Un hombre de 30 años falleció en Montevideo, Uruguay luego de tropezar en la calle mientras paseaba con su familia y caer sobre pinchos de acero. El hombre fue internado en el Centro de Tratamiento Intensivo y falleció horas después a causa de las heridas.
El Concejo del Municipio B, donde ocurrió el accidente, solicitó ahora a la Intendencia de Montevideo (IMM) que prohíba el uso de estos sistemas de seguridad que instalan los vecinos. Además pidieron que se haga un relevamiento y se intime a los dueños de edificios y casas ubicadas en barrios céntricos para que retiren estos elementos peligrosos.
La información se conoció el jueves pasado durante una sesión del Concejo del Municipio. Allí, la alcaldesa frenteamplista Silvana Pissano informó que un vecino había muerto al caerse sobre el escalón de un edificio ubicado en la esquina de Héctor Gutiérrez Ruiz y Durazno, a metros de la costa de Montevideo. Esto provocó su caída sobre una hilera de piezas cortantes que se habían colocado en la fachada de la propiedad.
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Al enterarse de lo sucedido, funcionarios del Municipio B acudieron al lugar y solicitaron al Servicio de Convivencia Departamental de la IMM que intimara al edificio al retiro inmediato de dichos elementos.
En declaraciones a El País, Pissano indicó que la instalación de estos elementos es habitual en la zona, ya que muchos edificios y viviendas ubicados en el Municipio B no tienen retiro frontal.
"Necesitamos un respaldo normativo para casas, comercios y edificios, porque entre la propiedad privada y la vía pública no pueden haber elementos que generen peligrosidad para los peatones", advirtió la alcaldesa.
Según Pissano, en la zona del Municipio B se han colocado "pinchos complejos" de la altura de un niño para evitar que personas duerman o se instalen en el lugar. "Son situaciones llamativas", agregó.
Qué es la “arquitectura hostil” que provocó la muerte de un hombre en Montevideo
La "arquitectura hostil" es una estrategia de diseño que utiliza elementos que buscan controlar, limitar o excluir a determinados grupos de personas en un entorno urbano.
Estos dispositivos buscan generar incomodidad y, en general, buscan desalentar el uso de determinados espacios por parte de personas en situación de calle.
Estas estrategias fueron cuestionadas en 2019 por el Papa Francisco, quien denunció el “ensañamiento” contra los indigentes, en un mensaje divulgado en ocasión de la III Jornada Mundial de los Pobres que se celebró en noviembre de ese año.
“Se ha llegado hasta el punto de teorizar y realizar una arquitectura hostil para deshacerse de su presencia, incluso en las calles, últimos lugares de acogida”, dijo el pontífice.
MC CP