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MODO FONTEVECCHIA
EL EDITORIAL DE JORGE FONTEVECCHIA

Día 233: La nicaragüización de Venezuela

Todas las revoluciones comienzan con una idea de cambio genuino, pero luego suele ocurrir que se burocratizan debido a una casta que busca perpetuarse en el poder. ¿A quién representa hoy Maduro? La tensión política que se vive en Venezuela tras las elecciones del domingo puede ser comparable con el caso de Nicaragua: en ambos países, la rebelión representativa se convirtió en dictadura.

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Nicolás Maduro celebró el resultado de las elecciones en Venezuela. | AFP

“La crisis venezolana desatada tras el cuestionado resultado electoral que le dio la victoria al presidente Nicolás Maduro siguió escalando durante todo el día de ayer, en el que se produjeron importantes movilizaciones contestadas con la represión por parte del Gobierno”, sostuvo Jorge Fontevecchia al inicio de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1). 

 

Las elecciones del último domingo no fueron solamente un hito histórico de un proceso político que se inició con Hugo Chávez en el poder en Venezuela. Seguramente, el 28 de julio sea el comienzo de otro ciclo: la decadencia de una forma de ejercer el poder que pierde toda formalidad, todo estribo, y abandona cualquier mínima formalidad democrática. No es la primera vez que sucede. 

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Tras proclamarse presidente, Nicolás Maduro celebró haber vencido “al fascismo, a los demonios y a las demonias con la fuerza de Cristo, de Bolívar y de Chávez”. En conferencia de prensa y junto a militantes afirmó que “el poder soberano electoral de Venezuela ha emitido un dictamen que recibo con humildad porque soy un obrero, y eso es lo que no me perdonan los apellidos ni el imperialismo”. 

Maduro fue proclamado electo y denunció que la oposición quiere dar "un golpe de Estado fascista"

Además, denunció que "se está intentando imponer en Venezuela un golpe de Estado de carácter fascista y contrarrevolucionario”. “Ya vimos esta película: por un lado está el pueblo que quiere paz y democracia, y por otro, las élites llenas de odio amarradas al imperio estadounidense”, declaró. 

Maduro llama “golpe de Estado” a las protestas en las calles de Caracas y en todas partes del territorio venezolano. Paralelamente, también se movilizaron motociclistas, un símbolo de una ciudad empobrecida, donde la cantidad de motos es mayor que la de autos. En las imágenes se observa cómo avanzan los motociclistas tocando sus bocinas, tanto a favor como en contra del régimen de Maduro.

Es interesante recordar que en las protestas de diciembre del 2001, en Argentina, los motociclistas también jugaron un papel clave. Ellos se adelantaron a los manifestantes de a pie e iban avisando por donde venían los grupos de policías a reprimir la manifestación.

Muchos de los venezolanos denuncian la presencia de grupos parapoliciales llamados Colectivos Chavistas. A través de estos grupos, el régimen de Maduro terceriza la represión, por decirlo de algún modo, sin pagar el costo político. Esto recuerda también a los “grupos de tareas” tanto de la extrema derecha peronista en la época de López Rega, lo que era conocido como la Triple A, como a los de los militares durante la última dictadura militar argentina. 

También se difundieron imágenes de civiles disparando con armas de fuego durante la movilización. De hecho, ya hay dos manifestantes muertos, y parece que esto va a ir empeorando día tras día. En los videos que se difundieron en las redes sociales se escuchan los gritos y disparos, y se ve cómo un grupo de civiles que se encuentra del lado de la policía dispara directamente contra las columnas opositoras mientras la gente corre. 

El gobierno argentino dijo "desconoce" el triunfo de Maduro en Venezuela y lo tildó de "fraudulento"

Ayer, partidarios de Maduro intentaron tomar por la fuerza la Embajada argentina. La opositora María Corina Machado denunció, mediante una rueda de prensa luego de las elecciones, que recibió reportes de encapuchados armados y efectivos de la Policía Nacional Bolivariana en la Embajada de Argentina. La líder opositora llamó a los periodistas a acercarse a la zona y agradeció el “trabajo indispensable” de los ”motorizados”. “Tenemos que protegerlos", remarcó. 

Luego, Corina Machado proclamó el triunfo de la oposición y declaró a Edmundo González como presidente electo. "Si el régimen entrega las verdaderas actas, las que hechos publicaron, tendrán que ratificar la verdad que vimos todos ayer en las calles de Venezuela. Me emociona decirles a todos que tenemos el 73,20% de las actas”. La sala, repleta de ciudadanos y militantes de la oposición, respondió con gritos de apoyo.

María Corina Machado, líder de la oposición
María Corina Machado, líder de la oposición, declaró a Edmundo González como presidente electo luego de recibir "el 73,20% de las actas".

La oposición venezolana dijo que González Urrutia ganó con el 70% de los votos y que tienen "cómo probar la verdad de las urnas" 

Los manifestantes en Venezuela tuvieron una reacción iconoclasta. Es decir, de quien se opone a las imágenes del “culto a la personalidad”, atacando lo que representan. En distintos puntos, se movilizaron hacia estatuas de Hugo Chávez y las derribaron, como ocurrió en La Guaira y en el Estado de Falcón. A todos nos recordó a la caída de Sadam Hussein. Las imágenes son impactantes. Se ve cómo personas de origen popular tiran las estatuas con sus propias manos, apenas ayudados por sogas, mientras el resto aplaude desaforadamente. 

