“¿Perderá el Gobierno el tironeo universitario? ¿Qué consecuencias tendría una derrota en este terreno? Es decir, si la oposición consigue la cantidad de jugadores necesarios para ganarles este tironeo al Gobierno, ¿tendrá la cohesión interna para mantener el equipo unido, llegar a los dos tercios y empezar a pensar en ganar la madre de los tironeos, es decir, los dos tercios que hacen falta para un juicio político?”, se cuestionó Jorge Fontevecchia en el editorial de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del viernes 4 de octubre de 2024.
La oposición se esfuerza en juntar los dos tercios necesarios para bloquear el veto del presidente Javier Milei a la ley de financiamiento universitario, pero sobre todo para que el oficialismo no olvide lo que representa este número peligroso.
El juego del tironeo consiste en dos grupos de personas que tiran de una soga, uno de cada lado. Es una prueba de fuerza, cada grupo hace fuerza en un sentido opuesto al otro. La política también es una relación de fuerza.
Hay una línea entre ambos grupos y quien logre con su fuerza hacer atravesar al otro grupo a su lado de la línea, gana. Un ejemplo son las imágenes de este juego que fueron tomadas de la exitosa serie coreana, “El juego del calamar”.
Universidades: el oficialismo no tiene garantizados los 87 votos para sostener el veto
La política tiene algo de este juego, sólo que la cantidad de jugadores de uno y otro lado, lo que hace que haya grupos que tengan más fuerza que otros, varía según cuántas personas se convenzan con el discurso y la gestión, es decir con la política que se tenga.
¿Perderá el gobierno el tironeo universitario? ¿Qué consecuencias tendría una derrota en este terreno? Es decir, si la oposición consigue la cantidad de jugadores necesarios para ganarles este tironeo al Gobierno, ¿tendrá la cohesión interna para mantener el equipo unido, llegar a los dos tercios y empezar a pensar en ganar la madre de los tironeos, es decir, los dos tercios que hacen falta para un juicio político?
¿Cómo ve la sociedad la discusión actual sobre el financiamiento universitario? Hubo carteles en relación a la oportunidad de los hijos de los trabajadores de ir a la universidad y de consignas que reflejaban el ascenso social. Valores de la clase media. ¿Significará la universidad pública una de las últimas trincheras de la clase media? Con las políticas económicas de Milei, ¿vamos a un país sin clase media o con una clase media adelgazada como otros países de la región?
Por otra parte, si se confirma la derrota parlamentaria de Milei, la oposición le habrá asestado dos golpes en dos semanas: una derrota en la calle y otra en el Congreso, como bien señaló Claudio Jacquelin en su columna del diario La Nación.
La oposición pide una sesión para rechazar el veto el miércoles
El presidente Javier Milei, cuando estaba en campaña, dijo que iba a implementar un sistema de vouchers; esto cayó mal en la opinión pública y respondió que en realidad era un cambio para otro mandato y, además, aseguró que la educación seguiría siendo pública. Cuando empezó el ajuste fiscal, las universidades dijeron que no podían asegurar su funcionamiento y, tras la enorme movilización del 23 de abril, el Gobierno tuvo que aumentar las partidas presupuestarias. Sin embargo, estas no contemplan un aumento en el salario docente. Ahora las universidades piden un aumento presupuestario que les posibilite pagarle a los profesores por encima de la línea de pobreza.
La gestión libertaria asegura no estar en contra de aumentar el financiamiento a las universidades, sino que se opone a aumentarlas sin saber de dónde saldrá el dinero para incrementar la partida universitaria.
Es decir, el Gobierno permanentemente cambia de discurso para mantener su equipo y no perder el tironeo en el tema universitario. Habrá que ver si la oposición logra tener un discurso que consolide sus dos tercios y evite que el gobierno vuelva a reunir a los 87 héroes con quienes festejó con un asado después del sostén parlamentario al veto del cambio de fórmula de movilidad para los jubilados.
Vamos a analizar las posibilidades que tiene la oposición de reunir los dos tercios y si efectivamente esto puede consolidar una especie de cordón sanitario permanente a sus políticas.
El presidente del bloque Encuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto, sostuvo en X el pasado 3 de octubre que el Congreso “debe ejercer su rol institucional” y convocó a una sesión especial el 9 de octubre para tratar el veto: “Defendamos el equilibrio de poderes y la educación pública”.
Por su parte, la Unión Cívica Radical también se pronunció en X a través de un comunicado, donde llamó a que sus diputados y senadores insistan con la Ley de actualización presupuestaria de las universidades públicas: “sostengan esa postura, estén presentes en el recinto y voten en contra del anunciado veto del Presidente".
Por otro lado, el presidente de la bancada de la Coalición Cívica en el Congreso, Juan Manuel López, calificó como “ridículo” el veto, donde además lo comparó con el kirchnerismo.
Qué significa este tuit que además comparte un comunicado de la Oficina del Presidente en el que anticipa el veto. Podríamos traducirlo políticamente como: La Coalición Cívica va a votar en contra del veto, pero no porque estemos cercanos al peronismo. Más cercano al peronismo está Milei que tiene varios acuerdos espurios con Massa y Cristina.
Esto es interesante, porque la estrategia del gobierno es traer a escena el fantasma de una vuelta del kirchnerismo, para que quienes se alejan de las políticas de Javier Milei por sus consecuencias, sigan dándole su respaldo político para evitar que vuelva el kirchnerismo.
