Probablemente el de los jubilados sea el sector que más perdió con el gobierno de Javier Milei. La gravísima situación que viven los adultos mayores, ha generado también que sean uno de los sectores que más ha movilizado y al que más ha reprimido este Gobierno. La novedad es que los hinchas de fútbol, un sector que no se moviliza tanto por temas políticos, pero que es totalmente masivo y con un fuerte arraigo en la cultura popular argentina, se solidarizó con los jubilados y decidió acompañarlos en su ya tradicional movilización de los miércoles.
La unidad de diferentes sectores ante el Gobierno y la permanencia de la movilización callejera puede ser un foco de oposición muy preocupante para el gobierno de Milei. Lo mismo sucedió en otra escala cuando los movimientos desocupados y los ahorristas de clase media se unieron contra el gobierno de De La Rúa o cuando se instaló la Carpa Blanca docente contra Menem y diferentes sectores de la sociedad pasaban para mostrar su solidaridad.
Por eso, para analizar lo que implica el apoyo de los hinchas de fútbol a los jubilados en la marcha de hoy decidimos abrir esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3) con El baile de la gambeta, de La Bersuit, una canción que utiliza metáforas futbolísticas para hablar de los diferentes desafíos que afrontamos en el día a día.
El apoyo de los hinchas a los jubilados comenzó cuando la hinchada de Chacarita decidió acompañarlos en la última movilización para defenderlos de la represión. “Si tocan a los viejos que quilombo se va a armar”, cantaron hinchas de Chacarita y Laferrere frente al Congreso en defensa de los adultos mayores el pasado 5 de marzo.
El periodista Luis Majul entrevistó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y calificó a los hinchas de “barra bravas”. Por su parte, Bullrich prometió “medidas judiciales y cambios administrativos”. En LN+, la ministra dijo: “Estamos preparando medidas judiciales y cambios legislativos. Está la izquierda, la kirchnerista y 50 barra bravas”.
Hay que aclarar algunas cosas de las que se plantean en esta entrevista. En primer lugar, hay que separar hinchas de barrabravas. Pueden haber barra bravas, pero no todos los hinchas lo son. Las hinchadas de los clubes tienen agrupaciones que participan de la vida política de las diferentes entidades deportivas y, además, están las hinchadas que se reúnen en diferentes eventos deportivos o incluso viajan a ver a los equipos jugar en diferentes lugares.
Las barras son otra cosa. Son organizaciones delictivas que mediante el uso de la fuerza se apropian de diferentes negocios en el fútbol y en general cuando intervienen en política, están del lado de quienes reprimen a las manifestaciones, más que del lado de los manifestantes. Generalmente son mercenarios, mano de obra que se contrata. El caso paradigmático es el de Mariano Ferreyra, joven militante del Partido Obrero, asesinado por el disparo de Cristian Favale, barrabrava de Defensa y Justicia.
También hay que aclarar que no todo lo que se opone al gobierno de Javier Milei es kirchnerismo. Hay un epíteto que se clasifica siempre en sentido degradante como kirchnerismo cuando, si el kirchnerismo fuera tan grande, hubiese ganado las elecciones, y claramente las perdió.

En relación al origen de la movilización entre los hinchas, todo comenzó por un jubilado que además es hincha de Chacarita. En diálogo con Urbana Play, Carlos contó cómo gestó la convocatoria y relató: “Le dije a mi hijo que yo no llevé a nadie, la gente vino sola. Me di cuenta cuando llegué al Congreso y vi que estaba la hinchada de Chacarita en apoyo a los abuelos”. “La juventud se está dando cuenta que tienen abuelos”, agregó.
Además, hubo personalidades del fútbol que se convocaron a la movilización. Uno de ellos fue Héctor “El Negro” Enrique, campeón del mundo junto a Diego Maradona en el Mundial del 86 y luego fue asistente técnico también junto a Maradona, cuando fue director técnico del seleccionado nacional.
“Quiero agradecerle a los hinchas de Chacarita que se pusieron a la par de los jubilados. Espero que se sumen muchos deportistas y otros campeones del mundo”, dijo Enrique sobre la movilización. “Como dijo Diego Armando Maradona, hay que ser muy cagones para no defenderlos”, aseguró.
Hablando de Maradona, su hija Dalma también se viralizó en las redes, convocando a la movilización. “Me gustaría que todos los clubes se sumen. Me vuelvo loca, me parece una iniciativa espectacular. Reprimir a los viejos es el límite”, expresó en sus redes sociales.
Por su parte, el exfutbolísta y filósofo Angel Cappa se manifestó al respecto y dijo: "Quiero expresar mi adhesión a las hinchadas que decidieron acompañar a los jubilados en su lucha de los miércoles para reclamar lo que les corresponde y el gobierno de Milei les está quitando". A su vez, denunció “la represión de Bullrich” y el uso de gas pimienta.
Habitualmente, la mayoría de las personas no se inmiscuyen en la política o en los asuntos públicos. Las personas se dedican a sus asuntos personales, sueños, objetivos individuales y problemas con los que ya les alcanza. Los políticos, activistas de diferentes causas, sindicalistas, integrantes de movimientos sociales y periodistas, somos una minoría que interviene en el proceso histórico que se está desarrollando en el presente, por así decirlo. La enorme mayoría de la población, en general, solo interviene en la política cuando vota.
