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MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 393: La grieta de Lanata

Tal vez uno de los mayores legados de Jorge Lanata sea la contribución a un periodismo tan creativo como irreverente ante el poder político y su muerte nos tiene que volver a hacer reflexionar sobre la palabra que él instaló: grieta.

Jorge Lanata
Jorge Lanata | Captura

“¿Nos predispone a desear un feliz 2025 un fin de 2024 donde el uso de la muerte de Jorge Lanata por cada sector político y mediático, reivindicando las críticas del periodista que coinciden con sus intereses omitiendo el resto, justo de quien instaló el término grieta, resulta una sintomática síntesis de lo que llevó a un gobierno signado por la hipérbole de la polarización? La pregunta es si podemos decir “Feliz año” con esta finalización del 2024. 

Sin dudas 2025 será mejor que 2024, y mucho mejor 2026, 2027, con el agregado exportador de los minerales de la electromovilidad, Vaca Muerta a full y, fundamentalmente, nuestro propio aprendizaje como sociedad civil y política.

Pero para anticipar y consolidar esa etapa de crecimiento de la Argentina y siendo artífices de eso, habría que devolverle a la palabra grieta su significado del diccionario -“abertura alargada que se hace en la tierra, en un muro o en un cuerpo sólido”-, y no el metafórico que utilizó Lanata. Sería una buena forma de recordar a Jorge Lanata y comenzar un feliz año nuevo. 

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Tal vez uno de los mayores legados de Jorge Lanata sea la contribución a un periodismo tan creativo como irreverente ante el poder político. Por eso, decidimos abrir la columna de hoy de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), con A la carga mi Rock And Roll de La Renga, una canción que habla sobre la libertad de expresión y la importancia de alzar la voz ante los poderosos y, paradójicamente, la banda de la cual el propio Presidente eligió una canción con fines proselitistas, a pesar de sus críticas.  

El Lanata que vimos mostrado en la tapa los diarios de Argentina, como de la media tapa completa de Clarín y La Nación, un hecho inusual y algo que remarca la muerte de alguien muy relevante, casi de un presidente. Además, la misma difusión que le dieron los canales de noticias, tanto de TN y La Nación +, pusieron el foco en el último Lanata, que no necesariamente sea el mejor de todos los Lanata, pero tampoco el peor, pero que coincide con el final de Cristina Kichner a partir de la disputa por la Ley de Medios. Es el Lanata al que Mauricio Macri se refiere como gran artífice de su llegada a la presidencia junto con la muerte del fiscal Nisman

Ese no es el único y absoluto Lanata, como tampoco es cierta la versión de Lanata de Cristina Kirchner y sus partidarios más fanáticos sosteniendo que Lanata se vendió a Clarín, porque las críticas de Lanata al kirchnerismo se originaron desde que asume Néstor Kirchner y le prohibieron el acceso a la televisión. Lanata, post Clarín y Radio Mitre, no fue distinto al Lanata de antes. Lo que cambiaron fueron esos medios, que comenzaron a darle visibilidad a todo eso que se venía publicando desde hace mucho tiempo. De hecho, la mayoría de las notas sobre Lázaro Báez y Santa Cruz fueron publicadas en el diario PERFIL entre el año 2005 y 2008, y antes en la revista Noticias en 2003.

¿Por qué Lanata se había quedado sin televisión? Muy simple. Hasta ese momento, en 2003, Lanata había hecho toda su carrera en América TV, hasta que el propietario de ese canal lo llama y le dice que no iba a poder trabajar nunca más en ningún canal en televisión. El dueño era Carlos Ávila, el padre de Juan Cruz Ávila, y le había comprado el canal a Eurnekian hacía poco tiempo. 

Por eso es que en 2004 vino a hacer periodismo gráfico alguien que siempre había trabajado en televisión. Lo que pasó a partir de 2009, post guerra con el campo y post Ley de Medios, es que los medios que no lo querían contratar, pasaron a contratarlo. No fue Lanata el que cambió, fueron los medios, que pasaron de prohibirle la entrada a tenerlo como estrella.  

Lanata siempre quiso construir su propia empresa, algo que nunca pudo, porque sentía que era rehén de los cambios de gobierno y de los intereses de los propietarios de los medios. Por eso es que fundó su propia revista, la revista 23, su propio diario, Crítica de la Argentina, y su propio sitio web en el mundo hispanoparlante y se fue a vivir a Miami terminado el gobierno de Cristina Kirchner. 