El 2 de octubre en TN hubo un debate televisivo al respecto de este tema, donde el subsecretario de políticas universitarias, Alejandro Álvarez, se cruzó con Emiliano Yacobbitti, vicerrector de la UBA y diputado radical, y uso la palabra “kirchnerista” como una especie de insulto. Alejandro Álvarez criticó la presencia de dirigentes políticos del kirchnerismo en la marca universitaria y calificó a estos dirigentes como “monstruos”, además acusó a Yacobitti de seguir las políticas del peronismo: "Ahora el kirchnerista sos vos".
Lo que me viene a la mente con esta polémica es esa idea de que “peronistas sean todos”. Pareciera que todos los que atravesaron la política fueron kirchneristas en algún momento, tendría que dejar de ser un calificativo que caracterice a la persona como “indeseable”.
Las operaciones del gobierno para desacreditar la marcha por las universidades públicas
Con estas posiciones que compartimos, evidentemente quien define es el PRO. Cuando hablamos del bloque de diputados del PRO, ¿estamos hablando de un bloque bajo la completa disciplina de Mauricio Macri? ¿Qué piensa Macri de esta ley? No parece estar a favor de que se rechace el veto del presidente, diciendo en off que el PRO defiende la educación pública. ¿Actuará el PRO según lo que piensa, es decir, su “programa”, o Macri utilizará su posición de fuerza para negociar posiciones de poder hacia adentro del gobierno de La Libertad Avanza? ¿Cómo mira Macri la caída de popularidad que Milei tuvo recientemente en las encuestas?
El PRO también compartió una postura sobre el veto en X, donde aparece una foto de Mauricio Macri junto a sus senadores y un texto que dice: “El Bloque de Senadores de PRO con nuestro Presidente, trabajando por la agenda legislativa”.
¿Qué significa este tuit? Parece ser una demostración de fuerzas de Macri, un mensaje hacia Milei de que debe sentarse con él, no solo a comer milanesas, como él se quejó, porque tiene la llave de los dos tercios.
Probablemente la posición del PRO tendrá que ver con el desarrollo de este tironeo. Si efectivamente la oposición logra explicar que el veto de Milei pone en riesgo la educación universitaria o si, por el contrario, el Presidente logra instalar la idea de que la oposición es irresponsable fiscalmente.
Esta discusión, además, se desenvuelve en paralelo a un proceso de gradual pérdida de imagen positiva del Presidente. Según un informe de opinión pública del Laboratorio Lab, el Gobierno está perdiendo apoyo entre las personas que votaron al PRO en las elecciones del año pasado. Está volviendo al 30% original que lo habían votado, y perdiendo aquel 26% del PRO. Probablemente, Macri esté mirando este fenómeno y viendo cómo evoluciona antes de orientar su política. Tal vez, la discusión universitaria sea una bisagra en este punto.
Si efectivamente eso es así, se puede abrir un problema mucho mayor para el Presidente que el destino de un veto en particular a una ley que solo afecta al 0,14% del PBI: dos tercios de los diputados son los necesarios para un juicio político.
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Efectivamente esto ha sucedido en otros lugares del mundo y en ocasiones críticas, los parlamentos buscan una salida institucional de este estilo. Dos ejemplos del poder legislativo votando una salida anticipada del presidente en ejercicio, podrían ser la renuncia del presidente Nixon en 1974, uno de los escándalos políticos más grandes de Estados Unidos, o la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016, cuando el senado barasileño usó la herramienta política y logró destituir a Rousseff. En Brasil, como en Argentina, la Cámara de Diputados es la que lleva adelante la acusación, como si fuera el fiscal, y quien vota la destitución es el Senado. Lo mismo sucedió en Estados Unidos con Donald Trump, pero Diputados no alcanzó a juntar la cantidad de votos para que el Senado votase la destitución de Trump.
¿Es demasiado descabellado pensar en algo así en Argentina?
El senador peronista José Mayans se refirió a esto en una entrevista del 25 de agosto en Radio con Vos: “No descarto el juicio político a Milei".
Por otro lado, uno de los radicales que apoyó el veto de Milei al cambio de la fórmula jubilatoria, uno de los 87 “héroes”, Mariano Campero, en el sentido opuesto, sostuvo el 17 de septiembre en Modo Fontevecchia que “se busca impedir el juicio político”.
Este conflicto, además, presupone un choque de los tres poderes de la república. Por un lado, sabemos la batalla que se desarrolla entre el Poder Ejecutivo del Presidente Milei y el Legislativo del Congreso. Sin embargo, orienta a que vamos a un conflicto con un tercer poder, porque el Gobierno ya anticipó que judicializará la ley si el Congreso logra bloquear su veto.
Entonces, entrará el Poder Judicial -la Corte- a tomar partido en esta disputa. Es decir, vamos a un conflicto de tres poderes. Esto va a complejizar aún más la discusión, porque el Gobierno tiene una apuesta importante con respecto al Poder Judicial: la ampliación de la Corte Suprema con la incorporación, por ahora detenida, de los jueces Lijo y Mancilla. Al mismo tiempo que la Corte Suprema ya votó la renovación del presidente Horacio Rosatti por tres años, hasta el fin del gobierno de Milei.
¿Tiene el Gobierno suficientes aliados en el Poder Judicial para poder ganarle a la oposición en los tribunales? Claramente no.
Parte de la Justicia viene insistiendo en la necesidad de fortalecer la independencia del Poder Judicial con respecto al ejecutivo. ¿Tomarán esta ley como bandera en ese sentido si es que pretende judicializar el Gobierno?
Por ahora, todos estos análisis son potenciales. En este momento es fundamental discutir el financiamiento de las universidades y esperemos que el Gobierno pueda rever su posición para que los docentes tengan un ingreso que les permita seguir dando clases y que sea superior a la línea de la pobreza.
Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.
VFT
