La investigación sobre la muerte de Natasha Jugo en Nueva York, Estados Unidos, dio un giro luego de que una pista vinculara el hecho con Rex Heuermann, sospechoso de ser el "asesino en serie de Long Island". En un inicio, la policía descartó cualquier conexión entre el fallecimiento de la mujer y el criminal. Sin embargo, un avistamiento en la noche que desapareció sugiere que podría haber sido víctima del homicida múltiple.
Natasha, de 31 años, salió de su casa el 16 de marzo de 2013 para comprar un poco de leche y buscar la receta de su padre en la farmacia Rite Aid, ubicada en la cuadra donde vivía. La víctima, diagnosticada con esquizofrenia, había metido un billete de 100 dólares en su bolsillo antes de subir a su auto, un Toyota Prius azul. Si bien el viaje debía durar menos de diez minutos, esa fue la última vez que sería vista con vida.
Según los trabajadores del comercio, quienes conocían bien a Jugo, ella nunca llegó al local, por lo que la orden médica no fue recogida. Temiendo por la seguridad de su hija, los padres denunciaron su desaparición esa misma noche. A la mañana siguiente, un vecino de West Gilgo Beach encontró la billetera y la licencia de conducir de la mujer a más de 40 kilómetros de su casa en Bayside, en la costa cerca de Tobay Beach, en el lado sur de Ocean Parkway.
A raíz del descubrimiento, la Policía del Condado de Suffolk, el Departamento de Policía de Nueva York, la Policía Estatal de Nueva York, la Oficina Marina de Suffolk y el Departamento de Policía del Condado de Nassau acudieron a la escena, que coincidía con el sitio en que el asesino de Long Island descartaba los cuerpos de sus víctimas. De esa manera, hallaron el auto de la mujer abandonado en la banquina de Ocean Parkway, con huellas en la arena conducían desde el coche hasta el mar. También se localizaron cerca del agua una bata y otras prendas que parecían coincidir con las de la joven, incluido el billete en uno de sus bolsillos.
A principios de mayo, sin señales del cuerpo de Natasha, su muerte fue declarada suicidio y la investigación se enfrió. Al mes siguiente, el 24 de junio de 2013, tres amigos caminaban por Gilgo Beach cuando notaron algo flotando en el agua frente a la orilla. Se trataba del cuerpo de la mujer, que estaba a casi dos kilómetros de donde se ubicaron su vehículo y sus pertenencias. La autopsia no encontró "ningún signo de trauma o lesión que indicara algo más que un ahogamiento".
Las dudas en torno al presunto suicidio de Natasha Jugo
Desde el inicio, las autoridades descartaron cualquier posible conexión con la serie de asesinatos que habían sacudido el enclave de Long Island. "No hay ninguna asociación; el único denominador común es la playa", indicó la portavoz de la policía de Nassau, Maureen Roach, a Newsday en ese entonces. Para ese momento, habían pasado dos años desde que se encontraron los primeros restos de las víctimas en Gilgo Beach y los agentes no tenían a ningún sospechoso en la mira.
Sin embargo, el abogado y exfiscal adjunto del condado de Suffolk, Raymond Zuppa, manifestó que Jugo podría ser otra víctima del asesino en serie, por lo que está solicitando una nueva investigación sobre su muerte. En ese sentido, manifestó al Daily Mail que es "simplemente fantástico" que se considere que la joven se suicidó: "No tiene sentido".

