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MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 277: UCR, los que se doblan y los que se rompen

La crisis de identidad del radicalismo se vio reflejada, una vez más, en el apoyo de diputados radicales al veto de Javier Milei a la reforma jubilatoria. El accionar de algunos de los actuales dirigentes radicales se aleja de aquel partido que nació combatiendo contra el orden conservador, rompiendo las ideas principales.

Votación veto ley de movilidad jubilatoria
Votación veto ley de movilidad jubilatoria | X

“En el radicalismo actualmente hay dos tendencias, una está más cercana a tener acuerdos con el Gobierno y la otra, intenta ponerle un límite. Probablemente el radicalismo tenga a aquellos que se doblan, es decir, que mantienen una relación laxa con los ideales y la identidad histórica de su partido y otros que se rompan y formen otras fracciones del radicalismo, con el objetivo, justamente, de fortalecerse en la historia de la UCR y de esta manera, al igual que sus pares europeos, volver a ser una alternativa de poder”, analizó Jorge Fontevecchia en el editorial de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del jueves 12 de septiembre de 2024. 

Ayer, el Congreso decidió respaldar el veto del presidente Javier Milei a la nueva fórmula jubilatoria que le otorgaba una leve recomposición a los haberes de los jubilados. Lo hizo por 155 votos positivos, 87 negativos y 8 abstenciones, lo que le impidió que oposición alcance los dos tercios necesarios para insistir con la norma aprobada. 

Una de las claves del triunfo libertario fueron los 5 diputados radicales que habían votado la nueva fórmula jubilatoria y luego cambiaron su voto a favor del veto del Presidente.  

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Jubilaciones: la oposición no pudo frenar el veto presidencial y quedó rechazada la ley 

La jornada contó con distintos intercambios y cruces entre diputados, sobre todo contra los cinco diputados radicales que cambiaron su voto. 

El diputado de Unión por la Patria, Martín Soria, se refirió a “aquellos que se pelean para ser más oficialistas que el propio Milei”, refiriéndose a algunos diputados del bloque radical. Además, recordó una frase de Cristian Ritondo: "Se fueron al entretiempo con la camiseta de Boca y vuelven con la de River". Y apuntó contra diputados que “canjearon” su voto. 

Una de las respuestas de los cinco radicales acusados de cambiar su voto por razones distintas de las que lo llevaron a votar la ley originalmente, fue la de Mariano Campero, que señaló que en el recinto hay “hipocresía”. “Los acostumbrados a los bolsos de López creen que somos todos iguales”, expresó. Sin embargo, este diputado no parece muy radical, es de Tucumán. Parecería que algo pasa en Tucumán, desde Bussi en la época de la dictadura y luego los votos que obtuvo democráticamente, o los peronistas que votaron por Milei con Jaldo. Hasta los radicales se contagian en Tucuman. 

Marcha contra el veto a la ley jubilatoria: al menos 12 heridos y 3 detenidos por enfrentamientos con la policía 

Este cambio de opinión, por así decirlo, de los diputados radicales hace recordar un caso bastante emblemático en este sentido: el caso Borocotó o borocotazo como también se llamó.

El caso emblemático de esto fue el diputado Eduardo Lorenzo Borocotó, que en 2005 ganó una banca por el PRO pero después anunció que se pasaba al bloque de Frente para la Victoria. En ese momento, hubo una denuncia judicial sobre el tema, pero la Cámara Nacional Electoral, interpretando la Constitución, dijo y falló que las bancas de la Cámara de Diputados “no son de los partidos, sino del pueblo y de los candidatos que el pueblo vota”.

Que se rompa, pero que no se doble”, fue una frase que quedó para la historia y tuvo un origen bastante triste. Leandro Alem, fundador del partido radical, la escribió en una carta antes de suicidarse, agobiado por las internas del partido y las encrucijadas que enfrentaba. Sin embargo, Alem, aún en los últimos momentos de vida, no dejó de tener esperanzas en las nuevas generaciones militantes y en el porvenir del partido, al que consideraba “el partido popular” por antonomasia, es decir, el partido representante de los intereses de los sectores trabajadores y medios. 

