En medio del escándalo por la filtración de planes de guerra del Pentágono, el periodista que fue incluido por error en el chat de altos funcionarios de inteligencia estadounidenses habló al respecto y explicó la insólita situación que sacudió a la administración de Donald Trump. "Me invitaron ellos y ahora me atacan", dijo Jeffrey Goldberg, reconociendo las presiones que derivaron de su publicación.
El editor del medio The Atlantic obtuvo la primicia del año cuando publicó un artículo que revelaba cómo algunos de los más altos funcionarios del gobierno de Donald Trump compartieron accidentalmente información confidencial con él. Este artículo no solo lo convirtió en un foco de atención, sino que también lo convirtió en el blanco de los ataques de la administración Trump, según denunció.
Todo comenzó cuando Goldberg, quien había sido incluido por error en un grupo de mensajería de Signal, vio cómo los funcionarios del gabinete estadounidense discutían una operación militar en Yemen, para atacar a los hutíes en función de su alianza con el gobierno de Israel.
Los mensajes del chat, que incluían detalles de los ataques a objetivos del grupo islamista chií, fueron compartidos sin que los involucrados se dieran cuenta de su presencia. Entre los participantes en la conversación estaban el secretario de Defensa Pete Hegseth, el director de la CIA John Ratcliffe, el secretario de Estado Marco Rubio y la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard.
El periodista que reveló el plan de guerra de Trump dio detalles de la filtración
En diálogo con BBC, Goldberg explicó que todo ocurrió cuando recibió un mensaje de Signal, una aplicación de mensajería encriptada, que le llegó desde una cuenta a nombre de Michael Waltz, asesor de Seguridad Nacional de EE.UU. "Me gustaría que hubiera algo de Le Carré aquí, ¿sabes?", dijo Goldberg, haciendo referencia al famoso novelista de espías británico. "Pero me invitó a la conversación. Dije que sí. Y de repente, estaba en un grupo de chat muy extraño con los líderes de seguridad nacional de Estados Unidos", relató Goldberg.

Cuando la situación se hizo pública, Waltz asumió la responsabilidad por haber agregado a Goldberg por error al chat grupal, aunque afirmó que no conocía al periodista. "Nunca lo reconocería si me lo encontrara, si lo viera en una rueda de identificación policial", comentó Waltz. Sin embargo, Goldberg respondió a estas afirmaciones diciendo que ambos se habían encontrado en varias ocasiones, aunque prefirió no profundizar en detalles sobre su relación personal.
"Obviamente, puede decir lo que quiera, pero no voy a comentar sobre mi relación o no", expresó Goldberg, asegurando que no se siente cómodo hablando públicamente sobre las relaciones que pueda tener con personas que son noticia. No obstante, Goldberg dejó claro que para que alguien lo contactara a través de Signal, es necesario tener su número de teléfono, lo que confirma que Waltz tenía su información.
Tras la controversia, Waltz solicitó a Elon Musk que investigara cómo Goldberg había obtenido su número de teléfono, una sugerencia que Goldberg ridiculizó: "¿En serio vas a obligar a Elon Musk a investigar cómo llega el número de teléfono de alguien al teléfono de otra persona? Por favor, la mayoría de los niños de 8 años podrían resolver eso", señaló. Sin embargo, la pregunta central, según Goldberg, fue otra: "¿Deberían ellos, como funcionarios de seguridad nacional, hacer esto en Signal desde su teléfono?", cuestionó.
Filtración de planes de guerra: la Casa Blanca está bajo presión y Trump, muy enojado con su asesor
El artículo original de The Atlantic no reveló todos los detalles operativos de la conversación sobre los ataques en Yemen, pero, dos días después, la revista publicó los mensajes completos, donde se detallaba el tipo de aeronaves, armas y los horarios de los ataques. "Cuando Donald Trump dijo que, en esencia, no había nada que ver aquí, y cuando Tulsi Gabbard y John Ratcliffe dijeron que no había información confidencial, ni información clasificada, etc., pensamos, bueno, nosotros no estamos de acuerdo con eso", comentó Goldberg. "Ellos están diciendo eso y nosotros somos los que tenemos los mensajes, así que quizás la gente debería verlos", agregó.
Los mensajes publicados mostraban con precisión cuándo despegarían los aviones F-18 y cuándo caerían las bombas sobre los objetivos hutíes, revelando información que claramente se podría considerar clasificada. A pesar de los esfuerzos de la administración Trump por minimizar el impacto, Goldberg sostuvo que los detalles compartidos en el chat eran, efectivamente, de planificación de guerra.
"Si Pete Hegseth, el secretario de Defensa, me envía un mensaje de texto diciéndome que el ataque está a punto de lanzarse contra Yemen, diciéndome qué tipo de aeronaves se usarán, qué tipo de armas se utilizarán y que las bombas caerán dos horas después de recibir el mensaje, eso me parece información confidencial, información de planificación de guerra", sostuvo.
Antecedentes del vínculo entre The Atlantic y Donald Trump
Este no es el primer enfrentamiento entre Goldberg y la administración Trump. En 2020, The Atlantic publicó un artículo en el que se citaban comentarios de oficiales militares que afirmaban que Trump había llamado "ingenuos" y "perdedores" a los soldados estadounidenses caídos, algo que fue negado rotundamente por la administración.
Al ser preguntado sobre los ataques personales que recibió tras la filtración, Goldberg respondió: "Esta es su estrategia. Nunca te defiendas, solo atacas", refiriéndose a la táctica del gobierno de Trump de lanzar ataques personales en lugar de defender sus políticas, una estrategia que también resuena en algunos gobiernos del Cono Sur. "Y allí estoy, ocupado en mis propios asuntos. Ellos me invitan a este chat de Signal y ahora me atacan diciendo que soy un sinvergüenza. La verdad, no lo entiendo", agregó Goldberg, claramente desconcertado por el giro de los acontecimientos.
En cuanto a la filtración, la Casa Blanca intentó restarle importancia al asunto, asegurando que no se había compartido información clasificada, aunque la reacción de los senadores fue inmediata. Dos senadores, el republicano Roger Wicker y el demócrata Jack Reed, solicitaron una investigación formal al inspector general del Pentágono, alegando que la filtración podría haber puesto en peligro la vida de los soldados estadounidenses. "De ser cierto, este artículo plantea dudas sobre el uso de redes no seguras para discutir información confidencial y secreta de defensa", escribieron los senadores en su carta.
Por otro lado, Trump desestimó la filtración, defendiendo a su secretario de Defensa, Pete Hegseth, y describiendo la situación como una "caza de brujas". "Hegseth está haciendo un gran trabajo, no tuvo nada que ver con esto", aseguró Trump, quien también subrayó que no había compartido información clasificada en los mensajes filtrados.
El incidente, conocido como "Signalgate", no solo puso en evidencia las fallas en la gestión de la información confidencial, sino que también generó una discusión más amplia sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas dentro de la administración Trump. Goldberg, por su parte, decidió abandonar el chat tras el escándalo, aunque aseguró que tomó la decisión con el consejo de varios asesores. "Créanme que tomé esa decisión con un buen asesoramiento de varias partes", concluyó.
CD / Gi