MODO FONTEVECCHIA
EL EDITORIAL DE JORGE FONTEVECCHIA

Día 218: Ataque de pánico

Milei dice “cero pánico”, pero la reacción de la sociedad puede ser la opuesta. Desde Frondizi hasta Macri, cada vez que un presidente pidió calma y aseguró paz, anticipó una crisis económica y social. 

Gónzalez sobre el show de Javier Milei en el Luna Park: "Se vio a un presidente convencido de lo que hace"
Gónzalez sobre el show de Javier Milei en el Luna Park: "Se vio a un presidente convencido de lo que hace" | CEDOC

"El sábado, desde Estados Unidos, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo anunciaron cambios en la política financiera del país en medio de una creciente incertidumbre y el umbral de lo que podría considerarse como una corrida. Además, en sus declaraciones posteriores, el Presidente dijo que los aumentos de los dólares paralelos le generaban “cero pánico”, relató Jorge Fontevecchia en el editorial de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del lunes 15 de julio de 2024.

Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente, por lo menos en la proporción para generar esa reacción. Cuando se presenta un ataque de pánico, se puede sentir como si se estuviera perdiendo el control, sufriendo un ataque cardíaco o, incluso percibiendo que se está a punto de morir.

El presidente Javier Milei dijo que debía haber “cero pánico”, en relación a los problemas económicos que podrían generarse por el aumento del dólar paralelo. Ernesto Tenembuam, que además de ser periodista político es psicólogo, escribió una columna al respecto. 

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“El presidente de la Nación, Javier Milei, explicó ayer que en los próximos meses la Argentina va a tener problemas para juntar reservas. Pero, aclaró, “cero pánico”. Cualquiera que haya vivido la historia económica argentina sabe que ese tipo de reacción suele generar más angustia. Cuando un presidente o ministro argentino dice que ‘el que apuesta al dólar pierde’, probablemente suba el dólar. Cuando otro dice ‘el que puso dólares recibirá dólares’, seguramente ocurra lo contrario”.

“Cero pánico”, dijo Milei desde Estados Unidos, un día sábado, mientras su ministro Luis Caputo anunciaba un paquete de medidas “históricas” para dejar de emitir pesos y vender reservas. Más allá de la lógica de esas medidas, que generaron ayer polémicas muy duras entre distintos economistas, lo cierto es que fueron anunciadas en una conferencia de prensa improvisada un sábado a la tarde al final de una semana muy mala en los mercados financieros.

¿No había chances de esperar hasta el lunes? ¿No había tiempo para volver a la Argentina para presentar todo con serenidad? Si no lo había, si había tanta urgencia, ¿eso quiere decir que hay pánico o que no hay pánico o que hay qué nivel de pánico de cero a diez?”, sintetizó el periodista. 

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La psicoanalista Liliana Szapiro explicó que Sigmund Freud observa el problema del pánico en los ejércitos. En el pánico, concluye, el primer efecto y síntoma es la pérdida de confianza. “En lo que Freud llamaba ‘la histeria’ y ‘la angustia’, nosotros ubicamos la manifestación de lo que hoy llamamos ‘crisis de pánico’”.

Además, la psicóloga citó el texto “Psicología de las masas y análisis del yo” para explicar el modus operandi del pánico en las masas: “En el momento en el que los soldados dejan de confiar en sus superiores, cunde el pánico. Se rompen los lazos libidinales entre los miembros del ejército y cada uno cuida solamente de sí mismo”.

En el momento en que se rompen los lazos de un grupo, cada uno sale para cualquier lado. En lugar del efecto cardumen, se produce el efecto de expulsión hacia afuera, y cada uno sale corriendo hacia un lugar diferente y, generalmente, se chocan y terminan destruyéndose por su propia fricción.

En la conferencia de prensa del 28 de junio, Luis “Toto” Caputo explicó las nuevas medidas económicas. “La segunda etapa de este plan de estabilización consiste en cerrar la segunda canilla de emisión”, dijo, refiriéndose a la idea de tres canillas de emisión monetaria, el déficit fiscal, los intereses que el Banco Central paga por los pasivos remunerados, y a cuando el Banco Central compra dólares. 

Esta fue la génesis del problema que surgió en la célebre conferencia de prensa del 28 de junio, dónde nadie entendió nada, y eso provocó expectativas negativas, porque se sintió que había algo oculto. 

