Aníbal Fernández expresó su apoyo a Axel Kicillof en tanto gobernador de la proivincia de Buenos Aires, “hay que defenderlo mientras lleve adelante su gestión”, dijo, aunque evitó anticiparlo como candidato: "No sé qué quiere hacer él...", sostuvo. Por otra parte, indicó que hay que "ordenar el Partido Justicialista", y repudió a los legisladores que "de votar una cosa terminan votando otra, sabe Dios cuál fue el arreglo que hicieron con el Poder Ejecutivo". Además, se refirió a la foto de Victoria Villarruel con Isabel Perón, y afirmó que la vicepresidenta no tiene "nada que ver" con el peronismo. “Son demasiadas cosas las que nos separan de Victoria Villarruel, empezando por su relación con la dictadura”, indicó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Aníbal Fernández es un importante referente del peronismo. Fue ministro de Seguridad de Alberto Fernández. Anteriormente ocupó distintos cargos públicos, como el de ministro de Producción durante la presidencia de Duhalde, ministro del Interior durante la gestión de Néstor Kirchner, ministro de Justicia y el de jefe de Gabinete en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. A fines del año pasado, dijo que “Cristina ya era prehistoria”, sin embargo, hace 10 días se reunió con la expresidenta, que hoy busca conducir el PJ.
Terminamos una entrevista con Carlos Tomada donde, claramente a favor de Kicillof, nos decía que el gobernador bonaerense lo único que hizo fue hacer lo que pidió Cristina, "tomar el bastón de mariscal". ¿Cómo interpreta esa propuesta de Cristina de tomar el bastón de mariscal? ¿Concuerda en que Kicillof está haciendo exactamente lo que Cristina pidió que se hiciese?
Empecemos por el principio. Es cierto que lo dijo Cristina, pero es una vieja expresión de Juan Perón, y no se le asigna a uno específico como si tuviera la capacidad positiva de ir y tomarlo. Todos, dice Perón, tenemos el bastón de mariscal en nuestra mochila. Él también lo tiene. Insisto en que hay que cuidar a Axel. Su primera gestión la ganó con un manojo de palabras, convenciendo de alguna manera, pero la segunda la ganó mostrando los hechos, el trabajo y lo que había que hacer. Creo que ese es el resultado y la respuesta que le dio el pueblo de la Provincia de Buenos Aires.
Cristina Kirchner y Axel Kicillof se reencontraron en un acto de Abuelas de Plaza de Mayo
También le preguntamos a Tomada, y le hacemos la pregunta a usted, si creía que Cristina estaba equivocándose al plantear una lucha interna en este momento. ¿Cuál es su propia visión?
Que no. Bajo ningún punto de vista la participación del afiliado puede ser una equivocación, nunca. ¿Cómo se resuelven estos temas? El peronismo tiene un montón de temas que debatir, desde lo interno y desde una discusión que hace que todos entendamos la unidad de la concepción para la unidad de la acción, viejo concepto de Juan Perón en conducción política. Es nuestra visión la que tendríamos que afilar y darnos una oportunidad de prepararnos para esa discusión.
Hay una mayor visibilidad de la ex vicepresidenta hoy, donde, a veces hasta tres veces por semana, termina siendo protagonista de todos los medios con sus mensajes. ¿Ese mayor protagonismo de Cristina Kirchner es una amenaza o una oportunidad para el gobierno de Javier Milei, dado el rechazo que, usted sabe, la expresidenta tiene?
Todo ese tipo de cosas, que se quieren parecer a un análisis a priori de lo que va a suceder con el partido, con la política, en función de lo que se diga o haga, tienen una limitación enorme, que es la de no poder definirse o comprenderse como si fuese un presagio. Habrá para decir cosas importantes, para analizar hasta dónde se puede llegar y crecer con esas cosas, pero no como un presagio. Si Fulano mide bien, está decidido a llegar al final y conquistar el objetivo perseguido y si mide mal, que no lo intente. ¿Por qué? ¿Quién dijo eso?
¿Usted cree que Cristina va a ganar la interna?
