ansa / afp
Kiev
Ucrania vivirá hoy una elección parlamentaria con la que intentará dar vuelta la página a la crisis que comenzó hace casi un año, con revueltas que derivaron en el derrocamiento de Viktor Ianukovich, la anexión de la península de Crimea a Rusia, la firma del acuerdo con Europa y el conflicto en el Este que causó al menos 3.800 muertos.
Las encuestas prevén un éxito de los partidos proeuropeos, todos de orientación nacionalista, aunque con diferentes matices. Lidera el bloque del presidente Petro Poroshenko, con el 30% de las preferencias.
Pero entre los 34 millones de convocados a votar hay aún 30% de indecisos. Justamente a ellos los líderes y candidatos dirigieron los últimos pedidos de voto el viernes, durante el Shuster Live, el programa televisivo más popular del país.
La campaña electoral estuvo marcada por rostros nuevos, entre ellos activistas de las revueltas de Maidán, la plaza central de Kiev donde se concentraron las protestas opositoras a Ianukovich. Sin embargo, también hay muchos políticos reciclados y conflictos de intereses entre oligarcas que aún dominan la vida política y económica del país.
Los 450 escaños serán asignados por mitades –hay 29 partidos en disputa–, pero treinta permanecerán vacíos porque no se votará ni en Crimea ni en las zonas orientales de Donetsk y Lugansk, controladas por los separatistas.
Por otro lado, Ucrania votará hoy con las calefacciones aún cerradas y el racionamiento de energía eléctrica por el conflicto con Rusia, mientras se acerca el duro invierno. Por primera vez en su historia, el país se ha visto obligado a importar carbón, combustible que posee en la cuenca oriental de Donbass, hoy controlada por los rebeldes.
Lo reveló el premier Arseni Yatseniuk en su intervención en el programa Shuster Live.
“Ayer llegaron 75 toneladas de carbón desde Sudáfrica para dar luz a este estudio televisivo”, contó, y criticó al mandatario ruso, Vladimir Putin, por su “guerra a Ucrania”, causa de la crisis económica que se vive en el país.
Ucrania, en tanto, se congela, pues las calefacciones, que generalmente se reabren a partir del 15 de octubre –o antes si las temperaturas bajan demasiado– están aún apagadas porque todavía no se ha firmado un acuerdo con Moscú para la reanudación del suministro de gas.
Las casas, al igual que los hoteles en los que se ve desayunar a los huéspedes con abrigo, están heladas, y también hay problemas con la provisión de agua caliente.