INTERNACIONAL
EL SUCESOR DE LUIS LACALLE POU

Uruguay va a las urnas esperando un balotaje y con la atención puesta en un plebiscito

Las encuestas dan una amplia diferencia a Yamandú Orsi, el candidato del Frente Amplio, que no alcanzaría superar el 50% para así evitar el balotaje. Le siguen el “blanco” Álvaro Delgado, y el “colorado” Andrés Ojeda. Y hay gran interés en el plebiscito que propone reformar el sistema de seguridad social, eliminando el equivalente a las AFJP, que los principales candidatos rechazan.

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Campañas. Los cierres del Frente Amplio, con Orsi, del Partido Colorado con Ojeda y del Partido Nacional con Delgado. Alegría sin desbordes. | afp

Uruguay, la democracia más estable de América Latina, votará hoy para elegir al sucesor del presidente de centroderecha Luis Lacalle Pou, con la izquierda como favorita en una contienda que parece encaminarse a un balotaje y con mucha atención puesta también un plebiscito que puede tener un impacto importante sobre las finanzas públicas.

El izquierdista Yamandú Orsi, un profesor de historia de 57 años, delfín del exmandatario José “Pepe” Mujica y candidato del opositor Frente Amplio, lidera la intención de voto, que oscila entre el 41 y el 47 por ciento, pero no obtendría más del 50% necesario para ganar en primera vuelta.

Orsi aspira a gobernar este país de 3,4 millones de habitantes, eminentemente agropecuario, con alto ingreso per cápita y bajos niveles de pobreza y desigualdad con respecto a la región. Ejerció como jefe de Gobierno de la gobernación de Canelones, desde 2015 a 2024. Su candidata a vicepresidenta es Carolina Cosse, intendenta de Montevideo entre 2020 y julio de 2024 y previamente ministra de Industria, Energía y Minería bajo el mandato de Tabaré Vázquez.

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Lo siguen los candidatos de los principales partidos de la coalición encabezada por el presidente Lacalle Pou, que tiene una aprobación del 47%, pero no puede buscar la reelección inmediata según la Constitución. 

El aspirante del Partido Nacional, o Blanco, Álvaro Delgado, un veterinario de 55 años que fue secretario de la Presidencia de Lacalle Pou, cosecha un 20%-25% de adhesiones. 

Los ‘blancos’, que a lo largo de todo el mandato de Lacalle Pou han estado por debajo del Frente Amplio en las encuestas, han visto caer en los últimos meses su apoyo en picada, pasando de un 30 por ciento a comienzos de año a poco más de un 20 en los últimos sondeos. La tendencia histórica muestra que el Frente Amplio suele cosechar en las primeras vueltas un gran apoyo, si bien en el balotaje sus rivales suelen aunarse en torno a la candidatura rival.

Con 15-16%, aparece el candidato del también histórico Partido Colorado, Andrés Ojeda, de 40 años, que aspira a arrebatarle el segundo puesto a Delgado. 

Este joven y mediático abogado que se compara con el presidente argentino ultraliberal Javier Milei por su forma poco tradicional de hacer política, se presenta como el rostro de la renovación y ha ido cobrando impulso en las últimas semanas.

Frío ambiente preelectoral. Más de 2,7 millones de uruguayos están convocados a las urnas para elegir al presidente y vicepresidente para el período 2025-2030, así como los 30 escaños del Senado y los 99 de la Cámara de Representantes. 

Además de presidente y legisladores, los uruguayos deberán pronunciarse sobre dos plebiscitos: uno sobre el régimen previsional y otro sobre seguridad ciudadana.

Sin grandes líderes entre los contendientes, ni debates programáticos de fondo, pocos uruguayos asistieron a mitines. Tampoco se ven tantas casas embanderadas con colores partidarios como en elecciones pasadas. 

Para Benjamín Gedan, director del Programa de América Latina del Centro Wilson de Estados Unidos, el frío ambiente preelectoral no es por falta de confianza en la democracia. “Simplemente no se tiene la impresión de que todo está en jaque”, explica. “El clima tranquilo refleja confianza en la continuidad de consensos básicos respecto a la democracia y las políticas económicas, y las fortalezas institucionales”.