Luis Caputo y Santiago Bausili
Luis Caputo y Santiago Bausili

Una semana después de esa infame conferencia de prensa, Milei dijo: “Vamos a esterilizar los pesos colocando dólares en el mercado”, refiriéndose a que en el transcurso de esta semana iban a estar cerrando el tema de los puts, justificando la necesidad de avanzar con mayor celeridad. “Pasar de exceso de oferta cero a emisión cero implica cortar la emisión por compra de dólares”, explicó, argumentando que cuando se compra dólares, se inyectan pesos. 

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Sigmund Freud explicaba que el pánico no es producto de la reacción frente a un peligro objetivo, sino que pone al individuo en presencia de una amenaza que podríamos calificar como ‘originaria’, algo que está grabado en la mente de la persona. 

Tal vez la razón de porque Buenos Aires es una de las capitales mundiales del psicoanálisis tenga que ver con cuánto resuenan las teorías freudianas en varios aspectos de nuestra realidad, cuánto pánico acumulado tenemos.

El pánico frente a los descalabros cambiarios ya es parte constitutiva, prácticamente estructural, de nuestro consciente colectivo, por así decirlo. Tenembaum planteó en su columna, con mucha razón, que frente a problemas económicos, las palabras de los presidentes se han confirmado en su contrario. Es decir, ha sucedido exactamente lo opuesto a los discursos tranquilizadores que han hecho frente a la sociedad

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Tal es así que el “que lindo es traer buenas noticias” de De la Rúa, que fue un trágico preludio del fin de su gobierno, es sólo un episodio de una extensa serie de discursos tranquilizadores que precedieron a tormentas económicas. Vamos a repasar en nuestra historia reciente, este tipo de sucesos. 

El primer hito de esta serie de declaraciones que destacamos se da en 1959, durante la presidencia de Arturo Frondizi. El entonces ministro de Economía, Álvaro Alsogaray, pronuncia su célebre frase “hay que pasar el invierno”, justificando lo que él llamó “un punto de partida muy bajo”, adjudicando los errores al pasado para lanzar el grave anuncio de que los sueldos no se pagarán en tiempo y forma. “Esta es la realidad, triste pero histórica, que deben conocer todos los argentinos. Estamos viviendo de los préstamos extranjeros, ninguna solución fácil puede prometerse de aquí en adelante”, dijo durante el discurso.

En 1981 durante el gobierno militar de Roberto Eduardo Viola, Lorenzo Sigaut, su ministro de Economía, inmortalizó la célebre frase: “el que apuesta al dólar pierde”. 

Sigaut explica la crisis económica como consecuencia del mecanismo cambiario, explicando como las reservas de 1979, de 10.400 millones de dólares, habían descendido a 7.000 millones. “¿Por qué se ha producido este cambio?, porque el tipo de cambio estaba sobrevaluado”, decía en su momento, culpando a quienes alentaron la corriente de exportaciones, importaciones y facilitando el turismo de los argentinos en niveles “excesivos” en el exterior. 

Imaginemos que nos subimos a un avión y el comandante diga “quédense tranquilos, nuestros aviones no se caen”. El sólo hecho de preguntarse si el avión se puede caer ya genera una sensación de temor. 

Tal vez Argentina sea uno de los países más excepcionales en relación a la cantidad de frases que quedan en la memoria colectiva que fueron desmentidas por los hechos. Desde ese punto de vista, la siguiente es una de las más recordadas, quizás porque es más cercana en el tiempo. Durante su discurso de asunción de su breve presidencia, el 1 de enero del 2002, Eduardo Duhalde formuló otra frase épica: “El que depositó dólares recibirá dólares, el que depositó pesos, recibirá pesos”.

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El macrismo fue otro gobierno productor de frases memorables, como la de los “brotes verdes”, “el segundo semestre” y la “luz al final del túnel”. Otros ejemplos de frases tranquilizadoras que luego terminaron siendo desmentidas por la realidad. 

Durante la campaña en el 2014, el expresidente Mauricio Macri decía que “Lo más fácil de resolver” era “la inflación y el cepo”, y aseguraba que al final del segundo año de su mandato la inflación estaría en 1 dígito. “Lo más difícil será volver a mejorar y lograr volver a tener la mejor educación pública de Latinoamérica, eso va a llevar una década”.

