MODO FONTEVECCHIA
AJUSTE Y SALUD

Carlos Regazzoni: En la Argentina del mayor ajuste de la historia cae la expectativa de vida

El exdirector de PAMI señaló que las políticas de ajuste fiscal están impactando duramente la salud de la población. "Un millón de chicos se van a dormir sin cenar en nuestro país", advirtió.

Carlos Regazzoni
Carlos Regazzoni | Cedoc Perfil

Carlos Regazzoni explicó que las políticas estatales de vacunación anticiparon el Estado de bienestar, hoy fuertemente cuestionado por las nuevas derechas, y que es necesario volver a una política sanitaria con un fuerte componente humanista. “La epidemiología dice que los ajustes macroeconómicos se asocian a un aumento de la mortalidad”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Carlos Regazzoni es doctor en Medicina diplomado en Bioestadística y en Filosofía. Fue concejal de Almirante Brown en 2017 y director ejecutivo del PAMI entre 2015 y 2017, bajo la gestión de Mauricio Macri.

¿Hasta qué punto el fenómeno del crecimiento de la nueva derecha a partir de la intervención de los Estados impidiendo la libertad de circulación durante el Covid también es parte del mismo fenómeno de la tendencia a no vacunarse? 

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Gran pregunta. Yo creo que hay un componente político equivocado en cómo se interpreta la salud pública

¿Por qué hay campañas de vacunación? La vacunación fue el primer medicamento masivo que estaba al alcance de la persona que no tenía ningún recurso, de los chicos más pobres, y que le permitió protegerlos contra uno de los grandes flagelos de la pobreza. Todas las enfermedades son más frecuentes y más letales en la pobreza, especialmente en el caso de los chicos.

La pobreza por sí sola quita de 15 a 20 años de expectativa de vida. Entonces, la vacuna fue como una especie de prolegómeno de lo que después sería el estado de bienestar. De hecho, surgieron con anterioridad, como las primeras vacunas para la difteria. Pienso que esto lo desarrollaron médicos que eran grandes humanistas, como el caso de Pasteur, que vieron en la protección de la niñez una especie de vocación y obligación moral de la ciencia médica de su época.

El último gran momento de la vacunación fue con la vacuna para la viruela. Que fueron campañas mundiales, promovidas desde las democracias, Estados Unidos tuvo un liderazgo indiscutido, y se llevaba la vacuna allí donde no había ni siquiera médicos, en África y en la India.

Así que yo creo que sí, me parece interesante advertir que lo que está ocurriendo con la política en este momento en el mundo, que no data sólo de la pandemia sino que viene de antes. Y en nuestro país además se muestran varias otras cosas. Pero tiene que ver con un debilitamiento de la idea del Estado de bienestar. Que lo único que va a traer es más conflictividad, porque el Estado de bienestar surgió como remedio a una conflictividad que llevó al paroxismo en dos guerras mundiales. Y a partir de allí se desarrolló esta idea en la que justamente fue pionero Estados Unidos. Recordemos que fue el Estado de Massachusetts uno de los primeros, por su mentalidad comunitarista. De hecho fue la revolución de los comuneros lo que inició la revolución americana, que los liberó del poder inglés. El famoso "tirar el té al mar". Y esa ideología se extendió, se tomó en Europa, primero en el Reino Unido, también en Suecia, y dio el salto más grande para la humanidad en términos de salud, de educación y de seguridad que se puede haber visto. Que fue el Estado de bienestar, hoy amenazado.

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Pablo Corso: La baja en los índices de vacunación se observa en el mundo, pero también preocupa a infectólogos y epidemiólogos en Argentina. ¿Esto ameritaría alguna acción por parte del Gobierno nacional y mejor comunicación de las campañas?

Sí. El Gobierno nacional hoy tiene un desafío, la vacunación en la Argentina viene descendiendo muy fuerte desde el 2015. Por lo menos ahí es cuando empiezan realmente a caer los niveles de vacunación. Cuando el nivel de vacunación baja por debajo del R (índice de reproducción) del virus para el cual protege, entonces automáticamente aumenta exponencialmente el riesgo de que haya epidemia. De hecho, la Argentina tuvo una epidemia de sarampión pequeña, no hace muchos años, antes de la pandemia, y que causó la muerte de muchos chicos por neumonía.

