La extensa hospitalización del Papa Francisco, que fue llevado al hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero, abrió un período de gran incertidumbre para los 1.400 millones de católicos.
Mientras el pontífice enfrenta su cuarta semana en el hospital, el personal del Palacio Apostólico está lidiando con la incertidumbre que rodea la salud del pontífice liderado por dos hombres claves de la Santa Sede.
Los dos principales funcionarios de la secretaría son el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y "mano derecha" de Francisco, y el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra, un diplomático conocido como el "sustituto", que desempeña funciones similares a las de un jefe de gabinete papal.
Los dos altos mandos de la iglesia visitaron a Francisco en el hospital Gemelli en al menos dos ocasiones aunque, en tiempos normales, tendrían audiencias semanales programadas con el Papa y mantendrían contacto regular con él.
Parolin, un prelado de carácter sereno y diplomático experimentado del norte de Italia, dirigió importantes diálogos geopolíticos y fue fundamental en la elaboración de acuerdos entre la Santa Sede y China. Hay quienes lo consideran un potencial futuro Papa y elevó su perfil público al dirigir las oraciones diarias por la salud de Francisco en la Plaza de San Pedro.
Nacido el 17 de enero de 1955 en la provincia de Vicenza, Parolin es hijo de Luigi Parolin, un ferretero del pueblo de Schiavon que murió cuando su hijo tenía diez años, y de Ada Miotti, una maestra de escuela primaria. A los catorce años ingresó al seminario de Vicenza y fue ordenado sacerdote en 1980.
La trayectoria académica y diplomática de Parolin comenzó a tomar forma tras su ordenación. Estudió Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Gregoriana y se formó en la Academia Eclesiástica Pontificia, preparándose para una carrera en el servicio diplomático de la Santa Sede.
En 1986, el ahora cardenal inició su labor como diplomático, desempeñándose en destinos como Nigeria y México, donde contribuyó a restablecer relaciones diplomáticas entre este último país y el Vaticano en 1992, tras más de un siglo de tensiones, según informa Catholic-Hierarchy.
El 30 de noviembre de 2002, el Papa Juan Pablo II lo nombró subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, un rol en el que trabajó bajo los cardenales Angelo Sodano y Tarcisio Bertone.
Durante este período, Parolin se destacó por su enfoque en las relaciones con Asia, especialmente con Vietnam y China, viajando a Pekín en dos ocasiones entre 2005 y 2007. También jugó un papel clave en la adhesión de la Santa Sede al Tratado de No Proliferación Nuclear, consolidando su reputación como un diplomático hábil y comprometido con la paz.
En 2009, Benedicto XVI lo designó nuncio apostólico en Venezuela y su misión en Caracas fue especialmente desafiante debido a las tensiones entre la Iglesia y el régimen de Hugo Chávez. Sin embargo, Parolin mantuvo una postura discreta pero firme, ganándose el respeto tanto dentro como fuera de la Iglesia.
El 31 de agosto de 2013, Francisco lo nombró Secretario de Estado, asumiendo el cargo el 15 de octubre tras una cirugía menor que le impidió estar presente en su primer día. A los 58 años, se convirtió en el segundo Secretario de Estado más joven desde Eugenio Pacelli (futuro Pío XII) en 1930.
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Elevado a cardenal presbítero por Francisco en febrero de 2014, con el título de Santos Simón y Judas Tadeo en Torre Angela, y posteriormente a cardenal obispo en 2018, Parolin se convirtió en una figura central en la diplomacia vaticana bajo el actual pontificado.
Entre sus logros destaca su intervención en las negociaciones secretas que condujeron al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba en 2014, un proceso mediado por la Santa Sede.
Asimismo, Parolin lideró esfuerzos para mejorar las relaciones con China, defendiendo el controvertido acuerdo de 2018 sobre el nombramiento de obispos, que busca normalizar la situación de la comunidad católica en ese país.
Descrito como un hombre eficiente, equilibrado y pragmático por el cardenal Jean-Louis Tauran, Parolin combina un enfoque progresista, alineado con Francisco, con una discreción que lo hace un candidato de consenso dentro de la Curia.
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A sus 70 años, cumplidos en enero de 2025, sigue siendo visto como un posible "papable" en un futuro cónclave, gracias a su extensa experiencia y su capacidad para navegar tanto las complejidades internas de la Iglesia como los desafíos globales.
"Dado el estado del mundo, bien podrían pensar que alguien con las habilidades de un diplomático, como el cardenal Pietro Parolin, el actual secretario de Estado, encajaría en el proyecto", dice la periodista Catherine Pepinster, conocedora de los asuntos del Vaticano.
