Diego Bossio sostiene que "El Gobierno no busca consensos y prefiere manejarse sin presupuesto". Para él, esta decisión perjudica a las provincias, que enfrentan recortes en obras públicas y transferencias. "Un presupuesto es clave para garantizar previsibilidad en la economía", sostuvo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Diego Bossio es economista y socio fundador de la Consultora Equilibra. Fue director ejecutivo de Anses entre 2009 y 2015, diputado nacional de 2015 a 2019 y jefe de campaña de Juan Schiaretti en su apuesta electoral.
¿Qué punto de comparación hay entre Racing y Argentina? Ambos pasan del “cielo al infierno”, por decirlo de alguna manera. ¿Podría ser Racing una metáfora de la Argentina?
Estoy todavía desbordado de felicidad. Los Argentinos vivimos haciendo causalidades, y con Racing pasa más o menos lo mismo, hay una mística. No sé si hacer una causalidad con la Argentina, de que las cosas que le pasan a Racing le pasan a la Argentina. Lo que sí, somos muy pasionales, y pasamos de las híper crisis a la híper euforia.
¿Qué consecuencias tiene pasar de ser el país más barato en dólares, a ser el más caro del mundo, o al menos de los países en vías de desarrollo?
La apreciación cambiaria es un problema para un país que necesita acumular reservas, exportar, ser competitivo y recibir turistas, etc. Entiendo que hay un sector que crece independientemente del tipo de cambio, por las condiciones naturales. Estoy hablando de Vaca Muerta, el campo, la minería, donde los costos son en dólares y el funcionamiento queda un poco “ajeno” al tipo de cambio, más allá de que impacta.
Pero todo lo que es nuestro complejo industrial, turístico, la ubicación que tenemos en el mundo; todo lo que tiene que ver con la competencia incluso, va a requerir de un tipo de cambio alto que nos permita acumular reservas, ser más sólidos, cumplir con los compromisos, y después sí quizás transitar un período de tipo de cambio bajo, pero para eso necesitás tener mucha competitividad y productividad, para salir al mundo de manera muy eficiente. Estamos lejos de eso.
Creo que hemos vivido situaciones en las que la Argentina ha tenido apreciación cambiaria, y el entramado productivo ha sufrido. Nosotros creemos que tenemos que transitar de un tipo de cambio alto hacia un tipo de cambio bajo, que no es momento de tener un tipo de cambio alto.
Cuando un café en Buenos Aires es más caro que un café en Madrid, bueno, acá hay un problema. Si los niveles de productividad de Argentina fueran muy superiores, bueno, bien, pero con los niveles de productividad que tenemos y en un mundo que además se vuelve hostil en términos de comercio, podemos tener problemas para competir, problemas para producir, problemas para generar empleo, problemas para poder, en definitiva, organizarnos como economía y funcionar mejor.
Problema y síntoma a la vez. ¿Qué significa ese problema? ¿Qué genera o qué puede generar a posteriori?
Básicamente, que no tenés competitividad en las exportaciones y, fundamentalmente, las industriales. Básicamente, que tenés una salida de turismo. El síntoma se va a ver en el turismo en enero, febrero, marzo, en la salida de muchos turistas, donde es más conveniente ir a Brasil que a Mar del Plata, o que los aviones a Miami van repletos. Esos síntomas generan mucha demanda de dólares y todos sabemos que necesitamos dólares no solo para sostener la inflación, sino para el funcionamiento de nuestra economía.
Vamos a suponer que gracias a Vaca Muerta, a la minería, al cobre, al litio, a la electromovilidad, a las energías renovables, al viento que también nos regaló la naturaleza, nosotros podamos tener la suficiente cantidad de exportaciones como para financiar todo eso sin que haya falta de equilibrio en nuestro sistema comercial. ¿Qué significa para el país? Porque eso puede significar que, desde el punto de vista macroeconómico, tengamos una economía ordenada, pero el 60% de la población viva en situación de pobreza. La famosa “enfermedad holandesa” que enseñan en economía. ¿No?
Sí, exacto, la enfermedad sobre oferta de dólares, porque tenés algún sector muy productivo. ¿Pero cuándo van a estar los dólares de Vaca Muerta definitivamente para generar una enfermedad holandesa?
