En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), el ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Alejandro Werner, aseguró que es un error creer que el desembolso de fondos frescos del organismo financiero va a calmar los mercados si no hay información sobre cómo se van a resolver “las inconsistencias en el marco de política monetaria”, aunque aclaró: “En ausencia del anuncio, Argentina estaría en una situación de mayor tensión”.
Alejandro Werner es doctor en Economía por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y especialista en la relación entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional, donde fue director del Departamento del Hemisferio Occidental (2013-2021). Es argentino, vivió sus primeros 10 años en Buenos Aires, pero luego pasó su juventud en la Ciudad de México. Hoy vive en Washington D.C. y se desempeña como director fundador del Instituto de las Américas de la Universidad Georgetown desde 2022. Fue profesor en la Universidad de Yale, entre otras. En la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, cumplió funciones como viceministro de Economía, subsecretario de Finanzas y Crédito Público, director de Política Económica y jefe de gabinete. También fue director de Estudios Económicos del Banco de México y jefe de la Banca Corporativa de Inversión BBVA Bancomer. En 2023, además, publicó el libro "La Argentina en el Fondo", escrito junto al periodista Martín Kanenguiser.
Se asocia este posible acuerdo, casi seguro acuerdo, entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional, que se estima en alrededor de 20,000 millones de dólares, frente a unas elecciones que son dentro de 6 meses en la Argentina, con lo mismo que sucedió cuando faltaba un tiempo comparable para las elecciones de Mauricio Macri, con aquel acuerdo por 44,000 millones. Si bien la cantidad es infinitamente la mitad de aquel, el hecho de que esté realizado antes de unas elecciones genera suspicacia de que en realidad es un acuerdo político en el que Trump viene a ayudar a un socio político para que cruce las elecciones con la menor zozobra posible. ¿Es plausible esta sospecha?
Creo que no, creo que no tiene nada que ver con esto. Esto es un programa que probablemente se debió haber hecho antes. Básicamente, el gobierno del presidente Milei prefirió primero seguir operando con el programa que había firmado el presidente Alberto Fernández porque las metas fiscales y monetarias que iba a producir en su política económica el presidente Milei eran más ambiciosas que el programa anterior. Pensó que probablemente era más sensato enfocar su capital político y el tiempo en lograr implementar su programa en la parte fiscal y de desregulación que en negociar con el Fondo.
Argentina tiene vencimientos y pagos de intereses al Fondo Monetario Internacional y a otros organismos multilaterales muy importantes en los próximos tres o cuatro años. También tiene una situación de reservas internacionales complejas. Era obvio que tenía que hacer un nuevo acuerdo con el Fondo, y dada la situación, lo tiene que hacer antes de las elecciones.
Entonces, este acuerdo ya venía y creo que tiene poca mano y poca influencia del gobierno de Trump porque no sabemos los detalles, pero si uno hace las cuentas de los vencimientos e intereses que Argentina tiene que pagarle al Fondo Monetario en los próximos tres años, esto suma alrededor de 15.000 millones de dólares. Entonces, realmente hay solo 5.000 millones de dólares adicionales. Es una cantidad que ayuda, es una cantidad importante, pero tampoco le aclara el panorama de aquí a mediados del 2026 al presidente Milei, y todavía lo deja en una situación difícil de aquí a la elección, sobre todo si el presidente Milei quiere mantener el control del tipo de cambio al 1%.
La buena noticia es que ya está cerca el acuerdo con el Fondo, pero es mala noticia creer que sólo anunciando el monto se limita la presión cambiaria. Al final del día, el mercado cambiario está reflejando una percepción de mucha gente de que la política cambiaria actual no es sostenible en el mediano plazo. Al no haber un anuncio de hacia dónde va esa política monetaria y cambiaria, sigue habiendo muchas dudas que van a seguir gravitando, a través de una presión en el mercado cambiario, sobre las reservas internacionales.
Al mismo tiempo, alguien puede decir que, si no tiene ninguna conexión con las elecciones, la cantidad finalmente es pequeña. La otra vez fueron 44,000 millones que entraron de golpe, ahora entrarían nada más que 5,000. Como los vencimientos que Argentina tiene no son antes de las elecciones, ¿por qué el Gobierno, considerando que esto iba a dar una sensación de garantía y tranquilidad, lo hace ahora? antes de las elecciones, uniendo, si vos querés, Fondo Monetario Internacional y elecciones. Como las veces que Argentina fue al FMI fue por una situación crítica, en el inconsciente de los argentinos la palabra "FMI" es igual a "crisis", entonces termina siendo un boomerang para las expectativas del mercado. ¿Cómo ves el mercado argentino respecto del dólar y este anuncio del Fondo Monetario?
