Perfil
MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 310: ¿El PJ terminará como la UCR?

La necesidad de renovación del Partido Justicialista para afrontar el presente político y analizar su actual interna requiere la búsqueda de una mayoría mediante una nueva figura. Sin embargo, Cristina Kirchner parece haber optado por una táctica de consolidación de los votos propios. ¿Estaremos ante una misma situación de aquello que se llevó la capacidad competitiva del radicalismo por colocar un presidente? 

Cristina Kirchner se lanzó como candidata del PJ y se agranda la interna en el partido.
Cristina Kirchner se lanzó como candidata del PJ y se agranda la interna en el partido. | NA

“En el fondo, lo que suceda en el kirchnerismo en particular y en el PJ en general es fundamental para entender la dinámica política del futuro inmediato. Sin embargo, como se ha dicho muchas veces, 'la política le tiene horror al vacío'. El vacío político que no pudo llenar Juntos por el Cambio, luego del fracaso del Frente de Todos, lo terminó llenando un personaje extraño que no terminamos de entender. ¿Podrá surgir en poco tiempo, otro dirigente que primereó al peronismo o como nos tiene acostumbrados, encontrará la manera de adaptarse a su tiempo?”, analizó Jorge Fontevecchia en el editorial de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1), del martes 15 de octubre de 2024. 

El peronismo que había estado en el lugar de quienes expresan el sentir popular y las reivindicaciones de una sociedad hastiada, ahora está en crisis de identidad y la táctica que emplee para recuperar el favor de la sociedad es de nodal importancia para el futuro inmediato de la política argentina, ya que se trata del partido con mayor representación en ambas cámaras del Congreso. 

Cristina Kirchner, la dirigente de mayor peso en el PJ, parece haber optado por una táctica de consolidación de los votos propios en vez de ir a buscar, mediante otro tipo de figura, una mayoría con el objetivo de ganarle a Milei. Parece que prefiere consolidar el núcleo duro que salir a buscar una mayoría que no solamente requiere al peronismo, sino a aliados que puedan tener un candidato peronista que les resulte menos irritante que la exvicepresidenta y la dos veces presidenta.

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¿Es posible que el peronismo, luego de la aparición de Milei quede relegado a un partido del 30% o del 25% que sea un componente más en una alianza competitiva pero no haya más el primus inter pares? O más específico aún, ¿no se transformará el peronismo en un partido como la UCR que sucumbió ante la aparición de otra rebelión del 2001, encarnada por piqueteros y la clase media cacerolera? ¿Será Milei lo que fueron aquellas hordas de gente que criticaba y destruía los supermercados y comercios y produjo un efecto cataclísmico? ¿Estaremos ante una misma situación de aquello que se llevó la capacidad competitiva del radicalismo por colocar un presidente y que eso le esté sucediendo ahora al PJ?

Desde el 2001, el radicalismo no volvió a tener otro presidente propio, ha apoyado a Cristina Kirchner con la figura de Julio Cobos o a Mauricio Macri, luego de la Convención de Gualeguaychú. ¿Será este el rol del peronismo o finalmente la táctica de Cristina encierra un as bajo la manga que no estamos viendo? 

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Vamos a analizar algunos fragmentos de grandes partidos hegemónicos que sucumbieron luego de grandes crisis. Partidos que dominaron la escena de su país durante décadas. El caso más emblemático es el del PRI de México, durante 70 años los presidentes fueron de este partido, pero ahora está en el ocaso.  

