Eurnekian o Elsztain, son personajes que tienen negocios regulados y que se han visto muy beneficiados de esta administración. Viven de negocios paraestatales, no de negocios que compiten en libertad en el mercado.
Aun si Milei quisiera destruir al Estado, no contaría con el apoyo necesario para lograrlo dentro del Estado, y su primer año de gobierno creo que lo refleja de manera contundente. Hoy, el argentino promedio paga más impuestos que hace un año. Reinstauró el Impuesto a las Ganancias, aumentó, como lo releva el índice FADA, la participación del Estado, que ya está casi al 65% de lo que producen los exportadores agropecuarios. Elevó el Impuesto al Tabaco un 73%. De hecho, incluso aumentó el Impuesto PAIS antes de que se derogara, que se iba a derogar independientemente de si gobernaba Milei o si gobernaba el peronismo, pues ya estaba previsto.
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Entonces, el peso del Estado hoy es mayor sobre la gente común. El Estado gasta menos, pero es más rico. Si uno mira los reportes del INDEC, indican un 52% de pobreza en el primer semestre de 2024, o más recientemente del Ministerio de Capital Humano de Pettovello, que reportan un 61% de la población con problemas de ingresos, vivienda, salud, educación, y lo contrasta con un Estado más rico y más fuerte que ya está planteando incluso endeudarse más, vemos claramente un cuadro donde esto se cumple: hay un gobierno que dice que es liberal, pero el Estado es más fuerte y más grande y el sector privado está más expoliado que antes. Incluso los liberales clásicos nos oponemos al endeudamiento porque implica impuestos futuros sobre generaciones que no lo consienten.
Yo me pregunto, ¿por qué? ¿Qué es lo que impide, por ejemplo, que Milei retire la carga impositiva de los alimentos? No sé si ha escuchado de la Escuela de Manchester en el siglo XIX y la Liga por la Abolición de las Leyes del Maíz. Inglaterra, una potencia mundial durante la segunda Revolución Industrial, aun así tenía un gran problema de indigencia. Los liberales Richard Cobden y John Bright identificaron que esto se debía al proteccionismo. En el caso de Inglaterra, los aristócratas poseían la tierra y seguían con un sistema feudal en lo que refería a la producción de alimentos, impedían la importación de alimentos más económicos y eso era lo que indicaban como la causa de la pobreza, fundamentalmente la pobreza infantil.
Cuando hubo una gran crisis económica, derivada en gran medida también de la obsesión imperialista de Inglaterra de financiar cruzadas que, en muchos casos, no compensaban la inversión, que tiene que ver con la obsesión política del crecimiento a toda costa, convencieron finalmente a la población de manifestarse por la abolición de las leyes del maíz. Cuando las leyes del maíz se abolieron y se generó un mercado libre también en el ámbito alimentario, al cabo de 10 años había desaparecido la indigencia en Inglaterra y se había reducido un 35% la pobreza.
Aplicado hoy a Argentina, que es un país que produce alimentos y no necesita importarlos, sabiendo que más del 55% del costo de los alimentos son impuestos, un gobierno liberal podría retirarle el IVA incondicionalmente a los alimentos, por ejemplo, y no lo hace. No parece ser su prioridad solucionar los problemas del sector privado, sino consolidarse y establecer una fuerza hegemónica, como Cristina Kirchner en 2011, que decía vamos por todo, o como Menem cuando perseguía la primera reelección. Lo increíble es que esta gente recién comienza y ya se está planteando ciclos de 8, 12 o hasta 16 años en el poder.
¿Usted cree que Milei es una persona realmente formada en liberalismo?
No, en absoluto. Un amigo en común incluso me recordaba cuando le regaló las obras completas de Jorge Luis Borges y él le preguntó si podía devolverlas y canjearlas por libros de economía. Incluso yo escucho a Milei citar permanentemente a Rothbard. Más allá de que ha tenido luces y sombras, Rothbard es una persona que tuvo una evolución intelectual bastante sinuosa, siempre dentro de la filosofía libertaria. En los 60, por ejemplo, coqueteaba con la nueva izquierda, y en los 90 con elementos muy reaccionarios de la derecha del sur de Estados Unidos, pero ha mantenido posturas incólumes. Murray Rothbard fue un economista e historiador de la escuela austríaca, de origen judío, que aprendió a hablar yidish antes que inglés. Fue uno de los mayores detractores del accionar del Estado de Israel y del apoyo de Estados Unidos a dicho Estado, citando permanentemente los derechos individuales de los palestinos.
