Finalmente, el ministro de Economía Luis Caputo brindó más detalles del nuevo acuerdo con el Fondo, que implica un envío de 20 mil millones de dólares y queda definir cuánta plata de esa es para pagar la propia deuda con el FMI y cuántos son los fondos nuevos.
Si bien el Gobierno y el periodismo más cercano al oficialismo, los panelistas, recibieron esta noticia con entusiasmo, vale la pena entender qué tipo de organismo es el FMI y cuál es su historia para dilucidar la compleja situación de nuestro país.
Para repasar la historia del FMI, el motivo por el que fue creado y su accionar en diferentes países, decidimos comenzar esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3) con “F.M.I” de Faradaï.
Vamos a hacer un repaso a lo largo de la relación del Fondo de distintos países del mundo con crisis, como podría ser el nuestro. Nos transportamos al 4 de abril del 2012. Un jubilado de 77 años camina por la plaza Syntagma en Atenas, Grecia. Su nombre es Dimitris Christoulas. Luego de atravesar toda la plaza, se pone en frente del parlamento griego, saca un arma y se suicida de un disparo en la cabeza.
El hecho que conmocionó a la opinión pública del país, de Europa y de buena parte del mundo, tuvo su corolario en la publicación de una carta en la que este jubilado relataba los motivos de su decisión completamente lamentable.
“He decidido quitarme la vida porque, como muchos otros griegos, ya no tengo esperanza. Me veo obligado a hacerlo porque el Gobierno, con las políticas impuestas por la Troika (el FMI, el BCE y la UE), me ha dejado sin un futuro digno. Me han arrebatado toda esperanza de poder vivir como ser humano en este país. Ya no me queda nada, ni un camino por el que pueda seguir adelante.
Soy un jubilado de 77 años, y tras las medidas de austeridad que se impusieron en Grecia, me encuentro con una pensión recortada a la mitad. No tengo medios para vivir dignamente, y no puedo hacer frente a la pobreza que me acecha. La situación ya es insoportable. Al vivir con una pensión tan pequeña, me han dejado sin nada. Ya no puedo soportar la vida bajo este régimen de sufrimiento”, escribió el hombre de 77 años.
La carta de Dimitris Christoulas se convirtió en un símbolo de protesta del pueblo griego a los planes de austeridad del FMI, el Banco Europeo y la Unión Europea. A causa de la austeridad recomendada por la famosa Troika europea, el PBI de Grecia cayó un 26%. Este fue el achicamiento de una economía más importante en tiempos de paz, sin contar las naciones que tuvieron que afrontar desastres naturales o una guerra.

Para darle contexto a esto, analicemos un fragmento de la crisis griega desatada luego de un pacto con el FMI, el Banco Europeo y la Unión Europea. Un informe de la TV Pública de mayo de 2010 describió las protestas en contra del ajuste, como el incendio de una sucursal bancaria que provocó tres muertes tras el anuncio de la efectivización del préstamo de la UE y el FMI al país por 110.000 millones de euros por tres años, que provocó reducción de salarios el aumento de despidos.
El FMI no funciona como entidad bancaria tradicional. Es decir, su principal objetivo no es maximizar ganancias a partir de otorgar créditos y obtener intereses. Según el artículo 1 del Estatuto del Fondo, sus objetivos son: “promover la cooperación monetaria internacional, facilitar el crecimiento equilibrado del comercio internacional, promover la estabilidad cambiaria y la multilateralidad en los intercambios de divisas, y contribuir a la creación de recursos financieros internacionales, así como a facilitar el acceso de los países a la financiación en momentos de crisis”.
Es decir, su objetivo es ayudar a que la economía mundial esté saludable y socorrer a los países que están en crisis. Fundamentalmente, cuando se refiere indirectamente a facilitar el acceso de los países a la financiarización y contribuir a la creación de recursos financieros, lo que el Fondo está diciendo es que si los países deudores no pagaran y no tuvieran ninguna consecuencia, nadie pagaría sus deudas y no habría crédito. Es decir, plantea que el crédito se basa en la confianza de que el acreedor va a cobrar lo que el deudor debe.
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Sin embargo, el FMI tiene múltiples críticas de ser exactamente lo opuesto a lo que mencionan en su artículo 1. Según economistas como Joseph Stiglitz, por ejemplo, el Fondo aplica recetas que terminan agravando los problemas que supuestamente vienen a solucionar. En medicina o farmacología, esto es una paradoja paradoxal. Es decir, cuando un tratamiento o medicamento agrava el cuadro clínico que debería curar.
Probablemente en esto también haya cuestiones del orden ideológico más profundas, como la frase de que “sin dolor, no hay cura”. Aplicar medidas tan graves a países que se han excedido en el gasto como las que se aplicaron en Grecia y causaron que un cuarto de su PBI desaparezca es también una forma de castigo que el deudor debe cruzar como una forma de expiación.
