La candidatura de Kamala Harris y su buen desempeño en las primeras encuestas habían puesto en duda la victoria de Donald Trump, que parecía segura cuando su contrincante era Joe Biden.
En los días previos a las elecciones, los aspirantes a la Casa Blanca habían hecho foco en estados clave en los que todavía no estaba definido quién iba a ser el ganador. La victoria en Pensilvania fue ajustada y Donald Trump se quedó con el 51% de los votantes de un estado del que se había hablado mucho en la previa y también durante el desarrollo de los comicios cuando el flamante presidente denunció “fraude masivo” en Filadelfia, la ciudad más grande del territorio.
La importancia de Pensilvania en los resultados finales era tan grande que el propio Trump aseguró que ganaría la elección en caso de quedarse con los 19 electores del estado: “Vamos a hacer que este país sea más grande que nunca, pero hay que mantenerse a raya y no dejar que los detengan. Tienen el derecho legal absoluto de votar porque si ganamos en Pensilvania, si ganamos en la buena y vieja Commonwealth, ganaremos todo. Ganaremos todo” remarcó el republicano durante la tarde del martes.
Carolina del Norte y Georgia, los otros “swing states” que hicieron festejar a Trump
Más temprano, el flamante presidente de Estados Unidos había conseguido quedarse con la victoria en Carolina del Norte y Georgia, territorios denominados "swing states" y que tenía en vilo al país norteamericano.
En Georgia, consiguió los 16 de los electores en una votación pareja que ganó por el 51%. Allí la victoria fue especial porque además significó volver al triunfo en un territorio que había elegido al demócrata Joe Biden en los comicios pasados.
También con el 51% de los votos obtuvo la victoria en Carolina del Norte, otro de los estados clave donde ya había ganado en 2020, pero también estaba en duda en la previa de las elecciones de este año.
ADP/LT