El Gobierno se reunió con diputados colaboracionistas de la UCR en Casa Rosada 

Javier Milei, por el contrario, odia al radicalismo probablemente por razones históricas. Según el Presidente, la Argentina fue la primera potencia mundial durante fines del siglo XIX y principios del XX, cuando el país era gobernador por el PAN, Partido Autonomista Nacional, el partido integrado por representantes de la oligarquía terrateniente, que se perpetuó en el poder a través del fraude electoral y un sistema de votación restrictivo. 

El Partido Radical nació combatiendo contra este orden conservador y esa tal vez sea la razón de porque Milei tiene un particular encono contra el radicalismo.

Es interesante señalar que, dado el fraude manifiesto en las elecciones, la UCR comenzó practicando el abstencionismo electoral, se abstiene de hacer competencia electoral y se proponía la acción armada para acceder al Gobierno. Era realmente radical y revolucionario. 

Martín Lousteau lapidó a los diputados radicales que apoyaron el veto de Javier Milei 

Luego, la presión del radicalismo y de anarquistas y socialistas, hicieron que una fracción del partido gobernante impulse la Ley Sáenz Peña que otorgaba voto universal, que en ese momento era solo a los hombres, secreto y obligatorio. 

Con ese acuerdo político, el radicalismo se presentó a las primeras elecciones con voto universal (sin las mujeres) en el país y ganó con Hipólito Yrigoyen. Cristina Kirchner, una de las referentes más importantes del peronismo, un partido históricamente rival de la UCR, reconoce a Yrigoyen como el primer presidente “nacional y popular” de la historia. 

Sin embargo, el odio de Milei por el radicalismo no se limita a sus orígenes, y eso se demuestra, entre otras cosas, en una de sus declaraciones en Canal de la Ciudad, donde el Presidente contó que tenía un muñeco con “la cara de Alfonsín” al que “boxeaba”: “Le puse la careta de Raúl Ricardo Alfonsín y lo cagaba a trompadas”.

Alfonsín como padre de la democracia, impulsó el Juicio a las Juntas militares, tuvo sus enfrentamientos con el campo e intentó tomar medidas económicas de protección a los sectores sociales más vulnerables. Todo lo opuesto a los valores que defiende Milei, quien tiene de vicepresidente a Victoria Villarruel, alguien que se alterna entre relativizar los crímenes de la última dictadura militar y veladamente reivindicar su accionar. Además, La Libertad Avanza ha organizado visitas a los exrepresores que aún continúan en la cárcel. 

Por otro lado, Milei se presenta como un defensor a ultranza de los intereses del sector agroexportador y no ha hecho más que hacer recortes fiscales que impactan de lleno en los que menos tienen, como el recorte de las ayudas sociales y ahora, el deterioro de los haberes jubilatorios. 

Raúl Alfonsín
Raúl Ricardo Alfonsín, el padre de la democracia. 

Además, Alfonsín tenía una visión integral de la historia que se opone por el vértice a la de Milei. Según el dirigente radical, hubo un primer movimiento histórico que surgió con el primer radicalismo y la presidencia de Yrigoyen que, con la lucha por el voto popular y la democracia, permitió el ingreso de las clases medias a la esfera política. Luego, hubo un segundo movimiento histórico que fue el peronismo, que con sus medidas sociales y su política sindical permitió el acceso de la clase obrera a la política y Alfonsín se sentía parte de un tercer movimiento histórico que, apoyados en estos dos últimos, estaba llamado a dotar a estos sectores de un fuerte sistema democrático institucional que permita su desarrollo. 

Néstor Kirchner, apoyado en esta concepción de Alfonsín y con la necesidad de fortalecer su gobierno, luego del estallido del sistema político post 2001, habló de la transversalidad. Kirchner entendía que en todos los sectores políticos había dirigentes que defendían la agenda “nacional y popular”.  Básicamente la defensa de los que menos tienen, de la soberanía nacional y de los derechos humanos. Varios radicales, decidieron acompañar esta propuesta, algunos se alejaron con el tiempo como Julio Cobos, luego de la crisis con el campo y otros, como Leopoldo Moreau, continúan en el kirchnerismo. 

