Un empleado del aeropuerto de Estambul, Turquía, estuvo al borde de la muerte tras quedar accidentalmente encerrado en la bodega de carga de un avión de Turkish Airlines. Se trata de Ali Celikten, de 29 años, quien soportó temperaturas de -25 °C durante una hora antes de ser descubierto y rescatado con signos de congelación severa.
El incidente ocurrió cuando Celikten subió a la bodega del Airbus A321-200 para asegurar las maletas de los pasajeros. Sin embargo, sus compañeros no notaron su presencia, por lo que cerraron las escotillas y encendieron los motores. Si bien golpeó la puerta y gritó pidiendo ayuda, no lo escucharon debido al zumbido del motor y el viento. De esa manera, el avión despegó con destino a Grecia.
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A medida que la aeronave ascendía a casi 11.000 metros de altura, la temperatura en la bodega disminuyó drásticamente y llegó a los -25°C, lo que puso en riesgo su vida. Por ese motivo, se vio obligado a buscar ropa de abrigo en las maletas de los pasajeros. Nuevamente, intentó atraer la atención de sus colegas, pero no tuvo éxito.
Mientras tanto, nadie había notado su ausencia en el aeropuerto de Estambul, siendo que sus compañeros pensaban que estaba en la sala de descanso. Sin embargo, cuando fueron a buscarlo notaron que no estaba ahí, ante lo que revisaron las cámaras de seguridad y confirmaron que nunca había salido del avión.

Al percatarse de la situación, la torre de control informó a la tripulación, que inmediatamente desvió la aeronave. En ese sentido, en lugar de continuar su trayecto hacia Atenas, el vuelo aterrizó de emergencia en Izmir, Turquía, una hora después. Allí, los paramédicos encontraron a Celikten con signos de hipotermia severa y congelación en sus piernas. Según el medio alemán Bild, estuvo a punto de perderlas debido al prolongado tiempo de exposición al frío extremo.
Tras el incidente, el trabajador declaró: "Estaba atrapado en una habitación helada y hermética. No pude hacer nada más que llorar. Ahora estoy recibiendo apoyo psicológico y he perdido mi trabajo". Además, rechazó las acusaciones de que había permanecido en la bodega intencionalmente con el objetivo de viajar ilegalmente: "Algunos dicen que quería irme ilegalmente. Pero nadie aguantaría voluntariamente ni un minuto en estas condiciones". También contó que decidió demandar a sus compañeros de trabajo por el descuido que casi le cuesta la vida.
MB/ ds