En medio de la tensión entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof por la interna en el Partido Justicialista, Carlos Tomada apoyó la candidatura de CFK para presidir el partido, aunque criticó el destrato hacia Kicillof: “No me gustaría que quede dañada la relación entre dos de las personas más importantes del partido”. Por otro lado, manifestó que la reforma laboral aplicada por el Gobierno en la Ley Bases es “la precarización hecha ley”. “Una reforma laboral no resuelve ninguno de los problemas importantes que tiene Argentina”, dijo en La Previa de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Carlos Tomada fue ministro de Trabajo desde 2003 y 2015. Además, fue embajador argentino en Belice en 2021 y legislador porteño entre 2015 y 2019.
¿Cuál es tu visión de lo que está sucediendo hoy en el peronismo? ¿Es correcto que pueda estar padeciendo algún riesgo como padeció el Partido Revolucionario Industrial (PRI)?
El PRI y el peronismo son parecidos, pero no iguales. El PRI terminó en una decadencia sustantiva y prácticamente no existe en México. Creo que el peronismo todavía no ha llegado a una situación semejante.
El peronismo ha tenido una derrota electoral, no solamente fuerte, sino a manos de lo impensa que ahora estamos viendo en acción. Eso implicó, sobre todo en los últimos momentos del último gobierno, una pérdida de identidad. Cuando el peronismo pierde su sentido y su lugar en la historia para representar a los sectores más humildes y a los trabajadores, pierde su identidad, y recomponerla no es fácil.
La historia nos enseña que siempre llevó un tiempo, lo que pasa es que ahora estamos todos involucrados en los medios de comunicación, en las redes y en toda esa dinámica acelerada e individualista que nos hacen querer una respuesta ya. Si a eso le agregamos el escenario terrorífico que vive el pueblo cotidianamente, de ahí surge una demanda de una respuesta rápida.
Yo creo que se va a ir organizando de nuevo, y el peronismo va a volver a ser la fuerza que aconseja mayorías de una manera frentista, abierta y plural. Cada vez que el peronismo se encerró sobre sí mismo, perdió presencia y fuerza. Estamos en un mal momento.
Cristina Kirchner y Axel Kicillof se reencontraron en un acto de Abuelas de Plaza de Mayo
Elizabeth Peger: El Gobierno puso en marcha cambios laborales, y hay otras medidas en discusión en el Congreso. ¿Qué lectura hacés de estos cambios? ¿Qué impactos pueden tener?
Yo creo que ninguno, y si tiene impacto será negativo. Una reforma laboral no resuelve ninguno de los problemas importantes que tiene Argentina. Eso no quiere decir que no debamos pensar en un cambio laboral, en una ampliación de derechos o en normas que abarquen la nueva realidad del trabajo que nadie puede discutir que se ha modificado.
Las reformas laborales de este tipo, que son las que hemos vivido en los últimos 30 años, son reformas que van en otra dirección y han fracasado en todas partes del mundo. Según la ONU, son 103 países los que han hecho este tipo de reformas bajo la excusa de generar empleo, como si las leyes generaran empleo. Estas reformas laborales tienen un sentido de aumentar la discrecionalidad del empresario y de reducir costos, diluyendo el principio protectorio.
Ese pedazo de la Ley Bases, que bien podría llamarse la ley de la precarización, lo único que hace es legalizar la informalidad de una manera perversa. Han encontrado que la forma de disminuir los niveles de informalidad que la Argentina tiene es legalizar los contratos que evaden la aplicación de la ley laboral.
Ahora, a cualquiera que esté contratado por con un contrato de locación de obra o de locación de servicios, no se le aplicará la ley de trabajo, por lo cual no tiene derechos. Lo mismo pasa con el invento de los colaboradores. Es decir, generan una serie de categorías de trabajadores que no van a ser protegidos por la ley. Es la precarización hecha ley, así que no creo que resuelva ninguno de los problemas importantes. Por problemas importantes me refiero a los económicos. Por supuesto que la Argentina tiene problemas laborales, pero para eso hacen falta otras leyes.
¿La Ley Bases mejora las condiciones de las empresas?
EP: En esta discusión, ¿cómo evalúas el rol de los gremios y puntualmente de la conducción de la CGT?
