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MODO FONTEVECCHIA
Panorama económico

Agustín Salvia: "Los privados no le han podido ganar a la inflación de diciembre"

El director del Observatorio de la Deuda Social advirtió que en el corto plazo se continuará con un panorama recesivo, pero indicó que la situación no se agrava porque todavía no ha habido un estallido del desempleo. "Hay un empobrecimiento encubierto, porque están pagando más servicios, pero consumiendo menos otros", señaló. 

Agustín Salvia
Agustín Salvia | Juan Obregón

El investigador del Conicet, Agustín Salvia, sostuvo que si bien no estamos en una situación de desempleo masivo, el tercer trimestre muestra un estancamiento en ingresos y aumentos salariales insuficientes respecto a la inflación. “Quienes más reducen su capacidad de consumo en este contexto son quienes no tienen subsidios”, describió en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Agustín Salvia es investigador principal del Conicet y director del Observatorio de la Deuda Social.

Alejandro Gomel (AG): ¿Qué reflexión le queda, después de los números de pobreza e indigencia que se han conocido?

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La información surge de dos trimestres, efectivamente, utilizando en el primer trimestre ya usando los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares, que están disponibles, y en el segundo trimestre, con una micro simulación de la información a partir de la deducción de los precios de las Canastas Básicas total y de los salarios. 

Hasta aquí, estas simulaciones vienen bastante bien. Lo que deja claramente que pasamos de un primer trimestre, que fue un shock muy fuerte en el contexto de la crisis. La pobreza subió a 55% y la indigencia 20,3%. Si evaluamos eso interanualmente, el primer trimestre del año pasado, estaba alrededor del 39% la pobreza, y 9% la indigencia. 

La UCA estimó que la pobreza alcanzó al 52% de la población en el primer semestre

Es decir, un aumento extraordinario que significó clases medias que cayeron en la situación de reducción de su capacidad de consumo, jubilados que perdieron fuertemente su capacidad de no ser pobres, ya bastante en riesgo hasta antes de esa situación, y un conjunto de trabajadores informales que cayeron en la indigencia. La recesión generó más demandas de trabajo informal, menos ventas de los vendedores ambulantes, menos cartón, etc.

Vino el segundo trimestre después de ese shock, pero hay que tener en cuenta que la situación económica y social de Argentina es crítica, es todavía un escenario de crisis. Obviamente bajan la inflación, producto de las medidas de la política económica, los trabajadores organizados, en forma informal y los trabajadores salariales, sobre todo en el sector privado, empiezan a recuperar ingresos perdidos. Si bien no logran compensar todo lo perdido, logran dejar de perder y empezar a ganar por sobre la inflación.

En términos anuales, los trabajadores formales han tenido un aumento del 90% de sus remuneraciones contra una inflación anualizada del 73%. Es decir, los privados no le han podido ganar a la inflación de diciembre. Por su parte, los sectores del sector público empataron con la inflación y no pudieron recuperar parte de lo perdido anteriormente y los sectores informales perdieron con respecto a la inflación. 

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A su vez, se reactivó un poco el consumo, se recupera un poco la construcción en el segundo trimestre, se reactiva algo el comercio, vienen los aguinaldos, se da la nueva cláusula de ajuste a los jubilados, lo cual permite una relativa recuperación de las pensiones, y en marzo hay un aumento de los programas sociales nuevamente. Todo eso hace que vivamos un segundo trimestre en donde baja la pobreza de 55% a 49% y la indigencia de ese 20% a un 16%. 

A partir de ahí se mantiene amesetada la situación, es decir, no continuaría la dinámica de caída, la baja de la inflación habría llegado a ese 3-4%. Deberíamos bajar más la inflación para que se haga una mayor caída de la pobreza y, sobre todo, debería haber una reactivación económica que todavía no aparece en el horizonte, todavía estamos en un escenario recesivo. 

Eso es lo que deja el 52% del semestre, que es la información que va a dar el INDEC. Estaría alrededor del 52% la pobreza promedio en el semestre y la indigencia estaría alrededor del promedio del 18%. Creemos que por ahí van a estar los datos oficiales, pero en cualquier caso la tendencia es como la que estamos describiendo.

La situación del desempleo 

Elizabeth Peger (EP): Este amesetamiento al que usted refiere, ya entrado el tercer trimestre del año, tiene que ver otra vez con que hay un estancamiento concreto del tema de ingresos que se había empezado a recuperar un poco y que fue bastante heterogéneo aún entre los trabajadores formales. Es que en el tercer trimestre otra vez las recuperaciones salariales, y esto se observa en la dinámica de las paritarias concretamente, ya no es una recuperación sino que los aumentos que se están acordando en los últimos meses están debajo otra vez de la inflación. ¿Es así?

Sí, los salarios están debajo o le empatan a la inflación. No están recuperando lo perdido. O sea, están en una mejor posición que la que tenían en enero o febrero, en marzo, pero no están en el shock que experimentaron en diciembre, cuando vino la devaluación.

Entonces, ahí el costo laboral bajó en términos relativos y ya venían perdiendo e incluso se venía perdiendo el empleo. La situación es que se ha estabilizado, porque ya no hay recuperación. La única recuperación que se puede generar sobre esto es por aumento efectivo de productividad y los sectores que están teniendo mayor dinamismo están dando esos aumentos, pero no tienen impacto en la base de ingresos. Hablamos de sectores petroleros, mineros, agroindustriales, etc.

El desempleo
Según Salvia, la situación no se agrava porque no ha habido "un estallido del desempleo".