Hubo tiempos en los que el Partido Revolucionario Institucional parecía invencible. Fueron muchas generaciones las que, desde muy jóvenes, se les impusieron y lucharon para abrir el sistema político, ganar espacios de decisión y construir un México más democrático ante un PRI inamovible. Gente murió en el proceso, personas perdieron su libertad, era una lucha que se sentía imposible. Nada parecía poder derrotar al aparato del partido único, que controlaba todo. Bajo su yugo estaba el gobierno, el congreso, el Poder Judicial, los sindicatos, gran parte de la sociedad organizada y hasta algunos intelectuales. La lucha fue dando frutos poco a poco, marcada con sangre y represión, pero el PRI quizás empezó a ver un merecido ocaso. La imparable corrupción que lo caracterizó, la resistencia a la democracia, el uso faccioso del poder y sus abusos no podían durar para siempre, pero desde su dominio pensaron que sí, por eso se resistieron a cambiar, mejorar y ser una opción diferente. Finalmente, llegó el año 2000 y perdieron el poder. La cultura no cambió nunca, esa forma de ejercer el poder fue colonizando al resto de los partidos  que aceptaron la lógica del voto corporativo y de la compra de conciencia, porque solo así se podía ganar. Ahora, tras la brutal derrota de 2018, no ha hecho más que perder posiciones, se ha debilitado elección tras elección y día tras día ha ido perdiendo identidad.

Nada es para siempre, además es la curiosidad de México de un partido revolucionario e institucional, dos elementos absolutamente antitéticos que conformaban este aquelarre del PRI: 70 años conduciendo México. 

Otro partido emblemático en otro continente es La Democracia Cristiana italiana, fundada en 1943 durante la ocupación nazi de Italia. Se inspiraban en la Doctrina Social de la Iglesia y situados en el Centro político, con facciones tanto de centroizquierda como de centroderecha. Dominó la política italiana durante casi 50 años hasta su disolución provocada por el escándalo de "Tangentopoli", una suerte de Lava Jato italiano. 

Desde 1946 hasta 1994 la Democracia Cristiana fue el partido más grande en el Parlamento, gobernando siempre en coalición.  

Sin embargo, la Democracia Cristiana fue el pilar de todos los gobiernos italianos desde 1948 hasta principios de los años 90 y desapareció en 1994, al igual que sus partidos aliados debido a estos escándalos de corrupción de los que hablamos. 

Tras su disolución varios partidos reclamaron ser sus sucesores, entre ellos el Partido Popular Italiano, el Centro Cristiano Democrático, los Cristianos Democráticos Unidos y la todavía activa Unión de Centro. La mayoría de antiguos democristianos se unieron a otros partidos, sobre todo al Partido Democrático y a Forza Italia, de Silvio Berlusconi. 

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Sin embargo, no todos los liderazgos están llamados a desaparecer. Hay dirigentes que gracias a su inteligencia política lograron continuar vigentes y mantener a sus partidos competitivos. Vamos a analizar algunos fragmentos al respecto. 

Primero, el caso de Golda Meir en Israel, la dama de hierro israelita que nació en Ucrania en 1898 pero tuvo que emigrar con su familia a Estados Unidos por razones económicas. Su carrera política la llevó a puestos de gran envergadura, hasta que fue electa administradora de la Agencia Judía. Se dedicó en cuerpo y alma a recaudar fondos en Estados Unidos para sufragar los costos de la guerra israelita de Independencia, y así se transformó en la más efectiva vocera para su pueblo. En julio de 1948, Meir fue nombrada embajadora de la Unión Soviética, y de julio de 1956 hasta enero de 1966 fue ministro para relaciones exteriores. Durante su gestión fue el arquitecto de Israel para generar puentes con los nacientes Estados africanos, Estados Unidos y países de América Latina. Golda murió en diciembre de 1978 y fue enterrada en el monte del recuerdo en Jerusalén. 

Otro personaje, mucho más cercano y reconocido para nosotros, por lo malo también, es Margaret Thatcher, que estudió Químicas y Derecho Mercantil en la Universidad de Oxford y fue militante desde muy joven en el Partido Conservador, donde conoció a su marido, un millonario divorciado que le proporcionó la estabilidad que necesitaba para dedicarse a su pasión: la política. Nombrada ministra de Educación en 1970, los británicos comenzaron a llamarla “la roba leche”, porque suprimió el vaso de leche que los niños consumían en las escuelas públicas. Pero esto solo la hizo más conocida, ya que en muchos aspectos fue pionera. Fue la primera mujer de clase media que desbancó a la aristocracia financiera de la dirección del Partido Conservador, y después, la primera en dirigir el Ejecutivo británico, desde mayo de 1979 hasta fines de 1990. Los años de su gobierno serán recordados por el conflicto de Malvinas en 1982, que desató una ola de patriotismo fundamental para entender su primera reelección, pero sobre todo por su enfrentamiento contra los sindicatos, que terminaron muy debilitados y perdiendo una huelga minera que duró un año. También por su rechazo a la creación de la Unión Europea y a su alineamiento junto al presidente estadounidense Ronald Reagan frente a la Unión Soviética. 

