El presidente ruso Vladimir Putin introdujo cambios significativos en la doctrina nuclear de Rusia, en un contexto marcado por el creciente apoyo militar internacional a Ucrania. Este cambio en la política nuclear rusa se produce después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizara a Kiev a utilizar misiles de largo alcance suministrados por Washington para atacar objetivos dentro del territorio ruso.
El anuncio de Putin ocurrió este martes con motivo de la decisión de Biden tomada a principios de noviembre, que fue vista como una escalada significativa en el conflicto. Mientras el canciller Sergei Lavrov participaba de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, en Moscú prepararon el texto que ratificó el presidente ruso en el que "actualizó" sus directrices sobre cuándo y cómo emplearía su arsenal nuclear.
Según un comunicado, el nuevo enfoque amplía las circunstancias bajo las cuales Rusia, el mayor tenedor de ojivas nucleares del mundo, consideraría el uso de sus armas nucleares, lo que marca un cambio importante en su postura defensiva y en sus relaciones con el "mundo occidental", especialmente luego de que el Kremlin indicara que la guerra en Ucrania "continuará" desde que se involucró la OTAN.
La nueva doctrina nuclear rusa
La nueva doctrina rusa, firmada por Vladimir Putin y publicada oficialmente en el portal jurídico del gobierno, establece que un ataque contra Rusia o sus aliados, como Bielorrusia, con misiles convencionales, drones o aviones, podría ser respondido con armas nucleares. De acuerdo con el Kremlin, cualquier agresión significativa contra el territorio ruso será tratada con la mayor seriedad, y la respuesta nuclear será considerada en situaciones extremas.
"Este es un texto muy importante", declaró Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en una de sus recientes intervenciones en la cumbre del G20. El funcionario de Putin instó a otros países a revisar el documento y subrayó a AP que la nueva doctrina refleja una "adaptación a la situación actual". Esto fue en referencia al conflicto en Ucrania, el creciente involucramiento de la OTAN en la guerra y la autorización de Washington para que utilicen misiles de largo alcance de origen estadounidense contra objetivos dentro del territorio ruso.
Según informó el medio ruso Sputnik, la doctrina revisada también amplía el número de amenazas militares y alianzas que Rusia considera susceptibles de provocar una respuesta nuclear, incluyendo a Estados Unidos y sus aliados en la OTAN, quienes aumentaron el suministro de armas a Ucrania.
"Un ataque de este tipo representaría la implicación directa de Estados Unidos y sus satélites en las hostilidades contra Rusia", señaló el Ministerio de Exteriores ruso citado por dicho medio, refiriéndose específicamente al uso de los misiles ATACMS, que ahora Kiev está autorizado a emplear contra objetivos rusos.
Según el texto aprobado por Putin, las nuevas directrices se alinean con los principios de la política de disuasión nuclear de Rusia, la que define las armas nucleares como un medio para garantizar la soberanía y seguridad territorial del país. La doctrina recalca que el uso de armas nucleares es una "medida extrema", y que Rusia hará todo lo posible para evitar la escalada hacia un conflicto nuclear, a pesar de su disposición a responder con toda la fuerza de su arsenal en caso de una amenaza directa.
Rusia continúa alegando que su enfoque nuclear tiene un "carácter defensivo", destinado a contrarrestar ataques con armas de destrucción masiva, como los que podrían provenir de países con armas nucleares. En este sentido, la doctrina resalta que las fuerzas de disuasión nuclear rusas están preparadas para proteger el país en todos los frentes, incluyendo tierra, mar y aire.
El apoyo de Biden a Ucrania y la escalada del conflicto
El cambio en la doctrina de seguridad de Rusia se produce en medio de un intensificado apoyo militar occidental a Ucrania, lo que Moscú ve como una provocación directa. Durante una reunión con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Rusia en septiembre, Putin ya había sugerido la necesidad de revisar los fundamentos de la política nuclear del país, y la autorización de Biden para el uso de misiles de largo alcance parece haber sido el detonante de esta actualización dado que ocurrió apenas unos días antes.
El presidente de Estados Unidos había resistido previamente la solicitud de Ucrania de recibir estos misiles de largo alcance, pero cambió de postura ante la presión creciente por brindar más apoyo militar a Kiev frente a la invasión rusa. A raíz de esta decisión, Rusia manifestó su preocupación por la implicación de la OTAN en el conflicto, y advirtió que cualquier ataque a su territorio podría desencadenar una respuesta nuclear. En esa línea, Sputnik reportó que el Kremlin ha dejado en claro que cualquier ataque con misiles ATACMS representaría una "escalada significativa" en las hostilidades.
A pesar de la creciente retórica bélica, Rusia también ha reiterado su compromiso con la reducción de la amenaza nuclear a nivel global. En la cumbre del G20 en Brasil, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, subrayó que Rusia sigue trabajando para evitar una guerra nuclear. "Estamos a favor de hacer todo lo posible para no permitir que la guerra nuclear tenga lugar", afirmó en una intervención reciente, buscando distanciar la política rusa de una confrontación atómica directa.
En este sentido, la nueva doctrina nuclear también resalta los esfuerzos diplomáticos de Rusia para reducir las tensiones y evitar el empeoramiento de las relaciones internacionales, aunque con un claro enfoque en la defensa de su soberanía frente a la intervención extranjera, particularmente por parte de Estados Unidos y la OTAN.
CD CP