No, digo es que el peronismo necesita darse una discusión. Yo que soy un hombre que nunca tuvo vocación cercana al partido, no creo en el partido. Juan Perón decía que era una herramienta electoral. Si yo, en ese marco, sigo comprendiendo que el partido no debe ser otra cosa que una herramienta electoral. El radicalismo discutía políticas públicas en el Comité Nacional, nosotros no. Esa definición, de la "herramienta electoral" hace que uno pueda colaborar y ayudar de la mejor forma que se pueda desde algún lugar.
En cambio, en este caso, en este momento, discutir la presidencia del peronismo da legitimidad a quien tenga que ponerse al frente de una discusión de estas características, y darle toda la manija posible para que esa definición nos comprenda y nos lleve a un punto en donde seamos lo suficientemente responsables de gestar un futuro que concite la atención del electorado.
A usted le tocó participar en un gobierno, como fue el último, y defender al Presidente cuando estaba…
Defender al peronismo.
Defender al peronismo, pero también al Presidente cuando estaba siendo atacado por otros peronistas, y quedó, si se quiere, una especie de experiencia en la que, si el vicepresidente tiene más peso político que el presidente, se hace muy difícil llevar adelante un gobierno. ¿Cree que Kicillof necesita marcar una diferencia con Cristina Kirchner para en un futuro no repetir lo que usted mismo vivió con Alberto Fernández en Cristina Kirchner?
No sé qué quiere hacer él...
Yo le pregunto qué le parece que tendría que hacer.
Pero yo no sé cuál es su vocación política.
Si él quisiera ser presidente...
Si quisiera ser presidente debe tener un montón de cosas por hacer. Por lo pronto, lo que hay que hacer es defenderlo mientras está llevando adelante su gestión. Como lo hice con el Presidente, lo mismo haría con Kicillof. No dejaría solo a un gobernador de la provincia de Buenos Aires, hay que ayudarlo.
Ahora, que hay que ordenar el peronismo no tengo ninguna duda, partiendo de un montón de cosas. Desde el quid pro quo de varios diputados y senadores que de votar una cosa terminaron votando otra, sabe Dios cuál fue el arreglo que hicieron con el Poder Ejecutivo, la verdad da un poquito de asco. Entonces, todo ese tipo de situaciones hay que analizarlas y ponerlas en un lugar para encontrar realmente cuál es la vocación y la posibilidad de llevar adelante una estrategia común.
Me pide a la producción que le pregunte si le parece que tiene algún componente filoperonista, alguna asociación, en el campo de las ideas, la vicepresidenta Villarruel, por el busto y la foto con Isabel Perón.
Ninguna. No tiene ninguna relación con el peronismo. Ninguna, es mi visión.
En cuanto a lo de Isabel Perón. Cuando yo volví a militar, en el 81, por ahí, el reconocimiento hacia esta señora era marcado porque había soportado la cárcel, aceptado mansamente todo lo que había pasado y no había lastimado a nadie. Era un gesto que todo el mundo le reconocía. Después, yo he participado de actos. Hay un video que anda dando vueltas por ahí de alguien que en una película de Fabio me encuentra a mí en un acto, me dio mucha placer ver ese videito.
Pero tengo mis críticas, porque, como desde muy chico siempre busqué ser un cuadro que pudiera defender al peronismo y encontrar elementos que me ayudaran a hacer eso, he escuchado a mucha gente que ha estado cerca en aquellos momentos... Mi mamá sabía decir que no hay peor desprecio que no sea el aprecio. Tanto la señora como el ministro de Bienestar Social de aquel entonces, no le hacían aprecio a Juan Perón en su vida cotidiana. Y esas son las cosas que más me impactan, sabiendo que uno lo podría haber aprovechado mucho más. No es una persona que me conmueva.
Que la vicepresidenta, que nada tiene que ver con el peronismo, ni sus expresiones tienen que ver con la mínima formación del peronismo, pueda formar parte el día de mañana, no lo creo. Son demasiadas cosas las que nos separan, empezando por su relación con la dictadura.
MVB FM