Personalmente fui una de las personas que firmó su pedido de visa en los Estados Unidos para poder obtener la visa de personalidad sobresaliente. Recuerdo el momento en el que vino a las oficinas desde las que estamos transmitiendo este programa a fines de 2015 o principios de 2016, cuando ya había ganado Mauricio Macri. Él me dijo: “Ahora, otra vez me quedo sin trabajo porque no puedo seguir haciendo periodismo crítico porque, al no estar el kirchnerismo, Clarín se va a llevar muy bien con Macri”. Así, se fue a Estados Unidos en un invento de construir su propio medio. Esto no me lo contó nadie, son mis propias conversaciones con él. Él tenía absolutamente claro que cada cambio de ciclo político-económico generaba modificaciones en los medios que hacían que él no pudiera seguir siendo él.

Jorge Lanata
Jorge Lanata falleció el pasado 30 de diciembre a los 64 años

Así como desde el sector de Página 12 no rescatan que Lanata siempre fue crítico del kirchnerismo, y no sólo después de entrar a trabajar en Clarín y radio Mitre, desde lo que se conoce como los medios de “la corpo” no se quedan con el Lanata completo. Los dos sectores comparten una coincidencia: ninguno puso foco en lo más importante del último Lanata, enfermo, abatido y consciente de su finitud próxima, que le discutía a Javier Milei y le levantaba la voz, en un contexto en el que no todos se animan. Ese Lanata cansado no permitió que Milei lo llamara ensobrado.

En su último reportaje en este programa, hablamos del juicio que le llevaba adelante a Milei. Hay una discusión jurídica, pero los fallecidos también tienen derecho al honor, y son los herederos los que pueden llevar adelante un juicio iniciado o iniciarlo nuevamente. Espero que las herederas de Lanata continúen con el juicio contra Milei, lo que me parece que ne a todos los Lanata a lo largo del tiempo: el que fue crítico de Menem en la creación genial creación de Página 12, el que fue crítico del kirchnerismo y del Néstor del comienzo y con Javier Milei, a pesar de sólo haber hecho periodismo en radio por seis meses durante la presidencia de Javier Milei antes de ser internado. Con Milei también dejó su marca: también con vos, Javier Milei.

“Yo no creo que sea un problema de derecha o de izquierda, creo que esa categoría ya no existe más. Yo creo que, en efecto, como lo definió Jorge Fernández, es un populismo de derecha”, dijo el periodista en su último reportaje en este programa el 21 de abril de 2024.

Sobre el concepto de populismo de derecha dijo: “Habría que llamarlo neopopulismo porque hubo un populismo en los 50 en América Latina. Esto sería un neopopulismo donde las categorías de comunicación con el público son distintas”. “Se equivocan qué es el pueblo con qué son las redes. Milei cree que Twitter es la sociedad, y se equivoca mucho”, agregó. 

Además, hizo una crítica a sus colegas y afirmó que veía “mucho mileismo en el periodismo”. “Estamos acostumbrados al oficialismo inmediato, pero me parece que ahora es peor. Así como Milei es irracional, me parece que hay mileistas irracionales en los medios, así que no sé qué puede pasar. Si la recesión continúa, si la situación social se complica, si la clase media desaparece y si el país de Milei es como yo creo que puede ser, un país 80-20, entendiendo un 80% de pobreza y un 20% no, quizá ahí sí puede que todo el mundo se una. De otra manera, no lo sé”, manifestó. 

Recuerdo el día de esa entrevista. Él no salía de su casa, y de hecho hacía su programa de radio desde su casa, y ese día me dijo: “Quiero darle batalla a Milei poniendo el cuerpo”. Probablemente esa fue su última salida y vino aquí con su asistente. Primero, había mandado a una persona de producción a ver cómo era el lugar para poder sentarse de la manera que pudiera soportar una entrevista de una hora. Lo hizo con un estoicismo increíble, y dijo que iba a usar todas las herramientas lícitas para combatir el lenguaje insultante que tiene el Presidente, y que le iba a hacer el juicio. 

