Si los twitteros y youtubers libertarios critican a quienes no apoyamos al Gobierno con sentencia de “no la ven”, es lícito preguntar a los seguidores de Milei, pero también a todos los que seguimos los acontecimientos políticos, sobre “qué vemos” cada uno, qué es lo que “no ven” los mileístas, o que vemos como, por ejemplo, cuando observamos lo sucedido el pasado miércoles en la marcha de jubilados e hinchas.
La cobertura de lo sucedido está atravesada por sesgos como nunca, y recortes de la realidad que más que intentar informar y analizar el acontecimiento, simplemente buscan reforzar creencias previas. Es interesante analizar este caso para tratar de poner como una especie de lupa para ver lo que sucede todos los días y tratar de independizarnos como audiencia.
Lo que sucedió estos días es que Pablo Grillo, el fotógrafo que aún pelea por su vida, es un militante kirchnerista que estaba preso y Beatriz Blanco, la jubilada golpeada por el policía, era en realidad “una señora patotera” que le había pegado “diez palazos” al oficial.
Un sector del periodismo parece haber sido copado totalmente por la política, dispuesto a representar la línea partidaria de uno u otro sector. Cada sistema tiene su lógica. La política obviamente es agonal y siempre trata de magnificar los errores del adversario y esconder la propia, pero esa es la lógica confrontativa de la política. La lógica del periodismo o de la justicia no es la misma. Si la política triunfa e impone su lógica por la del periodismo o el derecho, la democracia va a estar muy mal.
Por todo esto, decidimos comenzar esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3) con “¿Qué ves?”, de Divididos, una canción coescrita por Ricardo Mollo, quien además, le envió un mensaje de solidaridad al fotógrafo Pablo Grillo.
Primero vamos a analizar una nueva explicación de Patricia Bullrich sobre el golpe a la jubilada por parte del policía y luego vamos a analizar lo que está detrás de estas afirmaciones. En el canal A24, la ministra dijo: “Vean los palos que pega la señora jubilada. Le pega y después se queja. Lo único que hace el policía es darse vuelta y la señora se cae. ¿De qué lado estamos, del policía o de la señora?”.
La jubilada “barra brava” fue empujada y se cayó. Es más, tiene un machucón en el ojo. Es impresionante la tergiversación de los hechos, pero además la presentación del tema. ¿De qué lado estamos? ¿Del de la policía o de la jubilada?. Francamente, yo estoy del lado de los dos.
Esta presentación dicotómica el típica del populismo de manual. Hay un “nosotros”, la “gente de bien” y “ellos, los violentos, los barra bravas y los patoteros”. La realidad es que acá hay una situación de 2,8 millones de jubilados que cobran 350 mil pesos y que tienen derecho a manifestarse por un tema que viene acumulándose a lo largo de los gobiernos de este siglo. Se había encaminado durante la convertibilidad, hay que confesarlo, y se desencaminó enormemente durante el kirchnerismo. Fue un problema del kirchnerismo, de Macri, de Alberto Fernández y este Gobierno lo empeoró. Es sobre eso que viene la cuestión: se ha dicho repetidamente que un porcentaje significativo del superávit fiscal es a costa de los jubilados.
En esa manifestación, como subproducto de la represión, evidentemente hubo hechos de violencias cometidas por manifestantes, que deben ser juzgados con pruebas. Obviamente, el sistema de contención de esas personas tendría que haber tenido profilaxis y, luego, haberlos encarcelado con pruebas y sin armas. Sin embargo, esa señora estaba completamente desvalida frente al Policía y cuando fue agredida, el policía se escondió, en un momento en el que no había llegado ningún hincha, ni barrabrava, ni nadie.
¿Qué ve cada uno de los periodistas cuando ve? Esta misma forma de presentar el tema la replicó el periodista Esteban Trebuq en LN+. “Milei y Bullrich están del lado de la policía, yo a mis hijos les enseñé a estar del lado de la policía porque es estar del lado de la democracia”. “Por definición, las fuerzas del orden son los buenos. Los buenos son los de azul”, indicó. Trebuq ya tiene trabajo cuando Manuel Adorni sea candidato para sustituirlo como vocero.
Más allá de eso, hay un planteo epistémico. Los de un color nunca están del lado del bien porque en toda organización hay mala praxis. En el periodismo, en la medicina o hasta en los curas hay mala praxis. Esto no quiere decir que no haya instituciones que, en su conjunto, no ocupen su lugar en la democracia y estén en el lado del bien. Sin embargo, decir que todos están del lado del bien es un error epistémico.
Obviamente, del otro lado también hay excesos en el uso del micrófono. El periodista Jorge Rial dijo en C5N contra la periodista Mariana Brey que “si sos un hijo de puta, sos un hijo de puta”. “Si sos un periodista mileísta, sos un periodista del régimen”, aseguró. Este ejemplo es tan solo un significante de decenas del sesgo de medios con una posición ideológica opuesta a la que presentamos anteriormente.