Además, remarcó que no puede "descartar a Rex" ni "a nadie ahora mismo" como posible culpable de su muerte. Al respecto, subrayó que la ubicación donde se halló el cuerpo amerita una indagación en la causa. "La zona donde ocurrió el incidente es infame", escribió en una petición presentada en la Corte Suprema de Manhattan en febrero buscando obtener acceso a los registros del caso. "Dada la ubicación geográfica, así como los acontecimientos actuales e históricos, existe un interés público imperioso en obtener información que ilumine y aclare la competencia de las investigaciones policiales de mujeres jóvenes desaparecidas o inexplicablemente fallecidas", agregó.
En esa línea, le explicó al medio británico que visitó la escena varias veces y que se enteró de que las pertenencias personales de Jugo fueron encontradas cerca de los restos de la presunta víctima del homicida serial, Karen Vergata. También afirmó que su cuerpo luego fue arrastrado a la orilla, en una ubicación próxima a donde se encontraron las “cuatro de Gilgo” (las mujeres asesinadas por el criminal de Long Island).
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Sumado a esto, argumentó que no tiene sentido que Natasha haya conducido alrededor de 48 kilómetros desde su casa en Queens hasta Gilgo Beach con el propósito de suicidarse. "Viajar a las inmediaciones de West Gilgo Beach desde la casa de Jugo requirió mucha deliberación e intención. Ella no llegó allí por casualidad", escribió en la petición. "Además, muchas jóvenes de Queens y de todas partes de la ciudad de Nueva York tienen poca idea de que Gilgo Beach existe", remarcó.
En ese sentido, señaló que la joven vivía a solo cinco minutos de una bahía, por lo que hubiera tenido más sentido que fuera allí a quitarse la vida. "Entonces, ¿qué diablos está haciendo ella en Gilgo?", preguntó, añadiendo que no ha podido encontrar ninguna conexión que Jugo pueda tener con la zona.

También puso en duda el método elegido para suicidarse: "Caminar hasta la cabeza en Gilgo Surf y luego inhalar el agua del océano habría sido una forma terriblemente dolorosa de suicidarse para la Sra. Jugo. Y bastante improbable. Este tipo de mecanismos suicidas son sencillamente inauditos en la ciencia".
Asimismo, indicó que no se encontró ninguna nota de despedida en el lugar y argumentó que no habría sido posible hallar huellas en la arena desde el auto hasta las olas. Al respecto, explicó que hay una zona espesa de zarzas entre Ocean Parkway, donde se descubrió su auto abandonado, y la playa, lo que hace poco probable la presencia de rastros. Sumado a esto, un experto marítimo reveló que los patrones de mareas en las horas que estuvo desaparecida significan que las huellas y prendas de vestir de Jugo no se habrían localizado en la orilla del agua.
Las similitudes con el modus operandi del asesino serial de Long Island
Además, Zuppa descubrió otras similitudes entre la muerte de Jugo y algunas de las víctimas de Gilgo Beach, luego de que se enterase del relato de un testigo ocular en la noche en que ella desapareció. Según contó al Daily Mail, una pareja que conducía por Ocean Parkway cerca de la medianoche notó un automóvil, luego identificado como el de Natasha, estacionado en el carril hacia el este, que estaba cerrado por obras.
“Justo al lado de su auto, estacionado en ángulo, hay una camioneta SUV híbrida. Es un largo tramo de carretera cerrado por obras. ¿Por qué habría una camioneta SUV híbrida junto a su coche? Hay demasiada carretera para aparcar", planteó el letrado. Dicho vehículo sería el Chevy Avalanche verde con el que vincularon a Heuermann con los asesinatos, ya que conducía ese tipo de rodado al momento de los hechos.
Otro de los puntos que puso en duda el exfiscal fue el tiempo en que se tardó el hallar los restos de Natasha. "La interacción entre las corrientes, las olas y el fondo marino genera un gran trauma visible en el cuerpo humano cuando permanece en el fondo marino durante un período prolongado. Las decapitaciones y amputaciones son comunes", escribió en la petición.
También argumentó que criaturas marinas como peces y cangrejos se alimentan de los cadáveres, por lo que solo quedarían los huesos. Tampoco se notó el desprendimiento de capas de piel que presentan cuerpos con una exposición prolongada al agua salada, planteó. De esa manera, puso en duda que Jugo haya estado en el océano durante más de tres meses, ante lo que hipotetizó que pudo haber sido retenida durante algún tiempo en otro lugar.
Justamente, los fiscales alegaron que el presunto asesino serial mantenía a sus víctimas en el sótano de su casa, torturándolas y matándolas mientras su familia estaba fuera de la ciudad. En ese sentido, encontraron un "documento de planificación" en un disco duro en su casa, donde supuestamente detallaba su "preparación" para aprovecharse de las mujeres, incluida la creación de un área para detenerlas.

