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Día 176: Combatiendo al capital humano

En medio del escándalo por los alimentos retenidos por Capital Humano, asoma la crítica a la gestión actual y se enfatiza la necesidad de transparencia, eficiencia y justicia social en la distribución de alimentos. ¿Es una posible solución la propuesta de Federico Sturzenegger para un sistema de compra y entrega de alimentos a través de licitaciones privadas? ¿Es necesario un plan alimentario integral?

Día 176: Combatiendo al capital humano
Javier Milei salió a respaldar a su ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. | Cedoc

“Federico Sturzenegger presentó un nuevo sistema de asistencia social que vamos a intentar analizar. Para empezar, un texto de la Universidad de México explica que ‘el concepto de capital humano no es reciente’. Teóricos de la economía como Adam Smith y Carlos Marx, por señalar algunos, ya se referían al personal de una empresa en términos de ‘capital’, considerándolo como el elemento que hace posible transformar las materias primas en productos, y como sujetos posibles de ser capacitados para incrementar la productividad de las empresas”, comentó Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del 3 de junio. 

Saliendo del ámbito académico, la página del BBVA explica que “El capital humano viene a mostrar las inversiones que se realizan en los trabajadores a fin de que puedan producir más. Es decir, una parte de los recursos de los que disponemos se dedican a la realización de actividades que mejoran la productividad de los trabajadores; en cierto modo, logran trabajadores de más “calidad”.

“Esas inversiones en los trabajadores para dotarlos de mayor capital humano suponen un sacrificio de recursos que podrían destinarse a actividades alternativas que procurasen, de forma inmediata, la satisfacción a los consumidores. Sin embargo, esos recursos se dedican a invertir en capital humano porque se espera que los trabajadores produzcan más en el futuro, en una cuantía suficientemente importante como para compensar el sacrificio”, finaliza el texto de la entidad bancaria.

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El gobierno busca desligar a Pettovello del escándalo de los alimentos y denuncia a Pablo de la Torre

Habría que pensar si tales ideas se compatibilizan con la gestión de Javier Milei y su ministra, Sandra Pettovello, en los primeros seis meses de gobierno. El último capítulo del escándalo de los alimentos hizo aparecer a uno de los cerebros del Gobierno, Federico Sturzenneger, que presentó un nuevo sistema de compra y entrega de alimentos

Pero para meternos de lleno en este aspecto, primero queremos ver cómo funciona la ayuda social en otros países. Vamos a hacer, como diría el filósofo francés Michel Foucault, una genealogía de los movimientos sociales, un fenómeno argentino que no se encuentra en otro lado del mundo para entender cómo funciona en Argentina la ayuda social.

Lula da Silva presentó la bolsa familia, un programa histórico que había sido suspendido por el gobierno de Jair Bolsonaro y que volvió a lanzar en 2023: “No se va a solucionar todo con este programa, pero se va a tener un primer plato de arroz o de porotos”, comentó el presidente. 

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En Francia, por ejemplo, la ayuda social se financia por una red de 101 cajas departamentales y una caja nacional. Estas cajas de subsidios familiares abonan prestaciones familiares a los trabajadores por cuenta ajena y asimilados de todas las profesiones, a los trabajadores autónomos, a excepción de los trabajadores agrarios, a todas las personas que residen en Francia con sus hijos y que no ejercen una actividad profesional. Todo esto, sin intermediación, con personal estatal y con dinero. Pero, a diferencia de Argentina, no se entregan alimentos. 

Repaso histórico del movimiento piquetero

Los movimientos sociales nacieron a mitad de los 90. Al principio estaban formados por los empleados despedidos de las empresas estatales que habían sido privatizadas. Luego, se sumaron miles de trabajadores de pymes que habían cerrado por las aperturas de las importaciones. 

Desde el principio adoptaron el método del piquete para reclamar al Estado la asistencia de alimentos y trabajo. Esto era obvio en su momento, partiendo de que al ser un movimiento de desocupados no pueden parar la producción como trabajadores sindicalizados. 