En primer lugar, hay que partir de que la posición del otro está motivada por sus pensamientos y no por su calidad personal. Además, el kirchnerismo fue quien primero desarrolló la noción de “periodismo militante”. Es decir, de periodismo cercano al régimen. Que se quejen de que del otro lado hay periodismo del régimen nos tendría que hacer reflexionar que la responsabilidad es de todos. Ver nuestros errores y trata de corregirlos sea quizás la forma de reconciliarnos.
Si tuviésemos que marcar dos comienzos del pensamiento occidental que dominó gran parte de la historia, podríamos ubicarnos en la Grecia clásica y en la Francia de la modernidad. En Grecia, Sócrates perseguía a otros filósofos, a militares y a gobernantes, para hacerles preguntas y demoler sus certidumbres. “El tábano”, como le decían, zumbaba en los oídos de todos para decirles lo que no querían escuchar, aquello que consideraban que era verdad y que en realidad era cuestionable.
Renés Descartes, en El Discurso del Método, instauró que para empezar a analizar cualquier aspecto de la realidad, primero había que dudar de todo, inclusive de las cosas que se tenían por más ciertas. De hecho, Descartes dudo incluso de su propia existencia. En ese momento, dijo sus célebres palabras: “Si dudo, estoy pensando y si pienso, entonces existo”. De esta manera, Descartes estableció el “primero pienso, luego existo”. Estas bases filosóficas fueron esenciales para pensar la ciencia, y en cierto sentido el periodismo. El pensamiento occidental se acostumbró a basarse en que no se podía sostener nada de lo que no hubiese pruebas basadas en los hechos.
Hoy parece haberse invertido el cogito cartesiano de “primero pienso, luego existo” en el que se dudaba de todo, para pasar al sesgo de confirmación y a una suerte de cogito distinto, en el que “primero creo, luego confirmo”. La sociedad parece no tolerar dudas sobre sus certidumbres y cada nicho de opinión solo consume aquello con lo que ya está de acuerdo anteriormente. Quizás esta sea la razón por la que los medios de comunicación tienden a hacer más propagandas que periodismo.
La peligrosa complicidad con el poder
En la última columna de Gustavo González en diario PERFIL, totalmente recomendable, se relata cómo fue la cobertura en los medios cercanos al Gobierno. Vamos a citar un fragmento.
"Hubo redacciones de importantes medios en las que esa tarde se les prohibió a los periodistas escribir palabras como “represión” y “marcha de los jubilados”. Debían reemplazarlas por otras como “enfrentamientos”, “las respuestas de las fuerzas de Seguridad” y “marcha de los barrabravas”. En los títulos, la anciana Blanco se convirtió en la agresora del policía; y Grillo, en un militante kirchnerista herido."
Es interesante la selección de “issues” o temas, porque si uno es redactor de medios como Infobae, Clarín o La Nación, si tiene que hablar de “enfrentamientos” o “marchas de los barrabravas” ya se establece un sesgo que intenta manipular al lector. No fue una marcha de barrabravas. Fue una marcha por los jubilados en la que había adultos mayores, hinchas -hasta ahora 5 barrabravas identificados- y delincuentes. Probablemente, haya habido más, pero eso no la hace una marcha de barrabravas, hubiera habido 20 o 50.
Ahora vamos a ver las tapas del domingo de estos diarios y las vamos a analizar partiendo de identificar este tipo de sesgos.
El Gobierno acusó a los intendentes de La Matanza y de Lomas de Zamora de “financiar” a grupos violentos para desestabilizar al Gobierno. De hecho, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, habló de un “intento de Golpe de Estado”. Esta teoría del Gobierno no tiene ninguna prueba aún que se haya hecho pública. Ojalá no sea cierto y, de ser cierto, ojalá haya pruebas, Hasta ahora, es tan probable que lo haya financiado los intendentes del PJ, como el ejército cubano o los youtuber libertarios alejados del Gobierno.
Para ninguna de todas estas locas teorías hay pruebas. Sin embargo, en la construcción del título de Clarín se establece como cierto: “Dirigente del PJ detrás del financiamientos de las barras violentas en el Congreso”. No dice que el Gobierno afirma que hay dirigentes del PJ detrás del financiamiento, ni se utiliza siquiera el condicional del verbo. Simplemente se da como cierto, como un descubrimiento de la propia redacción.

La Nación, como en general nos tiene acostumbrados, es mucho más sutil y correcto. Pone en el Gobierno el verbo de “prever un nuevo desafío de grupos violentos frente al Congreso”. Sin embargo, el recorte ya resulta interesante. Beatriz Blanco, la jubilada golpeada por la policía, avisó en un audio enviado a la producción de este programa que tiene la intención de volver a la marcha el próximo miércoles. Como ella, muchos jubilados planean hacer lo mismo.
Si los jubilados deciden volver a marchar, no será una marcha de violentos. Habrá jubilados y algunos violentos a los que, sin ninguna duda, las fuerzas de seguridad deberán extraer para no entorpecer la marcha. Se podría elegir reflejar los dos puntos de vista con un título así: “El miércoles habrá una nueva marcha en el Congreso: El Gobierno y los jubilados anticiparon su preocupación por un nuevo hecho de violencia”. Un nuevo hecho de violencia de los dos sectores. De todas las opciones, solo elige mostrar la perspectiva del Gobierno y adelantar que seguramente habrá “grupos violentos”.