Tal vez es por el apodo de la “roba leche” la admiración de Javier Milei por esta figura y su capacidad de hacer una transformación tal vez, en cierto grado, parecida a la que quiere hacer Milei en Argentina. 

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Ahora, vamos a un ejemplo más cercano en el tiempo y más agradable, que es quien gobernó Alemania durante casi 18 años, Angela Merkel, que empezó a hacerse un hueco en la escena política a mediados de los años 90, su carácter y su determinación la llevaron a la cúpula de la Unión Cristiano Demócrata. En su primer mandato como canciller impulsó la gran coalición con sus rivales socialdemócratas, un pacto que funcionó sin contratiempos. Cuatro años más tarde, cambió de socios y el partido liberal entró en el gobierno alemán para ejecutar un ambicioso programa económico. Sin embargo, llegó la crisis financiera y volvió a pactar con los socialdemócratas. La llegada masiva de inmigrantes a Europa puso a Merkel contra las cuerdas, pero convenció a su país de sus políticas de puertas abiertas. La posición de Angela Merkel respecto de la inmigración europea es admirable, siendo Alemania un país que no tuvo la culpa de la expoliación de las riquezas alemanas, como sí la tuvo Francia o Inglaterra. 

Actualmente, el partido de Merkel es el que tiene más intención de voto, seguido peligrosamente por el ultraderechista Alternativa por Alemania. 

Todos estos ejemplos dan cuenta de dirigentes que han sabido interpretar exitosamente las necesidades políticas que cada momento ameritaba. ¿Será Cristina la mejor vocera que el peronismo puede tener o es la menos peor por decirlo de alguna manera? En este sentido, recordemos las palabras de Jaime Duran Barba al respecto. 

El pasado 7 de octubre, Durán Barba estuvo en Modo Fontevecchia y aseguró que “se necesitan dirigentes que sean distintos”: "Cristina no va a hacer una política moderna ni aunque se ponga minifalda"

Jaime Durán Barba: "Cristina no va a hacer una política moderna ni aunque se ponga minifalda" 

Ayer, en este mismo programa estuvo Agustín Rossi, que también se refirió a este tema desde otro ángulo. Rossi manifestó un lado más positivo respecto a la figura de Cristina Kirchner: “Desearía que empiecen a aparecer otros dirigentes políticos que también tengan fenómenos similares, pero la realidad es que hoy no aparecen”.

Entre estos dos fragmentos de dos personas que no tienen tanto que ver ideológicamente como lo son Duran Barba y Agustín Rossi, se puede extraer que en realidad la figura de Cristina es defensiva en el peronismo. Es decir, aparece como subproducto de que no emerge con fuerza otra figura. Es decir, la fuerza que tiene Javier Milei en este momento y la inexistencia de la aparición de alguien que se posicione mejor que Cristina Kirchner en la oposición. 

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¿Será que las figuras como Axel Kicillof o Juan Grabois no perforan el techo de Cristina, porque en realidad es el techo del peronismo? Difícil saberlo. En el caso de Javier Milei, emergió como líder de derecha alternativo a Macri criticando al gobierno de Juntos por el Cambio. ¿Pueden Grabois y Kicillof separarse del fracaso del gobierno del Frente de Todos habiendo sido parte o por el contrario son vistos en parte como esos políticos que le hicieron bullying a la gente? Es decir, esta idea de que la gente votó por Javier Milei para “humillar a los que humillaron”.

