En un mismo día, el presidente Javier Milei denunció un sabotaje a su entrevista con el periodista Antonio Laje en A24, recordando cuando se quejó de que había “tosedores” en el debate con Sergio Massa para perjudicarlo y al mismo tiempo criticó al exministro de Economía Domingo Cavallo y lo trató de ser “golpista”.
Este tipo de pensamiento, que siempre atribuye una conspiración o interés espurio a cada crítica que se hace para con su gestión, tiene similitudes con los pensamientos persecutorios de la paranoia. Por eso, para analizar el papel que cumple este rasgo tan particular de nuestro Presidente, empezamos esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3) con Loco un poco, de Turf.
En general se utiliza el término coloquial “persecuta” para hablar de alguien que percibe cada hecho como un ataque a su persona. Alguien “persecuta” cree que todo lo que sucede en las interacciones sociales cercanas a él se refiere a su persona.
En psiquiatría se utiliza el término paranoide para referir al síntoma de los pensamientos persecutorios. Se utiliza paranoide para diferenciarlo de paranoia, que es la patología. Desde el saber popular y la psiquiatría, podríamos pensar que alguien puede ser un poco persecuta o tener algún síntoma paranoide sin tener la patología propiamente dicha, algo que solamente podría hacer un psiquiatra. A lo lejos, lo que se percibe es una tendencia hacia una personalidad persecuta.
Vamos a analizar algunos de los últimos hechos de la política nacional para analizar si al presidente Javier Milei podría caberle alguno de estos adjetivos y, en ese caso, qué impacto tiene esto en el Gobierno y en el propio manejo del poder.
Este lunes, en un reportaje en Radio Rivadavia conducido por la periodista Cristina Pérez, pareja del ministro de Defensa, Luis Petri, Milei aseguró que su entrevista en A24 con Antonio Laje fue saboteada. “Han intentado interferir con el sonido. Es una vergüenza que haya pasado algo tan bochornoso. El estudio estaba lleno de gente haciendo ruido. Parece que intentaron replicar las mañas que utilizaron en la campaña electoral del 2023”, acusó el Presidente.
Este audio es increíble. Por momentos uno, como periodista, tiene una contradicción entre la tristeza que le genera el sufrimiento que este tipo de Gobierno genera en los sectores más vulnerables y, al mismo tiempo, lo apasionante que implica tratar de analizar un Gobierno con un Presidente de estas características psicológicas tan particulares, por utilizar un término moderado.
Milei denunció un sabotaje, dijo que no le sorprende porque ya lo han querido sabotear el la campaña electoral. ¿Dónde está la prueba? La SIDE está bajo el control político de Santiago Caputo, con las divisiones de inteligencia de cada fuerza federal a cargo de Patricia Bullrich. ¿Cómo puede ser que no se hayan encontrado a los saboteadores de un micrófono en un estudio de televisión? El tema más fragil en un estudio de televisión siempre es el sonido.
Javier Milei volvió a escuchar a "gente haciendo ruido" durante una entrevista televisiva
Lo más extraordinario es cómo arrastra a todos los periodistas, muchos de ellos de una importante trayectoria, a esta suerte de delirio colectivo. Nadie le pregunta si tiene elementos para decir esto, o señala que es una acusación grave sabotear una entrevista a un Presidente, lo que sería un ataque contra todo el Estado argentino. No hay ninguna repregunta porque, probablemente, preguntarle algo a Milei que a él le moleste implica no poder hacerle un reportaje nunca más.
Luego de esta entrevista, Antonio Laje pidió disculpas por lo sucedido, pero en parte admitió la hipótesis del sabotaje. “Ayer hubo cortes de audio extremadamente raros, con un estudio sobrepasado de gente. Fue una barbaridad, una vergüenza. Lo que pasó ayer no tiene disculpas porque no tendría que haber pasado”, dijo en su programa.
Es curioso a quién le habla. Pidió explicaciones, pero él es el conductor del programa. ¿Le está hablando al productor general, al director del canal? Más bien, parece querer quedar bien con el Presidente para poder tener otra nota en el futuro.