Probablemente, después de escuchar tantos años de frases “tranquilizadoras” de los presidentes que terminaron en desastres económicos, la sociedad argentina esté “curada de encanto”, por decirlo de alguna manera. Frente al “cero pánico” de Javier Milei, existen posibilidades de que la gente reaccione de manera opuesta a lo esperado por el Presidente. 

El exasesor de Milei, y uno de los “Chicago Boys”, Carlos Rodríguez, posteó un tuit en relación a los riesgos que se corren tras el anuncio del Gobierno. Según Rodríguez, estas medidas pueden generar que se utilicen los ahorros para satisfacer la voracidad del mercado financiero. 

“Supongamos que el dólar de equilibrio de libre mercado está más cerca de 1500 que de 1000 (yo creo eso), esta gente va a patinar los depósitos de encajes de la gente para regalar dólares baratos en un mercado de CCL intervenido”.

“Los tres mercados LIBRES para el dólar están bien arriba de $1400 y el dólar BTC también. El gobierno se va a gastar los depósitos de la gente para satisfacer un capricho del Nobel... .”

“A lo mejor lo consigue por unos días y ‘algunos’ compradores se enriquecen a costa de muchos.”

“Esto no es economía de mercado. Ni siquiera es Mercado”, sentenció.

Si el análisis de Rodríguez es cierto, el país va a pasar de una crisis cambiaria a una crisis bancaria. Y a la incertidumbre se sumaría el pánico. Pánico que, a veces, es más que un síntoma.

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Estados Unidos vivió la irrupción de la violencia política este fin de semana, cuando se produjo un atentado contra el expresidente y actual candidato del partido republicano, con grandes chances de llegar a la Casa Blanca, Donald Trump

Ocurrió el 13 de julio pasado durante un acto de campaña. Mientras el candidato daba un discurso frente a cientos de seguidores, se escuchan de tres a cinco disparos. Uno mató a una persona del público, mientras que Trump fue herido en la oreja.

Joe Biden, presidente de los Estados Unidos y contrincante de Trump en la actual campaña presidencial, se pronunció luego del atentado: “No hay lugar en EEUU para este tipo de violencia”, “no podemos tolerar esto”.

Donald Trump, intento de magnicidio
Donald Trump, intento de magnicidio

El presidente Milei no tardó en pronunciarse sobre lo sucedido y posteó un descargo en la red social X.

“Todo mi apoyo y solidaridad al Presidente y candidato Donald Trump, víctima de un COBARDE intento de asesinato que puso en riesgo su vida y la de cientos de personas.” 

“No sorprende la desesperación de la izquierda internacional que hoy ve cómo su ideología nefasta expira, y está dispuesta a desestabilizar las democracias y promover la violencia para atornillarse al poder. Con pánico a perder en las urnas, recurren al terrorismo para imponer su agenda retrógrada y autoritaria.”

“Espero la pronta recuperación del Presidente Trump y que las elecciones en los Estados Unidos se realicen de forma justa, pacífica y democrática.”

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Si con las medidas económicas del sábado tuvimos al Milei pragmático, aquí estamos frente al presidente ideologizado. No hay ninguna prueba de que la izquierda”, como él dice, esté detrás del atentado, y estas acusaciones tienden a traer más enfrentamientos y violencia. El pánico, como la violencia, tienen un común denominador: aparecen en ausencia de la palabra. 

El psicoanálisis llamó a los ataques de pánico, a principios del siglo XX, “ataques de angustia”, y analizó que provenían de grandes montos de angustia y temor que no tenían representación simbólica, es decir, palabras. 

La represión quita las imágenes y palabras con las que está asociada la angustia y el miedo, y el monto de energía brota en estos ataques sin representación. Hay una suerte de “miedo al miedo”, de “angustia frente a la angustia”. En ese contexto, lo mejor es llenar con palabras que puedan explicar objetivamente lo que nos pasa como sociedad.

De igual manera, el debate democrático y la solución de los problemas con diálogo, e incluso con lucha política, es la forma de evitar todo tipo de violencia. Cuanto más entendamos lo que nos pasa como sociedad frente a las crisis económicas y a los complejos procesos políticos que estamos pasando, menos lugar al pánico y a la violencia vamos a dejar. 

En el medio LN+, no hace tanto, el presidente Milei dijo “cero pánico”, planteando una situación ficticia para respaldar sus dichos: “Si tomara el dólar que tenía Batakis, antes de que asumiera Massa, en el día de hoy valdría 3000 pesos. Por lo tanto, nada de pánico, cero pánico”. 

MB FM