Hoy, que la revista científica The Lancet, la publicación académica más prestigiosa de Inglaterra, cifra en 186.000 los muertos -40.000 por acción militar directa y en 146.000 los muertos por bloqueos de alimentos y medicamentos en Gaza-, tenemos a un presidente que se dice liberal y que dice admirar a Rothbard, y que está permanentemente enorgulleciéndose de ser un socio político de Benjamin Netanyahu, sobre quien pesa una orden de captura de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra, en un país como Argentina, que ya sufrió dos terribles y aberrantes atentados en los años noventa. Es un alineamiento geopolítico que nada tiene que ver con el liberalismo y una decisión que no tomaría alguien que se vende como un discípulo de Rothbard y que le puso Murray a uno de sus perros. Revela que, al final, lo que Milei siempre fue es una criatura política, un animal político que puede sostener un discurso sin que se le mueva un músculo de la cara y luego hacer absolutamente lo contrario.
Muchas veces le preguntan sobre esta política de atraso cambiario deliberado, bajo el mantenimiento del cepo, que nos iguala a Venezuela, a Cuba, a países de ese tipo, es decir, se está hablando de que Argentina es la Meca del capitalismo y seguimos teniendo control cambiario del más elemental y rústico. Él contesta que nadie es quién para saber cuál debe ser el precio del dólar, y es una respuesta correcta, pero rebate todo lo que están haciendo desde su gobierno. Si nadie es quién para saber cuál va a ser el precio del dólar, ¿cómo se les ocurre hacer un crawling peg y decir que este mes va a valer tanto el dólar oficial sostenido por el cepo, y el mes siguiente tanto, y el siguiente tanto? Es intervencionismo del más burdo. No tiene un ápice de liberalismo, ni en su programa económico, ni en su programa de política interna. Incluso, se están jactando de la lucha contra el narcotráfico, cuando lo único que tenemos en las cárceles argentinas es una superpoblación de personajes que están ahí por narcomenudeo o, si no han podido pagarse una buena defensa, por tener de más para consumo personal. Son inocentes en un sentido estricto.
Milei llegó a ir a un estudio de TN con el ensayo Los vicios no son delitos, del jurista libertario Lysander Spooner, que yo traduje al español. Spooner, ya desde 1874, cuando la Liga por la Templanza en Estados Unidos quería prohibir o regular el consumo de alcohol, levantaba esta defensa de la libertad individual frente a la tiranía de la mayoría de las costumbres. Tenemos un gobierno mesiánico y teocrático que sigue encerrando gente por fumarse un porro, que mantiene el cepo cambiario, que ha aumentado los impuestos, que ataca a los periodistas y a los críticos y que ensalza regímenes autoritarios casi totalitarios. Bukele tiene al 10% de la población de El Salvador presa, y entre ese 10% no hay solamente pandilleros, delincuentes, torturadores, hay gente que terminó en una cárcel por ponerse un tatuaje, y Bullrich lo felicita y lo abraza.
Bukele, quien venía de la ultraizquierda del Frente Farabundo Martí del partido de la guerrilla, fue financiado por el chavismo. Esto es un hecho, lo pueden buscar, la BBC lo publicó en su momento. Él giró hacia la derecha y buscó simpatizar con Trump, algo que no ha conseguido hasta hoy, por conveniencia y para venderse como la nueva política, pero no lo es. Trae las mañas de la izquierda populista de El Salvador y ha sabido darle otro marketing, aplicando las mismas violaciones a las libertades civiles que hay, por ejemplo, en Venezuela. A través de la reducción de la inseguridad, busca decir que es un salvador. Milei se proyecta en él, no se proyecta en Mariano Moreno, por ejemplo, el gran liberal revolucionario de la gesta de mayo, que de hecho dijo que, si la gente no se educa, vamos a terminar así, mudando de tiranos sin abolir la tiranía, pero eso es lo que nos está ocurriendo, trágicamente.
En la columna de hoy, citaba la categoría marxista sobre separar la noción de Estado, régimen y gobierno. El Estado es el que analiza la clase social que detenta el poder, el régimen es el método con el que se domina el resto de la sociedad: si es el consenso o si es la coerción. Independientemente de la ideología, ¿el régimen que lleva adelante Milei se parece finalmente a los mismos de los regímenes autoritarios de izquierda?
Ya siendo diputado, Milei denunció a periodistas por realizar analogías que no le gustaron. Claramente utiliza métodos coercitivos. ¿Sabes cuál es la diferencia entre el anarquismo de izquierda y el anarquismo liberal? Que el anarquismo liberal no contempla la posibilidad remota de que se violente ninguna libertad individual o que se agreda la propiedad privada de nadie. No puede utilizar medios violentos, medios estatales o medios coercitivos para silenciar, amedrentar o para confiscar a otros. Cuando Milei dice "los impuestos son un robo", y yo coincido desde mi lectura ética con esa interpretación, sólo queda decir que él se ha convertido en un ladrón, peor todavía que los anteriores que vino a reemplazar, porque ha robado más porque ha aumentado la presión tributaria sobre los argentinos.
