Luego de encabezar una reunión de Gabinete, y en medio de sus problemas de salud, Lula Da Silva consiguió luz verde para su programa de ajuste fiscal. El Senado de Brasil aprobó los últimos puntos de la iniciativa, que busca calmar las tensiones financieras tras la fuerte suba del dólar y la crisis política local. Tras varios días de alteración en los mercados, el Banco Central intervino y logró frenar la disparada de la divisa norteamericana frente al real. El 10 de diciembre, el mandatario había sido trasladado de urgencia a San Pablo y operado por un hematoma intracraneal, derivado de un golpe en la cabeza.
El plan contempla diversas medidas que reducirán el gasto de manera gradual durante los próximos 6 años -hasta 2030- y apuntan a recuperar y mantener el equilibrio de unas cuentas públicas cuyo déficit se calcula cercano al 10% del PBI. En 2025, la deuda podría superar el equivalente al 81% de este último. En las últimas semanas, la moneda brasileña llegó a tocar mínimos históricos en su relación con el dólar. Según los ministros, el presidente comentó que el futuro líder del Banco Central, Gabriel Galípolo, le sugirió que “pacifique la relación con los mercados”.
Entre los puntos presentados en el programa, destaca uno por sobre el resto: un ítem modifica el cálculo del aumento anual del salario mínimo, que hasta ahora estaba vinculado a la situación del PBI y a la inflación.
De ahora en adelante, la fórmula para calcular la suba también tomará en cuenta el comportamiento del gasto, lo que, según las previsiones del Gobierno, deberá restringir cualquier incremento real del salario mínimo a un 2,5% anual. Se trata de un punto considerado “crucial” por el Ministerio de Hacienda, ya que el salario mínimo constituye una de las mayores presiones sobre las cuentas públicas. Esto es debido a su incidencia directa en el sistema de jubilaciones y pensiones.
Lula afirma que lo único que está mal en Brasil son las altas tasas de interés
El programa propone, además, una serie de reformas entre las que se incluye una normativa que busca reducir de manera gradual el bono anual que reciben los trabajadores de bajos ingresos. Por otro lado, plantea la desvinculación de una parte significativa del gasto en educación del cálculo del déficit fiscal. Esto último tendría implicaciones en la manera en que se evalúan las finanzas públicas. Estas, junto con otras propuestas incluidas en el plan, buscan generar un impacto estructural en la economía, con el objetivo de mejorar la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
A partir de la aprobación del Congreso, hubo un efecto casi inmediato en el mercado cambiario. Y es que el el real, que durante la semana llegó a un mínimo histórico de 6,30 por dólar, abrió este viernes a 6,1, marcando así una tendencia a la baja.
Lula Da Silva prometió “no interferir” el Banco Central
Tras las dudas y especulaciones por parte de los sectores financieros, el mandatario aseguró al próximo titular de la entidad, Gabriel Galípolo, que la Presidencia “no se va a entrometer” en el trabajo de su organismo.
Las declaraciones fueron emitidas en un video grabado entre ambos: “Jamás habrá interferencias en el trabajo que usted tiene que hacer en el Banco Central”, aclaró. El mensaje se grabó luego de que Da Silva encabezara una reunión de Gabinete tras su operación de cerebro. Según indicaron, fue para “llevar tranquilidad” a los sectores de la economía.