La tendencia es clara: se revirtió un déficit comercial muy grande, todavía no se llegó al 2006, que había un superávit muy grande, pero hay una tendencia, sobre todo en petróleo. En gas cuesta más, porque hay que vender los contratos, hay que tener contratos a largo plazo, etc. De hecho, había un boom de plantas de licuefacción, y hasta ahora hay una sola, la principal empresa privada de la Argentina. La empresa estatal argentina o privada-estatal, todavía no ha configurado el tema de la planta de licuefacción, pero en petróleo hay potencialidad. En minería, claramente uno ve potencialidad, como vos decís, los vientos, el sol, el agro tiene una capacidad muy grande, pero me parece que una cosa es el corto plazo y otra cosa es el mediano plazo.
Los huesos de esa economía pueden generar exceso de dólares, y ese exceso de dólares puede generar de alguna manera una apreciación cambiaria, pero en la medida en que no se realicen ese tipo de exportaciones, que llevan tiempo, que tienen que madurar, que hay que vender los contratos, que hay que exportar, que hay que hacer los gasoductos, que hay que hacer las plantas de licuefacción, hay un problema de timing.
Segundo punto, esta economía de sectores primarizados y con un tipo de cambio apreciado que deja la industria de lado, es una economía que te achica, que no está pensada para los millones de argentinos que siempre aspiramos a ser clase media. Es una economía muy dicotómica, en donde los pobres son cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos, de concentración. Y me parece que esa es una gran disputa hoy, que se manifiesta en ciertas cuestiones: la educación pública, la atención de la salud, los servicios públicos, el acceso a la vivienda. Son cuestiones que formaban parte del ADN de la Argentina y que hoy están corridas de lado. El Gobierno dice “no importa, ordenemos la macro, y después que la gente se ordene, que se arregle”, y no es así.
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Advierto que es importante tener una economía de mercado, pero no una sociedad de mercado. No una sociedad en donde, evidentemente, se excluya una parte importante de la sociedad.
En los 90, cuando había este tipo de circunstancias, la gente agarraba el diario, agarraba los clasificados, iba y entregaba el currículum en algún lugar. Hoy ha habido cambios , entonces no vemos desempleo, lo que vemos es precariedad laboral. Se multiplican otro tipo de trabajos: cuentapropistas, informales, actividades que tienen que ver con las aplicaciones, Uber, Rappi. Ha cambiado la forma de producir, pero en definitiva estamos hablando de lo mismo: una Argentina muy deteriorada.
Alejandro Gomel: El gobierno está haciendo político y negociando con el tema presupuesto. Más allá de estas típicas negociaciones de la política, ¿le conviene al oficialismo no tener presupuesto para el año que viene y poder manejar de manera discrecional los fondos?
Hace 20 años atrás no tenías presupuesto y se derrumbaban los mercados. Hoy pareciera que no fuera así esa causalidad, pareciera que el Gobierno y los mercados están en la misma sintonía. El Gobierno gasta lo que le entra, genera superávit, y que haya o no haya presupuesto, por lo menos a priori, al mercado no le parece de interés ni le afecta en términos de precios.
Quiero relativizar un elemento. Los precios de los bonos argentinos todavía están muy fuera de línea de América Latina. Excepto Ecuador y Bolivia, el resto de los países tienen un riesgo país muy bajo. Argentina está muy fuera de línea. Pero, más allá de relativizar esto, creo como vos decís que el Gobierno se siente cómodo sin presupuesto, y creo sube al ring de la negociación diciendo: "Si no tengo presupuesto, no me importa, aceptá esto o nada, no estoy dispuesto a hacer cambios". Y juega muy fuerte en ese sentido.
Tiene la carta de poder prorrogarlo, que se lo habilita la ley de administración financiera, tiene la carta de poder gastar a discreción. No entra en una negociación que naturalmente le implica erogar más gastos o generar alguna situación de resolver temas de las provincias. Ahora bien, la prudencia fiscal y la responsabilidad fiscal de Argentina depende de una sola persona, y evidentemente no tiene el consenso ni las necesidades propias de otros niveles de gobierno, como las provincias u otros actores importantes en el presupuesto.
Si el Gobierno quisiera tener presupuesto, primero hubiese ido el ministro de Economía a defenderlo, que es lo que hacía habitualmente. Yo fui presidente de la comisión de presupuesto durante 4 años y venía siempre el 15 de septiembre el ministro de Economía, por lo general venían otros funcionarios también y cerraba el ministro de economía. Pedía el presupuesto, habilitaba una mesa de negociación. Había un proceso por el cual se armaba un dictamen, se modificaban distintos artículos y, naturalmente, eso generaba el consenso necesario para que haya presupuesto en la Argentina.
