Tras el fallecimiento del papa Francisco este lunes, los cardenales de todo el mundo se preparan para reunirse en cónclave y elegir al nuevo líder de la Iglesia católica. El futuro pontífice asumirá un rol de enorme trascendencia, tanto espiritual como político, al frente de más de 1.400 millones de fieles.
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La figura del papa, reconocida como la del sucesor de San Pedro, encarna una profunda carga simbólica y un poder singular dentro del cristianismo. Como Sumo Pontífice, ejerce el rol de guía espiritual de más de 1.400 millones de católicos en todo el mundo, con la misión de custodiar la fe, interpretar el Evangelio y velar por la unidad de la Iglesia.
El término "papa" proviene del griego pappas, que significa "padre" o "patriarca", una raíz etimológica que refleja el vínculo afectivo y reverencial con el que los fieles lo nombran: "Santo Padre".
El papa es jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano y dirige la Ciudad del Vaticano, un Estado independiente enclavado en Roma que es, además, el país más pequeño del mundo, con 44 hectáreas
Como jefe de Estado ejerce poderes absolutos (ejecutivo, legislativo, judicial). También recibe a los jefes de Estado y de gobierno en el Vaticano. En esas reuniones a puerta cerrada, llamadas "audiencias privadas", se habla sobre temas de actualidad o se informa sobre las posiciones de la Santa Sede, una entidad soberana en el derecho internacional.
En el plano doctrinal, el papa redacta documentos (encíclicas, exhortaciones apostólicas, motu proprio...) sobre temas doctrinales y morales para guiar a los fieles, orientarlos o dejar constancia de reformas.
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En doce años de pontificado, Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires en 1936, asumió como papa en marzo de 2013. Desde entonces, impulsó reformas históricas. Se mostró cercano a los más pobres, defendió el medioambiente con la encíclica Laudato Si', abrió la puerta a la bendición de parejas del mismo sexo y enfrentó con decisión la crisis de credibilidad provocada por los abusos en el seno de la Iglesia.
Además de sus homilías durante las celebraciones litúrgicas, cada miércoles por la mañana el papa ofrece una catequesis pública en la Plaza de San Pedro, en el marco de la audiencia general semanal. Este encuentro es una oportunidad para reflexionar sobre la fe, establecer un contacto directo con los fieles y profundizar en temas teológicos y pastorales.
En su rol de máxima autoridad eclesiástica, el papa aprueba el nombramiento de obispos, que están al frente de las diócesis del todo el mundo (actualmente, hay unos 3.000). Asimismo, crea cardenales. De estos, los menores de 80 años están llamados a elegir a su sucesor.
Otra de sus atribuciones exclusivas es la de canonizar a figuras destacadas de la Iglesia. El pontífice tiene la última palabra para ascender al rango de "bienaventurados" o de "santos" a figuras destacadas de la Iglesia católica, tras un "proceso" sobre milagros y virtudes. Además, tiene competencias para convocar sínodos (reunión mundial de laicos y religiosos) para tratar sobre temas precisos.
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Durante el pontificado, el papa viaja para entrar en contacto con fieles de todo el planeta. Respondiendo a las invitaciones oficiales de jefes de Estado, el papa realiza visitas oficiales, llamadas "apostólicas".
Históricamente, el papa que más ha viajado es Juan Pablo II, con 104 visitas al extranjero en sus 26 años de pontificado, seguido por Francisco, que hizo 47 viajes apostólicos, llevando su mensaje a los rincones más diversos del mundo y reafirmando el rol del papa como figura moral de alcance global.
Esos desplazamientos le dan la oportunidad de renovar sus llamados por la paz, el diálogo interreligioso, el respeto de los derechos humanos y la justicia social; unas declaraciones que sirven de posicionamiento moral y que son muy difundidas en todo el mundo.
En su calidad de obispo de Roma, el papa debe administrar su diócesis. Pero, debido a sus otras obligaciones, esta tarea suele recaer en un vicario general.
No obstante, el papa participa en la vida de la Iglesia local, visitando parroquias de la capital italiana con motivo de celebraciones, u otros lugares simbólicos de la ciudad cada año, como el viacrucis en el Coliseo el Viernes Santo o la fiesta de la Inmaculada Concepción cerca de la plaza de España el 8 de diciembre