Ayer, 2 de abril Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, el presidente, Javier Milei utilizó el mismo argumento que el Reino Unido al hablar del derecho a la autodeterminación de los habitantes en esas islas, llamados kelpers por nosotros, y expresó que deseaba que los habitantes de las Malvinas quieran ser argentinos.
El mismo día Milei viajó hacia a Estados Unidos para reunirse con Trump, luego de que el presidente estadounidense aumentara los aranceles a diferentes países del mundo, incluyendo a la Argentina, en el autodenominado Día de la Liberación, Liberation Day.
Es muy difícil ver todo esto y no recordar las llamadas “relaciones carnales” que el entonces canciller menemista, Guido Di Tella decía que debíamos mantener con Estados Unidos y también ciertas similitudes en la visión hacia los habitantes de Malvinas. El canciller Di Tella, probablemente ha sido el argentino más famoso para las personas que vivían en Malvinas, porque mandaba ositos de Winnie Pooh a todos los niños malvinenses. Y hasta el día de hoy, esos niños que ya son adultos lo recuerdan.
Al finalizar el día, tras la oleada de críticas de opositores políticos y ex combatientes de Malvinas, compartió una canción de la banda británica Queen, Friends Will be Friends, probablemente dedicada al presidente estadounidense, con quien intentará hacer gestiones nuestro presidente Milei para terminar de cerrar el envío de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional, del cual tanto depende la promesa de Milei de cierta forma de dolarización de la Argentina. Dolarización en el sentido de que por lo menos el dólar sea accesible y esté estable.
¿Quiénes eran los “cipayos”, que es como calificaron a Milei desde el peronismo? Los cipayos eran soldados nativos de la India que servían en los ejércitos coloniales británicos y franceses durante los siglos XVIII y XIX.
El primer cipayo en la historia fue Mir Jafar, un general bengalí que en el siglo XVIII traicionó a su propio pueblo para favorecer a los británicos. En 1757, durante la Batalla de Plassey, Jafar era comandante del ejército del Nawab de Bengala, Siraj ud-Daulah, que era una suerte de gobernador.
El Nawab intentaba resistir el avance de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Sin embargo, Jafar conspiró con los británicos, liderados por Robert Clive, y ordenó a sus tropas no intervenir en la batalla, lo que llevó a la derrota del Nawab.
Como recompensa por su traición, los británicos lo nombraron nuevo gobernante de Bengala, aunque en realidad era un títere bajo su control. Hay autores como John H. Coatsworth, que sostienen que los países colonizados por Inglaterra, heredan instituciones fuertes y estables.
Inclusive se decía, con bastante mala predisposición, que el problema de la Argentina era que no habíamos sido colonizados por los ingleses británicos, sino por los españoles, que eran brutos. Obviamente, lo estoy diciendo en sentido opuesto porque para nada lo comparto.
Nada más lejos de lo que fue el gobierno de Jafar, caracterizado por la corrupción y la creciente influencia británica en la política y economía bengalí. Finalmente, cuando dejó de ser útil para los británicos, fue depuesto y reemplazado por otro gobernante más dócil.
Desde ese momento, se utiliza el término cipayo para referirse a aquellos políticos que defienden intereses de naciones extranjeras en detrimento del propio pueblo.
Entonces vale la pregunta, ¿Javier Milei es un cipayo? Lo que podemos afirmar es que tiene gestos políticos que nos pueden llevar a contestar que podría ser así. El Presidente hace cosas incomprensibles. Tiene una foto de Margaret Thatcher en su escritorio de la Casa Rosada.
Al lado, a la imagen de la ex primera ministra británica, casualmente al frente de Inglaterra durante la guerra de Malvinas, está otra foto del expresidente estadounidense, Ronald Reagan, quien a mi juicio fue el verdadero padre de lo que hoy es la extrema derecha.
Reagan hizo a la derecha nuevamente popular. De cualquier forma, Reagan, al lado de los actuales miembros de la derecha mundial, era un estadista.
La foto de estas imágenes en el escritorio de Javier Milei fue primicia en Perfil.com publicada por el periodista Juan Luis González de la revista Noticias.
Como deben recordar, esta admiración de Milei por Margaret Thatcher no es algo oculto. Miei lo reafirmó en el debate presidencial que tuvo con Sergio Massa y se lo repitió a una periodista británica de la BBC.
“Margaret Thatcher es brillante”, dijo Milei el 6 de mayo de 2024 en una nota con la periodista Ione Wells.
Varios políticos también relacionaron las declaraciones de Milei sobre Malvinas con la historia de La India y los cipayos.
Martín Lousteau se expresó en este sentido en su cuenta de X. “¿Gandhi les preguntaba a los ingleses en la India si preferían ser indios, o simplemente exigía que abandonaran su territorio?”, escribió el senador radical.
