Un intenso incendio forestal, que se propagó velozmente y ya arrasó con más un centenar de viviendas, motivó este jueves urgentes órdenes de evacuación para miles de habitantes del sur de California, donde cientos de bomberos acudieron para contrarrestar las llamas.
Varias personas resultaron heridas por este fuego catastrófico bautizado como "Mountain", que ya devoró casi 8.300 hectáreas en ese estado del oeste de Estados Unidos. Las primeras inspecciones apuntan a 132 viviendas arrasadas y 88 dañadas.
Las llamas, que se iniciaron la mañana del miércoles en el condado de Ventura, al norte de Los Ángeles, amenazan una amplia zona en donde viven unas 30.000 personas.
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Las autoridades informaron en la tarde del jueves que el incendio solo estaba controlado en un 5%, con el agravante de que los vientos y la baja humedad podrían poner a prueba la labor de los bomberos durante la noche.
Uno de los residentes de la zona, Dawn Deleon, dialogó con la prensa y narró los estresantes minutos que tuvo para huir de su vivienda con sus seis perros.
"Vimos las casas de los vecinos ardiendo en llamas, y pensé que era hora de salir de ahí", expresó el sobreviviente. "Nos fuimos, y volví cinco minutos después para buscar mi teléfono y la casa ya estaba en llamas, destruida".
El gobernador de California, Gavin Newsom, visitó el jueves las comunidades afectadas y declaró el estado de emergencia en la zona más castigada de Ventura.
Evacuaciones masivas y máxima alerta
Más de 14.000 residentes recibieron órdenes o advertencias de evacuación principalmente en las localidades de Camarillo, Somis y Moorpark, según informó el miércoles el sheriff de Ventura, Jim Fryhoff.
Fryhoff dijo posteriormente que al menos 400 casas fueron desocupadas, aunque 250 residentes habían optado por quedarse.
"Sabemos que es un momento doloroso", manifestó.
"El incendio es sumamente peligroso", agregó el oficial, al tiempo que insistió en la necesidad de obedecer las órdenes de evacuación.
"Este incendio está muy activo e impredecible, tenemos muchos recursos en acción, y queremos tener garantías de que todos están seguros al tiempo que se desplazan en busca de refugio", comentó.
"No logré dormir, estaba tratando de encontrar un lugar seguro", contó también a medios locales la residente Erica Preciado, quien en la madrugada abandonó su casa junto a su esposo por temor al posible paso de las llamas.
"Agarré algunas fotos, documentos y algunas cosas y me fui muy temprano", reconoció entre lágrimas.
Otro habitante explicó a la cadena de televisión KTLA que abandonó su hogar de 27 años junto a su familia, para luego enterarse de que había sido destruido por las llamas.
"No quedó nada", lamentó con voz entrecortada.
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El factor climático
Los bomberos lanzaron agua desde helicópteros durante toda la noche, y varios equipos intentan contener el fuego por tierra. Sin embargo, fuertes vientos y la baja humedad complican la situación.
El panorama se complicó porque el agua comenzó a fallar en la madrugada, reveló el jefe de los bomberos de Ventura, Dustin Gardner.
"Batallamos contra el fuego durante 26 horas, y colocamos todos estos camiones en los hidrantes, y secamos las reservas de agua", explicó Gardner a periodistas.
El oficial aclaró que aunque no es algo común, no es inusitado. "Estamos preparados para esto, así que nos impacta pero lo mitigaremos", añadió.
Unas 70.000 personas de la región se quedaron sin servicio eléctrico debido a cortes preventivos, de acuerdo con la compañía proveedora Southland. La medida es habitual durante incendios para evitar nuevas llamaradas con la caída de postes.
Las causas del fuego están bajo investigación, pero especialistas climáticos explicaron que las llamas comenzaron justo cuando la región se encontraba bajo una exacerbada alerta roja por sequía.
"Lo que significa vientos muy poderosos, muy baja humedad y mucho combustible", detalló Rich Thompson, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
La zona vivió dos años de mucha lluvia, lo que promovió el crecimiento de grama que ahora, bajo sequía, calor y vientos se convierte en el combustible ideal para la rápida propagación del fuego.
Las condiciones climáticas mejoraron un poco este jueves, pero la zona continúa bajo alerta máxima.
"Esperamos ráfagas de viento soplando desde el noreste de entre 40 y 56 kilómetros por hora hasta la tarde, con niveles de humedad entre 10% y 15%", dijo Thompson.
El gobierno de California garantizó recursos adicionales y posicionó equipos en 19 condados del estado anticipando advertencias de condiciones climáticas propicias para peligrosos incendios en muchas zonas de la costa y el interior de dicho estado.