La policía de Brasil está investigando tres muertes y varias hospitalizaciones de personas de una familia que comió un pastel de Navidad, el tradicional Bolo de Natal, que tenía arsénico. Tres mujeres murieron después de comer el pastel en una reunión familiar el 23 de diciembre en la pequeña ciudad costera de Torres, en el sur de Brasil.
Tatiana Denize Silva dos Anjos, de 43 años, y Maida Berenice Flores da Silva, de 58, fallecieron el mismo día que comieron el postre. Mientras tanto, Neuza Denize Silva dos Anjo, de 65 años, fue trasladada de urgencia al hospital en estado crítico antes de morir al día siguiente.
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La mujer que hizo el pastel, Zeli Terezinha Silva dos Anjos, de 61 años, junto con una niña de 10 años que también lo comió, siguen internadas en un hospital local donde son tratadas por intoxicación.
El sexto miembro de la familia, que no fue identificado pero se cree que es el marido de Maida, ya fue dado de alta del hospital, mientras que la séptimo que estuvo presente en el encuentro familiar no comió el pastel.
El sitio web de noticias G1 dijo que la policía estaba esperando que la mujer hospitalizada mejorara su estado para poder interrogarla. Mientras tanto, las autoridades habían tomado testimonio a otras 15 personas como parte de la investigación.
Las pruebas de laboratorio entregadas a la policía el viernes exhibieron altos niveles de arsénico en muestras de sangre tomadas de las tres mujeres muertas. Hasta ahora, no fueron presentados cargos judiciales y la policía no afirmó si aborda el caso como un asesinato.
Según testimonios recabados, la mujer que hizo el pastel se llevaba bien con los otros miembros de la familia, y no hay indicios tempranos de que exista algún conflicto entre ellos.
Imágenes proporcionadas por la policía y publicadas en internet mostraron un pastel cortado de frutas secas con glaseado de mazapán blanco y cerezas al marrasquino encima.
Según uno de los investigadores, el pastel tenía un extraño sabor "picante" y "a pimienta", pero eso no impidió que la familia brasileña consumiera el postre de la muerte.
Si bien el arsénico es una sustancia altamente tóxica sin olor ni sabor, el sabor picante que presenta no es común en los pasteles dulces.
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Pero incluso la persona que horneó el pastel no se abstuvo de comerlo, en un caso que desconcierta a la policía.
Fue en su casa donde los investigadores donde descubrieron una botella no identificada con un "líquido blanquecino" que ya fue enviado para su examen al Centro de Información Toxicológica.
Zeli fue entrevistada por la policía desde su cama de hospital y le dijo a la policía que compró muchos de los ingredientes el lunes 23 de diciembre. Pero la policía encontró que muchos de los alimentos que la familia consumía en la casa estaban vencidos hacía muchos meses.
La web de la revista de noticias Carta Capital señaló que el exmarido de Zeli murió en septiembre pasado y que en ese momento la policía consideró que fue por causas naturales, por intoxicación alimentaria.
Ahora la policía considera reabrir su caso y solicitó la exhumación del cuerpo del hombre.