Nosotros tendremos un problema adicional si los niveles de vacunación siguen bajando, siendo especialmente preocupante el sarampión, aunque no es lo único. Tenemos un país que tiene muy bajos niveles de vacunación en ese sentido que es Brasil, especialmente por sus comunidades más pobres y también porque el movimiento antivacuna fue muy fuerte allí. Y si hay una epidemia en Brasil, muy probablemente se traslade a la Argentina.

Recuerden que ocurrió una epidemia de sarampión en la ciudad de Nueva York. Ahí fue por una cuestión ideológica, por ciertas comunidades más tradicionales que no querían la vacuna. La vacuna es un gran ejemplo de una situación de salud pública que es eminentemente cooperativa. Si no se vacuna la mayoría, lamentablemente la vacuna pierde su eficacia. Porque es eficaz cuando están todos protegidos por una cuestión de inmunidad al rebaño.

Así que yo creo que el Gobierno tiene obligación, y este programa no puede ser provincial, por la misma razón que le decía recién. Si usted llega a tener una provincia con altos niveles de vacunación y otra con bajos niveles de vacunación, están en riesgo las dos provincias. Porque la provincia que tenga bajo nivel de circulación va a tener una pequeña epidemia, esa epidemia va a acelerar los niveles de contagio y eso pone en riesgo la totalidad. Así que sí, es una gran política nacional que debe llevarse adelante y hay que retomar mucho tiempo perdido.

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PC: En este sentido, ¿sobre qué aspectos de la vacunación habría que reforzar estas campañas?

El calendario hay que cumplirlo completo. Usted tiene también la hepatitis, la hepatitis A, que en los chicos puede ser una forma fulminante, y termina en trasplante de hígado. Por supuesto, el sarampión es crítico. Bueno, la difteria, la tos convulsa, para las neumonías. El calendario se ha complejizado muchísimo.

¿Cómo se hace para promover un calendario de vacunación? Usted piensa que hoy en día un millón de chicos se van a dormir sin cenar en nuestro país. Lo dice también Unicef y hay varios reportes al respecto. Entonces, como tenemos un problema nutricional tan grande, que se vive incluso en chicos que van a la escuela, que están cinco horas por día en un edificio público, con presupuesto público, con empleados públicos, que son los maestros, que los mira y el chico está con hambre. Si no remediamos la nutrición y ni el acceso a cuestiones muy básicas de salud, porque Argentina tiene una situación muy grave en las zonas respiratorias de la infancia, mal podemos pretender vacunar.

También tiene que ver con las condiciones en que ocurre el parto. Piense usted que hay 70 hospitales en Argentina que explican el 90% de los partos que ocurren en instancia pública en nuestro país. Y esos hospitales hoy en día tienen muy malas condiciones. Así que lo que yo propondría, tómenlo como de quien viene, lo que me imagino y lo que dice la ciencia médica, en este momento, la experiencia de 100 años de salud pública en el mundo, es que hay que generar un plan de salud materno-infantil muy agresivo, en el cual la vacunación es una parte fundamental y otra parte esencial es la nutrición.

En los primeros dos años de vida es complejísima la nutrición, porque hay que promover la lactancia materna como primera instancia, y para eso hay que garantizar la buena nutrición de las madres, y en segunda instancia hay que revolucionar la nutrición escolar. Porque hoy los chicos en las escuelas no toman medio litro de leche diaria, no comen medio kilo de carne por semana y no comen cuatro huevos por semana. Y eso es indispensable, por lo menos hasta los 14 años de edad. Y es una falacia decir que los chicos tienen que comer en la casa y no en la escuela. Ningún país que pudo revertir estos problemas lo hizo en las casas, lo hicieron siempre las escuelas. Todos los programas de nutrición que dieron éxito se hicieron en las escuelas. Lo mismo en los programas de inmunización.

Así que la Argentina debería retomar un programa de salud escolar muy fuerte, porque no hay ninguna otra instancia donde usted tenga al 96% de los chicos cuatro horas por día, cinco días a la semana, que en la escuela. 