Evidentemente, no está los planes de gobierno, y sí está en los planes del gobierno casi someter diciendo: "Mirá, yo no necesito presupuesto. Lo querés, tomalo. Si no, nada". Y en política eso es complicado.
Elizabeth Peger: Los gobernadores se quejan pero se ven bastante tibios. La reunión del otro día que mantuvieron ahí en el CFI pasó sin pena ni gloria. No hay como una decisión de los gobernadores de pararse firme a negociar cuestiones relevantes que advierten, y lo vemos todos, cada uno en su distrito, por los recortes que ha aplicado el Estado nacional. No se ve una decisión de los gobernadores de enfrentar en serio al gobierno nacional o tratar de resolver estas cuestiones…
Creo que la realidad de cada provincia debe ser muy distinta, y me da la sensación de que, por un lado está la convicción; por otro, la necesidad de gestión; y por otro, la realidad política. Llamativamente, después de una crisis muy fuerte y profunda, excepto minería y energía, o en el agro, que hubo una buena cosecha con respecto al 2023, la crisis es muy profunda, la actividad ha caído muy fuerte, cayó el salario real y, sin embargo, lo llamativo es que los niveles de popularidad del gobierno siguen siendo altos.
Esa correlación, esa causalidad entre crisis económica e imagen del gobierno, evidentemente está mostrando otro tipo de comportamiento por parte de la sociedad. Entonces, por un lado, los gobernadores deben mirar con un ojo la sociología de cada una de las provincias, los apoyos a Milei, las necesidades y la solución puntual de algunos temas. Por otro lado, me parece que no hay ocasión de grupo como para decir: "Bueno, vayamos todos, tengamos una postura y no nos movemos de esta postura". Y por otro lado me da la sensación de que el Gobierno juega muy fuerte. O sea, no le interesa tener presupuesto, porque si le interesara tener presupuesto, se sube al ring de otra manera. Él dice: "No tengo presupuesto, no importa". Lo dijo ayer el jefe de Gabinete, lo dice el Presidente de la nación. Entonces, contra la intransigencia es muy difícil pelear. Y esa intransigencia hoy está avalada por una parte importante de la sociedad.
Yo creo que los gobernadores están defendiendo sus recursos provinciales y están defendiendo una paz propia del funcionamiento de las provincias. Del otro lado te señalan: "son degenerados fiscales". “No, mirá, yo quiero terminar las obras, quiero cubrir los equilibrios fiscales, quiero pagar en tiempo y forma”. Entonces, frente a esa descalificación, es muy complejo subirse a un ring cuando vos querés, en definitiva, dialogar, o lo que querés es poder, frente a la sociedad, encontrar una solución para que haya un presupuesto, que es saludable para la Argentina, porque le da previsibilidad, etc.
Veremos qué pasa en estas últimas horas. A mí me parece poco viable, si no es en extraordinarias y si no es en un proceso formal, que la Argentina encamine un presupuesto. Porque hay que llamar a comisión, hay que entablar un orden de negociación, hay que cumplir con la lógica del reglamento de la cámara de diputados y la cámara de senadores, y la vocación ahí tiene que ser del Gobierno.
Así que veremos. Los gobernadores evidentemente han sido uno de los grandes perdedores. Parte del ajuste lo explica el recorte en las transferencias a las provincias. Naturalmente, los jubilados y, naturalmente, la obra pública, a pesar de que el presupuesto que presenta muestra una expansión, lo estrictamente cierto es que será un tercio de hace dos años atrás. Y, bueno, la Argentina necesita mantenimiento de rutas, necesita mantenimiento de puertos, mantenimiento del sistema ferroviario. La verdad que es un tema que hay que mirar con lupa porque el deterioro continúa. Yo puedo entender que en los cinco o seis primeros meses digas: "Bueno, paremos hasta que nos ordenemos", pero la Argentina necesita un funcionamiento de la infraestructura mínimo para poder funcionar.
