El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para establecer un centro de detención para inmigrantes en la Base Naval de Guantánamo. Según el Gobierno, esta instalación estará destinada a "delincuentes de alta prioridad".
Trump anunció que el nuevo centro, ubicado en el territorio que Estados Unidos ocupa en la isla de Cuba, podrá albergar hasta 30.000 inmigrantes en situación irregular que sean considerados una "amenaza para la sociedad".
El mandatario firmó la orden tras un acto en la Casa Blanca, donde también sancionó su primera legislación como presidente: la Ley Laken Riley. Esta norma facilita el arresto y la deportación de extranjeros indocumentados acusados de delitos menores.
La Base Naval de Guantánamo está bajo arrendamiento perpetuo a Estados Unidos desde 1903, aunque Cuba reclama la devolución del territorio. En el pasado, sirvió como refugio para migrantes durante la "crisis de los balseros", en la década de los noventa, y albergó detenidos en el marco de la lucha contra el terrorismo a inicios del siglo XXI.
Actualmente, la base cuenta con un centro de detención para inmigrantes haitianos y cubanos rescatados en el mar. La ampliación ordenada por Trump permitiría alojar hasta 30.000 personas y refuerza el rol del Pentágono en la estrategia del mandatario para combatir la inmigración ilegal.
Trump, quien regresó a la presidencia con un fuerte respaldo de sectores opuestos a la inmigración irregular, convirtió esta política en un eje de su gobierno. Durante la firma de la nueva ley, Trump declaró: "Vamos a enviarlos a Guantánamo".
Trump prohíbe la enseñanza de la “teoría crítica de la raza”
Donald Trump firmó, además, otra orden ejecutiva que prohíbe a las escuelas estadounidenses enseñar la "teoría crítica de la raza" y otros contenidos sobre raza y sexualidad. Aquellas instituciones que incumplan la norma podrían perder fondos federales.
En paralelo, el mandatario anunció un plan para combatir el antisemitismo en universidades. La iniciativa contempla procesar a infractores y revocar visados a estudiantes internacionales identificados como "simpatizantes de Hamás".
Ambos planes fueron presentados en órdenes ejecutivas que Trump firmó como parte de sus primeras medidas de gobierno. Estas acciones buscan cumplir sus promesas de campaña en materia educativa, aunque no está claro si podrá implementarlas sin respaldo legislativo.
La orden presidencial establece que los fondos federales no podrán ser utilizados para el "adoctrinamiento" de niños, e incluye "la ideología de género radical y la teoría crítica de la raza". Asimismo, señala que las leyes de derechos civiles serán aplicadas para garantizar su cumplimiento. Trump también calificó la “teoría crítica de la raza” como una "política inherentemente racista".
El presidente de Estados Unidos también ordenó al secretario de Educación diseñar una estrategia en 90 días para "eliminar el adoctrinamiento en la educación K-12". Para liderar el Departamento de Educación, nombró a la magnate de la lucha libre, Lina McMahon, aunque su confirmación en el Senado aún no fue programada.
Durante su campaña, Trump prometió firmar una orden en su "primer día" de mandato para recortar fondos federales a las escuelas que enseñen la “teoría crítica de la raza” u otros contenidos considerados "inapropiados".
El Gobierno federal destina miles de millones de dólares anuales a la educación, aunque la mayor parte del financiamiento proviene de fuentes estatales y locales.
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