INTERNACIONAL
HUNGRÍA

Orban insulta a rivales políticos, jueces y la prensa

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Ultraderecha. Viktor Orban, primer ministro de Hungría. | cedoc

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, en el comienzo de una dura ofensiva contra cualquier oposición a su gobierno previa a las elecciones legislativas de la primavera de 2026, prometió este sábado eliminar a sus rivales políticos, jueces, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales (ONG), a quienes calificó de “chinches” alimentadas con fondos extranjeros “corruptos”.

“Después de nuestra gran concentración vendrá la gran limpieza de Pascua, porque las chinches sobrevivieron al invierno”, lanzó ante una multitud de varios miles de seguidores reunidos frente al museo nacional en Budapest con motivo de la fiesta nacional.

“Corruptos”. El líder nacionalista-populista de Hungría expresó su deseo de “desmantelar la máquina financiera que, gracias a dólares corruptos, compra políticos, jueces, periodistas y falsas organizaciones civiles”.

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“Liquidaremos a este ejército de la sombra, los protegidos de Bruselas que trabajan contra su patria”, advirtió.

El acceso al evento por el Día Nacional de Hungría había sido prohibido para la mayoría de los medios de comunicación locales e internacionales.

A raíz del congelamiento de la ayuda humanitaria estadounidense, Orban anunció el mes pasado su intención de “borrar del mapa” las redes internacionales activas en el país.

El gobierno de Orban planea modificar la Constitución de su país para poder despojar temporalmente de su nacionalidad a los húngaros que tengan una segunda nacionalidad y que a su juicio amenacen la seguridad nacional. Su iniciativa de reforma constitucional tiene posiblemente la mira puesta en el multimillonario filántropo George Soros, de 94 años, nacido en Budapest y naturalizado estadounidense, enemigo por excelencia del poder húngaro.

Al frente del gobierno de Hungría desde el año 2010, Viktor Orban ha ido sometiendo gradualmente a los contrapesos constitucionales de su país, reivindicando el ejercicio sin ataduras de una “democracia iliberal”.

Y desde el “punto de inflexión” marcado por la llegada de su aliado Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, el líder de la derecha húngara endureció su retórica, convencido de que “el futuro pertenece ahora a los patriotas y a las naciones independientes, y no al imperio de Bruselas”, un eufemismo por las autoridades de la Unión Europea.