La tensión se volcó en gran parte a las redes sociales, no ajenas a la ola de desinformación que afecta procesos electorales en el mundo. Abundaron contenidos con imágenes que simulan ser de medios de comunicación, y términos como “fraude” o “clonación de sobres” que apuntan a desacreditar los comicios.

Si ninguno de los candidatos logra la mayoría absoluta, habrá una segunda vuelta el 24 de noviembre. 

Para la pugna final, todo indica que Orsi enfrentará a un Delgado o a un Ojeda que se respaldarán mutuamente y esperan contar con los votos de los socios menores del bloque oficialista: Cabildo Abierto (4%-2% en los sondeos) y el Partido Independiente (3%-1%). Ambos bandos aspiran a alcanzar la mayoría parlamentaria en octubre, una señal inequívoca, según los analistas, de lograr la victoria en noviembre.

Jubilaciones y redadas. Gane quien gane, no se esperan grandes cambios de política económica.

Todos los candidatos apuestan a impulsar el crecimiento, desacelerado con la pandemia de covid-19 y una histórica sequía, pero en recuperación: el FMI proyecta una expansión del PIB del 3,2% en 2024 y del 3% en 2025. El gran reto es disminuir el déficit fiscal (-4,4 del PIB en agosto).

Por eso observadores internacionales ven con preocupación un triunfo del plebiscito para modificar el sistema de seguridad social, que impulsa la central sindical única Pit-Cnt, junto con sectores frenteamplistas como el Partido Comunista y el Partido Socialista. 

“La próxima administración heredará un espacio fiscal relativamente limitado”, dijo Yolanda Ngo, ejecutiva de la calificadora de riesgo Morningstar DBRS.  “La pregunta clave es si se centrará en perseguir sus objetivos de política de una manera fiscalmente sostenible, como esperamos, o si tendrá que centrarse en contener las consecuencias de un exitoso plebiscito sobre la seguridad social”. Todos los candidatos anunciaron que no votarán esta enmienda constitucional y las encuestas estiman que será rechazada.

El otro plebiscito busca que se permitan los allanamientos nocturnos en los hogares. El Frente Amplio lo rechaza y tiene un respaldo de 46-56%, según los sondeos. Aunque la seguridad pública es la primera preocupación de los uruguayos, analistas prevén que fracasará, como ya ocurrió con otras iniciativas para abatir la delincuencia.

 

Un profesor de historia, un veterinario y un abogado 

Agencias

El elegido del Pepe. Yamandú Ramón Antonio Orsi Martínez, de 57 años, es el delfín de José “Pepe” Mujica. Nació en una zona rural en una casa sin luz eléctrica, y creció en la pequeña ciudad de Canelones, donde estudió en la escuela pública. En 1991 se recibió de profesor de historia y enseñó en liceos del interior hasta 2005, cuando inició su trayectoria en el gobierno de Canelones, primero como secretario general de la comuna durante una casi una década, y luego como intendente por dos períodos. De joven, Orsi atendía el almacén de sus padres y también fue monaguillo de la Iglesia católica y bailarín de folclore. En 1989 se sumó al Movimiento de Participación Popular fundado por Mujica. Orsi se casó dos veces, la última con la madre de sus hijos mellizos de 11 años. De perfil moderado y estilo campechano, el hombre que contó que de niño le tenía miedo a la luna ha dicho que se prepara para ser presidente desde hace mucho tiempo. Sin embargo, no ha presentado un plan de gobierno antes de las elecciones, lo que despertó críticas de sus detractores. También fue cuestionado por no participar en debates, ni conceder entrevistas a muchos medios.