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Elizabeth Peger: Usted se refirió recién a la situación de los más chicos, ¿qué pasa con los más grandes? ¿Cómo está funcionando especialmente el PAMI?

En este momento hay muchas quejas. La realidad es esa. Es imposible que PAMI no tenga problemas financieros con el deterioro del salario que hay en general y el deterioro del salario de los jubilados. Ustedes recuerden que el PAMI se financia con una tasa sobre el salario de la población activa y una tasa sobre el haber jubilatorio. Con lo cual, si eso está por debajo de la inflación y a años luz de lo que son los costos de salud, no puede no tener problemas financieros. Esos problemas financieros repercuten en la calidad de las prestaciones.

Hay cinco mil clínicas que están en riesgo de cerrar porque vivieron hasta ahora de no pagar por la emergencia sanitaria del COVID, no pagaban las cargas sociales. Eso más no atender PAMI, más una combinación entre PAMI o prepagas y obras sociales que hacían, les permitió sobrevivir y, por supuesto, pisando el salario del personal de salud. Eso llegó en un momento de crisis, que fue a finales del año pasado. Ahora estamos en el momento terminal, digamos, donde están decidiendo quiénes cierran o no.

Así que en los próximos meses hay un gran desafío en este sentido. Y eso repercute directamente en la salud de los jubilados, donde también habría que hacer hincapié en programas de vacunación. Tienen otra lógica en el caso de la gente mayor, porque no tienen la obligatoriedad que sí tienen los chicos. Y bueno, la logística es complejísima, porque ahí ya no están en la escuela.

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EP: Que se sumaron a las dificultades de los medicamentos.

Sí, ese es otro inmenso capítulo. Usted mencionaba recién las vacunas. Está bajando el nivel de vacunación, y también está bajando el nivel de tratamiento de las enfermedades. En la Argentina, la mortalidad por cáncer de colon es casi dos veces y media más que en los países desarrollados, en el quirófano. La mortalidad por cáncer de mama es dos veces y media más. Ni hablar de los niveles de mortalidad que tenemos por cáncer de cuello uterino. No existen controles prácticamente en nuestro país. Lo que ocurre con la leucemia se trasplanta tres veces menos la médula ósea, con lo cual la mortalidad debe ser, se estima cuatro o cinco veces más, depende del sector social, que los países desarrollados.

Todo eso se suma a la falta de acceso a los medicamentos. En la encuesta de factores de riesgo que se hizo en el 2019, la última, si no me equivoco, la mitad de los diabéticos no sabe que es diabético al momento de la encuesta. La diabetes en nuestro país, predomina en los sectores con menor desarrollo económico, ocurre diez años antes que el promedio mundial y ocurre con cuatro veces más frecuencia y dos veces más letalidad. Y la mitad desconoce que tiene diabetes. Y los que tienen diabetes, la mitad no recibe tratamiento adecuado para la diabetes, no tiene control de su glucemia. Lo mismo se traslada a la hipertensión arterial y a la dislipidemia, al colesterol elevado, como problemas crónicos de salud.

Lo que ocurre con el cáncer y la falta de acceso a medicamentos para tratar el cáncer, lo que ocurre con las enfermedades crónicas que les acabo de describir, y el tema de la vacunación es el 60% o 70% de la mortalidad. Eso explica que en nuestro país la probabilidad de cumplir 61 años de edad es dos veces menos que en Dinamarca. Pero si usted vive en un barrio del conurbano es tres veces menos que en Dinamarca.

Argentina hoy en día tiene una mortalidad general más alta que Uruguay, Paraguay o Chile. Eso es lo que está pasando en nuestro país. 

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Usted dice que en 2015 comenzó a bajar la cantidad de vacunación, como algo previo a la pandemia, y probablemente ahí estaba cierto síntoma de ese crecimiento del individualismo que luego derivó en el triunfo de La Libertad Avanza y un corrimiento de la sociedad hacia la derecha, fundamentalmente los jóvenes que pueden resistir las enfermedades de manera distinta que los más grandes o los niños. ¿Qué pasó en Grecia cuando se realizó el ajuste, hace una década? ¿Cuánto se prolongó la cantidad de muertos? ¿Cuánto se achicó la sobrevida? ¿Qué efecto concreto tuvo en la longevidad aquella crisis económica?