En términos de negociación salarial, creo que han recuperado una parte de lo perdido, pero empezaron con el tema de los límites, de los techos, de las amenazas y de las extorsiones. Hoy tenemos una negociación colectiva a la que se le están poniendo trabas de manera sistemática.
Lo que estoy diciendo es que se recuperó algo del nivel salarial que se perdió con la monstruosa devaluación y la liberación de todos los precios, pero queda un remanente pendiente. Parece que el precio de los alimentos no crecen tanto, pero como crecen las tarifas de los servicios, eso afecta el consumo.
La CGT estuvo a la altura con las primeras medidas. Fue la primera organización social que salió a resistir el ajuste y logró paralizar la aplicación del DNU en la justicia. Después hizo dos paros generales, que es algo importante. No banalicemos los paros generales porque en cualquier parte del mundo es la manera más clara de expresar el rechazo a una política pública, además del voto.
Es cierto que últimamente todo ha estado más focalizado en otros sectores que ha salido a confrontar, y la CGT acompaña y está presente, como en el conflicto universitario. Al mismo tiempo, me parece que ha llegado la hora de volver a ejercer el derecho a la protesta, a pesar de las amenazas y limitaciones que este Gobierno ya ha colocado. No estamos en un escenario de una democracia que permite el derecho a la protesta, como nos habíamos acostumbrado en los últimos años.
EP: ¿Crees que es momento de un nuevo paro?
Creo que es el momento de un nuevo paro. El clima represivo, las amenazas y las nuevas leyes que permiten despedir cuando se ejerce el derecho a huelga son lo que se ha estado midiendo para que haya un paro exitoso.
Actualmente estoy trabajando en formación política sindical con la Unión de Obreros Metalúrgicos y hay bronca, pero también es cierto que sacarlos a la calle o no ir a trabajar, con lo que cuesta juntar la plata, es algo para tener en cuenta. El clima de protesta ha cambiado y se ha producido un cambio de época a partir del veto universitario y jubilatorio. Supongo que la CGT tomará nota para avanzar.
Alejandro Gomel: En este cambio de época, ¿es Cristina Fernández de Kirchner la indicada para ponerse a la cabeza del principal partido de la oposición?
Es un mal momento para darle a la derecha un espectáculo de confrontación interna exagerada y sin explicación. Sí creo que está bien que Cristina pretenda decidir el partido y creo que le va a dar un nuevo impulso de conducción necesario. También creo que el gobernador Kicillof no se merece cierto destrato. No tengo problema con que haya internas, porque siempre las hubo, pero en este caso, deberíamos avanzar sin descalificar a nadie.
El liderazgo de Cristina debería haber provocado un poco más de diálogo y no me gustaría que quede dañada la relación entre dos de las personas más importantes del partido. Sobre todo en el caso de Kicillof, con lo que nos cuenta encontrar un candidato de nuestro propio espacio y con nuestros mismos valores. Él tiene el derecho a aspirar en tanto es el gobernador que le ha ganado a Milei y gobierna la provincia más grande.
AG: Salvando las distancias, algunos dicen que los mismos protagonistas le están haciendo a Axel lo mismo que le hacían a Alberto Fernández…
Puede ser parecido, pero las circunstancias nunca son parecidas, y el vínculo entre Cristina y Axel tiene otro origen. En el acto de Berisso, cada vez que Axel mencionaba elogiosamente a Cristina, el aplauso era cerrado. No había nadie ahí que pusiera en duda a Cristina, y eso me parece alentador para no fracturarnos. Todo lo que uno puede hacer para que esto se solucione, hay que hacerlo. Axel no está haciendo otra cosa que lo que le pidió Cristina, tomar el bastón de mariscal.
Siguiendo esta línea de razonamiento, ¿Cristina está equivocada en lo que está haciendo?
Me parece que el diálogo debería haber estado antes. Nosotros tenemos que hablar de Milei, de este Gobierno, y tenemos que estar preocupados por lo que le pasa a la gente, por lo que le pasa a la AFIP y por los vetos. Ese es el principal factor de preocupación en términos de proteger a nuestra gente.
Al mismo tiempo, tenemos que alentar la esperanza de que no nos vamos a dividir o a fracturar. En ese sentido, confío tanto en Cristina como en Axel y creo que las cosas van a enderezarse.
TV FM