Además, en estos días, desde la Casa Rosada y en palabras del propio Milei, Domingo Cavallo, alguien a quien anteriormente admiraba, es parte de una conspiración en su contra. Luego del elogioso artículo en su blog, el ex ministro de Economía señaló que el tipo de cambio atrasado era un problema, un problema que marcan todos los economistas. El tema es si es un problema solucionable o uno que se va a convertir en uno sin solución, o con una dolorosa.
Esto despertó la ira del Presidente quien echó a su hija, Sonia Cavallo, representante argentina ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). En sus declaraciones, dijo que no se puede estar de un lado y del otro y, desde la Casa Rosada dicen que Cavallo tiene vinculaciones con un ex candidato a presidente, cuyas vinculaciones con la justicia hacen que Cavallo sea su empleado, por ponerlo de algún modo, por sus causas pendientes. Es decir, Cavallo criticaría a Milei para salvarse de causas judiciales. Todo esto mientras en realidad en casi la totalidad de su texto, Cavallo elogió a la economía del Gobierno.
![Mariano de los Heros y Sonia Cavallo](https://fotos.perfil.com//2025/02/11/900/0/de-los-heros-y-sonia-cavallo-1964776.jpg?webp)
“El papá está todo el tiempo torpedeando y saboteando el programa económico. No se puede estar en la misa y en la procesión: o se está de un lado o se está del otro”, expresó Milei en Radio Rivadavia. Al ser consultado sobre una posible intencionalidad detrás de los dichos de Cavallo, el Presidente dijo: “Sí. El tiene intereses políticos que no son los del Gobierno. Durante la campaña electoral fue claro para con quién se alineó”.
Desde el Gobierno sostienen que Cavallo jugó para otro candidato en la campaña, algo que explicaría su actual intento de sabotaje. Ante los dichos del Presidente, Cavallo respondió en su cuenta de X con un fragmento de una entrevista durante 2023 en la que llamó a votar por Milei. “Massa es la continuidad y Milei es el cambio. Yo voto a Milei”, declaró el exministro en TN.
Las acusaciones basadas en los, por ahora hipotéticos, pensamientos paranoides del Presidente son varias, pero algunas resaltan por lo espectacular de sus aseveraciones. Recordemos cuando denunció un golpe de Estado cuando subió el dólar, o con los supuestos “tosedores”.
Realmente, lo que estamos viviendo no tiene ningún paralelo con la historia reciente argentina. Quizás haya que viajar en el tiempo y el espacio para encontrar ejemplos. Para encontrar algo similar, nos vamos a retrotraer a la primera mitad del siglo XX en Rusia para encontrar algo similar.
El dictador soviético Stalin también fue un hombre consumido por la paranoia, que desconfiaba hasta de los más cercanos a él, lo que lo llevó a purgar a cientos de colaboradores. Nadie estaba a salvo, ni siquiera quienes pertenecían a su círculo intimo. Esto causó ejecuciones masivas y destierros, consolidando su poder, pero también sembrando terror. Hay testimonios que cuentan que cuando Stalin enviaba a alguien a hacer una tarea política, luego enviaba a otro responsable de vigilarlo y, muchas veces, a otro responsable a vigilar a los otros dos.
El genio del psicoanálisis francés, Jacques Lacan, señaló en su tesis doctoral El caso Aimée y la paranoia de autocastigo que en este tipo de patología existe lo que se llama una “hipertrofia del yo”. Es decir, un conjunto de ideas delirantes acerca de la enorme importancia que estos pacientes le asignan a su propia personalidad. En sus delirios, todos los persiguen porque son mesías, enviados de Dios o tienen algún tipo de designación divina. Esto también emparenta estas características con nuestro Presidente, quien habla de las “fuerzas del cielo” y se considera un enviado de Dios para salvar la Argentina.
Además, luego de la visita de Roberto Piazza, se viralizó una foto de un pasillo de la Quinta de Olivos adornado con tres imágenes alusivas a Milei: un retrato que lo pinta como león, otro que lo equipara al mutante Wolverine, personaje de las películas X-Men, y una gigantografía de la tapa que le dedicó la revista norteamericana Time.
