"(Pablo) Quirno es mucho más diplomático, le va a dar más bola a eso". La comparación de los últimos dos cancilleres de Javier Milei a manos de un referente del mundo diplomático muy cercano al Palacio San Martín resumió el revuelo de la transición de los últimos 20 días en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Apenas regresó de su "estratégica" gira por Estados Unidos —que decantó en el acuerdo comercial bilateral—, Pablo Quirno buscó marcar la continuidad de una agenda activa hacia Europa. "Recibí al vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea, Stéphane Séjourné, con quien dialogamos acerca del potencial argentino en minerales críticos", escribió en X el viernes pasado, en un gesto que apuntaló el perfil más político y multidimensional que pretende imprimirle a la Cancillería.
En los próximos días, el ministro se enfocará en aceitar el músculo político de la diplomacia libertaria: a nivel regional, se reunirá con su par uruguayo, Mario Lubetkin, en un momento condicionado por la distancia ideológica entre el presidente argentino y Yamandú Orsi, mandatario que —junto a Lula da Silva— todavía sostiene el progresismo regional tras el triunfo de Rodrigo Paz en Bolivia y el resultado electoral en Chile.
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En paralelo, el encuentro de alto nivel —pautado para este martes— anticipará la reunión de Quirno con su homólogo israelí, el canciller Gideon Sa’ar, según confirmaron fuentes de la Embajada de Israel a PERFIL. El enviado de Benjamin Netanyahu visitará Argentina la semana que viene junto a una delegación de empresarios para cristalizar la alianza entre Buenos Aires y Tel Aviv, uno de los ejes centrales de la diplomacia del binomio Milei. Mientras tanto, Nahuel Sotelo, secretario de Culto "y Civilización", hizo lo propio en el país hebreo: este martes mantuvo reuniones clave en la sede de su cancillería.
Uruguay e Israel: vínculos bilaterales en movimiento
Aunque la relación personal entre Milei y Yamandú Orsi no avanzó demasiado desde aquellos 30 minutos a solas en la cumbre del Mercosur, en Montevideo, ambas cancillerías trabajan para sostener un canal activo en un momento en que Buenos Aires mira casi exclusivamente hacia Washington. Si bien el Gobierno no prioriza la región en su política exterior, según indicó un exembajador de la gestión Mondino a este medio, ante la inminente cumbre del Mercosur -pautada para el 20 de diciembre- Quirno se encontrará con su par uruguayo, un país que "necesita llevarse bien" con Argentina.
Uruguay, gobernado por el Frente Amplio, hace su parte. Orsi—progresista, pero pragmático—designó en Buenos Aires a Diego Cánepa Baccino, un cuadro joven del frente político y muy cercano a Mujica, en un gesto de sintonía hacia la Casa Rosada. Para Montevideo, la embajada argentina es un destino estratégico, por la dimensión política y económica del vínculo, y por el impacto que suele generar en la agenda doméstica uruguaya. "Tenemos que bancarlo a Milei", dijo el expresidente a Cenital, en la que fue una de sus últimas entrevistas.

La foto reciente entre Milei y Orsi en la asunción del presidente boliviano Rodrigo Paz Pereira dejó la misma lectura: saludo cordial, sin bilateral. La invitación de Orsi para que Milei visite Montevideo sigue pendiente, pero el encuentro entre Quirno y Lubetkin habilita una ventana para reencauzar ese diálogo. El presidente argentino, por su parte, no visitó de manera oficial ningún país vecino desde que asumió con excepción de Paraguay, donde teje los hilos de la internacional conservadora aliada de Trump de la mano de Santiago Peña.
La visita del canciller y el viaje de Sotelo a Israel
En paralelo, la diplomacia libertaria acelera en otra dirección. La visita del canciller Gideon Sa'ar marcará el inicio de una agenda bilateral con Israel que deja atrás cualquier cautela y que se alinea plenamente con la prioridad geopolítica del Presidente. Según confirmó el embajador Eyal Sela, Sa’ar mantendrá reuniones con ministros, legisladores y empresarios, y encabezará un evento en la Cámara de Comercio Argentina–Israelí para presentar oportunidades de inversión tecnológica, agrícola y de defensa.
La delegación incluirá referentes del sector financiero, de la industria manufacturera y del ecosistema de ciberseguridad israelí. También llegarán representantes ante el BID para explorar proyectos conjuntos, y ejecutivos vinculados al desarrollo del litio y la refinación energética. Entre los anuncios empresariales destaca la apertura de una nueva fábrica de riego en Mendoza—con tecnología israelí y producción local para exportar al propio mercado israelí—además de gestiones de firmas como Terra y Extra Lead.
La visita también encuentra un telón de fondo sensible para Buenos Aires: el Gobierno argentino condenó públicamente a la petrolera israelí Navitas Petroleum por avanzar en la explotación offshore de la Cuenca León Marino, al norte de la Isla Soledad, con licencias ilegales otorgadas por el Reino Unido. Si bien la empresa es privada, Cancillería debió presentar una queja ante la Embajada de Israel. En paralelo, el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, se encuentra actualmente en Israel, reforzando el puente político-religioso que Milei busca mantener con Tel Aviv luego del Memorandum firmado en junio de 2025.

La "estratégica" agenda diplomática de Pablo Quirno
Si bien dejó de ser el número dos de Luis Caputo hace un mes, Pablo Quirno todavía se mueve con el manual económico en la mano, siguiendo la directiva de Casa Rosada desde la salida de Diana Mondino a fines de 2024. En esta transición dentro de Cancillería—que había recibido la posta de Werthein, de gestión marcada por la "motosierra" y la bajada de línea "ideológica"— el flamante ministro concentra sus esfuerzos en imprimirle un enfoque pragmático, comercial y de resultados a la política exterior.
En redes sociales, su actividad pública lo expone: replica las intervenciones de Caputo, y también del presidente del Banco Central, Santiago Bausili, el tercer miembro del eje económico–financiero del Gobierno. Según sus primeros movimientos, la Cancillería debe funcionar como una suerte de extensión internacional del triángulo económico que Milei considera el corazón de su gestión.

La gira por Estados Unidos, presentada como "estratégica", se encuadra en esa lógica: consolidar el la alianza con Washington en función de la sociedad entre Milei y Donald Trump, profundizar el apoyo en organismos multilaterales de crédito y asegurar financiamiento para proyectos que el Gobierno quiere mostrar como señales de estabilidad macroeconómica.
"La Cancillería está firmemente comprometida en avanzar hacia una mayor apertura comercial y en promover inversiones que impulsen el crecimiento e incrementen las oportunidades en nuestro país", sostuvo tras cerrar su gira por Estados Unidos el viernes pasado que incluyó reuniones con cámaras empresariales y con el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio.
Ahora, con ese frente abierto, el canciller necesita afilar el músculo político del área: recomponer mecanismos regionales sin alterar la narrativa ideológica del Ejecutivo, que todavía no confirma si Javier Milei viajará a Foz do Iguazú para participar de la cumbre de jefes de estado del Mercosur. Un gesto de "destrato" que seguiría a otras ausencias del presidente argentino en foros multilaterales, como la Cumbre CELAC-UE y la del G20 en Johannesburgo. Al mismo tiempo, Quirno, quien por ahora es visto con "buenos ojos" por una parte del cuerpo diplomático, buscará cristalizar alianzas geopolíticas —en este caso, con Israel— que Milei considera identitarias y fundamentales para su política exterior.