Mano derecha del presidente. Álvaro Luis Delgado Ceretta, de 55 años, nunca imaginó que apenas días después de asumir en 2020 como secretario de la Presidencia de Luis Lacalle Pou se declararía la pandemia. Sin embargo, oficiar de vocero del gobierno en medio de la crisis puso a prueba su temple y le dio un perfil presidencial. Antes de llegar a la Torre Ejecutiva con su amigo Lacalle Pou, fue diputado por Montevideo y senador.  Antes de la política, trabajó como productor rural y asesor veterinario. Nacido en Montevideo, fue educado en colegios católicos, una fe que profesa. Se casó en 1997 y tiene tres hijos de 25, 23 y 21 años. Durante la campaña, Delgado fue tildado de “cavernícola” y “chabacano” por llamar “bombón” a su candidata a vice, Valeria Ripoll. Fue un “error” y un “chiste desafortunado”, reconoció él luego. 

El joven abogado mediático. Andrés Ojeda Spitz, de 40 años, se volvió una figura televisiva como comentarista de temas legales tras ser en 2015 el abogado defensor del tupamaro Héctor Amodio Pérez, acusado de traidor por esa guerrilla. Montevideano, alumno de un colegio católico y scout Ojeda sorprendió al ganar la interna del histórico Partido Colorado, del que fue edil por Montevideo de 2010 a 2015. Tras su sorpresivo triunfo frente a dirigentes de la vieja guardia no ha hecho más que crecer en intención de voto. Fanático del fisiculturismo, preocupado por la salud mental y el bienestar animal, se presenta como el rostro de la “nueva política”, algo por lo que se compara con el mandatario argentino Javier Milei. Su spot en el gimnasio mostrando sus músculos y contestando un ping pong de preguntas personales, incluida la revelación de que es “muy de Capricornio”, fue la sensación viral de la campaña. A Ojeda le apasiona el derecho penal e hizo posgrados en Argentina y en Estados Unidos. Está divorciado, sin hijos y con ganas de adoptar una mascota.

 

Una consulta que divide más que los partidos

Agencias

Los uruguayos deberán participar hoy también en un polémico plebiscito para reformar la Constitución en materia de seguridad social, que será sometido a votación en simultáneo con las elecciones presidenciales y legislativas. Los últimos sondeos indican una disminución del apoyo, aunque muchos aún no tienen el voto definido. La iniciativa busca modificar el artículo 67 de la Carta Magna para prohibir los sistemas de ahorro individual con destino jubilatorio, fijar la edad mínima de retiro en 60 años y establecer que las jubilaciones no pueden ser menores que el salario mínimo nacional (actualmente de unos 540 dólares).

Esto supone eliminar las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAPs), agentes privados del sistema mixto de previsión social vigente desde 1996, y otorgarle al Estado el monopolio de la seguridad social. Además, implica dejar sin efecto la ley de reforma jubilatoria de 2023 que subió a 65 años la edad mínima de retiro. Solo existe una papeleta para el ‘Sí’, y para que el plebiscito sea aprobado debe tener el respaldo de la mitad más uno del total de votos válidos emitidos.

El plebiscito es impulsado por la central sindical única PIT-CNT, varias organizaciones sociales y algunos sectores del Frente Amplio.

Los promotores proponen un fideicomiso para administrar los ahorros individuales de las AFAPs y que las personas cobrarán lo mismo o más que con el sistema mixto actual. Creen que una persona debe poder elegir si sigue trabajando después de los 60 años. Calculan que costará 460 millones de dólares al año financiar los aumentos previstos. El presidente Luis Lacalle Pou se opone al plebiscito, al igual que todos los candidatos presidenciales de los partidos del bloque oficialista, que firmaron una declaración conjunta en contra. El Frente Amplio dejó “en libertad de acción” a sus votantes, aunque los integrantes de su fórmula presidencial anunciaron que no votarán por el ‘Sí’. Más de 100 economistas y militantes frenteamplistas alertaron sobre las consecuencias negativas de un eventual triunfo del ‘Sí’. El popular expresidente frenteamplista y referente de la izquierda José Mujica dijo que aprobar este plebiscito causaría “un caos” relacionado con la estabilidad jurídica del país.