El periodismo argentino está de luto por el fallecimiento de Néstor Espósito, reconocido periodista de la sección de judiciales, quien murió el pasado lunes a los 58 años. Apasionado por su profesión desde joven, Espósito construyó una carrera de más de cuatro décadas que lo consolidó como uno de los referentes más respetados en el ámbito del análisis judicial en el país.
Su último artículo abordó la demanda por injurias que Jorge Fontevecchia, director del Grupo PERFIL, impulsa contra el presidente Javier Milei, un tema de gran repercusión que refleja la tensión entre los medios y el poder político, en el marco de los reiterados ataques del jefe de estado al periodismo. Con su característica e incisiva pluma, Espósito detalló los entretelones de la revocación del sobreseimiento del jefe de estado, una decisión que fue dictada por la Cámara Federal porteña a finales de octubre. "Un periodista contra un presidente. David vs. Goliat", definió.
Espósito se destacó no solo por su profundo conocimiento del sistema judicial, sino también por su capacidad para abordar temas complejos con una mirada equilibrada. Durante su extensa trayectoria, iniciada a los 18 años, trabajó en diversos medios gráficos, de radio y televisión. Desde sus inicios en el periodismo hasta su más reciente columna en Tiempo Argentino, Espósito siempre estuvo comprometido con la verdad y con el derecho de los ciudadanos a estar bien informados, dos áreas fundamentales para el buen funcionamiento de un sistema democrático.
La última nota de Néstor Espósito: la demanda de Fontevecchia a Milei
La última crónica de Espósito fue un detallado informe sobre el enfrentamiento judicial entre el presidente Javier Milei y Jorge Fontevecchia. En el artículo, Espósito analizó los pormenores de la demanda por injurias que el dueño de Grupo PERFIL había presentado contra el mandatario, quien, en varias declaraciones públicas trató al periodista de manera despectiva. Entre los insultos, Milei lo calificó de "quebrador serial", "empresario prebendario" que "vive de la pauta"; y lo acusó de ser parte de la "casta" (política), un concepto que emplea el jefe de estado en su retórica divisiva.
Además, en un intento de ridiculizarlo, se burló de su aspecto físico, al referirse de forma despectiva a su estilo, llamándolo "tinturelli" y "carmeleado". Más grave aún, Milei lo acusó de ser un "periodista ensobrado", un término utilizado en el ámbito periodístico para describir a quienes, supuestamente, reciben pagos no registrados para manipular o vender su opinión a cambio de dinero.
Fontevecchia, en tanto, consideró estas expresiones "objetivamente injuriantes" y "ofensivas" a su reputación y honor, por lo que emprendió una demanda por calumnias. Según el periodista, el presidente había recurrido a imputaciones ridiculizantes y peyorativas que afectaban directamente su imagen pública.
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La mirada de Néstor Espósito
A través de su aguda mirada, Espósito explicó cómo la Cámara Federal porteña había rechazado el intento de Milei de cerrar la causa, luego de que fuera sobreseído en primera instancia. Para el periodista, este fallo marcaba un límite a los ataques del presidente contra los periodistas y los medios de comunicación, especialmente en un momento en que las relaciones entre el poder político y la prensa atraviesan una de las etapas más conflictivas de los últimos años.
"En su cruzada contra el periodismo, Javier Milei perdió una batalla. Pequeña y parcial, es cierto. Pero desde Comodoro Py pareció emerger un límite para las cruzadas (acaso quijotadas) que encara el presidente contra sus enemigos de ocasión", escribió Espósito.
En su nota, el periodista desmenuzó la estrategia de la defensa de Milei, que había intentado justificar sus ataques a Fontevecchia amparándose en la libertad de expresión, argumentando que se trataba de simples "opiniones" -entre otras razones-. Sin embargo, el camarista Farah desestimó estos argumentos, subrayando que las acusaciones de Milei "no solo atentaban contra su honor", sino que lo atacaban "de manera personal" y también "ponían en riesgo la confianza de la sociedad en el periodismo".
El fallo judicial, que anuló el sobreseimiento solicitado por la defensa de Milei, fue considerado por Espósito como un importante antecedente. El periodista destacó cómo el fallo subrayó que los ataques a la imagen de un periodista, incluso si están relacionados con su labor, no pueden ser excusados como parte de un discurso de interés público cuando se descalifica de manera personal y despectiva a la persona atacada. "Un periodista contra un presidente. David vs. Goliat", definió.
El legado de Néstor Espósito, "un periodista de lujo"
El comunicador había comenzado su carrera en los medios a los 18 años y, a lo largo de su vida profesional, trabajó en destacados medios como Tiempo Argentino, TV Pública, Noticias Argentinas, AM 530, ANSA y A24. En Tiempo Argentino se desempeñaba desde 2010, a cargo de la cobertura judicial, donde su conocimiento profundo del sistema judicial argentino fue clave para ofrecer a sus lectores un análisis detallado de los hechos.
Durante su carrera, Espósito cubrió innumerables casos judiciales de alto perfil y contribuyó a iluminar el oscuro laberinto del poder judicial con un enfoque accesible para la audiencia general. Según recordaron sus allegados y colegas, Néstor Espósito se destacó por su integridad, su pasión por su trabajo y el compromiso con los principios del periodismo.
"Informamos que este mediodía falleció nuestro colega y compañero Néstor Espósito (...) Estamos consternados. Abrazamos a su familia, a sus amigos y a los colegas que, como nosotros, saben el vacío que deja tanto en lo personal como en su trabajo de excelencia. Hasta siempre, Néstor", anunció Tiempo Argentino el pasado lunes, el medio donde trabajaba desde hace poco más de una década. "Un periodista de lujo, un profesional único", destacó.
La noticia de su partida conmovió profundamente a la comunidad periodística, y decenas de colegas y organizaciones expresaron su pesar. El periodista Leopoldo Moreau lo recordó como "un periodista íntegro, formado e informado" mientras que los trabajadores de la TV Pública, donde Espósito también dejó su marca, expresaron su dolor por la partida de un "columnista comprometido con la justicia y el profesionalismo". La organización Correpi también lamentó su muerte, destacando que su trabajo siempre estuvo al servicio de "dar voz a las víctimas de la represión".
CD / Gi