Un informe de Alejandro Bercovich y Pedro Saborido sobre el Fondo explica que tuvo dos creadores: el estadounidense Harry White y el inglés John Keynes. Ambos observaron cómo los ganadores de la Primera Guerra Mundial aplastaron a Alemania y sembraron el resentimiento que dio nacimiento al nazismo. Keynes incluso predijo el siguiente conflicto mundial cuando observó que el empobrecimiento deliberado de Europa central generaría venganza.
En 1944, hacia el final de la Segunda Guerra, White y Keynes fueron enviados a una reunión entre los ganadores. Ahí nacieron las recetas originales del Fondo, con el objetivo de desarrollar un nuevo orden económico mundial para evitar una tercera guerra, pero sin asfixiar a Alemania. White le dio forma a estas ideas y se aseguró que, a partir de ese momento, el dólar se convirtiera en la moneda mundial y que Estados Unidos tuviera mayoría y poder de veto.
El FMI está conformado por 191 países, dentro de los cuáles está la Argentina y otros países en vías de desarrollo. Sin embargo, la capacidad de decisión que tienen países como el nuestro en las políticas del Fondo es prácticamente nula.
Si bien hay una Junta de gobernadores, que es una suerte de asamblea con un representante por cada país que se reúne una vez al año, quienes llevan adelante la política del FMI es un Directorio compuesto por 24 miembros que representan diferentes países o regiones de países.
Los países cuyas cuotas -el dinero que aportan al Fondo cuando se fundó- es más alta, tienen más poder de decisión. Por esta razón, Estados Unidos tiene un papel central en el FMI. Con el 16% de las cuotas, tiene poder de veto, porque para tomar una decisión se requiere el 85% de las cuotas.
Ese 16% no surgió de la cantidad de dinero que aportó el país, sino una decisión y la aceptación de debilidad del resto de los países luego de la Segunda Guerra, con una Europa y Japón destruidos. Así, EEUU se convirtió en el dueño del FMI, logrando que el dólar sea la moneda de intercambio mundial.
De esta manera, el FMI en general termina proyectando los intereses de Estados Unidos u otros países poderosos de Europa y no las necesidades de los países que supuestamente deberían ayudar, que son los que están en vías de desarrollo.
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En su tercera presidencia, el presidente brasileño Lula Da Silva explicó esto de una forma muy sencilla. "Cuando fue la crisis en 2008 en los países ricos el FMI no se pronunció. Incluso parecía que el FMI no existía”, dijo en 2023.
“Ahora, cuando hay una crisis en cualquier país pequeño, sea de África o de América Latina, el FMI decide hacer pronósticos, decide hablar, meter la trompa, cuando en realidad debería ayudar, pero no ayuda. La plata que pone en esos países es casi como un cabestro. El país queda preso de eso y no puede salir.
Miren la situación de Argentina, lo difícil que está por culpa del préstamo que fue hecho por intereses políticos del FMI. Los 44 mil millones prestados a Macri en medio de las elecciones. Hay quienes dicen en Argentina que ese dinero fue prestado para que Macri pudiese ganar las elecciones. Él no ganó, Alberto Fernández ganó, y Alberto quedó con la deuda que ahora tiene que pagar”, sostuvo el mandatario.
Clarísimo como siempre Lula. “Cuándo la limosna es grande, hasta el santo desconfía”, dice un refrán español. Es decir, cuando alguien te da algo, en este caso, un préstamo, tal vez puede tener intereses detrás de esta acción supuestamente altruista.
Luego de la caída de la Unión Soviética, en una paradoja de la vida el FMI le prestó dinero a Rusia -la Rusia surgida del colapso de la Unión Soviética- con la condición de que bajen los aranceles de la exportación de gas para toda Europa en 1996.
Este acuerdo de Rusia con el Fondo se originó porque la crisis asiática, que se denominó efecto tequila y venía de la crisis mexicana, tuvo un corolario en la baja de los precios de las commodities. Esto provocó que Rusia, que vivía de la exportación de gas y petróleo, sufriera una baja de divisas y esto provocó una fuerte devaluación.
Para favorecer el ingreso de dólares, el gobierno de Boris Yeltsin aumentó la tasa de interés al 150%. Eso hizo que lleguen fondos de inversión a comprar bonos rusos tentados por la sideral ganancia. Para sostener esta situación, Rusia recibió un préstamo del FMI. Sucedió que el pago de los intereses mensuales ahogó a Rusia y cuando esto sucedió, los inversores cambiaron sus instrumentos financieros y se llevaron los dólares, dejando al país en una crisis brutal.

El Gobierno, cercado por las huelgas del viejo PC ruso, tuvo que suspender el pago al FMI y luego de largas negociaciones, se hizo una reestructuración de la deuda. Al igual que nuestro país, Rusia se vio favorecida por el boom de precios de las materias primas a inicios del siglo XXI y pudo salir de su crisis.
