La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, insistió ayer en que la mediación europea es la mejor opción para que Armenia y Azerbaiján alcancen una paz duradera.
Los vecinos del Cáucaso llevan décadas enzarzados en un conflicto por el control de la región de Nagorno Karabaj, que durante la URSS Josep Stalin otorgó a Azerbaiján, pese a que el enclave estuvo históricamente poblado por armenios. Tras una sangrienta guerra entre 1988 y 1994, los armenios proclamaron una república independiente, no reconocida por la comunidad internacional. Luego de una ofensiva relámpago, Bakú recuperó el territorio en septiembre.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y el presidente azerbaijano, Ilham Aliyev, celebraron varias rondas de conversaciones de paz con la mediación de la UE. Ambos líderes han afirmado que podría firmarse un tratado de paz en los próximos meses.
En octubre, Aliyev se negó a asistir a una ronda de conversaciones de paz con Pashinyan en España por lo que, dijo, era la “posición sesgada” de Francia, donde vive una de las mayores comunidades armenias en la diáspora.
Estaba previsto que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, se unieran al jefe de la UE, Charles Michel, como mediadores.
Hasta ahora, no ha habido avances visibles en los esfuerzos de la UE para organizar una nueva ronda de negociaciones.
“Los esfuerzos europeos por la paz ofrecen la vía más concreta”, declaró Baerbock a los periodistas en Bakú, junto a su homólogo azerbaijano, Jeyhun Bayramov. Dijo que esperaba que las conversaciones de paz dirigidas por Europa pudieran comenzar “lo antes posible”.
Bayramov, por su parte, confirmó la disposición de Azerbaiján de negociar, “independientemente de la geografía”. Afirmó que Bakú ha presentado “propuestas de paz a Armenia y, si esta las acepta, las negociaciones pueden continuar”.
Baerbock llegó a Bakú procedente de Ereván, donde también afirmó que los esfuerzos de moderación europeos “son un puente y el camino más rápido hacia la paz”. También ha instado a Bakú a garantizar “un retorno seguro y digno” de los refugiados armenios a Karabaj.
Casi toda la población armenia de Nagorno-Karabaj –más de 100 mil personas– huyó a Armenia después de que las tropas azerbaijanas reconquistaran el enclave montañoso. Bayramov declaró que “los armenios residentes en Karabaj son ciudadanos de pleno derecho de Azerbaiján, y se respetarán todos sus derechos”.