Yo creo que el anuncio es bueno. En ausencia del anuncio, Argentina estaría en una situación de mayor tensión. Probablemente la negociación con el Fondo incluye muchos más elementos de política pública, cambiaria, monetaria y tal vez algún compromiso adicional en la parte fiscal. Probablemente todo eso ayude a calmar un poco más a los mercados, pero creer que solo porque va a haber algunos fondos frescos el mercado se va a calmar si no le decimos cómo vamos a resolver las inconsistencias en el marco de política monetaria, es un error. En ese sentido, el Fondo va a poder ayudar a resolver un poco esto cuando esté listo el programa, cuando estén los documentos.

Sobre la relación de este anuncio con la coyuntura electoral, tienes un punto en el sentido de que es muy probable que el gobierno del presidente Milei no quiera hacer estas correcciones en el ámbito cambiario y monetario porque cree que puede tener un efecto negativo sobre el resultado electoral de esta elección legislativa y prefiera posponerlas después de esta elección. Yo creo que ahí viene la conexión. El Fondo Monetario se encuentra en una disyuntiva importante porque si el Fondo no hiciera un acuerdo y se espera hasta después de la elección, también contribuye al deterioro de la percepción de la sostenibilidad cambiaria en Argentina.
Entonces, yo creo que lo que se llegó es un acuerdo medio intermedio. Vamos a ver los detalles cuando el Fondo los haga públicos, ojalá en tres o cuatro semanas, y ahí vamos a poder hablar un poco más sobre cómo se corrigen estas inconsistencias. Pero creo que si realmente hubiese habido un apoyo decidido del gobierno de Estados Unidos y de Donald Trump, hubiésemos visto este acuerdo en febrero, el monto sería mayor y el desembolso upfront sería todavía mayor. Eso no lo estamos viendo. Creo que la administración de Trump también es precavida. Conoce Argentina y le gustaría ver un marco de política monetaria y cambiaria más consistente y que sea sostenible en el mediano plazo.
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Vos decís que este anuncio es bueno porque si no lo hubiera, la tensión cambiaria sería mayor y el Fondo Monetario mismo se sintió comprometido a hacerlo para no contribuir a la inestabilidad cambiaria. ¿Cuáles fueron los errores en política cambiaria que generaron esta tensión antes de las elecciones?
Yo creo que fue un acierto hacer un programa de estabilización con un ancla cambiaria en diciembre del año 2023. Pero, como hemos visto en múltiples ocasiones en América Latina, es difícil salir de estas anclas cambiarias y, al final, se salen con mayor volatilidad de la que hubiese sido necesaria. En ese sentido, el gobierno argentino, en el segundo semestre del año pasado, debió haberse movido a un régimen cambiario mucho más flexible, tal vez empezar a liberar el cepo más rápidamente, conseguir un programa del Fondo para apoyar la liberalización del cepo en ese momento. Hubiésemos tenido una inflación un poquito mayor, un poco mayor, pero hoy ya estaríamos de nuevo en una tendencia descendente de la inflación, con mayor credibilidad sobre el programa a mediano plazo.
Creo que esa corrección del programa de estabilización se está posponiendo para bajar artificialmente la inflación más rápido, pero haciendo un trade-off intertemporal. Al final del día, la vamos a bajar más rápido este año y el año que viene va a volver a subir un poco, y hacia la segunda mitad del 2023 va a empezar a volver a bajar. Creo que esa miopía de no saber cuándo salir de este ancla cambiaria le va a costar al Gobierno.
Aún si lo hacen a fin de año, creo que en Argentina no vemos las vulnerabilidades financieras. Argentina tiene un sector bancario chico en términos de manejo de la deuda pública, y yo creo que se ha hecho bien, pero no veo los mecanismos de amplificación de este movimiento cambiario a crisis más grandes. Sí creo que, mientras antes se haga cuanto antes desde el punto de vista meramente económico, sin incorporar el factor político, sería mejor.