El gran logro en el cual descansa este crecimiento de la sed de poder, esta búsqueda de una construcción hegemónica es la limitación o la reducción indiscutible de la inflación. El recorte del gasto público ha contribuido a ello, sin duda, y es un método sano de bajar la inflación, pero mantener el cepo cambiario, programar una devaluación que está por debajo nítidamente de la inflación y no permitirle al mercado que decida cuál debe ser el precio del dólar, claramente es una medida a corto plazo. Lo hemos visto fracasar con Macri, lo hemos visto fracasar con los propios Kirchner que, de hecho, ahí se origina el cepo del 2011 con Cristina, porque había un atraso cambiario artificial. Lo hemos visto anteriormente con la convertibilidad, con Cavallo, que Milei decía que era el mejor ministro de la historia.
Cavallo omitió la confiscación de los ahorros del 2001, aumentó el IVA del 18 al 21% y creó el impuesto al cheque. Omitiendo esos pequeños detalles, él decía que era el mejor ministro. Bueno, hasta Cavallo dice que el régimen de la convertibilidad cayó por el atraso cambiario, y Milei dice: "Yo me ofendo, no puedo soportar que Cavallo me diga que el dólar está atrasado, es una burrada, me insulta, me ofende". ¿Desde cuándo hay que estar pendiente de la sensibilidad del que manda? Últimamente se expresa como si fuera un monarca absoluto, diciendo que tiene derecho a decir lo que piensa. Si uno va a la lectura anarcocapitalista estricta, Milei no tiene derecho a nada, porque no tiene derecho a gobernar sobre los demás. Es un farsante y un impostor.
No hay una evolución hacia la abolición del Estado, ni siquiera se lo plantea ni lo desea, lo que vemos es el Estado creciendo. Esa es la razón por la cual, incluso personajes como el sociólogo Herbert Spencer, que fue el gran bestseller del siglo XIX con El hombre contra el Estado, dice: "Ahora los conservadores, que eran el sujeto político que combatía el liberalismo, han cambiado de forma. Ahora dicen que son liberales". El primer capítulo de su libro se llama "Los nuevos conservadores", y a través de un partido que dice que va a defender nuestra libertad, y que nos ha disuadido de confiar en los diputados del partido liberal inglés para defender nuestros intereses, en vez de defenderlos en la calle, ahora hay más regulaciones, más impuestos y más prohibiciones. El Estado se mete en cuestiones que antes no se metía, como en la salud pública en esa época, y todo esto lo propició el partido que decía que iba a reducir el Estado. Ahora el Estado es más grande porque comparten el negocio con los conservadores, y eso es lo que vemos en Argentina. Digamos que los conservadores o los defensores del antiguo régimen son los peronistas.
La Libertad Avanza surge inventado y forjado punto por punto por el armado político peronista y por Sergio Massa en una jugada maquiavélica que le costó cara. Esto lo hemos hablado hace mucho, muchos periodistas, y desde mi humilde canal de YouTube yo ya presentaba los primeros indicios del financiamiento peronista que recibía Espert, por ejemplo, en 2019 y Milei en 2021. Ya vimos a los mismos personajes repetidos, como concejales del Frente Renovador y camporistas como Leila Gianni. Hoy en día, el Correo Argentino y la ex AFIP están manejados por muchísimos kirchneristas, y sigue habiendo gente de Massa en la Aduana.
Básicamente, Milei ha utilizado la estructura de los partidos tradicionales para llegar al poder, y ahora vemos a gente de Macri, gente de Cristina y no vemos a ningún filósofo liberal. Ni siquiera va a poner de ministro de Educación a Martín Krause, que, de todas formas, me parece que no sería un honor para un filósofo anarcocapitalista ser ministro de Educación y decidir qué es lo que se tiene que enseñar en las escuelas, pero ni siquiera eso. Está rodeado de personajes como Luis Caputo, el actual ministro de Hacienda, que él mismo decía que eran "ingenieros sociales". A Bullrich le decía "montonera tirabombas", y a Macri, a quien le decía "imbécil", ahora lo considera un socio político, a quien se lo está por fagocitar, y dice que lo respeta mucho. Para cualquier persona que se dedique a esta actividad, esto es normal, pero si dice que es liberal anarcocapitalista, que viene a detonar al Estado desde dentro, me parece una frivolidad dantesca. Es orwelliano.
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