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Terminó el G7, con apoyo a Ucrania y críticas a China y a Venezuela

El documento final de la reunión de los siete países más industrializados del mundo -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido- propuso utilizar activos rusos congelados para otorgar un préstamo de 50 mil millones de dólares a Ucrania y su apoyo “mientras sea necesario”. Además, exigieron a Beijing que frene el envío de componentes de armas a Rusia y pidieron a Venezuela que garantice elecciones y liberación de detenidos políticos.

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| afp

Los líderes del G7 reunidos ayer en Italia endurecieron su tono contra China, Rusia y Venezuela. China fue un foco clave de las conversaciones del Grupo de los Siete en Puglia, en medio de amargas relaciones comerciales entre Beijing y Occidente y preocupaciones de que sus suministros de equipos a Moscú estén alimentando la guerra de Rusia en Ucrania. 

El Grupo de los Siete advirtió a Beijing que deje de enviar componentes de armas a Rusia y respete las reglas comerciales. También apuntó a lo que llamó incursiones “peligrosas” de China en el disputado Mar de China Meridional, donde están aumentando las preocupaciones de una escalada militar entre Beijing y sus vecinos.”Nos oponemos a la militarización de China y a las actividades coercitivas e intimidatorias en el Mar Meridional de China”, se lee en la declaración, utilizando un lenguaje más fuerte que el de la cumbre del año pasado en Japón.

Después de un primer día dominado por Ucrania, el presidente estadounidense, Joe Biden, y los líderes de Japón, Francia, Alemania, Canadá, Gran Bretaña y el país anfitrión, Italia, centraron su atención en la segunda economía más grande del mundo, una superpotencia con una enorme influencia en la geopolítica y la economía global. 

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Las conversaciones del jueves, a las que asistió el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, estuvieron marcadas por una fuerte muestra de apoyo del G7 a Kiev, con un acuerdo para utilizar las ganancias de los activos rusos congelados para otorgar un nuevo préstamo de 50 mil millones de dólares a Ucrania. Con la guerra en su tercer año, el G7 dijo que el acuerdo envió una “señal inequívoca” al presidente ruso, Vladimir Putin, de que respaldarían a Kiev “mientras sea necesario”.

A su vez, los países del G7 criticaron Venezuela por haber retirado su invitación a la Unión Europea (UE) para observar las elecciones presidenciales del 28 de julio y pidieron garantizar los derechos de la oposición. “Estamos profundamente preocupados con respecto a los derechos de la oposición dentro del proceso electoral y la decisión de retirar la invitación para una misión de observación electoral de la UE”, dijo el G7 en el borrador que pudo consultar la AFP.

En mayo, el Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea oficialista, anunció su decisión de excluir la misión de observación europea después de que el bloque ratificara sanciones individuales contra unos 50 funcionarios, denunciando una “actitud hostil”. 

El Grupo también pidió a Venezuela garantizar “elecciones competitivas e inclusivas”, así como “el fin del acoso a los miembros de la oposición y la liberación inmediata de todos los presos políticos”.

Entre los temas destacados, una disputa sobre el aborto eclipsó temporalmente el encuentro, cuando Estados Unidos y 

Francia retrocedieron después de que la primera ministra de derecha de Italia, Giorgia Meloni, anfitriona de la cumbre, intentara suavizar el lenguaje sobre los derechos de las mujeres. Finalmente, en la declaración del G7 no apareció una referencia específica al aborto. 

Inspección a China. La cumbre se desarrolló en medio del deterioro de las relaciones comerciales globales, ejemplificado por el anuncio de la Unión Europea esta semana de planes para imponer nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos. Beijing denunció lo que llamó “comportamiento proteccionista manifiesto” y dijo que se reservaba el derecho de presentar una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Estados Unidos, Japón y la UE (que asiste a las cumbres del G7 como octavo socio no oficial) han expresado su preocupación por la llamada “sobrecapacidad industrial” de China. Argumentan que los generosos subsidios de Beijing, particularmente en sectores de energía y tecnología verdes, como paneles solares y vehículos eléctricos, corren el riesgo de inundar el mercado global con productos baratos; preocupaciones que China desestima.

Ese exceso de capacidad amenaza a las empresas occidentales que luchan por competir, particularmente en el creciente sector de la tecnología verde.

“Expresamos nuestra preocupación por los persistentes ataques industriales de China y sus políticas integrales no relacionadas con el mercado”, dice la declaración final del G7. 

En contra de Putin. Las preocupaciones de seguridad y defensa estuvieron en primer plano ayer, particularmente las acusaciones de que Beijing ha ayudado a expandir las fuerzas armadas de Rusia. Washington ha acusado a Beijing de ayudar a la industria de defensa de Rusia –y por lo tanto, a su invasión de Ucrania– mediante la producción conjunta de drones y la exportación de máquinas y herramientas necesarias para misiles balísticos.

El G7 también instó a “las instituciones financieras a abstenerse de apoyar y beneficiarse de la maquinaria de guerra de Rusia”, diciendo que tomaría “más medidas para disuadir y alterar este comportamiento”.

Un alto funcionario de la administración Biden dijo a los periodistas que los artículos suministrados a Rusia no solo dañan a Ucrania, sino que representan “una amenaza a largo plazo para la seguridad de Europa”.

En una rueda de prensa conjunta con Biden, Zelenski afirmó haber hablado por teléfono con el presidente chino, Xi Jinping, quien “me dio su palabra” de que no vendería armas a Rusia. “Ya veremos”, añadió Zelenski.

El G7 afirmó que está “seriamente preocupado” por la seguridad en general en Asia-Pacífico, donde las tácticas de confrontación de China y la militarización de las islas en el Mar Meridional de China, así como sus recientes ejercicios de guerra en torno al autónomo Taiwán, han aumentado los temores de un potencial conflicto. “Expresamos nuestra seria preocupación por el uso cada vez mayor de maniobras peligrosas y cañones de agua contra buques filipinos”, se lee en el comunicado.