¿Qué imaginas que sería ese proceso de salida o lo que pediría el Fondo de modificaciones en la política cambiaria? ¿Una flotación libre, por ejemplo? Tenemos economistas como Carlos Melconian, que cree que Argentina no podría ir a flotación porque el dólar aumentaría de valor significativamente. ¿Cómo imaginas que se podría hacer para ir saliendo progresivamente del cepo cambiario en Argentina y qué imaginas que le parecería al Fondo?
Yo creo que al Fondo Monetario cualquier mecanismo que, en un plazo de 12 meses, ponga a Argentina en un sistema cercano a la flotación sería aceptable. Si Argentina quiere tener bandas que se van ampliando en el tiempo y con un mecanismo de intervención dentro de esas bandas reducido, y que eventualmente, en 12 meses, ya el ancho de la banda sea tan amplio que la banda se vuelve irrelevante, y ahí se puede ir a una flotación, junto con un desarmado de lo que queda del cepo durante esos 12 meses, yo creo que sería totalmente viable para el Fondo.
Si el gobierno del presidente Milei logra un acuerdo con el Congreso para que en el año 2026 y 2027 el Gobierno tenga un déficit público de 0% del PIB, aprueba presupuestos para el año 2026 consistentes con esta meta, y tal vez complemente este acuerdo con alguna reforma de pensiones que valide los nuevos niveles de las pensiones, con un aumento muy moderado que se vaya dando en el mediano plazo y logra una flexibilización cambiaria, creo que todo eso daría una salida del cepo.
Habría un movimiento cambiario brusco, pero después de eso veríamos una transición estable y en la segunda mitad del 2026, un descenso muy rápido de la inflación. Esta es la última pata de la estabilización que el gobierno argentino tiene que hacer. Mientras más lo postergue, más costoso va a ser. Pero yo sí creo que, si el ancla fiscal todavía se refuerza con un acuerdo con el Congreso en democracia, lo que les da sostenibilidad y credibilidad a las políticas es un acuerdo político más amplio, no el gobernar por decreto. Y si logran apretar esa cuerda en esa tuerca en lo fiscal, reforzar el balance del Banco Central y una liberalización del CEPO, yo creo que Argentina estaría muy bien encaminado también.
Creo que este proceso, un poco más gradual, más prudente, de ir con una banda, volver a un crawl del tipo de cambio con una banda que se va ensanchando, también funcionaría. Lo cierto es que nadie sabe cuál es el tipo de cambio real de equilibrio. Hay muchas variables, hay mucha incertidumbre. Pero lo que hemos visto en muchas ocasiones en América Latina es que el abusar del ancla cambiaria termina generando estas crisis de tipo de cambio que son más costosas de lo que hubiese sido una liberalización más temprana. Como decía a veces un profesor de economía, Rudi Dornbusch, muy conocido en los temas de sobrevaluación, es muy difícil para el que no ha visto una jirafa describírsela, pero si le dices que es un animal de cuello muy largo, con cabeza chiquita y dos orejas grandes, el día que la ve dice 'Eso es una jirafa'. La sobrevaluación es parecida.
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Lo que está pasando en términos de la dinámica de compras en el exterior, de importaciones, del encarecimiento de los productos no comerciales en Argentina, es lo que vimos muchas veces en el resto de América Latina. Y aunque la transición a que Argentina potencie su potencial energético y tenga una balanza superavitaria en la parte de energía, y eventualmente la parte de minería es cierta, pero muchas veces lo hemos visto en México. Lo vimos en el caso del Tratado de Libre Comercio con NAFTA: esos efectos positivos de la balanza comercial siempre llegan más tarde que los efectos negativos de la cuenta de capital a través de la salida de recursos. Entonces, es mejor flotar más rápido. Si todo eso se cumple, probablemente en un año y medio el tipo de cambio real va a estar en el mismo nivel de hoy, pero el mercado te lo va a llevar ahí. Y el mercado también te lo podría llevar 20% más depreciado si hay un cambio en el precio del petróleo en el mediano plazo. Pero ya no es un proceso especulativo que te genere estas distorsiones de movimientos bruscos que creo que se pueden generar si esta política cambiaria se pospone indefinidamente.
¿Creés que este tipo de cambio finalmente es un tipo de cambio cercano al tipo de cambio de equilibrio, si la Argentina tuviera el orden macroeconómico?
