Vladimir Putin se dispuso librar su batalla contra lo que considera la decadencia de los valores de Occidente no solo desde el plano militar sino cultural. En esa línea, el mandatario ruso anunció el regreso de Intervisión, un concurso musical que buscará rivalizar con el reconocido Eurovisión del que Rusia fue excluido en 2022.
Recientemente Putin firmó un decreto para llevar a cabo el concurso de música internacional que convocará a potencias emergentes y países aliados como Venezuela, Irán y Cuba, todos excluidos del concurso emblema de la Unión Europea. Esta propuesta, que recuerda al concurso organizado durante la época soviética, busca resaltar los "valores tradicionales" y la cooperación cultural internacional, aunque también refleja el creciente aislamiento de Rusia a poco menos de tres años de la invasión de Ucrania.
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El regreso de Intervisión: un guiño al pasado soviético
El nuevo concurso Intervisión, que se celebrará en Moscú y sus alrededores en 2025, tiene sus raíces en un certamen similar que se organizó en la Unión Soviética (URSS) entre 1965 y 1980.
Durante la Guerra Fría, el evento de la época buscaba fortalecer lazos culturales y políticos entre los países del este europeo y otras naciones aliadas a la URSS, como Cuba y Vietnam, en el marco de la competencia bipolar. Ahora, Rusia parece querer revivir ese formato para desafiar el dominio cultural que supuso la irrupción de Estados Unidos como potencia dominante y sus aliados de la Unión Europea.
La convocatoria al evento se produce en un momento delicado para Rusia. Después de su exclusión de Eurovisión 2022, por su ofensiva militar en Ucrania, el Kremlin busca reafirmar su influencia en el ámbito cultural internacional a través de esta competencia, según un documento oficial analizados por la agencia Reuters.
Intervisión, que estará dirigida por el viceprimer ministro Dmitri Chernishenko, pretende reunir a al menos 25 países, entre ellos miembros del BRICS y antiguos aliados soviéticos, como Irán, Cuba y Venezuela, países que forman parte del "eje del caos" según la perspectiva occidental. En tanto, fecha oficial aún no fue confirmada, pero se espera que el evento se celebre en septiembre de 2025.
Los "valores tradicionales" y la exclusión de la comunidad LGBT+
A diferencia de la extravagante y colorida puesta en escena de Eurovisión, que es conocida por su diversidad artística y política, Intervisión presentará un formato que según Putin y su gobierno, celebrará los "valores tradicionales universales, espirituales y familiares". Este enfoque, de acuerdo con fuentes cercanas al Kremlin, está diseñado para contrarrestar lo que Rusia percibe como una creciente influencia cultural occidental que promueve la liberalización de valores sociales.
En tanto, el documento oficial del gobierno ruso aclara que "los artistas no podrán interpretar canciones que llamen a la violencia, ni que humillen la dignidad de la sociedad", según consignó la agencia Reuters, y se excluye completamente cualquier tema político.
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Este intento de crear un espacio más conservador y alejado de la diversidad que caracteriza a Eurovisión se complementa con la política interna de Rusia, donde la promoción de la homosexualidad es legalmente prohibida y se considera una "ideología extremista". Se especula que el concurso también podría restringir la participación de artistas LGBT+, en el marco de la persecución del Kremlin al activismo de ese colectivo, algo que se convirtió en objeto de debate internacional.
Entre los posibles participantes del concurso, se encuentran miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), como Bielorrusia y Armenia, que tradicionalmente mantuvieron relaciones estrechas con Moscú. Los países del BRICS, como China, India y Brasil, también se perfilarían como posibles concursantes, en lo que podría ser una manifestación de la creciente influencia de Rusia en el ámbito global, más allá de Europa.
Aunque oficialmente no se brindaron detalles completos sobre el sistema de votación, se especula que Intervisión podría adoptar elementos del pasado, como el sistema soviético en el que los votantes encendían o apagaban las luces para emitir sus votos, un recordatorio de la originalidad y el control político que caracterizaba a los concursos de la era soviética.
Un giro hacia la confrontación con Occidente
La creación de Intervisión refleja el creciente aislamiento de Rusia en el contexto global. La exclusión de Eurovisión, y su posterior decisión de crear un certamen alternativo, también subraya el enfriamiento de las relaciones entre el país euroasiático y sus pares occidentales, un vínculo que terminó de romperse con la invasión a gran escala del este ucraniano en febrero de 2022, lo que posicionó a Rusia como un paria a nivel internacional.
Tras la anexión de Crimea en 2014 y la victoria en Eurovisión de la drag queen austriaca Conchita Wurst, Putin intensificó su retórica contra las influencias que considera "decadentes" provenientes de Occidente. En tanto, desde la óptica de Kremlin, la creación de este concurso es considerada un mensaje de resistencia cultural y política, un intento por consolidar una identidad rusa que se distinga cada vez más de los valores promovidos por Europa y Estados Unidos.
CD / Gi