Sin embargo, esto por momentos cambia. En grandes momentos históricos, las personas, ocupadas habitualmente en su día a día intervienen en la arena política para defender sus intereses. León Trotsky, uno de los cerebros de la Revolución Rusa, dijo que esto sucede cuando por alguna cuestión de fuerza mayor, crisis económicas, guerras o catástrofes naturales, se “rompen las compuertas de la vida rutinaria”. Es decir, las personas no pueden vivir sus vidas individuales, se les vuelve imposible. Es exactamente lo que le está pasando a los jubilados.
El Gobierno endureció las condiciones para aplicar el derecho de admisión en los estadios de fútbol
Volviendo a la metáfora futbolística, los jubilados se están jugando el descenso. Según la página del Anses, un jubilado que cobra la mínima -considerando el bono de los 70 mil pesos- gana 349.121,71 pesos exactamente. Según cifras del INDEC, una persona con casa propia debe ganar 354.535 pesos para no ser pobre. Sin embargo, en la situación de los jubilados, se necesita más dinero por el gasto en medicamentos y otros cuidados. Además, hay quienes tienen que afrontar un alquiler. En ese caso, un alquiler de un monoambiente ya supera el valor de una jubilación mínima.
Además, el Gobierno puso fin a la política de medicamentos gratuitos que había llevado adelante el gobierno de Alberto Fernández, lo que genera que la situación se vuelva desesperante para los viejos. El defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, expresó que con esta situación “el superávit que festeja el Gobierno está pagado con la vida de los jubilados”.
La realidad cotidiana de los viejos hace que no puedan tomar los medicamentos correctamente. Como no pueden afrontar el total de los gastos, se autoadministran los remedios según sus posibilidades, algo que obviamente hace que empeore cada vez más su salud. Esta es la situación del 49% de los jubilados, es decir, 2,8 millones de adultos mayores que cobran la mínima.

La recurrencia de la movilización de los jubilados cada miércoles, desafía uno de los objetivos del Gobierno que era disciplinar la protesta social y despejar el espacio público. En general, cuando un Gobierno pierde el control del espacio público y la calle se vuelve un ágora donde se expresan los reclamos populares, empieza a quedar en minoría.
El expresidente Macri admitió que las movilizaciones y la represión que se generó entre el 14 y 18 de diciembre del 2017, al discutirse la movilidad jubilatoria, hirieron de muerte su Gobierno y luego hicieron que pierdan las elecciones. En ese momento, luego de la represión a la marcha, la clase media urbana hizo cacerolazos a la noche durante varios días. Esa solidaridad, probablemente hermanada por una tradición de defensa de derechos en Argentina y por una situación económica muy complicada para diferentes sectores de la sociedad, terminó haciendo que el entonces gobierno pierda la mayoría social que acababa de conquistar en las elecciones de medio término.
Hay otros ejemplos de esta solidaridad y presencia permanente en la calle que han colocado a la defensiva a los gobiernos. Uno de ellos es la Carpa Blanca docente contra el gobierno de Menem. Instalada frente al Congreso Nacional el 2 de abril de 1997 con el objetivo de lograr una ley de financiamiento educativo, la Carpa Blanca permaneció ahí hasta diciembre de 1999, luego del triunfo de De la Rúa.
Unos años después, ya bajo el gobierno de De La Rúa, el aumento del desempleo y el corralito contra los ahorristas hizo que sectores desocupados se unan con la clase media. Esta movilización de sectores disímiles en la calle se sintetizó con la consigna “piquete y cacerola, la lucha es una sola”.
Todo gobierno cuando enfrenta movilizaciones o paros generales trata de deslegitimar el reclamo y atribuírselo a la oposición. En este caso, todos son kirchneristas. Sin embargo, mirando la situación de los jubilados, es esperable que haya reclamos y de hecho, sería difícil explicar por qué no hay muchos más.
Probablemente, la represión del Gobierno y la construcción amenazante de su discurso disuada a personas mayores a movilizarse. Esto es en lo que vienen a ayudar los hinchas, que en algún sentido buscan alentar a los jubilados, para que puedan defender sus derechos y salvarse del descenso a la marginalidad y la pobreza.
Sería muy bueno, que el Gobierno pueda atender esta situación del sector más desfavorecido por sus políticas. Hasta ahora, su respuesta fue la represión, acompañada por la negación de todos los canales de noticias en televisión abierta, que en este momento están transmitiendo la llegada del presidente a Bahía Blanca. Casualmente, Milei decidió ir hoy allí para colocar otro tema en agenda, que no es la marcha de los miércoles. Si los miércoles continúan, se generará un punto de inflexión.
Sobre la represión a los jubilados, el propio papa Francisco criticó los gases lacrimógenos para reprimir a los viejos, que terminan resultando en un gasto enorme que bien podría servir para tratar de ayudar el déficit económico de cada uno de ellos.
“La policía los echazó con una cosa que es lo más caro que hay: el gas pimienta de primera calidad. El Gobierno se puso firme y, en vez de pagar justicia social, pagó gas pimienta porque le convenía. Tenganlo en cuenta”, dijo en septiembre de 2024 luego de una de las tradicionales manifestaciones de los miércoles. Más contundente, imposible. Menos gases y más jubilaciones es lo que dijo el Papa.
Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi
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