MODO FONTEVECCHIA
EL EDITORIAL DE JORGE FONTEVECCHIA

Día 200: Golpes de Estado, primero como tragedia, luego como farsa

El intento de golpe a Luis Arce en Bolivia, que incluyó tanquetas frente al Palacio Quemado, y el inicio del juicio oral a Sabag Montiel por el intento de magnicidio a CFK revelan los nuevos rasgos de estos alzamientos en la época de las redes sociales.  

Juan José Zúñiga encabezó el fallido golpe en Bolivia y Fernando Sabag Montiel declaró por intento de magnicidio a Cristina Kirchner
Juan José Zúñiga encabezó el fallido golpe en Bolivia y Fernando Sabag Montiel declaró por intento de magnicidio a Cristina Kirchner | Cedoc

"Ayer, el Estado Plurinacional de Bolivia sufrió un intento de golpe de Estado. El segundo en cinco años, pero en este caso, con ribetes farsescos. Ayer, aún una democracia debilitada, el presidente Luis Arce logró imponerse y mantenerse en el poder a pesar de la presión de numerosos sectores golpistas”, detalló Jorge Fontevecchia en el editorial de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del jueves 27 de junio.  

Se vieron escenas que evocan otros tiempos de la política del continente: militares sublevados, tanques en las calles y llamados a la resistencia. Sin embargo, el resultado fue muy distinto: el general rebelde rápidamente fue sustituido y luego de dos horas de tensión, todo pareció volver a la normalidad. 

Una Bolivia en crisis política, dada la pelea de un presidente débil como Luis Arce, con el líder fuerte de su partido, Evo Morales, pudo mantener su institucionalidad, pese a la crisis económica en que se encuentra, con la merma de sus reservas gasíferas. En una situación que recuerda a la Argentina en tiempos del Frente de Todos, ayer hubo un episodio cuyo desenlace, por suerte, no permitió la interrupción democrática.

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Arce nombró nueva cúpula militar tras el intento de golpe de Estado en Bolivia

En el contexto de la merma de la adhesión democrática a la que asiste la gran mayoría de las naciones del mundo, los golpes de Estado parecen haber dejado de ser opción: la amenaza sobre la institucionalidad parece darse desde adentro de los sistemas democráticos

El repudio internacional, que incluyó a gobiernos con ideas completamente diferentes de las del MAS boliviano, como la de Luis Lacalle Pou, por citar un solo ejemplo, tuvo incidencia. En las primeras horas de la noche de ayer, el gobierno de Bolivia había recobrado el control de la situación y logró detener al ex jefe del Ejército Juan José Zúñiga, quien encabezaba el golpe de Estado. 

Unas horas antes, Zúñiga junto a otros militares habían tomado la Plaza Murillo, enfrente de la casa de Gobierno y luego, intentaron entrar al Palacio Quemado con un tanque de guerra. En ese momento, el presidente Luis Arce llamó al pueblo boliviano a que se “movilizara para defender la democracia”, depuso a Zúñiga como jefe del Ejército y nombró a un reemplazante.

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Algunas de las impresionantes imágenes que dejó la jornada fue la de las tanquetas de guerra intentando entrar en la Casa de Gobierno de Bolivia. Otro momento de suma tensión en la Casa de Gobierno boliviana fue el cara a cara de Luis Arce con Zúñiga, cuando el mandatario le ordenó que se retirara. 

En una entrevista donde, de alguna manera, anticipó lo que iba a suceder, Zúñiga se refirió a la candidatura y a la detención de Evo Morales. "Somos un brazo armado de la patria y vamos a defender, a toda costa, la constitución política del Estado”, aseguró el militar. 

Zúñiga tuvo una interesante forma de construir el discurso para constituir un enemigo. “Desde hace muchos años una elite se hace cargo del país, destruyendo la patria”, apuntó el exgeneral ante la prensa. 

Es interesante lo de “élite”, para nombrar al MAS cuando muchos de sus miembros son parte de los sectores más empobrecidos y castigados del país. Evo Morales mismo es aymara, integrante de un pueblo originario y dirigente cocalero de Cochabamba. 

Luis Arce, presidente de Bolivia, mantiene una iinterna con Evo Morales.
Luis Arce, presidente de Bolivia, mantiene una interna con Evo Morales.

Uno puede estar a favor o en contra, pero es obvio que no es alguien de la llamada “élite". Muchas veces las palabras intentan forjar un relato distorsionado. Es como la “casta” de Milei, que empezó siendo contra todos los políticos y ahora básicamente es contra todo opositor. 

Días antes, Zúñiga había insinuado una acción militar cuando planteó que Evo Morales no podía volver a candidatearse para ser presidente. "El señor Morales ya ha sido presidente tres, cuatro gestiones, re, re, reelegido. Legalmente, está inhabilitado. Llegado el caso, no permitiría que pisotee la Constitución y que desobedezca el mandato del pueblo", había advertido. 

Zúñiga además dijo que el ejército “estaba enojado” porque hay dirigentes de la oposición como Jeanine Áñez y Fernando Camacho que siguen presos por el golpe de Estado del 2019. También denunció que haya militares presos por esta misma razón y aclaró que estos “sólo seguían órdenes”. 

Hubo una gran reacción del arco político argentino al intento de golpe de Estado en Bolivia.
Hubo una gran reacción del arco político argentino al intento de golpe de Estado en Bolivia.

Horas después, los presidentes de Latinoamérica y gran cantidad de los de todo el mundo expresaron su repudio al golpe de Estado y dentro de Bolivia hasta Jeanine Áñez se opuso a la acción militar. Esto evidentemente aisló a los insubordinados y precipitó el final del golpe. 