Es el orden macroeconómico y los efectos positivos de un crecimiento en la oferta energética y minera, pero eso no se va a dar en los próximos 18 meses. Entonces, la presión que estás teniendo en las cuentas externas hoy estos beneficios de mediano plazo no te los resuelve, entonces hoy tienes que moverte a un tipo de cambio más flexible. Aunque en 3 años podamos volver a este nivel, pero si volvemos dentro de un régimen flexible, no hay problema. Hoy insistir en esta política cambiaria va a ser costoso para Argentina.
El Gobierno anunció una reducción del porcentaje de devaluación mensual, de 2% a 1%, en febrero. Si el acuerdo con el Fondo Monetario teóricamente tuviera que incluir que en 12 meses haya un proceso de progresiva liberación y flotación con bandas, ¿esas bandas deberían tener una diferencia de 5%? En cualquiera de los casos, al lado de reducir del 2% al 1%, parece que implicaría pasar del 1% al 4%.
Tienes razón. Yo creo que el acuerdo que ya se está cerrando con el Fondo Monetario va a tener un proceso de flexibilización cambiaria muy gradual. De aquí a la elección, no vamos a ver un cambio en la política de crawl. Tal vez haya ciertas bandas, pero si la banda por los próximos meses es de 3%, a lo sumo lo que vamos a ver es que el tipo de cambio se va al techo de la banda, tenemos una depreciación de 3% y luego tenemos un crawl de 1% sobre ese techo. Entonces, no cambia mucho las cosas, pero se empieza a generar cierta flexibilización.
Supongamos que esta banda se va ensanchando, entonces eso nos va dando nos da un brinco de dos o tres y luego un crawl un poquito mayor al 1% por el ensanchamiento de la banda. Yo creo que algo se consigue con eso. Probablemente, dentro del acuerdo con el Fondo, en la revisión que se haga en diciembre o en enero del año que viene, vendría una flexibilización todavía más agresiva. Eso es lo que yo creo y lo que piensa la gente del Fondo que necesita Argentina. Vamos a ver cuándo ya estén los documentos finales y el Fondo empiece a hablar de cuáles son los elementos de política cambiaria y monetaria que va a incluir este acuerdo.
Alejandro Gomel: Se suele hacer una simplificación y decir que, si Milei es amigo de Trump, entonces va a haber una ayuda por parte de Trump a Milei. ¿Esto es así? ¿Es tan automático que, por una cuestión de simpatía, puede llegar una ayuda tan importante?
No, y en el libro con Martín Kanenguiser, "La Argentina en el Fondo", tratamos ese tema. No hay que negar la influencia de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional, pero es una influencia mucho más sutil. Cuando nosotros trabajamos en el programa con el presidente Mauricio Macri, cuando recibimos presiones del gobierno de Estados Unidos, las derivamos a través de los directores. Dijimos que, si nos hablaba el subsecretario del Tesoro, no íbamos a tomar esa instrucción. Después de hacer eso, nunca recibimos una instrucción de que nos digan "Hagan esto".

Sin embargo, yo y nuestro equipo, sabiendo que el apoyo del principal accionista del Fondo estaba ahí, trabajamos con un nivel de comodidad, sabiendo que íbamos a tener el apoyo del Board para hacer el programa que nosotros creíamos que iba a tener la mayor probabilidad de éxito, interpretando las propias reglas del Fondo de manera que nos permitieran hacer ese acuerdo. Cuando tenemos que hacer un acuerdo similar con un país que no tiene tanto apoyo, uno se cuida un poco más y se siente más restringido.
Además, en algunos acuerdos, cuando ya hay un nivel de acuerdo entre el Fondo Monetario y el país de 90% y la negociación está trabada por el 10% restante, ahí la presión de un accionista importante, como es Estados Unidos, puede servir y cerrar la negociación. Esas cosas sí pasan. Pero el pensar que Estados Unidos le hable a Kristalina Georgieva y le diga: "Dale 20.000 millones de dólares a Argentina y acepta todo lo que pida la administración del presidente Milei", no pasa.
A su vez, yo creo que la administración de Donald Trump que estuvo involucrada en el programa de Macri terminó dando como resultado una administración del presidente Fernández y Cristina Kirchner muy mala para Argentina. Saben que es un tema muy, muy delicado y que el marco macroeconómico tiene que estar bien diseñado. Y que al final del día, apoyar a la Argentina en un programa insostenible no es ayudar ni al presidente Milei ni a Argentina. Entonces, están siendo más precavidos en ese sentido.
AG: Un buen amigo tiene que decir que no a veces, ¿no?
Exacto. Muy buen punto.
TV/ff