Sin embargo, con el piquete se puede parar la distribución de la producción y el traslado de las personas. Los piqueteros, como se llamaron en ese momento, fueron un actor clave en las movilizaciones del 19 y 20 de diciembre que terminaron en la caída del presidente Fernando De La Rúa

El galón donde Capital Humano retenía alimentos.
Uno de los galones donde Capital Humano retenía los alimentos.

Luego, con el kirchnerismo, algunos fueron cooptados por la gestión de Néstor y Cristina Kirchner, pero otros permanecieron independientes y los piquetes nunca cesaron. El Estado otorgó una gran cantidad de planes sociales, la Asignación Universal por Hijo, la Tarjeta Alimentar y se generaron cooperativas de trabajo para los beneficiarios de las ayudas sociales.

La falta de incorporación por parte del sector privado a una parte de la población y la ayuda estatal, terminó conformando lo que se llama la “economía popular”. Un sector de la población que vive gracias a los ingresos de la ayuda estatal en combinación con changas, la venta ambulante o la recolección de cartones. 

Además, el crecimiento de estas organizaciones les dio un poder importante a una capa dirigencial que era capaz de movilizar cientos de miles de personas al centro porteño y cortar los principales accesos de la Ciudad. 

La entrega de los alimentos y la gestión de las cooperativas de trabajo de un porcentaje de la población, hacía que en momentos de crisis, los movimientos sociales fueran un medio más político de gestión del conflicto social. Estos movimientos, además generaron una red de comedores barriales que funcionan de nucleamiento de miles de familias, que luego participan de las actividades y marchas que se convocaban desde la dirigencia. 

La crisis del sistema de asistencia social 

El sistema de la asistencia social entró en crisis en la última etapa del gobierno anterior, a partir de la inflación. Los llamados movimientos sociales mantuvieron un vínculo de convivencia aún con el gobierno de Macri, especialmente a partir de la gestión de Carolina Stanley, muy unida a sectores de la Iglesia, pero, sin dudas, era un sistema que debía ser revisado. El tema es que en toda transición se necesita un agente que controle los cambios, que es el Estado. La ideología miniarquista del Gobierno aquí demostró que no hacer nada no es lo mismo que liberar   

Con la llegada del gobierno de Javier Milei, se cerró el ministerio de Desarrollo Social y se lo ubicó dentro de Capital Humano. Se iniciaron una serie de causas contra dirigentes de las organizaciones piqueteras. El Gobierno eligió dos adversarios, Juan Grabois y Eduardo Beliboni

Esto tuvo un impacto muy importante. En las movilizaciones de estos movimientos, se vio una importante merma en la asistencia. El miedo que generó en muchas de las familias que integran estos movimientos cuando escucharon la campaña del Gobierno que decía que “el que corta no cobra” y la constante amenaza de represión, hizo desistir de la asistencia a las marchas. 

“Nadie tocará a Sandra”, la advertencia de Milei

Además, según denunciaban Juan Grabois y otros dirigentes, la comida empezó a faltar de los comedores. "Hablé con Javier Milei y le pedí que manden comida a comedores", expresó el ex precandidato presidencial. 

Además, las miles de bajas del programa Potenciar Trabajo golpearon en las filas de los movimientos sociales. El Gobierno estaba a la ofensiva, hasta que una denuncia generó un escándalo que terminó con que se eche a Pablo de la Torre, un importante funcionario de Capital Humano, el segundo de la ministra Sandra Pettovello. 

El Gobierno mantenía 6 mil toneladas de comida guardadas y no se las enviaba a los comedores barriales. La denuncia realizada por el dirigente del Frente Patria Grande de Juan Grabois mostró a un Gobierno insensible y que tuvo la torpeza de hacer graves declaraciones, como Javier Milei a la salida de La Rural: “Si la gente no llegara a fin de mes ya se hubiera muerto”, había dicho el mandatario ante la consulta de los motivos de la retención de alimentos. 

El tuit donde el dirigente social, Juan Grabois, critica al Gobierno de Milei por la retención alimentaria.
El tuit donde el dirigente social, Juan Grabois, critica al Gobierno de Milei por la retención alimentaria.