Alguien insospechado de ser kirchnerista, como lo es Jorge Macri, desestima la teoría oficialista de que intendentes del PJ estén detrás del financiamiento de la marcha. El jefe de Gobierno porteño dijo en TN: “No veo al peronismo o al kirchnerismo detrás de esa violencia”. Lo que uno tendría que plantear, como siempre, son las dos visiones.
En relación a la liberación de la jueza de los detenidos, hubo colegas periodistas que señalaron que esto se debía a su filiación política. “La jueza priorizó el derecho de los delincuentes a seguir destrozando todo”, acusó el periodista Jony Viale en Radio Rivadavia.
Luego de haber tejido discusiones en público, Eduardo Feinmann coincidió con el tono de Viale y aseguró: “Una jueza camporista terminó liberando a los 114 barras como si no hubieran hecho nada”. La realidad es que la jueza dijo que no había pruebas para tener a estas personas detenidas. Obviamente que hay que detener a aquellas personas que producen desmanes, que queman tachos de basura o que incendian autos de la policía.
Sobre esto, el sitio Seul señaló, con ironía, que las personas que estaban a favor de la protesta denunciaron que la policía había dejado un auto abierto como un señuelo para incendiarlo, y lo incendiaron. De ninguna manera dudo de la honestidad intelectual de quienes se planteaban esto, en ningún momento podían pensar que a lo mejor fueron infiltrados los que dieron vuelta el auto. No tenemos ninguna prueba de que así sea, pero tampoco hay pruebas de que las 114 personas que liberó la jueza hayan estado ahí.
Lo mismo que nosotros planteamos en relación a otras afirmaciones del Gobierno como, por ejemplo, que todo fue dirigido por intendentes del PJ. No decimos ni que es falso, ni que es verdadero. Simplemente, lo que planteamos es que hay que ponerlo en condicional hasta que el Gobierno presente las pruebas. Se puede decir que el Gobierno “dice”, no que “es”. Lo mismo cuando nos llaman “periodistas ensobrados”. Hasta ahora, nunca presentaron pruebas de eso.
En una genial columna “Elige tu propio cascote” del sociólogo Luis Costa en PERFIL, se explica cómo se construyen estas noticias sesgadas sobre la realidad.
"Como señala Luhmann, es la misma operación de selección la que diferencia lo observable de lo no observable. Comprender cuáles son esos criterios que guían la selección ayuda a entender qué es lo que se ve, junto con lo que queda inobservado." (...) "los mismos periodistas en sus redes sociales, llegaban a conclusiones indignadas sobre el pedazo de episodio que caía en gusto de ellos. Quien quisiera encontrar delincuentes tenía una mesa disponible de opciones de imágenes perfectas".
Esto viene a cuento para decir que nunca sucede una sola cosa. Siempre suceden muchas simultáneamente. Lo que hace el periodismo es seleccionar de todo aquello que sucede lo que considera pertinente. Normalmente, lo pertinente es mostrar un poco de cada una de las cosas que suceden. Si solo se elige una, lo que se va a encontrar son “delincuentes disponibles de opciones de imágenes perfectas”.
Lo que decidimos recortar de la realidad constituye lo que vamos a analizar de ella. Quien quiera ver una marcha de barrabravas, puede mirar el momento exacto en el que un joven con la cara tapada le tira una piedra a la policía o incendia un tacho de basura. Quien quiera ver una marcha, solamente compuesta por jubilados, podrá ver la foto de lamentables hechos de violencia policial contra la jubilada que mencionamos o el fotógrafo que lucha por su vida.
Oscar Wilde dijo que “la verdad es rara vez pura y nunca simple”. El periodismo debe buscar entender e informar esa realidad compleja. De alguna manera es como el tábano Sócrates, que le decía a las personas lo que no querían escuchar.
Siguiendo con la columna de Costa, tiene otra afirmación interesante. De alguna manera la lógica de la política llegó al periodismo, a la justicia y todos las esferas de la vida pública. Al revés de lo que dice Milei, se puede decir que la política ganó.
Es decir, el binomio gobierno/oposición y la lógica del enfrentamiento está reemplazando las otras lógicas presentes en el sistema jurídico y en otros ámbitos como el periodismo. Siguiendo a Costa, podríamos decir que el populismo, con su permanente maniqueísmo entre amigos y enemigos, secuestró a la política y la política populista secuestró al periodismo, a la justicia y a todo lo que toca.
El pensador israelí Yuval Noah Harari, plantea que las instituciones deben regularse entre sí, tratando de limitar los elementos que la dañan pudiendo auto regularse. Si no lo hacen, terminan degradándose. Desde hace un tiempo venimos intentando señalar estas cosas del periodismo para limitar estas prácticas y cuidar su función en la democracia. Esto es de vital importancia para frenar las avanzadas autoritarias de los gobiernos, independientemente de su orientación ideológica. Lo hicimos con el kirchnerismo y lo hacemos ahora con el mileísmo.
Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi
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