El sociólogo Santiago Anria, doctor en Ciencias Políticas, especialista en movimientos sociales y partidos políticos en América Latina, procuró explicar su visión de lo sucedido en Bolivia y le atribuyó centralidad al declive económico y la interna entre Luis Arce y Evo Morales. “Es la principal tensión subyacente y el factor de deterioro principal de la democracia boliviana”, explicó el politólogo. 

Es interesante el elemento de análisis que suma Anria sobre el enfrentamiento entre Evo Morales y Luis Arce como motivo de debilidad del Gobierno del MAS que posibilitó el golpe. Por otro lado, también se puede colocar el golpe en contexto, como una serie de eventos de intentos antidemocráticos por incidir en la política en los diferentes países de la región y hasta en Estados Unidos. El golpismo en la era de las redes sociales parece adquirir otro formato que ya no es el de las armas, sino el de las imágenes. 

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Por su parte, Patricia Bullrich intentó explicar por qué los sucesos durante la discusión de la Ley Bases del Senado fueron un intento de golpe. Claramente, aquello no tuvo el volumen para ser considerado así, pero en la reflexión de la ministra de Seguridad, hay un punto a tener en cuenta: la democracia hoy se cuestiona desde adentro y no con asonadas. “Lo de ayer fue un golpe de Estado moderno, es un desgaste permanente para que el Gobierno pierda la capacidad de acción”, explicó la ministra. 

Los últimos ataques al sistema democrático

Tomemos el argumento y veamos qué es lo que cuestiona a la democracia hoy en día. En el 2021 los seguidores de Donald Trump tomaron el Capitolio contra la asunción de Joe Biden. En el 2022 un grupo de jóvenes, aún no se sabe si respaldados por alguien más o sólo motivados por sus convicciones antidemocráticas, intentaron asesinar a la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner en Argentina. 

En el 2023, hubo un intento de golpe de Estado en Brasil, luego de la derrota de Bolsonaro y el triunfo de Lula. En ese acontecimiento en el Planalto, prevalecieron las violentas imágenes que marcaron el intento del golpe de Estado por parte de los bolsonaristas.

Los seguidores de Bolsonaro tomaron los edificios gubernamentales ubicados en el Planalto en Brasilia y generaron bloqueos en las principales autopistas del país y ahora esto sucede en Bolivia. Todos intentos antidemocráticos por torcer el curso de los acontecimientos políticos. 

Es el segundo Intento de golpe de estado en Bolivia en los últimos 5 años.
Es el segundo Intento de golpe de estado en Bolivia en los últimos 5 años.

Todos, afortunadamente, fracasaron, pero efectivamente hay algo que está pasando con la democracia. Hay una porción de la sociedad que entiende que la democracia no funciona y está dispuesta a accionar contra ella para imponer sus convicciones. Por ahora, evidentemente no es una mayoría, pero no deja de ser un dato preocupante. 

En ese sentido, en enero del 2021, Donald Trump denunció fraude y convocó a atentar contra el Capitolio. “Cuando encuentras a alguien en un fraude, estás autorizado a cambiar las reglas de juego”. Además, agregó: “Lucharemos contra demonios, y si no lo hacemos, no tendremos un país nunca más”. 

El intento de magnicidio a Cristina en una instancia decisiva

La institucionalidad en la Argentina se puso en jaque con el intento de magnicidio sobre la expresidenta Cristina Fernández en septiembre del 2022. Justamente ayer fue el inicio del Juicio por el atentado perpetrado por Fernando Sabag Montiel, quien tuvo su alegato: "Traté de pagar el precio de lo que otros no hicieron", sostuvo.

A su vez, confesó, directamente, que “quería matar a Cristina” y exculpó a Brenda Uliarte: “Ella solo quería que Cristina muera, quería ser más una espectadora que una partícipe”.

Un estudio entre los terroristas de ISIS, demuestra que muchos de sus militantes europeo tenían un alto coeficiente intelectual. La clave que explica su adhesión a las ideas extremistas es esencialmente el resentimiento. ¿Cuántas diferencias se pueden encontrar con las palabras de Fernando Sabag Montiel quién exhibe argumentos de coherencia lógica aunque cargados de odio y frustración? 

Comenzó el juicio por el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner

Si en principios del siglo XX, la desigualdad y falta de oportunidades generaban revoluciones comunistas, parece que estos mismos elementos en este siglo XXI generan movimientos antidemocráticos de ultraderecha. 

La democracia es el mejor sistema al que hemos llegado. Que las diferencias se resuelvan debatiendo, votando y no a través de la violencia, nos preserva a todos como personas y permite que la sociedad vaya sacando conclusiones sobre lo que quiere, lo que necesita y cuál es la mejor manera de conseguirlo. 

A la vez, la democracia tiene deudas: la desigualdad, la pobreza y la corrupción de los políticos hacen que muchas veces se pierda la confianza en las instituciones. En todo caso, se tratará de utilizar la propia democracia para resolver los problemas, sanear las instituciones y seguir adelante.

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Volver a los años en los que las diferencias políticas se dirimían con muertes, torturas y desapariciones no parecería ser una opción. Lo que sucedió en Bolivia y el comienzo del juicio por el atentado a Cristina Kirchner debe hacernos un alerta de que es preciso recordar que habíamos dicho Nunca más a la violencia política, esperemos que esta convicción sea compartida con todos los pueblos hermanos de la región. 

Volviendo a la célebre frase de Carlos Marx: los golpes de Estado fueron una tragedia durante años y ayer mostraron su aspecto más farsesco. Sin embargo, desde dentro de las democracias, puede estar incubando otro tipo de tragedias cuyo final es incierto.

AO FM