Si no fuere el Presidente, genera una suerte de gracia con ternura, como un rasgo infantil. El Presidente cada vez que pasa por ese pasillo, mira su cara, sus logros y una representación como si fuera un superhéroe. Si hay algo parecido a la “hipertrofia del yo”, de la que hablaba Laca
![Cuadros Milei](https://fotos.perfil.com//2025/02/11/900/0/cuadros-en-la-quinta-de-olivos-1965088.jpg?webp)
En el caso de la psicoanalista inglesa, Melanie Klein, decía que en la “posición esquizo paranoide” los bebés, en los que la psiquis aún no está constituida totalmente, ven a las personas totalmente malas o totalmente buenas. Además, se ubican en los objetos o personas totalmente malos, pensamientos persecutorios. Esto es porque es más fácil ver peligro afuera de la psiquis que dentro de uno mismo. Es más fácil para nuestro aparato psíquico en construcción escapar de un peligro externo que lidiar con los propios pensamientos, de los cuales es imposible escapar por obvias razones.
La madurez psíquica, según Klein, llega cuando se percibe que las personas son tan buenas como malas, es decir, se las ve como objetos totales y no parciales. Además, el “yo” se vuelve fuerte y se pueden enfrentar los propios pensamientos que pueden ser hostiles o dañinos para el aparato psíquico.
La inmadurez psíquica y la patología es lo contrario. Todo es totalmente bueno o totalmente malo y la persona nunca es el problema, el problema siempre lo generan los demás para intentar perjudicarla.
Es difícil, teniendo este tipo de lecturas y escuchando las cosas que dice el Presidente, no diagnosticar, de manera coloquial, una personalidad un poco persecuta.
Ahora, ¿qué pasa en la sociedad que naturaliza este tipo de acusaciones que hace Milei, que por momentos hasta podrían dar risa si no fuera que es el Presidente? ¿Cómo puede ser que las acusaciones de boicots, sabotajes, golpes de mercado se sucedan sin ningún tipo de pruebas?
Friedrich Nietzsche dijo que “las personas pueden soportar cualquier cosa menos la falta de una explicación”. Tal vez, la sociedad argentina necesita una explicación ante tanta frustración. Necesita una explicación de porque el sueldo nunca le alcanza desde hace años, porque muchos de sus sueños y planes no se logran realizar o simplemente de por qué cada año se vive un poco peor que el anterior. Una sociedad frustrada, que creyó en diferentes proyectos políticos que terminaron mal, con un Presidente que le dice vehemente de quien es la culpa.
Freud decía que, en la paranoia, por momentos hasta el analista sospecha si alguna de las afirmaciones del paciente no serán reales. Según el padre del psicoanálisis, hay delirios paranoicos que tienen la complejidad y perfección de un sistema filosófico.
Siempre decimos que esperamos estar equivocados y que el Presidente tenga razón por el futuro de todos los argentinos. Por eso, si Milei tiene razón y hay una conspiración aparentemente invencible para destruirlo porque es el único que puede derrotar a una casta política responsable de todos los problemas del país, que se muestren las prueban y se los erradique de esos sectores. Así que si el Presidente tiene razón, estamos en problemas y si no tiene razón, tarde o temprano, la democracia, a través del voto de la gente, se lo hará saber.
Tal vez, hay algo de la “táctica del loco” que se le asignaba a Richard Nixon, quien utilizaba el método del garrote, haciéndose pasar como predecible como un mecanismo de negociación. De hecho, el periodista Fernando Rosso plantea en su columna publicada en PERFIL, Hay método en su locura, que es posible que todo sea una suerte de estrategia para asustar a los adversarios para que entiendan que deben ceder ante las exigencias de Milei, porque es un loco intransigente y puede tomarse cualquier diferencia como un ataque personal.
En ese caso, habría algo del riesgo de que al Presidente “se lo coma el personaje”, como suele decirse en teatro, y aquello que comenzó como una manera de generar fuerza donde no la hay, se convierta en un rasgo permanente de su manera de ejercer el poder. Seguiremos de cerca esta particular característica del Presidente y su impacto en la política argentina.
Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.
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