EP: Claro, son sectores económicamente importantes pero no grandes dadores de empleo, y me parece que ahí usted está introduciendo una de las claves relevantes. Es que vi el informe del Observatorio y también plantean diferencias respecto al escenario, por ejemplo, que teníamos en 2001-2002, donde el gran dato diferencial es el tema del desempleo. ¿Cómo va a ser la dinámica en los próximos meses si la recesión se mantiene y no hay elementos de una recuperación económica más sostenida?

Sí, eso creo que es el riesgo. La crisis de 2002 tuvo componentes de devaluación, la salida de la convertibilidad fue un efecto inflacionario pero rápidamente frenado por la recesión, el corte de la cadena de pagos, los despidos masivos, cierre de establecimientos, etc. Tuvo un componente mucho más dado por la pérdida de puestos de trabajo, el aumento de la pobreza y la indigencia en ese momento, que rápidamente un año después ya estaba en recuperación porque se recuperaba la actividad económica. 

En este caso, es como si hubiésemos transitado esta crisis sin un alto nivel de desempleo, subió más o menos del de 6% a 7% el desempleo. Igual lo vamos a ver ahora cuando, en dos semanas, salga el informe del segundo trimestre.

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Es de esperar que el desempleo ha subido uno o dos puntos, pero que no estemos en una situación de desempleo masivo, que la población que haya quedado desocupada, tampoco ajuste por desempleo abierto, que no se declare que está buscando, sino que se pone a hacer cualquier cosa para sobrevivir, lo cual significa que te queda en el subempleo, en la informalidad. Eso es lo que se observó en el primer trimestre y es de esperar que ocurra en el segundo trimestre.

EP: ¿Entonces, el ajuste es por ingresos?

Exacto, el ajuste no es por desempleo sino por ingresos, y lo que hace es que caigan los ingresos de la familia pero mantenga cierto nivel de actividad. Ahora es cierto que la situación no se agrava porque todavía no ha habido estallido de desempleo, ni necesariamente lo va a haber. Pero sí podría haber un estallido en ese sentido si la ecuación macroeconómica financiera que tiene el Gobierno no se logra equilibrar. Si no hay acuerdo con el FMI, si no vienen divisas frescas ni se reactiva la inversión.

Obviamente, hay un desgaste de la política económica que hace que lo que hoy está atado con alambre se pueda cortar. 

Una clase media cada vez más empobrecida

Claudio Mardones (CM): Escuchándolo con atención, quería preguntarle sobre esta zona gris que empieza a crecer y que calculo que se vuelve muy difícil de caracterizar. Me refiero a cómo impacta en este proceso de inflación, el encarecimiento de los servicios públicos, especialmente en aquel trabajador que transita en el mundo de la total informalidad, en donde sus ingresos son totalmente variables todos los meses. Sobre todo en este contexto donde afrontan una depreciación que, aun con esta meseta inflacionaria, puede ser fatal para llegar a fin de mes. ¿Cómo puede describir la evolución de esa porción de trabajadores informales? 

Ahí hay dos lecturas que son relevantes. Hay un efecto estadístico que produce la pobreza, ya sea cuando sube o cuando baja, que tiene que ver con la comparación de los ingresos con respecto a una canasta básica alimentaria fija y a un plus de bienes y servicios que se agrega por un coeficiente. No están fijados cuáles son esos componentes, el plus de bienes y servicios, porque es un coeficiente que se aplica estadísticamente. 

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Lo que es cierto es que está cambiando el componente no alimentario de la pobreza. Entonces, de alguna manera, hay cierta subestimación de la pobreza en este contexto. Porque buena parte de los ingresos que reciben las familias los tienen orientados o tienen que orientarlos en mayor proporción al pago de diversos servicios, como transporte, luz, gas, etc. Lo cual retrae la capacidad de consumo en la alimentación, la salud, la educación. 

Entonces, en realidad hay un empobrecimiento encubierto, aunque la tasa de pobreza no caiga, aunque se mantenga. Porque estás pagando más servicios, pero consumiendo menos otros bienes y servicios. Este fenómeno que está ocurriendo no se lo podemos culpar al método, el método en todo caso tiene muchos problemas y uno de ellos es este, pero es el método oficial que existe para evaluar más o menos la situación social. 

Evolución de las tasas de indigencia y pobreza urbanas.
Evolución de las tasas de indigencia y pobreza urbanas.

Lo que sí uno puede desprender de ahí es que la capacidad de consumo de los hogares no solo se ha reducido porque han caído sus ingresos, sino porque la composición de los bienes y servicios que componen, justamente, esa canasta de pobreza, ha cambiado su composición y sus precios relativos. Eso golpea más a las clases medias bajas. 

Obviamente, todos reducimos nuestra capacidad de consumo, eso es así. Pero quienes más reducen su capacidad de consumo en este contexto son quienes no tienen subsidios​, tienen subsidios muy bajos o no tienen incluso programas sociales sobre los cuales apoyar el subsidio. Los subsidios que se están manteniendo tienen que ver con poblaciones vulnerables que quedan identificadas a través de sus beneficiarios de algunos de los sistemas de asistencia. 

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Habrá que ver cuánto resisten o acompañan políticamente, pero también está claro que la están peleando todos los días a ver cómo sobreviven en un contexto de empobrecimiento, con la esperanza o con la expectativa de que esto mejore en el corto plazo. Son segmentos todavía de clase media en términos culturales o económicos, porque no son pobres crónicos, no viven en un barrio de emergencia ni están en una situación de desamparo, tanto en infraestructura como en materia educativa, cultural, etc.

Son sectores muy vulnerables que están siendo arrinconados a un proceso de empobrecimiento una vez más. La verdad es que existen tres Argentinas, y hay una clase media argentina que ya no es la clase media típica, sino que es un sector que tiene mucha menor capacidad de consumo, y de ahorro incluso.

AO FM