Sí, bajó 10 años la esperanza de vida.

A partir de los 90, o sea, después del Consenso de Washington, se estudió muchísimo el efecto sanitario de los programas de ajuste famoso del Fondo Monetario. Usted recuerda que se utilizaron en el Sudeste Asiático, después en Rusia, en los países de Europa del Este, y Grecia fue uno de los últimos ejemplos, antes de que el Fondo Monetario cambiara su doctrina, que fue a partir del 2015.

El FMI cambia su doctrina y empieza a decir que las políticas de ajuste fiscal, que son indispensables para organizar la economía, o sea, nadie está diciendo que el Estado tenga que gastar más de lo que recauda, porque hay que equilibrar las cuentas públicas, de eso no hay ninguna duda, pero el Fondo empieza a insistir mucho en la cuestión social, y esto es porque sistemáticamente todos los programas de ajuste ajustaron más a la salud que a otros sectores, que son más superfluos que la salud, y todos se acompañaron de picos de mortalidad.

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Le puedo dar la explicación clásica que escucho de los intendentes, y es que ellos priorizan las obras que se ven y que tienen que ver con el presente, entonces aumentar la mortalidad y bajar la expectativa de vida es algo que le va a tocar al intendente o al presidente o gobernador de dentro de tres, cuatro o cinco períodos, mientras que a lo mejor otros gastos que se hacen en el presente tienen más visibilidad.

Es que estamos ante una miopía enorme. Primero porque los jóvenes no pueden vivir en el individualismo, por eso se van a países europeos donde lo que priman son estados de bienestar y normalmente cooperativos que les solucionan problemas de salud, de educación pública y de jubilaciones.

Nadie puede vivir en el individualismo, es un estado de guerra, no resiste el menor análisis. Otra cosa es que se quiera promover la libertad, que es una palabra fabulosa. Líbero era el hijo de la comunidad en la antigüedad, la palabra libertad está íntimamente relacionada con la comunidad, o a ver si alguien va a ser libre sin el pasaporte americano defendido por el estado americano.

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Dijo que en Grecia fue de 10 años la caída de la expectativa de vida. Dado que Milei plantea el mayor ajuste de la historia de la humanidad, claramente mayor que el de Grecia, ¿se podría inferir por una regla de tres simple que en la Argentina va a ser de más de diez?

Todo está dado. El problema es que ahora, el Gobierno actual hereda una situación muy compleja que es la post-pandemia.

La post-pandemia dejó un exceso de mortalidad y una vulnerabilidad por todas las causas. Con lo cual, para responder a su pregunta, yo no podría decir cuánto va a generar el ajuste, porque nadie tiene detalles, o yo no los tengo. Lo que sí puedo decirle es que en Argentina aumentó la pobreza. Si aumenta la pobreza, aumenta la mortalidad. Resolver la pobreza va a demorar décadas. Resolver la salud, lo básico, demora meses. Entonces, yo tengo la obligación moral de invertir en una política sanitaria adecuada, también de educación, obviamente, porque con eso, en meses, puedo tener en marcha planes concretos con resultados concretos.

Si agarro una campaña de vacunación hoy, capaz para final de año que revertí el problema que tenía de vacunación. Lo mismo para garantizar los remedios para los mayores o para tratar y mejorar el tratamiento de la diabetes. Y de paso le voy dando tiempo a los macroeconomistas para que hagan su movida y que resuelvan el problema de la pobreza. Pero los países no salen de la pobreza si no tratan el tema sanitario. Los ejemplos abundan a lo largo de la historia.

Así que yo creo que el desafío que tiene el Gobierno es mayúsculo. Decirle que ojo, porque la epidemiología dice que los ajustes macroeconómicos se asocian a un aumento de la mortalidad. Se suelen asociar especialmente al área de las enfermedades crónicas, que son la principal causa de muerte. Porque la gente a veces dice “por lo menos tengo las ambulancias”, pero el problema de las ambulancias soluciona con un 3% de la mortalidad. La mortalidad se soluciona con tratamiento para hipertensión real, para el cáncer, para la prevención del ACV y la salud del mayor. 

MVB FM