Y agregó: “Me perdí… ¿Ahora les preguntamos a los representantes de la potencia colonial si preferirían ser argentinos? ¿El presidente está a favor de la autodeterminación de los colonos?”.
“Esta declaración del presidente atenta contra el reclamo legítimo de Argentina y es un insulto a los excombatientes. Las Malvinas son argentinas por derecho y por historia”, cerró el presidente de la UCR”.
Vale mencionar que Martín Lousteau conoce muy bien Gran Bretaña, de hecho él hizo su carrera de posgrado en la famosa London School of Economics and Political Science.
Por su parte, Cristina Kirchner manifestó: “Es el pensamiento cipayo. Y esto no es adjetivación sino descripción y, por ende, literalidad. El cipayo es alguien partidario del poder extranjero en desmedro de los intereses del país en el que nació”.
Y siguió: “A ese lugar, las grandes mayorías lo llaman Patria y lo defienden como tal. Este pequeño hombrecito no quiere... ni puede entenderlo. Grave… Muy grave”.
Sin embargo, por quien Javier Milei muestra verdadera devoción, con escenas que dan esa mezcla de incomodidad y vergüenza ajena que los jóvenes denominaron cringe, es por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Probablemente Milei crea que de esta manera, alineándose en todo con Estados Unidos y mostrándose dispuesto a acompañar sus políticas, inclusive hasta servil, pueda conseguir un trato preferencial para Argentina en materia de ayuda económicas, por ejemplo.
Como contraparte, Trump trata a nuestro presidente como un gobernador de uno de sus estados. Como trata al jefe de Estado canadiense al que llama “gobernador”.
El 22 de febrero en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) Trump brindó un discurso muy elogioso hacia Javier Milei. “Estoy muy orgulloso de vos”, dijo el mandatario norteamericano.
Y afirmó: “Seguía escuchando sobre este hombre en la hermosa Argentina. Y es hermosa, pero qué inflación tenía. La inflación la hizo menos hermosa. Escucho que lo están haciendo fantástico. Estamos muy orgullosos de ti”.
Además, Javier Milei echó a la canciller Diana Mondino por no alinearse con el bloqueo económico a Cuba, cambió de posición en la guerra de Ucrania y dejó de considerar héroe y “un amigo” a Zelensky, para plegarse a la política exterior de Trump más cercana a Putin y se mostró peligrosamente alineado con Israel y Estados Unidos en el conflicto en Medio Oriente, a pesar nuestra historia de atentados a la comunidad judía argentina como lo fueron los ataques a la embajada israelí y la AMIA.
Este permanente acercamiento con Estados Unidos no impidió que Estados Unidos cuadruplicara los aranceles a Argentina y los pasara de 2,6% a 10%. Esto fue festejado por el presidente como un logro en función de las muy buenas relaciones que tiene Argentina con Estados Unidos y celebró que nos impusieran solamente un 10%.
Vale decir que Brasil, cada vez que tiene a Lula como presidente, odiado por Trump y uno de los fundadores del bloque de los BRICS también tiene el 10%.
Esto, a pesar de que Argentina tiene una relación comercial altamente deficitaria con los Estados Unidos. Es decir, compra más de lo que le vende. De los últimos 10 años, 9 fueron deficitarios para Argentina.
Es decir que Argentina no es una amenaza comercial para Estados Unidos.
Otra muestra de que el cipayismo nunca es bien recompensando para el pueblo al que se subordina.
A veces, lo que las personas pensamos se encuentra en los detalles, en los descuidos. En las cosas que hacemos sin darnos cuenta, porque no estamos prestando atención a lo que creemos que no la tiene.
Anoche Milei, que evidentemente, tenía un día pro imperialista, para decirlo de algún modo, una imagen en Instagram que alude al premio que hoy recibirá por parte de Donald Trump, quien de nuevo le dirá que está orgulloso de él.
Esta imagen compartida por Milei, es una caricatura de Trump dándole un premio a él que se titula MAGA, por Make Argentina Great Again, es decir “hacer la Argentina grande de nuevo” como sustituto del emblema de Trump.
Lo divertido de la caricatura, es que el premio tiene la imagen de Argentina con la forma de África. Aún así, él la publicó sin ningún inconveniente.
Por otro lado, recientemente Javier Milei se reunió con su par francés, Emmanuel Macron quién le dio un fuerte apoyo dentro del FMI, del cuál Francia es miembro y es uno de los que tiene más acciones junto con los principales países europeos, para favorecer el nuevo préstamos del organismo a nuestro país.
Luego de esta reunión, Macron escribió un tuit curioso haciendo referencia a nuestros minerales estratégicos.
“Mucho más que un aliado en sectores clave, como los metales críticos, Argentina es un amigo con quien queremos construir la economía del futuro”, escribió el mandatario.