Manuel Adorni también respondió a lo sucedido en una de sus conferencias de prensa, responsabilizó al gobierno anterior y destacó la denuncia de los comedores “fantasmas”: "Estos alimentos no vencieron y hay personas encargadas de que no ocurra", aclaró. Luego, la Justicia intervino y el juez Casanello planteó que el Gobierno debe enviar la comida a los comedores y el vocero presidencial contestó que apelarán porque la Justicia “no se puede entrometer en la política pública". 

En esa semana, fue el Tedeum del 25 de Mayo y el arzobispo García Cuerva dio un contundente mensaje. “Siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los autoaumetos de sueldo de algunas semanas atrás”, sostuvo el eclesiástico en un sentido mensaje. 

Un día después, la Iglesia siguió insistiendo con el problema de la crisis social y el monseñor pidió que se repartieran los alimentos guardados en los dos depósitos. “Nos preocupa que se vaya perdiendo la sensibilidad”, afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea. 

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Entre la política siguieron creciendo las críticas contra la ministra Sandra Pettovelo y Javier Milei salió a darle un fuerte respaldo. “No voy a entregar a Pettovello de ninguna manera, es la abandera de la lucha contra la corrupción”.

En ese contexto difícil para el Gobierno es en el que Federico Struzenneguer, uno de los cerebros de la gestión libertaria, quien ideó el DNU y la Ley Bases, presentó un nuevo sistema de compra y entrega de alimentos mediante licitaciones al sector privado

Esto busca obviamente sacar totalmente del juego a los movimientos sociales. Algo que presupone una importante transformación política en el país, porque, como venimos historizando, es un movimiento que viene gestionando la ayuda social desde hace casi 30 años. 

El plan alternativo de repartición de alimentos

En el hilo de la red social X, el economista afirma que el Gobierno puede proporcionar ayuda en emergencias de manera más eficiente y económica mediante un sistema de seguros de entrega inmediata en lugar de almacenar bienes. Este nuevo enfoque, diseñado a pedido del presidente Javier Milei y la ministra Sandra Pettovelo, utilizaría la logística del sector privado para garantizar la disponibilidad de productos sin los costos y riesgos asociados al almacenamiento estatal.

El sistema, tal como está planteado, puede aplicarse a contingencias, pero no a la cotidianidad de los comedores. Estos centros de alimentación de los sectores más vulnerables no precisan comida en momentos particulares o de emergencia, son comedores, necesitan comida constantemente. 

Entregas periódicas para darle de comer a miles de personas. ¿Se plantea que se cierren estos comedores también? ¿El Gobierno pretende reemplazarlos con el sector privado? Preguntas que en el tuit de Sturzenegger aún no quedaron claras. 

El dirigente del Movimiento Evita, Chino Navarro, sugirió que, aunque un sistema alternativo podría mejorar la distribución de alimentos por el Estado, es esencial que sea transparente y eficiente, evitando los problemas comunes en los seguros actuales. Además, resaltó la importancia de un sistema justo que no excluya a las personas y promueva la justicia social

Pettovello y el síndrome Posse

Por su parte, Daniel Arroyo, ex ministro de Desarrollo Social, apuntó que el nuevo plan de Sturzenegger para que las empresas privadas reserven lo que el Estado necesita y lo entreguen en emergencias climáticas, como inundaciones, “es razonable”. 

Sin embargo, remarcó que este enfoque no resuelve el problema central: la falta de un plan alimentario en Argentina. “El Gobierno erró al pensar que aumentar la tarjeta alimentar sería suficiente. Si bien la tarjeta, que yo mismo creé, es útil para transferir dinero a familias, en la actual crisis económica y de empleo, esto no basta”, explicó. Y añadió: “Es necesario un plan alimentario que también apoye a los comedores comunitarios”. 

Mientras tanto, miles de personas están mal alimentadas o se saltean comidas. Un país productor de alimentos no puede permitirse de ninguna manera algo así. Independientemente de la ideología del Presidente, hay algo que nos debe unir a todos y es el respeto básico por la dignidad humana. Comida no le puede faltar a ningún habitante de este país. Por lo tanto, esperemos que todos los sectores involucrados puedan trabajar en conjunto para que a nadie le falte un plato de comida.

AO FM