El economista Alfredo Zaiat analizó la posibilidad de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y puso en duda que el cepo cambiario se pueda levantar el 1º de enero 2026 como prometió Javier Milei. “Es difícil darle crédito a la palabra del presidente”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Alfredo Zaiat es economista, periodista y editor de la sección de economía del suplemento Cash de Página/12.
Ayer los mercados mundiales cayeron en masa tras los anuncios de Donald Trump. ¿Qué impacto tendrá en las economías mundiales y regionales esta propuesta de arancelar a todos los adversarios de los Estados Unidos?
Hay un punto central. Claramente lo de Trump se pone en una posición de negociación. Fíjate que anuncia lo de México y Canadá, e inmediatamente se plantea una mesa informal de negociación, donde, por ejemplo, México dice que va a poner 10 mil hombres de la fuerza de seguridad de la frontera.
Hay primero una puesta en escena, pero después eso tiene impacto. Ayer los mercados lo reflejaron y hoy están los aranceles con China. Me parece que hay un aspecto geopolítico global y otro pensando en la Argentina. El geopolítico global marca que ya no hay una potencia dominante y hegemónica, que es Estados Unidos, que emerge con ese espacio luego de la caída del muro de Berlín en 1989.
Pero a lo largo de este nuevo siglo, y ahora en estos últimos años con muchísima más intensidad, apareció una competencia, pero ya no una competencia como fue lo de la Guerra Fría vinculada con esa carrera armamentística, sino que le surge una competencia hegemónica de disputas sobre la hegemonía a nivel económico y de influencia económica sobre otros países, que es China.
Entonces, esa es la tensión subyacente de lo que es Trump y lo que refleja Trump con sus medidas: lo que busca es decir: "Bueno, con los socios comerciales con los que tiene posiciones deficitarias, tratar de equilibrarlas". Pero esto no se soluciona con aranceles.
Ahora a China, que sería su gran adversario, le impone un arancel del 10%, mientras que a Canadá, que sería su gran aliado en todo, y a México, les impone el doble. Esto me lleva a pensar que son dos temas distintos. Por un lado, con China es la competencia por ser el líder económico global, y en el caso de México y de Canadá, un tema de seguridad nacional, que podría considerarse hasta paranoico por parte de Trump.
Es de seguridad. Pero también hay que tener en cuenta que son dos de los principales países que tienen intercambios comerciales con Estados Unidos y son deficitarios. A lo que apuntaba con China, es a que hay un problema estructural: la economía americana perdió competitividad respecto a sus principales socios comerciales.
A esto se le suma el deterioro relativo de la productividad de la producción estadounidense. Y dominada durante las últimas décadas por la financiarización de su economía, hubo un proceso de desindustrialización y deslocalización de la industria. Entonces se debilitó.
Entonces, si con socios y aliados históricos tiene este tipo de enfrentamiento, por ejemplo, con Canadá o el estrecho vínculo que existe con México y más a nivel del mercado laboral tiene esas reacciones…Dicho de forma muy grotesca, son manotazos de ahogado de una potencia que busca recuperar ese papel y lo hace al estilo Trump.
Uno puede especular, teniendo en cuenta las tendencias históricas, que le va a resultar muy difícil recuperar de esta forma ese liderazgo que tenía. Porque uno después observa los diferentes índices de competitividad, productividad, desarrollo e investigación, declaraciones de nuevas patentes, avances tecnológicos...
Y bueno, en términos relativos, está un paso atrás de China. Entonces busca recuperar ese lugar. El “make America great again” es eso. Bueno, eso tiene costos. Tiene costos para el resto del mundo de esta forma, como lo quiere hacer Trump.
Trump impone aranceles y sacude a Wall Street: ¿Qué mirar y cómo actuar en este contexto?
Y dada la pésima relación con México y la pésima relación con Brasil por Lula, ¿más allá de que no sea solo deseable, como efecto secundario, hay alguna ventaja para la Argentina?
La verdad es que la única ventaja que yo veo es que Trump no tiene un discurso ni una posición agresiva hacia la Argentina y hacia Milei. Pero no se observa nada, digamos, que pueda cambiar. Incluso él dijo que América Latina no le importa. Y si va a tener que subir aranceles, va a afectar también a la producción argentina.
Además de que la producción argentina es competitiva, no es complementaria, con la de Estados Unidos. Y teniendo en cuenta este contexto que antes te mencioné, ¿por qué va a beneficiar a la producción argentina?
Lo único que puedo llegar a especular, y que es una especulación generalizada, es que Trump pueda llegar a influir en el Fondo Monetario Internacional del mismo modo que lo hizo durante el gobierno de Mauricio Macri para facilitar una extensión del crédito.