Parolin es considerado un moderado, entre las inclinaciones liberales de Francisco y el tradicionalismo. "Las soluciones nunca deben buscarse a través de imposiciones unilaterales que corran el riesgo de pisotear los derechos de pueblos enteros, de lo contrario, nunca habrá una paz justa y duradera", dijo en una entrevista reciente.
Parolin y Parra son actualmente los responsables de supervisar gran parte de las operaciones diarias de la curia -el gobierno central de la iglesia- en ausencia de Francisco, pero aunque la vida continúa, el ritmo de trabajo se redujo significativamente.
En ausencia de Francisco, los jefes de Estado extranjero que habitualmente se reúnen con el Papa cuando están Roma, al igual que los grupos de obispos, no están yendo al Vaticano. Además, se posponen acontecimientos importantes que dependen de la presencia papal.
El clima que prevalece en el Vaticano es de ansiedad e incertidumbre. El cardenal Arthur Roche, jefe del departamento litúrgico del Vaticano, comentó así la situación: "Siempre es difícil cuando el liderazgo está ausente por cualquier motivo, ya que el Santo Padre está directamente involucrado en la gestión de la curia y las actividades de los dicasterios". Agregó que "el trabajo continúa", aunque reconoció que es un período incierto y lleno de aprensión.
El estado de salud del papa Francisco, hospitalizado desde hace 24 días, es "estable", después que el último parte médico, emitido este domingo 9 de marzo, informara que el jesuita argentino de 88 años respondía bien al tratamiento contra una neumonía bilateral.
El líder espiritual de 1.400 millones católicos en el mundo fue ingresado el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis, que derivó en una neumonía bilateral. Desde entonces, sufrió varias recaídas.
El primer papa latinoamericano, que rechazó en los últimos tiempos renunciar como hiciera su predecesor Benedicto XVI en 2013, tampoco apareció en público ni se publicaron imágenes suyas. Sin embargo, las informaciones oficiales del Vaticano suelen indicar que sigue activo desde el hospital, donde continúa además con la fisioterapia y sus ejercicios de respiración.
Según los voceros vaticanos, Francisco ha estado firmando documentos desde el hospital y haciendo nombramientos de obispos e incluso de un científico de la NASA como miembro de la Academia Pontificia de Ciencias.
El 6 de marzo, los fieles escucharon la voz del Papa por primera vez desde su hospitalización. En un gesto que le demandó gran esfuerzo debido a sus recientes dificultades respiratorias, agradeció públicamente a quienes oraron por su recuperación.
Cada noche, cardenales y altos funcionarios del Vaticano se reúnen en la Plaza de San Pedro para orar por Francisco. El funcionario Anthony Ekpo comentó que el papel de la curia ahora se centra en brindar apoyo espiritual al Papa mientras continúa con sus responsabilidades administrativas.
La hospitalización del Papa impactó profundamente el Año Jubilar de la Iglesia Católica, un evento único que ocurre cada 25 años con un enfoque en la peregrinación y el perdón. Aunque se había previsto una intensa agenda para este período festivo con la presencia del Papa, ahora los cardenales de mayor rango tomaron parte de las celebraciones en ausencia de Francisco.
Además, del 9 al 14 de marzo, los líderes de la Curia Romana participarán en ejercicios espirituales orientados a la Cuaresma, centrándose en la "esperanza de la vida eterna". Durante este período santo, los fieles buscan seguir espiritualmente a Cristo en su viaje a través del desierto a través de la oración, el ayuno y la caridad en preparación para la Pascua.
Esta situación generó una atmósfera similar a la del pre cónclave en el Vaticano y los observadores siguen de cerca las acciones de los cardenales designados para actuar en nombre del Papa, evaluando quién podría ser considerado "papable", es decir, un candidato potencial al papado.
Pero a pesar de las dificultades físicas que enfrenta durante su hospitalización, Francisco se mantiene mentalmente alerta para garantizar que ninguna figura gane influencia indebida durante su ausencia. Con dos secretarios personales que lo asisten en el hospital, ambos sacerdotes, evita permitir que una figura se vuelva prominente como su "reemplazo".
A diferencia de los períodos largos de enfermedades que enfrentaron los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, que crearon vacíos de poder en el Vaticano con sus secretarios personales ejerciendo un fuerte control sobre decisiones importantes, Francisco busca mantener una estructura organizativa estable incluso en su ausencia, dicen los vaticanistas.
El tiempo que Francisco permanecerá internado aún es incierto. La recuperación del Papa podría llevar varias semanas y las especulaciones sobre una posible renuncia proliferaron entre los observadores.
ds