Algunos actores de peso en la región como son México y Estados Unidos, se posicionaron sobre las elecciones en Venezuela. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, declaró el lunes con un tono inseguro que tenía la información de que “el órgano electoral de Venezuela le está dando el triunfo al presidente Maduro”. Costaría encontrar otro momento en el que el presidente dudara tanto de lo que está diciendo. Da la impresión que intenta no decir nada que lo comprometa demasiado. La realidad es que, si fuese un resultado de una elección convencional, al otro día estaría felicitando al presidente Maduro como se hace con cada elección

Desde una conferencia de prensa en Japón, Antony Blinken, secretario de Estado y canciller de los Estados Unidos, manifestó que les preocupa seriamente “que el resultado anunciado no refleje la voluntad ni los votos del pueblo venezolano”. “La comunidad internacional está siguiendo esto muy de cerca y responderá en consecuencia”, advirtió el canciller. 

En su libro La revolución traicionada, Trotsky da cuenta de las transformaciones en la Unión Soviética que se dieron lugar luego de que Stalin se hiciera con el poder y purgara a todos los militantes obreros, a los periodistas, los intelectuales, campesinos y estudiantes que habían hecho la revolución de octubre de 1917. Según Trotsky, la revolución no fue traicionada no porque Stalin fuese en realidad un capitalista que se hacía pasar por socialista, sino porque el estalinismo era un grupo de burócratas que sólo quería perpetuarse en el poder. 

Esa era la dificultad que los comunistas tuvieron a mediados del siglo XX para posicionarse frente a la nueva ex Unión Soviética estalinista. A muchos no les gustaban las purgas y las colectivizaciones forzosas en las que morían miles de campesinos o el culto que hacía Stalin de su propia personalidad. Sin embargo, cuando veían a Stalin, no veían que estuviese representando a los grandes empresarios de Rusia o a los de otros lugares del mundo. Entonces, se pensaba que si no representa a los grandes magnates, a la burguesía, debe representar con todos sus problemas a la clase obrera, a los trabajadores. Pero no, la diferencia en el estalinismo, es que no representaba a una clase, representaba a una casta, como dice nuestro presidente Milei, a un grupo de privilegiados que sostienen una situación beneficiosa a expensas del resto. Eso fue lo que vio Trotsky y tal vez nos de un elemento para analizar lo que sucede en Venezuela.

Un ejemplo a analizar es el de la propia Nicaragua, otro país que tuvo un proceso revolucionario. Lo que comenzó como una revolución contra un dictador, Anastasio Somoza, un proceso que contó con la simpatía de muchas personas democráticas del continente fue, con los años, entrando en una decadencia autoritaria. Daniel Ortega comenzó como un líder revolucionario formado, rodeado de intelectuales como el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal, y terminó en una dictadura en la que los opositores eran encarcelados y obligados a irse del país. Tal como sucede hoy en Venezuela, incluso muchos de los que lo apoyaron en un principio terminaron siendo ellos mismos perseguidos.

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“El país es una dictadura completamente y no hay ni las mínimas garantías de una elección. Ir a votar no representa nadie porque ahora la prioridad de los y las nicaragüenses menores de 35 años es tener que salir del país para buscar una alternativa de subsistencia para ellos y su familia”, explica un ciudadano de Nicaragua.  

Daniel Ortega y Rosario Murillo
En el régimen dictatorial de Daniel Ortega, muchos de los que lo apoyaron en un principio terminaron perseguidos.

Venezuela parece ir en ese sentido. Vale preguntarse a quién representa hoy Maduro, si no a su propio grupo dentro del Partido Socialista Unificado de Venezuela y a un sector de la cúpula militar. Esto lo lleva a pactar con China, ser apoyado por la cámara empresaria de Venezuela o hacer fraude en la elección. Toda táctica es buena para perpetuarse en el poder mientras todo esto se viste de una narrativa revolucionaria que tiene un origen real. Porque se pueden tener todas las diferencias con Hugo Chávez, pero efectivamente, sí partía de un proceso político que representaba a una parte mayoritaria de la sociedad de Venezuela. Chávez representó los anhelos y sueños de gran parte de los venezolanos y las misiones, las expropiaciones y sus planteos fueron apoyados popularmente. De hecho, a pesar de todo, cuando Chávez sentía que sus representados le daban la espalda, tendía a escucharlos y a reconocer la derrota. 

No es tan conocido esto, pero en el 2007 Chávez perdió unas elecciones de referéndum en las que entre otras cosas, quería establecer que Venezuela fuese un estado socialista y reconoció la derrota, obviamente a su estilo. “Sepan administrar su victoria, pero esta es una victoria de mierda”, confesó ante sus seguidores luego de que se conocieran los resultados. 

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El corolario del título de la apertura de hoy, La nicaragüización de Venezuela, me toca personalmente, porque son dos países en los que cubrí situaciones álgidas. En el caso de Nicaragua, fue en el momento en el que el ejército sandinista se hacía al poder, a fines de los setenta e inicio de los ochenta. En el caso de Venezuela, estuve asilado en una embajada de Venezuela cuando, al comienzo de los ochenta, Venezuela era el único país de sudamérica que no había tenido dictaduras. Era un modelo de democracia al que la mayoría de los exiliados argentinos elegían por las posibilidades en términos cívicos que ofrecía y hoy se ha convertido en este proceso que vemos. Me tocó cubrir la casi-guerra que estaba por producirse entre Venezuela y Colombia en el estado de Barinas, que es el equivalente a Santa Cruz para el kirchnerismo, el Estado donde nació Chávez y que gobernaba su hermano. 

Ver el proceso de decadencia de estos países es lo que plantea Trotsky: toda revolución nace con una buena idea, algo meritorio, un cambio necesario, pero luego, si se convierte en dictadura, se termina fagocitando a sí mismo. 

TV FM