“Le voy a hacer una demanda al Presidente por calumnias e injurias, a ver si así se acostumbra a no insultar con libertad, porque me parece que no puede decir que uno recibe sobres a menos que uno tenga las pruebas, sea el presidente de las Naciones Unidas o de Argentina”, había anunciado hora antes en su programa en radio Mitre. Casualmente, esta causa la tiene el juez Lijo. En otra causa similar que yo le había iniciado al Presidente ordenó que se avance en la investigación, por lo que creo que Lijo debe estar esperando a ver si los herederos quieren continuarla o darla por abstracta. Espero que quieran continuarla.  

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Lo que me parece interesante es aquello que une a todos los Lanata: el que se peleaba con Menem, el que se peleaba con Néstor, y no sólo con Cristina, y que se peleaba con Mieli a los cuatro meses del comienzo de su gobierno. ¿Qué pasó con Macri y con Alberto Fernández? Algo parecido a lo que ocurrió con De La Rúa. Hay presidentes que tienen poder y hay presidentes que están desempoderados. 

En líneas generales, la concepción que tenía Lanata sobre el periodismo es la misma con la que nuestra generación fue formada, que es la del periodismo norteamericano de la mejor época, el del Watergate. Muchos medios tratan de parecerse a ese periodismo sin lograrlo, que definía la ideología del New York Times como ortodoxo en la economía, de centro en política y liberal, como se entiende en Estados Unidos, o progresista, en lo cultural.

Obviamente, ese periodismo que Lanata vino a realizar no se podía hacer durante la dictadura, y es muy probable que las redacciones que tuvieron que atravesar décadas de dictadura no tuvieran la posibilidad de pensar que se podía hacer ese periodismo crítico.

Lanata siempre hizo periodismo crítico del poder. ¿Quién tenía el poder en la época de Alberto Fernández? Cristina Kirchner. Podríamos decir que en el caso de Macri, su poder siempre fue frágil y difuso. 

Sí existe la discusión respecto del poder de los medios y el poder que llegó a tener Clarín en su momento. Los kirchneristas plantean que Lanata se vendió a ese medio cuando, en realidad, podríamos decir que Clarín se entregó y adaptó a la lógica de Lanata porque eso era lo que pedía el momento. 

La muerte de Lanata nos tiene que volver a hacer reflexionar sobre la palabra que él instaló: grieta. Al reflexionar quizás nos vuelva a cuento el concepto de “karma” que, haciendo un abuso de simplificación, es una suerte de ley cósmica que hace pagar las acciones equivocadas cometidas en el pasado para pasar a la siguiente reencarnación. Se debe aprender algo, se debe subsanar un mal del espíritu o de la mente que está en el corazón de esta equivocación reiteradamente cometida, que en nuestro caso es la grieta.

Unitarios y federales, peronistas y gorilas, macristas y kirchneristas, la grieta siempre se mantuvo, pero fue cambiando de nombres. Ahora, en una hipérbole llevada al punto de la parodia, Milei ubica a los libertarios de un lado y a todo el que ose tener alguna diferencia del otro, que es a lo que Lanata se refería con 80-20, aunque creo que estaba exagerando y se parezca má a un 50-50.

Para el 7 de junio de 2024, una semana antes de ser internado, Jorge Lanata envió un video que le pedí por el día del periodista. Este fue el último Lanata, el de 64, sobre qué es su profesión. Estoy seguro que el Lanata de 26 años que fundó Página 12 diría lo mismo. 

El periodismo es básicamente tener buenas dudas, o sea, tener buenas preguntas. Nosotros somos parte de la humanidad que tiene preguntas, no respuestas. Respuestas tienen los políticos o los curas. Lo mejor que podemos hacer es sensibilizarnos con respecto al entorno y que nuestra antena sintonice con la antena de los demás”, dijo Lanata.

Por otro lado, los enfrentamientos del poder con el periodismo son siempre desparejos porque es el enfrentamiento de una persona que tiene todo el poder y una persona que es un ciudadano. En el caso de Milei eso es peor porque nos adjudica ilícitos: dice que somos ensobrados. No es un problema de crítica, es un problema de adjudicarnos un ilícito. Así como nosotros, en el laburo, nos cuidamos en no acusar a nadie de un ilícito a menos que tengamos las pruebas, los políticos deberían hacer lo mismo”, manifestó.

Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.

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