El teniente general Herzi Halevi asumió este martes responsabilidad por el "fracaso" que permitió el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 y anunció que dejará de ser el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en un primer paso del mea culpa frente a la invasión terrorista.
Halevi, quien había asumido el cargo de jefe del Estado Mayor en enero de 2023, dijo que informó al ministro de Defensa, Israel Katz, que su renuncia se concreta "en virtud del reconocimiento de mi responsabilidad por el fracaso de las FDI el 7 de octubre".
El jefe militar dejará su puesto el 6 de marzo próximo, "en un momento en que las FDI alcanzaron logros significativos y están en el proceso de implementar el acuerdo para liberar a nuestros rehenes", añadió.
Miles de combatientes del grupo islamista Hamas entraron al sur de Israel, en la zona fronteriza con Gaza, en la mañana del 7 de octubre del 2023, para llevar adelante una matanza considerada la peor sufrida por comunidades judías desde la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.
Aquel día, los palestinos masacraron 1200 personas, en su mayoría civiles, cometiendo espeluznantes actos de torturas y vejaciones que incluso grabaron con sus teléfonos celulares y transmitieron en vivo por las redes sociales. Además, la organización fundamentalista secuestró 250 personas que luego arrastró como rehenes hasta Gaza.
Actualmente, y en el marco del cese del fuego gestionado por Qatar, Egipto y Estados Unidos, se espera que los cien rehenes que siguen en Gaza sean devueltos a Israel.
En su declaración, Halevi dijo que, hasta que deje su puesto el 6 de marzo, "completaré las investigaciones de las FDI sobre los eventos del 7 de octubre y fortaleceré la preparación" de las fuerzas militares para enfrentar los próximos "desafíos de seguridad".
Las críticas hacia el desempeño de las FDI y los servicios de inteligencia quedaron en un lejano segundo plano desde que la incursión de Hamas encendió la sangrienta guerra en Gaza, a la que luego se sumó el conflicto con Hezbollah en el Líbano y los intercambios de ataques con Irán.
Pero la revisión del mal funcionamiento de espías y militares israelíes para prevenir el ataque de Hamas parece estar tomando impulso en estos días tras el arranque de la implementación del acuerdo del alto el fuego con Hamas y el cese de hostilidades en el Líbano.
Romi, Doron y Emily, las tres rehenes israelíes liberadas
Muchos comentaristas israelíes llegaron a comparar el fiasco del 7/10 con los graves errores de inteligencia cometidos por las fuerzas militares y de espionaje de Israel antes de la Guerra de Iom Kipur, en octubre de 1973.
En aquella oportunidad, y a pesar de numerosos indicios llegados desde los países enemigos, las fuerzas egipcias y sirias lograron sorprender a las FDI y alcanzaron importantes avances militares en los primeros días del conflicto.
Finalmente, a un altísimo costo humano (se estiman cerca de 2.800 bajas en combate para las FDI) y material, Israel logró torcer la dirección del conflicto y ganar la guerra, que -según la mayoría de los analistas- terminó en un "empate" político.
Las investigaciones posteriores encontraron numerosas fallas en el sistema de seguridad antes de la Guerra de Iom Kipur y hasta le costaron el puesto a la entonces primera ministra, la legendaria Golda Meir.
Ahora, más de medio siglo después, no se sabe aún cuánto impactará la revisión de los hechos previos al 7/10 en la figura del actual primer ministro, Benjamin Netanyahu. En cambio, la prensa israelí ya habla de una "bola de nieve" que se llevará por delante a la cúpula de las FDI.
Es un hecho que también saldrá de escena el jefe del Comando Sur de las FDI, el general de división Yaron Finkelman, y se especula con la pronta renuncia de los titulares de la Fuerza Aérea, el mayor general Tomer Bar, y de la Armada, David Saar Salama.
Fuentes de la Fuerza Aérea citadas por el diario Maariv aseguraron que la aviación "cumplió con todas las alertas" que surgieron el 7/10, incluso "acortando a la mitad" los tiempos de reacción.
En cambio, apuntaron que el ejército "no estaba preparado para un escenario" como el de octubre del 2023, donde los terroristas penetraron la frontera "en decenas de lugares al mismo tiempo".
Se trató, dijeron las fuentes, de "un evento terrible" y de un "fracaso sistémico". Para peor, el cese del fuego en Gaza permitió a los terroristas de Hamas salir de sus escondites y mostrarse "victoriosos" en las calles del enclave palestino, vistiendo los uniformes militares que habían dejado a un lado durante el ataque del 7/10 y los quince meses de guerra.
Las imágenes posiblemente más dolorosas de esta "reaparición" pública de Hamas se registraron el domingo último durante la liberación de las primeras tres rehenes que volvieron a casa gracias al acuerdo.
Allí se pudo ver a decenas de combatientes palestinos, con sus rostros cubiertos, rodeando a las jóvenes rehenes Romi Gonen (de 24 años), Emily Damari (28) y Doron Steinbrecher (31) mientras subían a un jeep de la Cruz Roja Internacional.
Se trató de una "demostración abierta de fuerza" de Hamas "después de meses de estar relegados a la clandestinidad", comentó un reporte del Wall Street Journal.
Y es "una señal" de que los grupos de asistencia humanitaria y los gobiernos "tendrán que cooperar con Hamas a medida que se pongan en marcha los esfuerzos de reconstrucción en las próximas semanas, un resultado que Israel esperaba evitar".
Entrevistado por el periódico estadounidense, el analista israelí Gershon Baskin, un ex negociador de intercambio de rehenes, opinó que "la presencia armada de Hamas sobre el terreno es una bofetada al gobierno y al ejército israelíes".
"Pone de relieve que los objetivos de Israel para la guerra nunca fueron alcanzables", completó Baskin mientras comienza al interior de las FDI una revisión de consecuencias difíciles de predecir.
(Con información de IsraelEconomico.com)