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Vamos a analizar la perspectiva de Juan Grabois sobre esta interna. Ayer, el dirigente del Frente Patria Grande estuvo en este programa y dijo lo siguiente: “Acá lo importante es Axel, y yo estoy tratando de armonizar a los dos. Creo que para poder derrotar a Milei y construir una alternativa tiene que haber armonía entre esos dos espacios”.

Ayer fueron oficializadas las listas del PJ. Por un lado, Cristina Kirchner con su lista llamada Primero la Patria y el gobernador de La Rioja Ricardo Quintela con Federales, un Grito de Corazón. Sin embargo, según trascendidos habrá una reunión el próximo jueves en el Instituto Patria entre Quintela y Cristina para discutir alguna alternativa unitaria. 

Por otro lado, ¿cuál es la estrategia del kirchnerismo para el momento actual? o mejor dicho ¿con qué estrategia Cristina quiere dirigir el PJ? El fin de semana pasado, Máximo Kirchner dio un discurso en otro acto donde sostuvo que el veto es una facultad constitucional del presidente: “Si no pudimos rechazar el veto del presidente a la hora de defender los intereses de los jubilados y jubiladas y de defender los intereses de la educación universitaria, es porque aún no tenemos la cantidad de diputados y diputadas que nos permita hacerlo. Un objetivo para el 2025 a lo largo y ancho de la patria es construir una fuerza electoral que cuando el presidente vete tenga las manos necesarias en el Congreso para poder frenarlo”

Es interesante que el dirigente de La Cámpora vuelva a insistir que no “se patalee con el veto” porque es una facultad constitucional del Presidente. Con el mismo criterio, también es un derecho constitucional la protesta y hay más de 25 facultades tomadas con la consigna de “si hay veto, hay toma” en respuesta al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. ¿No será que Máximo Kirchner le dice a la juventud peronista que hay que concentrar sus fuerzas en la campaña y no en la resistencia relacionada con las marchas, las asambleas y las tomas y le está enviando, de alguna manera, un mensaje a Axel Kicillof? 

Juan Grabois: "Para poder derrotar a Milei tiene que haber armonía entre Cristina y Axel" 

Conectando con lo que estábamos diciendo, si la estrategia de Cristina es consolidar su 30% y la de Máximo, dirigente del kirchnerismo duro es, “no patalear y hacer campaña”, tal vez podamos reconstruir la táctica del kirchnerismo para esta etapa: que Milei se queme con sus políticas de ajuste y que la población, decida volver al kirchnerismo. Si esto es así, ¿no es en algún sentido seguir haciéndole bullying a la sociedad, a la misma sociedad que supuestamente votó en contra porque quiso “humillar a los humilladores” y en particular a los sectores más vulnerables que sufren con las políticas de Javier Milei? 

En el fondo, lo que suceda en el kirchnerismo en particular y en el PJ en general es fundamental para entender la dinámica política del futuro inmediato. Sin embargo, como se ha dicho muchas veces, “la política le tiene horror al vacío”. El vacío político que no pudo llenar Juntos por el Cambio, luego del fracaso del Frente de Todos, lo terminó llenando un personaje extraño que no terminamos de entender.

¿Podrá surgir en poco tiempo, otro dirigente que primereó al peronismo o cómo nos tiene acostumbrados, encontrará la manera de adaptarse a su tiempo? Preguntas que tendremos que responder a la luz de los acontecimientos. Quien se está debatiendo hoy cuál es la oportunidad que le presenta esta coyuntura es Axel Kicillof. Ayer, en este programa, Juan Grabois dijo que Kicillof no debe tratar de hacer lo mismo que Horacio Rodríguez Larreta, que era aquella frase famosa de “mal favor le hace el discípulo al maestro continuando discípulo”, con el planteo freudiano de simbólicamente superar a los progenitores, porque como le pasó a Larreta con Macri, iba a terminar perdiendo el propio Larreta, o por el contrario, es la oportunidad que tiene Kicillof de ganarle a Cristina en una interna y de demostrar que se puede superar al padre sin matarlo. La pelotita está por caer de un lado o del otro, y pronto lo sabremos. 

Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.

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