Como ven, la similitud con nuestra situación es bastante impactante, pero vale aclarar que Rusia es un país infinitamente más grande que Argentina: tiene 17 millones de kilómetros cuadrados, 11 husos horarios. La mitad del globo está ocupada por territorio ruso, y todas estas situaciones humillaron al país. Que Rusia tuviera que ser salvada por el FMI humilló el sentido nacional y patriótico de los rusos, acostumbrados a ganarles a Napoleón y a Hitler. Esto explica a Putin, que es el resultado de una herida narcisista del pueblo ruso que se vio tratado como si fuera Argentina o peor aún, como si fuera una república africana.
Existen otros casos más comparables con el de Argentina. La situación de Rusia fue el paroxismo de la humillación que sintieron los ciudadanos rusos al verse obligados a recurrir al mismo fondo del que se fue Stalin al darse cuenta de que era una herramienta de poder de Estados Unidos.
Ahora observemos el caso de Egipto. Para cumplir con los requisitos del FMI y pagar la deuda con el organismo, el país árabe anunció en 2023 la privatización de empresas estatales por 1.900 millones de dólares. Con la fuerte inflación y la devaluación de más del 50% del valor de la libra egipcia en un año, a finales de 2022 Egipto sumaba una deuda externa estimada de 162.000 millones de dólares.
Como ven, no es algo que solo sucede en nuestro país que los acuerdos con el FMI comiencen mal y terminen peor. En Turquía, un país más cercano a la Argentina en términos comparativos, la crisis económica de 2022 generó que la carne se transformara en un lujo ocasional luego de que los precios aumentaran un 80% en un año.
Mencionamos el caso de Grecia y del jubilado que decidió quitarse la vida, luego de manifestar que su situación era insostenible por los recortes en los haberes que había impulsado el FMI. El ministro de Economía griego, Yanis Varoufakis, tuvo que enfrentarse con el FMI y contó en un genial libro llamado “Comportarse como adultos” cómo funciona el accionar del Fondo.
En un reportaje en C5N en febrero de este año, Varoufakis dijo: “El FMI permite a los oligarcas sacar su dinero, cambiarlo por dólares, y que todos lo paguen en pesos devaluados”. “Lo que vino haciendo el FMI en tu país y en el mío, antes de que vinieran Trump y Milei, fue exactamente lo mismo. Esto no es nuevo. Creo que Trump va a torcer el brazo del FMI, pero el brazo del FMI fue torcido varias veces por sí mismo. No tengo ninguna simpatía por ellos", agregó.
Es interesante contraponer el FMI y el Banco Mundial. Este segundo organismo crediticio internacional tiene funciones distintas. Mientras que el Fondo Monetario Internacional tiene como objetivo fomentar la estabilidad financiera internacional, el Banco Mundial es una organización que busca reducir la pobreza y generar prosperidad en los países en desarrollo. Es decir, tiene un enfoque mucho más social y humano.
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El Banco Mundial también fue creado en Breton Wood luego de la Segunda Guerra Mundial, en la misma reunión que se creó el FMI, pero como ven, atiende a los países en problemas desde otra mirada. Podríamos decir que el FMI es un organismo financiero, cuyo objetivo es que no haya disturbios financieros, y que el BN es un banco de desarrollo cuya preocupación es la economía real.
Mientras que el BN presta dinero a países para viviendas o programas sociales que produzcan una mejora en la calidad de vida de la población, el Fondo presta dinero para fortalecer las reservas de los bancos centrales y de esta manera, solventar la política monetaria de los países en problemas. Esto quiere decir que los acreedores privados cobren cuando los Estados no están en condiciones de pagarlo.
Sin embargo, uno de los máximos críticos del Fondo -el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz- explicó que el FMI tuvo cambios y que luego de la pandemia se fue “humanizando”. En 2022, el economista habló en Periodismo Puro de la renegociación de la deuda de Argentina con el organismo que enfrentó su discípulo Martín Guzmán, exministro de economía, por lo que su opinión está atravesada por el afecto. “Argentina ha conseguido un mejor trato porque hubo un cambio en el FMI”, dijo.
Sin embargo, ya en 2022, Stiglitz notaba que había sectores del FMI que querían volver al anterior Fondo de ajustes y austeridad. Hay que ver que cambios sufre el FMI con Trump y qué lugar representa nuestro país en ese esquema. Por lo pronto, hay un anuncio de, supuestamente, 20 mil millones de dólares y fondos libres, aunque hay discusión sobre cómo será. Es decir, que va a poder intervenir el tipo de cambio para evitar que suba es algo que está por verse.
Seguramente Trump, al igual que le había dado un préstamo a Macri para ayudarlo de cara a las elecciones, parece haber hecho lo mismo con Milei -en el caso de confirmarse-: otorgar un préstamo político para que se genere la sensación de estabilidad económica, que Milei pueda atravesar las elecciones de la mejor forma posible y que un aliado de los EE. UU. pueda construir la mayor base de poder posible en el próximo proceso electoral.
Quizás, esta vez pueda ser distinto y esta suerte de financiamiento de campaña no termine siendo pagando los argentinos con más austeridad y ajuste. De hecho, el Gobierno dice que ajusta más que el Fondo. Como decimos siempre, ojalá que estemos equivocados en nuestros temores.
Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi
TV/ff