Lo que Argentina le debe a Raúl Ricardo Alfonsín 

¿Cómo sucedió que estos cinco diputados radicales Martín Arjol, Mariano Campero, Pablo Servi, Luis Picat, Federico Tournier votaran favorablemente el veto de Javier Milei? ¿Cómo sucedió que votaran no solamente en contra de su propio voto en la semana anterior, si no que contra el proyecto mismo creado por la UCR y en parte contra los valores históricos del partido? Son preguntas que no tienen respuesta.

Cabe recordar que, además de los votos favorables de estos cinco diputados, Roxana Reyes y Gerardo Cipolini se ausentaron, favoreciendo en parte el triunfo parlamentario del Gobierno.  

El humorista Enrique Pinti da cuenta de ciertos temas de la identidad del radicalismo en uno de sus speechs de 1997: "Los radicales son unos pacteros, nunca han hecho un carajo".

Atrás, radicales

Probablemente haya un problema en la identidad política del radicalismo por haber sido el primer partido que se mantiene vigente. Es posible que el peronismo, que nació medio siglo después, esté viviendo la misma crisis de identidad política.

Si históricamente tuvo raíces socialdemócratas, antioligárquicas y de defensa de los valores democráticos contra el régimen conservador primero y contra la dictadura militar después, actualmente con los apoyos parlamentarios a Milei por parte de algunos diputados y de la integración directa del dirigente radical Luis Petri, como ministro de Defensa, diluyen este perfil. 

Este problema de identidad lleva años y no es desde la caída de Fernando de la Rúa en el 2001.

Comenzó con Arturo Frondizi, quien había roto con la UCR del Pueblo para formar la UCRI, los intransigentes quienes, entre otras cosas, se oponían a la proscripción del peronismo. Con sus votos, y un libro emblemático llamado “Petróleo”, llegó al poder. Aunque pronto sometió a los radicales a una nueva crisis de identidad. Fue cuando abandonó el libro “nacionalista” que había escrito y se volcó hacia el capital extranjero y el liberalismo, dando espacio para el nacimiento del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), de la mano de su principal colaborador, Rogelio Frigerio (abuelo del actual gobernador de Entre Ríos).   

Todos estos antecedentes de rupturas y metamorfosis originaron una suerte de panradicalismo, que se pronunció tras la crisis de 2001. Dirigentes como Lilita Carrió o Margarita Stolbizer, representan en parte a la clase media y a los ideales históricos del radicalismo, pero no se someten a la disciplina partidaria de la UCR, tanto que decidieron construir sus propias organizaciones. 

Este problema de la socialdemocracia lo podemos ver internacionalmente. De hecho, la UCR forma parte de la Internacional Socialista con el PSOE de España y varios de los partidos progresistas europeos como el Partido Laborista inglés y la Socialdemocracia alemana

Movilidad jubilatoria: gracias al quiebre de la UCR, el oficialismo logró blindar el veto de Milei 

Tomando el caso del PSOE de España, tuvo un momento histórico luego del movimiento de los Indignados del 2011, en el que se señalaba a este partido como un espacio político que defendía las mismas ideas que el Partido Popular, de la derecha postfranquista. Las razones residían en la reforma laboral que impulsó el socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. 

Sin embargo, frente al avance de la organización de extrema derecha Vox y del ala más conservadora del Partido Popular, el PSOE pudo reconvertirse y volver al poder, aliados de fuerzas de izquierda como Podemos, nacido del mismo movimiento de los Indignados que lo cuestionaba. 

La UCR estalla en una interna despiadada con jubilados en el medio 

Tal vez el radicalismo, deba ver los procesos que llevaron a revitalizar a las organizaciones con las que comparte ciertos valores en diferentes lados del mundo y ayudar a formar un cordón institucional y democrático contra la extrema derecha de Javier Milei. Hay parlamentarios como Martín Lousteau e históricos dirigentes como Federicos Storani que parecen avanzar hacia esta perspectiva.  

En el radicalismo actualmente hay dos tendencias, una está más cercana a tener acuerdos con el Gobierno y la otra, intenta ponerle un límite. Probablemente el radicalismo tenga a aquellos que se doblan, es decir, que mantienen una relación laxa con los ideales y la identidad histórica de su partido y otros que se rompan y formen otras fracciones del radicalismo, con el objetivo, justamente, de fortalecerse en la historia de la UCR y de esta manera, al igual que sus pares europeos, volver a ser una alternativa de poder. 

Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.

VFT