Sumado a esto, varias de las víctimas fueron encontradas con ataduras, cinturones o ligaduras alrededor de sus restos. En la petición de Zuppa, escribió que las fotos de la escena del cuerpo de Jugo revelan que había una cuerda atada alrededor de sus piernas, cintura o cuello. "No hay explicación. Y no me involucraré en especulaciones siniestras", manifestó.
Sin embargo, también existen varias diferencias entre las víctimas confirmadas y Natasha. Por ejemplo, nunca se sugirió que la joven se dedicara al trabajo sexual, característica en común en las mujeres asesinadas por el criminal en serie. Tampoco hay pruebas de que tuviera planes para reunirse con Heuermann ese día o que siquiera tuviera alguna conexión con él.
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No obstante, Zuppa cree que hay suficientes paralelismos como para que el grupo de trabajo de Gilgo Beach investigue su muerte. "Estoy tratando de reunir suficiente evidencia para que el grupo de trabajo realmente revise su caso", indicó al Daily Mail. "El primer asesinato del que está acusado [Rex Heuermann] fue en 1993. No lo atraparon hasta 2023. Así que Dios sabe cuántas víctimas hay. Dios lo sabe".
Por su parte, un portavoz de la oficina del fiscal de distrito Tierney le manifestó a dicho medio que "no confirmamos ni negamos que estemos iniciando investigaciones" cuando se le preguntó si el grupo de trabajo está investigando el caso de Jugo.
Las víctimas del asesino serial de Long Island y el arresto de Rex Heuermann
Entre diciembre de 2010 y diciembre de 2011, más de dos años antes de la desaparición y muerte de Natasha, se encontraron los restos de once víctimas a lo largo de Ocean Parkway, cerca de Gilgo Beach. El cementerio humano fue descubierto durante la búsqueda de Shannon Gilbert, una trabajadora sexual cuyo rastro se perdió en mayo de 2010, tras hacer una llamada al 911 diciendo que alguien estaba tratando de matarla mientras visitaba a un cliente en la comunidad cerrada de Oak Beach Association.
En ese contexto, un oficial que buscaba a Gilbert localizó los restos de Melissa Barthelemy. En cuestión de días, se encontraron tres víctimas más en las cercanías: Maureen Brainard-Barnes, Megan Waterman y Amber Lynn Costello, y todas ellas fueron conocidas como "Las cuatro de Gilgo".
Hasta abril de 2011 se habían localizado diez víctimas. Gilbert fue la última en ser ubicada en diciembre de 2011. A diferencia de las demás, su muerte fue declarada ahogamiento accidental, una decisión impugnada por su familia.
La mayoría eran mujeres de baja estatura que habían desaparecido mientras ejercían la prostitución. También se hallaron los restos de un niño pequeño y un hombre asiático con ropa de mujer. A raíz de esos descubrimientos, las autoridades determinaron que había sido obra de uno o más asesinos en serie.

Más de veinte años después de los descubrimientos, en julio de 2023, fue detenido Rex Heuermann, un arquitecto de 61 años, padre de dos hijos adultos, acusado formalmente por siete de los asesinatos: Barthelemy, Brainard-Barnes, Waterman, Costello, Valerie Mack, Jessica Taylor y Sandra Costilla. Los restos de esta última habían sido encontrados en otro lugar, en Southampton.
Se sospecha que los crímenes ocurrieron entre 1993 y 2011, aunque el hombre no ha sido vinculado oficialmente con las muertes de Gilbert, Vergata ni de las víctimas no identificadas apodadas "Asian Doe", "Peaches" y el niño pequeño. El fiscal del condado de Suffolk, Ray Tierney, reiteró que podrían existir más víctimas y que no se descarta la presentación de nuevos cargos contra el sospechoso.

El acusado vivió siempre en Massapequa Park y trabajaba diariamente en Midtown Manhattan como arquitecto, zona donde varias de las víctimas fueron vistas por última vez. Según los fiscales, su conocimiento del área de Ocean Parkway, donde se hallaron los cuerpos, se remonta a su juventud, cuando trabajó en Jones Beach.
Heuermann quedó bajo la lupa de los investigadores luego de que una pista clave lo conectara con una camioneta en particular. Un testigo aseguró que Costello desapareció tras encontrarse con un cliente que manejaba una Chevrolet Avalanche de color verde en septiembre de 2010. Con la creación de un nuevo grupo de trabajo, los detectives descubrieron que el sospechoso conducía un vehículo de ese mismo modelo en la época en que ocurrieron los crímenes, según detallaron los fiscales. Además, su apariencia coincidía con la del hombre que el testigo había identificado como el cliente.
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