Claudio Mardones: Bueno, ni rutas, ni mantenimiento, ni PASO, tampoco. Porque parece que las negociaciones no están caídas, tampoco que no existan posibilidades de que convoquen a sesiones extraordinarias. El tema es que, ahí en ese temario, podría estar el presupuesto si es que hay algún acercamiento en las próximas horas, pero el otro costado de la ecuación es el futuro de las PASO. Ya hemos podido confirmar que, primero, el Gobierno ya presentó los dos proyectos para eliminar las PASO y modificar la ley de partidos políticos, pero eliminarlas y utilizar ese fondo como parte de la negociación con los gobernadores. ¿Cuál es su opinión respecto a esa negociación planteada así? Porque, además, los gobernadores están hablando de todo menos de las PASO. Nadie sale a defender las PASO. ¿Qué crees que va a pasar en el marco de esta negociación?
Yo divido la negociación en dos. Una cosa es el presupuesto, que hace a un plan de gobierno, a previsibilidad, y hace a que haya orden en las cuentas públicas, y que efectivamente ese orden sea institucional. Eso es hablar de las cosas muy concretas del día a día y que, evidentemente, le hacen bien a la salud macro y micro de la Argentina. Independientemente de si uno está de acuerdo o no con los postulados, pero es bueno tener un presupuesto en la nación. Veremos cómo el Gobierno lleva adelante esa negociación.
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Hay un tema no menor, que vos mencionabas, que es la ley de administración financiera, que es una excepción al Congreso de la nación para el tratamiento de la deuda. Recordemos que de ministro de economía tenemos a Caputo, que es alguien que maneja el tema de la deuda con mucha habilidad. El Congreso le delega, bajo la ley de administración financiera, las facultades para reorganizar, reestructurar o hacer administración de pasivos al Ejecutivo. Pero yo pondría especial atención a un tema que no es de menor envergadura, que es una facultad del Congreso delegada al Ejecutivo, y cuál es el rango y los grados de libertad que tiene el Poder Ejecutivo para poder avanzar en ese sentido.
El tema de las PASO tiene que ver más con la política, con el año que viene, con lo electoral. Evidentemente, por un lado está la faceta de los gastos, que es una faceta que me parece que la gente hoy está con una vocación de ser austeros y demás, y por otro, la vida institucional de los partidos, que está muy deteriorada, no en todos los ámbitos.
En nuestro ámbito, el peronismo, el pamperonismo, las expresiones que no estamos en el peronismo, pero que nos formamos ahí, y ni hablar el radicalismo y el Pro. Yo creo que es una solución que tienen que encontrar ahora, porque evidentemente el año que viene es un año electoral. No creo que sea moneda de cambio por el presupuesto. Las provincias no quieren… muchas han salido de las PASO porque ordenan la política de otra manera. Me consta en La Pampa, me consta en Córdoba y demás. Con lo cual, las PASO muchas veces entorpecen los procesos electorales. Y, por otro lado, que haya vida partidaria activa y elecciones es bueno.
La Cámara Federal sobre Seguridad Social de la ciudad acaba de reconocer en un fallo la inconstitucionalidad de la forma de actualización de la previsión social de Alberto Fernández. Más allá de esa en particular, podría ser la inconstitucionalidad de todas las otras posteriores, ¿no? Y vos, que sos un experto en ese tema, ¿nos podrías dar una síntesis de esto que ocurrió?.
Mirá, no leí el fallo, pero la historia es simple: en la medida en que el Poder Ejecutivo no actualice de forma sistemática las jubilaciones, la Justicia levanta la mano y dice: "Che, vos tenés que actualizarlas".
Nosotros habíamos hecho una ley que, al principio, fue muy criticada y que, durante 15 años, hasta el 2016 2017, no tuvo grandes inconvenientes en la justicia. No tuvimos ningún inconveniente, funcionó, y no solo funcionó, sino que, además, la sociedad la tomó como propia. Y a partir de ahí hubo toda una serie de manoseos, siempre tendiendo a reducir el gasto fiscal, y siempre la variable de ajuste fueron los jubilados, que evidentemente termina en este zafarrancho.
Yo fui muy claro y contundente: si algo funciona, no solo desde lo institucional, sino porque la sociedad lo adopta como tal, yo soy de la idea de preservarlo hasta que estén maduras otras ideas.
Bueno, las idas y venidas terminan en estas cuestiones que terminan perjudicando a los jubilados, que son siempre variable de ajuste. Con lo cual, a mí no me llama la atención que la Cámara dicte inconstitucional una fórmula que fue en detrimento de los jubilados, y puede pasar nuevamente porque, bueno, la Justicia siempre ha tenido una conducta en ese sentido.
FM