Pero yo igual pongo un signo de interrogación al respecto, porque después hay una burocracia del Fondo. ¿Cuál es el principal objetivo de la burocracia del Fondo y de los burócratas del fondo? Cuidar su trabajo, cuidar su lugar burocrático.
Cuando lo escuchás a Milei diciendo que el 1° de enero de 2026 no va a haber más cepo, ¿creés que esa fecha es real? ¿O lo que está diciendo es que será en algún momento antes del 1° de enero de 2026 y después de las elecciones?
Uno puede especular que sería después de las elecciones. Pero la verdad es que, a esta altura, cuando ya ha pasado más de un año de gobierno, es difícil darle crédito a la palabra del presidente. Es lamentable, porque estamos hablando del presidente de la nación argentina.
Pero la verdad que una semana dice una cosa, otra semana dice otra. Establece cuáles son las pautas para levantar el cepo. Ahora puso el 1° de enero del 2026. La verdad que hasta ahora no estaba esa fecha. Se pensaba que podía ser durante el primer semestre, antes de las elecciones, después se dijo que sería luego de las elecciones y ahora lo pone en el 2026.
Lo cierto es que ya ha pasado más de un año y las condiciones para flexibilizar las restricciones del control de cambios no han cambiado mucho. Las reservas disponibles del Banco Central siguen estando negativas. Y pese a que fue un año extraordinario en términos de superávit comercial, de ingreso de dólares por blanqueo, de mayor endeudamiento en dólares del sector privado, el tema de las reservas es bastante pobre, bastante pobre el comportamiento.
Claudio Mardones (CM): Pensás que estos cambios de fecha respecto del levantamiento del cepo tienen que ver con que se está complicando la negociación con el Fondo Monetario o es solamente impericia comunicacional?
Son las dos cosas, porque las negociaciones con el Fondo siempre han sido largas, son burocráticas, se definen en última instancia por cuestiones políticas. Y el Fondo lo que reclama es su manual tradicional: el manual tradicional del fondo es devaluación, ajuste fiscal, que lo está haciendo, liberalización del mercado cambiario y, por consiguiente, levantamiento del cepo.
Y Milei apuesta todo al atraso cambiario para que no haya aumentos de la tasa de inflación en función de las elecciones de octubre. Entonces, ahí está trabado el centro de lo que es esta negociación con el Fondo.
Además en un timing de desacelerar el ajuste del tipo de cambio impactante en lo negativo. Ayer lo bajó del 2% al 1% mensual, cuando el resto de las monedas de la región se devaluaron y ya se vienen devaluando en un escenario de potencial guerra comercial, lo que incrementa la fragilidad de la economía argentina de Milei.
"El problema del cepo es que limita la capacidad de amortiguar shocks externos"
CM: ¿Qué va a hacer Milei en este escenario de guerra comercial creciente? ¿Cómo va a ser esa situación teniendo en cuenta la importancia de China en la relación bilateral con Argentina y la obsesión de Donald Trump por limitar la presencia china en el continente?
Hay una suerte de consenso en la Argentina sobre el plan económico de Milei, que está basado en el ancla fiscal, con cierto orden en las cuentas públicas. La verdad que es un plan muy improvisado, con muchísimas deficiencias, incluso en el frente fiscal, tanto las cuentas fiscales como en lo vinculado a la parte financiera. Hay dibujos contables, no se registran los intereses de la deuda. El sector externo, como antes lo mencioné, está frágil.
Y entonces, la pregunta es: ¿qué es lo que va a hacer Milei con respecto a este nuevo escenario internacional? Y lo único que te puedo decir es que no va a hacer nada. Va a seguir haciendo lo de las desregulaciones vinculadas con lo de Sturzenegger, o seguir con la apertura comercial, bajar impuestos a los sectores más acomodados en el margen. Y la verdad que es de una torpeza y de una ineficiencia en el manejo de la gestión económica notable.
Lo que pasa es que está bien, yo lo estoy diciendo en un periodo corto, un periodo de un año y algunos meses, con dos variables que están artificialmente reprimidas, que es el dólar y la tasa de inflación. Como esas dos variables son, yo las llamo variables trauma de Argentina por 50 años de inestabilidad, entonces hace que todo el resto sea minimizado o no sea considerado con rigurosidad.
Entonces, baja la tasa de inflación y el dólar se mantiene estable, ya no importa el resto. Y la verdad es que es de una inconsistencia general el programa económico de Milei. Digamos que el programa económico de Milei-Caputo es una inmensa burbuja especulativa que está sostenida en el famoso carry trade, o sea, la bicicleta financiera. Entonces es eso. ¿Y todo el resto?
MC