En política se debe leer entre líneas. ¿Qué necesidad de hablar de nuestros recursos naturales? Una interpretación plausible de este tuit es que el apoyo de Francia de cara al acuerdo con el FMI tiene algún tipo de contraparte en acuerdos sobre estos metales críticos.
“Construir oportunidades compartidas en sectores clave para el futuro”, respondió al mensaje Javier Milei.

No se trata de ser mal pensado, pero habría que seguir este tema de nuestros minerales y Francia, para ver cuanto de las derivaciones del apoyo francés en el FMI tiene implicancias de otras “relaciones carnales”, por así decirlo.
En relación a las relaciones carnales, fue una frase que dijo el ex canciller menemista, Guido Di Tella, luego, cuando se le preguntó cómo eran estas relaciones, resaltó la cercanía personal que había entre Menem y el presidente estadounidense, Bill Clinton.
Al respecto, Guido Di Tella decía: “El tema de las personas tiene mucha influencia. El presidente lo hizo de frente, brutalmente sin anestesia”, afirmó sobre la relación entre Argentina y Estados Unidos en los noventa.
“Las relaciones personales tienen peso y el presidente le saca el jugo hasta en milímetros”, dijo sobre la relación entre Menem y Clinton.
Los presidentes tienen que dialogar con todos los mandatarios, eso es obvio y esperable. No se puede ser inmaduro o ideologizar, relaciones personales que se deben construir para intentar defender los intereses de cada uno de los países, en este caso de Argentina, en mejores condiciones.
Sin embargo, eso no justifica la sumisión en cada gesto político y tampoco el alineamiento geopolítico sin que importe nada en absoluto, ni siquiera las propias convicciones, como sucedió en el caso de Ucrania.
Por otro lado, el Gobierno realiza todas estas concesiones para que estos países ayuden a Argentina con el FMI y luego presenta el acuerdo con el Fondo como un triunfo. Pero este nuevo préstamo, muy evidentemente no es un triunfo, es otro condicionamiento que le queda a la economía y al futuro de las generaciones de la Argentina. Y al mismo tiempo implica otro grado de injerencia del organismo sobre las políticas económicas de nuestro país y otro avance sobre nuestra soberanía económica.
En 2018, al Macri endeudar a Argentina con el mayor crédito de la historia del FMI, de alguna manera, se hipotecó la independencia en materia de relaciones internacionales, si en los países con mayor capacidad de voto en el FMI están gobernados por una mayoría de una ideología determinada.
Es decir, que cuando uno necesita la aprobación de los votos del fondo, la ideología de esos países, de alguna manera, determina.
La pérdida de soberanía económica y los seis hitos de entrega de Milei, bajo la lupa en 'QR'
Yo recuerdo que en 2018 el asesor estrella de Bolsonaro, el filósofo Olavo de Carvalho y el entonces canciller Ernesto Araujo dijeron que Brasil tenía una oportunidad enorme en materia de relaciones internacionales, representando a toda Sudamérica.
Porque interpretaban que el hecho de que Argentina hubiera ido al FMI sumando 50 mil millones de dólares de deuda había entregado su soberanía no en materia económica sino en materia de política internacional. De allí Malvinas, o salirse del BRIC, o votar contra Ucrania. O sea, que no puede no alinearse.
Entonces, Milei viene a profundizar un problema que se originó en 2018. Y que obviamente es distinto si al frente de los Estados Unidos había un presidente débil, como le tocó a Alberto Fernández y no un presidente como Trump,
El saber popular tiene muy en claro que cuando alguien te presta dinero, empieza a tener derecho a la hora de opinar sobre los gastos. Hay una publicidad muy graciosa de hace unos años del Banco Santander que habla de esto. Se trata de un suegro que le presta dinero a su yerno y empieza a verificar los consumos del deudor.
Un presidente un poco cipayo, que vuelve a las llamadas “relaciones carnales”, puede no ser lo mejor para defender los intereses de Argentina. Como decimos siempre, esperemos que estemos equivocados y que en la relación entre Milei y Trump no haya sumisión, o que esa sumisión finalmente termine generando alguna ventaja para la Argentina y no más desventajas.
Es evidente que si Milei en su campaña electoral le prometió a los argentinos dolarización, que se puede entender en el sentido metafórico, no porque haya una verdadera dolarización sino porque de hecho el dólar permanezca estable y se facilite el acceso a los dólares.
Es decir, que los argentinos tengan acceso al dólar aunque toda la moneda no esté dolarizada. Esto aumenta aún más la dependencia de un presidente que hizo esa promesa a su electorado respecto de las relaciones carnales con quien imprime los dólares y al mismo tiempo puedo aportar su voto decisivo en el Fondo Monetario Internacional.
MC/ff